Capítulo 15; Ser héroe.

—Muy bien, clase, hoy quiero hablarles sobre algo importante. — Comenzó la señorita Midnight.

La castaña tenía su vista fija en un punto inexistente, el chico a su lado movió suavemente su hombro para despertarla.

—La señorita Midnigth tiene algo importante que decirnos.— Comunicó al chocar sus miradas.

Ella abrió su boca, asintiendo.— Gracias, casi me quedo dormida.— Dijo acariciando sus sienes.

—Como saben, el festival deportivo de la UA está a la vuelta de la esquina.— Explicó.

La chica buscó al peli-morado con la mirada.

—Es el momento donde muestras todo lo que tienes, y consigues posibles propuestas de trabajo cuando termines.— Ella asintió.

—Como unas olimpiadas, pero versión japonesa.— Susurró para si misma.

—Y en esta ocasión, el director ha propuesto que quien logre ganar de la clase de estudios generales, será transferido a la de héroes. — Todos comenzaron a hablar entre sí.

La oji-cafe notó como el muchacho a su lado oía todo con atención e interés.

—Estoy segura de que lograrías ganar.— Dijo motivándolo.

Él solo la observó y asintió.

—¡Asi que hagan su mejor esfuerzo! — Terminó, todos comenzaron a gritar emocionados.

La castaña observó divertida la situación, su compañero al costado seguía en la misma pose, seguro pensando.

—Oh, pero yo creo que Aleska-san podría ganar.— Habló al aire una compañera.

—Tienes razón, su quirk es muy bueno, no entiendo por que está aquí.— Le siguió otro.

Ella miró disgustada la situación, no quería nada que ver con los héroes.

—Tienen razón. — Habló por primera vez el chico a su costado.— Podrías ganar sin siquiera mover un sólo músculo... Literalmente.—

—Pero no quiero, estoy bien aquí. — El chico la miro inconforme, pero no dijo nada más.

—¡Y como actividad extra escribirán en un papel la razón por la que quieren ser héroes!— Exclamó la pro héroe.— Sus trabajos serán pegados en las paredes de su salón, así nunca perderán la esperanza.— Otra vez los gritos.

La castaña bostezo viendo como todos sacaban sus cosas rápido, ni siquiera le sorprendió ver al chico a su lado, hacerlo, pero a su modo tranquilo.

—Maestra.— Levantó la mano para pedir la palabra.

—Ah, Aleska-san, ¿Pasa algo?—

—¿Que pasa si yo no quiero ser un héroe? — Preguntó apoyando su rostro en su mano, todos se quedaron en silencio ante su declaración.

Después de todo, el único que lo sabia era Hitoshi.

—Oh, ¿Tu estas aquí por que ganaste un concurso, no es así? — Ella asintió. — Bueno, supongo que puedes dejarlo en blanco, y cuando ya tengas en mente, puedes escribirlo.—

Todos pensaban de que tal vez la chica era loca o una engreída, y por eso no quería algo que todos ahí deseaban.

En cambio, la pro héroe pensó en que tal vez había una razón mucho más allá.

—Shinsou, despiertame cuando ya todos estén por terminar.— Pidió, echándose en su carpeta.

Observó su rostro, concentrado en lo que escribiría, aunque movió un poco la cabeza en señal de afirmación.

La chica ocultó su rostro entre sus brazos y se durmió.

—¿Mm?— Soltó despertando, mientras se enderezaba y pestañeaba varias veces para ajustar su vista.—Ay, que rico que he dormido.— Soltó mientras se estiraba.

Hitoshi ya había acabado, y observó a la chica estirarse, cuando acabó sus miradas se cruzaron, la latina tenia los ojos un poco llorosos, su nariz ligeramente roja y los labios hinchados.

Pero le quedaba jodidamente bien.

—Ya todos han acabado.— Quitó la vista incomodo por alfo.

—Muchas gracias por despertarme.— Bostezo y se talló los ojos.—Putamare.— Rió al ver la hoja en la que había estado dormida, babeada.

El chico ahogo una risa al ver como ella sacaba la hoja húmeda de su cuaderno.

—¿Has dormido bien?— Bromeó.

—Uff, si supieras.— Sonrió con autosuficiencia.— ¿Ya acabaste de escribir la razón por la que quieres ser un héroe?—

El chico se hizo el desentendido.— ¿Que?—

—Que si ya escribiste la razón por na que quieres ser héroe.— Repitió.

—Perdón, no entiendobque me dices.— Sonrió con malicia.— Así que hablame en japonés.—

La chica alzó las cejas, según ella había estado hablando en japonés, unos cinco segundos después captó el chiste y comenzó a reír frenéticamente y a golpear la carpeta mientras se agarraba el estómago.

—Jajaja, ta que culero.— Inspiró profundamente para calmarse. — ¿Te crees chistoso, no?—

—Asi soy, mi amorb.— La chica paró de reír, a la vez que sus mejillas se ponían rojas.

El chico miró su gesto confundido, sólo había repetido lo que ella le decía cada vez que le sacaba en cara algo.

—¿Dije algo malo? ¿Lo pronuncié mal?— Preguntó ladeando la cabeza.

La chica negó echándose aire.— Ay, gisus, virgencita, denme fuerzas para no agarrarmelo en medio de la clase.— Dijo observando al techo, mientras seguía echándose aire, el chico la miró más confundido.

—¿Entonces?—

—Los héroes como tú no pueden repetir esas cosas.— Volvió a su modo, tocando su nariz.

El chico sonrió.

—¡Muy bien, pegaremos las razones de todos alrededor del salón! — Gritó la maestra llamando la atención de todos.

—Numa sisierto.—Recordó lo que hablaba con el peli-morado.— Vamos, dejame ver que escribiste.- Pidió acercándose a ver su escritorio.

Él se lo pensó y accedió, moviéndolo discretamente para que solo ella lo leyera, aunque las mejillas se le ponían rojas de pensarlo.

"Quiero ser héroe para demostrar que un quirk no define que tan buen héroe serás."

La chica abrió un poco su boca, asombrada mientras leía lo que había escrito su amigo.

Aunque sea un poco, Shinsou había subido su autoestima, todavía quedaba un largo camino por recorrer, y tal vez ella sola no lograría abrirle los ojos, pero estaba segura de querer ver y estar en el momento que él comenzara a amarse a si mismo.

Porque para amar a alguien más, primero debes amarte a ti mismo.

En la cabeza de la castaña algo hizo click.

Devolvió su vista a su carpeta y sacó una hoja de su cuaderno, comenzando a escribir.

—¿Que haces?— Preguntó interesando al verla tan concentrada escribiendo.

—Ya se la razón por la cual quiero ser héroe...— Dijo al terminar de escribir, observándolo con sus ojos café.

El chico sintió su corazón later más rápido al ver como ella lo observaba, apartó la mirada intimidado. —¿Y cual es?— Dijo tratando de sonar desinteresado.

La chica le extendió su papel para que lo viera.

“Ser héroe para estar a su lado.”

El oji-morado observó confundido las palabras, dándole una mirada para que le diera una respuesta.

—Te diré lo que dice luego del festival. — Afirmó sonriendo.

Él iba a decir algo más, pero la campana sonó indicando el fin de las clases.

—Sus papeles.— Pidió el delegado de la clase, Hitoshi se los entregó.

—Al fin libertaaad.— Exclamó levantándose y estirándose.— ¿Vienes a mi casa a ver al Erased?— Preguntó colocándose su maletín en el hombro.

—Sí, tengo ganas de acariciarlo.— Dijo saliendo.

—Es un amor ese gato, aunque bien pituco, mira que solo toma agua hervida, le doy del caño y él esta tipo TAS loca.— Comenzó a contar hasta que no notó a donde iban.— Oye, Hitoshi, ¿A donde vamos?— Preguntó viéndolo, él solo observaba al frente.

—Tenemos que hacer una parada antes.— Dijo con la mirada al frente, ella observó al frente notando una gran cantidad de alumnos en la clase 1 - A.

—Oks, yo te sigo.— Acomodó su maletín despreocupada.

—Haz que se muevan y me dejen llegar al frente. — Dijo serio.

—Ok.— Los alumnos se abrieron dejando pasar a ambos, aunque estos estaban tan metidos en lo suyo que no lo notaron hasta que el peli-morado comenzó a hablar.

La chica vio asombrada todo el monólogo de su amigo, le gustaba esa parte de él, muy misteriosa.

Ella se quedó al margen mientras lo dejaba ser, hasta que él comenzó a darse la vuelta y ella abrió un espacio entre los alumnos de nuevo.

—Ah, ¿Que tal lo hice? — Dijo inspirando profundamente una vez estuvieron lejos.

—¡Amazing!— Dijo aplaudiendo y silbando.— Por favor, denle un Oscar a este csm.— Dijo riendo con las mejillas rosas.

En verdad le gustaba esa parte de él, pero se calmó, ya no era una puberta de trece.

—Vamos a mostrar el talento de la clase de Estudios Generales.— Dijo con una sonrisa socarrona.

—Saquemosle la mierda a esos niños fresas.— Imitó su sonrisa.

Y ambos continuaron su camino a la casa de la latina.