CAPITULO XXXV
Le di una última mirada a Logan antes de darme la vuelta y salir de ahí.
No quería verlo. Saber que yo le había entregado mi corazón a alguien que en ningún momento me quiso, me hacía sentir ridículo. Bajé las escaleras con prisa y tuve que limpiar una que otra vez mi rostro por las lágrimas. Cuando llegué a la puerta de entrada, me di cuenta de que estaba comenzando a llover.
Todo era genial, al mundo no le bastaba que tuviera el corazón roto, sino que también tenían que mandarme lluvia para terminar de hacer las cosas peores. Pero poco me importó eso, me puse la capucha del suéter y salí hacia la lluvia. Quería alejarme de esa casa, necesitaba estar solo y recordarme una y otra vez que había sido un estúpido. Necesitaba dejar de llorar por Logan y tenía que olvidar el dolor en mi pecho, pero algo me decía que esas últimas dos serían las dos más difíciles.
—¡Thomas!
Escuché los gritos de Logan, pero no me detuve, como siempre solía hacerlo cuando el me llamaba antes. Seguí mi camino, ignorando su presencia detrás de mi. Estaba a punto de salir del jardín que tenía la casa, pero fui detenido por un agarre en mi brazo que me hizo girar y quedar frente a la persona que menos quería cerca.
—No te vayas, por favor... puedo explicarte todo
Me solté de su agarre y puse distancia entre nosotros. Ahora llevaba una camisa y un short que no servía de nada, ya que la lluvia lo había empapado lo suficiente.
—¿Qué me vas a explicar, Logan? —reí irónico—. ¿Me dirás en la cara que tu plan sí funcionó y que te alegras de hacerme quedar como un tonto?
—No, no, las cosas no son así. Yo... lo que tú significas para mí... Por favor, entra, estás mojado y no quiero que te enfermes.
—¿Ahora resulta que te preocupas por mí? —Una sonrisa triste apareció en mi rostro—. Por estas cosas creí de verdad en lo que me decías.
Que tonto había sido y seguía siendo, su preocupación por mí me había parecido sincera y por un momento cuestioné el aceptar su oferta, pero recordé sus palabras, no solo las de ese día, sino todas aquellas palabras hirientes que él mismo me había dicho meses atrás. Debí guiarme por todo aquello y no por los pocos momentos buenos que me regalaba a su lado. Debía haberle hecho caso a la razón y no a mi maldito corazón.
Debí haberme dado cuenta de las mentiras desde el principio, alguien como él nunca se enamoraría de mí. Si las posibilidades eran nulas en el pasado, ¿por qué cambiarían en el presente? Además, las personas como él no cambian, no importa el tiempo que pase.
—Lo siento, de verdad. —Él me vio confuso por mis palabras—. Lamento no haber sido una chica y que acostarte conmigo haya sido tan asqueroso, seguro tuviste que contener las náuseas cada vez me besabas...
—Thomas, las cosas no fueron así. —Él intentó tocarme, pero yo evité su mano.
—¿Entonces cómo fueron, Logan? —Mi voz salió desgarrada, no quería llorar frente a él, pero me era imposible no hacerlo—. ¿Me dirás que todo lo que escuché allá adentro fue falso y que me quieres?
Espere y rogué, rogué con todas mis fuerzas que su respuesta fuera esa, que todo lo que había escuchado era falso y que lo dijo solo para quedar bien. Aún guardaba las esperanzas en que la mirada de aquella noche no fuera falsa. Pero no obtuve respuesta, en cambio sus labios se volvieron una línea recta y no intentó acercarse más a mí.
Mis lágrimas aumentaron, pero gracias a la lluvia no logró distinguirse.
—Fue divertido, ¿no? Jugar con el estúpido chico gay de la escuela. Jugar con sus sentimientos y aprovecharte de que él estaba jodidamente enamorado de ti.
Eso pareció sorprenderle, pero no me detuve, necesitaba sacar todo lo que sentía.
—¡¿No te bastó con joderme la vida hace ocho años?! ¿No tuviste suficiente con golpearme, insultarme, lastimarme de tantas maneras posibles? ¡No! ¡El chico tenía que regresar y terminarme de arruinar la vida! Claro está, ahora no me golpeaste, porque de haberlo hecho te habría regresado golpe, pero en su lugar me hiciste creer que me querías, que en un futuro podríamos estar juntos y como un estúpido que soy, te creí. ¡Te creí, maldita sea!
—¿Hace...? ¿Hace ocho años? No sé de qué estás hablando.
Me acerqué a él lo suficiente para que nuestros rostros estuvieran cerca, pero esta vez no sentía mariposas en el estómago, la rabia y el dolor era lo que emanaba de mi cuerpo, además de tristeza.
—¿Recuerdas a es niño al que le hiciste daño? ¿Recuerdas la historia que me contaste en ese acantilado? —Él asintió—. ¿Recuerdas todo el dolor que le causaste? Porque yo lo recuerdo todo perfectamente. Recuerdo tus golpes, los insultos, recuerdo cómo me encerrabas en un cuarto oscuro a pesar de rogarte que no lo hicieras. Recuerdo como lloraba en las noches pidiendo que ese infierno se acabara.
—Ese niño...
—Era yo, Logan. Una vez más lograste hacerme daño, y esta vez de una manera que no me esperaba.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No quería lastimarte —dije sincero—. Mi plan principal era decírtelo, pero si lo hacía corría el riesgo de lastimarte y era lo que menos quería. Para mí siempre fuiste primero, y por eso... porque te amaba, prefería guardar silencio. Pero era lo contrario para ti, a ti nunca te importó lastimarme con tus actos o palabras.
—Me... ¿amabas? Ya no...Thomas, yo nunca quise lastimarte, eh...yo...
—Pero lo hiciste. —Reí sin gracia—. ¿Sabes, Logan? Mi razón para odiarte era tan grande... pero la olvidé porque estaba enamorado de ti, olvidé muchas cosas por querer estar a tu lado. Y no debí hacerlo, debí seguir odiándote con mi alma, aferrarme a ese odio, pero en el corazón no se manda.
Por primera vez fijé mi vista detrás de Logan y me di cuenta de que Rosy nos observaba con una expresión torcida en el rostro. Ella notó que la miraba y no supo si irse o acercarse más, así que le ahorré ese trabajo.
—Lograste lo que querías, Rosy, pero aún así, nunca me molestaría con alguien como tú.
No me contestó y agradecí eso, no quería seguir perdiendo mi tiempo aquí.
—Logan, no vuelvas a hablar conmigo, olvida que existo así como lo hiciste hace ocho años. Adiós para siempre.
Emprendí de nuevo mi caminar, no fui capaz de dar muchos pasos, la mano de Logan tomó la mía. Cerré los ojos con fuerza, su tacto ardía en la palma de mi mano, quería alejarme de allí, ya no había nada para hablar, ya los dos habíamos dicho lo suficiente para comprender que nunca hubo un nosotros. ¿Por qué no me dejaba ir?
Entonces, como si él estuviera leyendo mi mente, habló.
—Prometiste quedarte a mi lado —balbuceó.
—Lo hice, y claramente te dije: Me quedaré a tu lado hasta que mi corazón no pueda más, y justo ahora, mi corazón está tan roto que no creo que pueda volver a unir sus piezas.
Intenté soltarme, pero su agarre se hizo más firme.
—No puedes irte... no quiero que te vayas, no quiero que me dejes solo —masculló.
—Dime solo una buena razón para que me quede, dime algo que no sea una mentira y me quedaré.
Pasaron unos segundos y el agarre en mi mano se intensificó más, logrando lastimarme.
—Te amo, Thomas... te amo más que nadie en el mundo.
Una sonrisa triste surcó mis labios. Cuánto había esperado por escuchar esas palabras días atrás, le hubiera creído sin dudar, pero ahora, sabía que detrás de esas palabras no había nada, ni una sola gota de amor.
Me solté de su agarre y eso pareció dolerle.
—Te dije que no me mintieras —susurré—. Adiós, Logan.
Y esa vez... él no me detuvo.
No volteé a ver Logan una última vez, temía que mis pasos vacilaran al verlo. Su expresión dolida me conmovió por un momento, pero esta vez sabía que estaba haciendo lo correcto. Me fui de esa casa tan rápido como pude, no me importó la fuerte lluvia que caía sobre mí. No fue hasta que estuve lo suficientemente lejos de ahí que mis piernas se debilitaron y cayeron de rodillas en la acera.
Y exploté, llevé mis manos hacia mi rostro y ahogué un grito de frustración, las lágrimas salían sin piedad y yo no me esforcé por detenerlas.
Eso era sufrir por un amor que nunca te correspondió.
Eso era caer de las nubes, de las propias ilusiones que tú habías creado.
Eso se sentía el haber dado todo por una persona que no lo merecía.
Y ese era el peor dolor de todos los que había sufrido en mi vida.
Eso era tener el corazón roto.
(...)
No fui consciente hacia dónde me dirigía, la lluvia no disminuía su fuerza, y solo dejé que mis pies me guiaran. Cuando volví en mí, me encontraba frente al hotel donde se estaban quedando Anna y su madre.
Entré y la recepcionista me dio una mirada de muerte que ignoré. Sabía que me veía mal, mis ojos seguro estaban hinchados de tanto llorar y mi ropa mojada no hablaba muy bien de mí, aun así me dejó entrar después de dar los datos de la habitación. Subí sin muchos ánimos y el ascensor me dejó en el piso número tres, avancé por el pasillo y toqué en la habitación 33.
No pasó mucho tiempo cuando la señora Elena me abrió con una sonrisa que se desvaneció al ver mi aspecto. Entré en la habitación y ella me preguntó sobre algo, y me sentí mal por no prestarle atención, pero justo en ese momento solo necesitaba a mi mejor amiga conmigo. Necesitaba un abrazo de su parte, un regaño, un sermón, algo que me distrajera del dolor en mi pecho.
La encontré poco después en su habitación, pero no estaba sola, nuestro profesor de arte estaba frente a ella en cuclillas mientras limpiaba una que otra lágrimas de su rostro, eso me alarmó, pero me mantuve al margen, ellos estaban en su momento y no quería interrumpirlos.
—Anna, por favor, deja de llorar.
—No puedo. —Sorbió un poco su nariz—. Me siento como la peor amiga del mundo, no pude darme cuenta de lo que le pasaba a Thomas y el dolor por el que estaba pasando.
—Tú no podías adivinarlo. Si Thomas se guardó todo aquello, su razones tendrá.
—Pero aun así me siento culpable, tal vez todo eso formaba parte del estúpido plan de Rosy y Logan, y no pude evitarlo.
Más puñales llegaron. Anna sabía sobre ese estúpido plan y no me dijo nada, dejó que fuera con Logan y me enterara de la peor manera, pero si no hubiera escuchado a Logan hablar con Rosy, seguiría sumergido en ese mar de mentiras y creyendo cosas que nunca fueron reales.
La rabia se apoderó una vez más de mi cuerpo y sin que se lo esperara, di un fuerte golpe en la puerta con mi puño, llamando su atención.
—¿Lo sabías? —cuestioné—. Sabías de todo eso y no me lo dijiste...
Anna me veía aterrada. Se acercó a mí, pero me alejé, sus ojos estaban cristalinos y un poco hinchados, su labio inferior temblaba.
—Escuchaste las cosas fuera de contexto. Pero... Thomas, ¿ya sabes sobre el plan? —Ella reparó en mi aspecto y su labio tembló aun más—. ¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron...?
—Nada, solo me enteré de que Logan nunca me quiso, de que todos estos meses junto a él fueron por un maldito plan para que yo me enamorara y luego el pudiera tirarme a la basura. ¿Y sabes qué es lo peor? —Sorbí mi nariz—. Que funcionó. Caí en sus mentiras y creí que me quería. ¿Pero para qué te digo todo esto? Tú ya lo sabías, ¿no?
¿Quién más me había mentido? ¿Cuántas personas más sabían sobre esta mentira? ¿Cuántas personas más se reían a mis espaldas al verme tan enamorado de Logan? Todos sabían que este día tan doloroso llegaría, excepto yo.
—¿Jonah también sabía de esto?
—¡No! —contestó enseguida—. Solo yo sabía sobre ello. Pero... Thom, las cosas de verdad no son como crees.
—No te creo nada, Anna —le aseguré—. Resulta que las personas más importantes en mi vida, me mintieron y me ocultaron toda la verdad, sabiendo que iba a sufrir —negué con la cabeza—. No puedo creerte.
Salí de ahí con una rabia y tristeza acumulada en mi interior. Había vivido en una mentira durante cinco meses y nadie fue capaz de sacarme de ella. Solo faltaba que mis padres también lo supieran y que me estuvieran esperando en casa para burlarse de mí.
«Mi padres...».
No podía volver a casa en mi estado, no quería y no tenía las fuerzas para poder enfrentarlos, y no podía seguir bajo la lluvia, pero... ¿Tenía un lugar al que ir? Los lugares que yo creía mi segundo hogar, donde podría refugiar mi corazón roto, fueron donde más me hicieron daño.
¿Quedaba alguien que no me hubiera mentido?
Como lo había hecho hacía unas horas, deje que mis pies me guiaran al único lugar que tal vez aún era seguro.
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Bueno...creo que muchas emociones para solo un capítulo¿No?
Muchas gracias a todos los que lees y comentán, no puedo contestar sus comentarios, no porque no quiera, sino porque mi internet no es el mejor y el tiempo no me da, pero siempre los leo y aprecio todos sus comentarios.
Muchas gracias también por los 10K de lecturas y el 1K de votos, que esto no sería posible sin ustedes.
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