CAPITULO XXVII

—Muy bien, escuchen.

El profesor Davis se para frente a todos nosotros, su aspecto no es el mejor, su cabello está revuelto y su ropa está muy mal acomodada, también tiene unas notables ojeras. Se ve incluso peor que aquella noche que fue a buscarme y en parte se lo agradezco, ya que me salvó de uno de los peores momentos incómodos con Logan.

Al inicio llegó con una actitud desafiante y con todas las ganas de luchar, pero gracias al alcohol que traía encima no pudo hacerlo. Además, algo que me pareció absurdo fue que pensara que entre Anna y yo había algo más que una amistad. Le expliqué las cosas, el me contó su parte de la historia —bueno, lo único que sé hasta ahora, ya que Anna no me ha contado nada aún, aparte de que él tenía una supuesta pareja— y lo único que puedo decir es que me pareció muy honesto, no pude encontrar ni una sola mentira en todo lo que me dijo.

Lo único que hice al final fue darle un consejo, y era que nunca se rindiera con Anna. Más allá de que su relación sea mal vista por los demás porque son profesor y alumna, puedo ver que a Anna también le gusta él, pero desgraciadamente para ella, hay más impedimentos que ese, el trauma más grande que pudo haber vivido una niña.

—El día de hoy harán esculturas, serán algunos puntos extra en sus notas para aquellas personas que puedan reprobar. —El profesor lleva una de sus manos hacia su sien y la aprieta como si no soportara el dolor—. Dejé instrucciones de cómo hacerlas en sus lugares, y les recuerdo que algunos grupos no han entregado la parte práctica de sus proyectos, entre ellos el grupo de la señorita Martínez y el del joven Roberts. —Él hace una pequeña pausa y deja salir un suspiro cansado—. Eso es todo por hoy. Lo siento, chicos, me retiro, el día de hoy no me siento muy bien.

El profesor Davis sale del salón, llevando sus manos hacia su cabeza. Poco tiempo después, todos los que están en la clase comienzan a murmurar y criticar las condiciones de nuestro maestro, y uno de los rumores más graves es que estaba ebrio o tenía reseca. Parece la más acertada, ya que desde que entramos al salón el olor a alcohol nos penetró la nariz hasta el punto de hacerlo desagradable.

Saco los materiales que el profesor nos brindó, pero dejo la arcilla aún en su paquete, ya que si la saco podría secarse y sería imposible moldearla. Hago un pequeño boceto sobre lo que sería más fácil hacer para mí, tomando en cuenta que mis habilidades a la hora de hacer esculturas no es la mejor. Al final elijo hacer una flor. Voy a comenzar cuando Anna pasa a mi lado un poco nerviosa y me preocupo.

—Anna, ¿a dónde vas? —susurro para no llamar las atención de mis compañeros.

—Olvidé algunas cosas en mi casillero, regreso enseguida.

Ella no me da tiempo de preguntarle algo más, y sale tan rápido que ni siquiera me doy cuenta.

«Sería más fácil si solo me dijeras que estás preocupada por el profesor».

Tengo que empezar a hacer la escultura, pero... ¿la arcilla se tiene que mojar? Solo recuerdo que no debí sacarla del empaque o podría secarse, pero si le pongo agua, ¿se arruinará? Tal vez pueda preguntarle a alguien...

«Logan».

Cierto, él me dijo que desde pequeño a hecho esto, no creo que sea malo pedir su ayuda.

—Logan. —Gracias a que está a mi lado logro llamar su atención sin mucho esfuerzo—. ¿Podrías ayudarme?

—Claro. ¿Qué necesitas?

—¿La arcilla tiene que mojarse?

—No. —Él trata de ocultar su sonrisa y de parecer serio ante mi pregunta, pero falla y logra avergonzarme—. La arcilla es fácil de moldear, pero si tardas mucho se endurecerá y ya no podrás moldearla, mi único consejo es que utilices un poco y conforme avances agregues más arcilla.

—¡Gracias! La última vez que hice algo como esto fue hace dos años. —Saco un poco de la arcilla que tengo y comienzo a moldearla un poco.

Logro sentir la mirada de Logan sobre mí, observando cada unos de mis movimientos, logrando que me ponga aun más nervioso. Así que para distraerme observo su lugar y me doy cuenta de que sus cosas estan intactas.

—¿Tu no esculpirás nada?

—No. ¿Recuerdas lo que te conté sobre mis padres? —Asiento como respuesta—. Pues la verdad no estoy de humor para recordar aquellos tiempos y puede que mis notas bajen, pero prefiero eso a lo otro.

Él se queda callado un momento y su ceño se frunce un poco, haciendo evidente que el tema sigue sin gustarle.

—Pues es una pena. Me hubiera gustado verte alguna vez haciendo esculturas, creo que deberías sustituir esos malos recuerdos por unos buenos —opino—. No deberías dejar de hacer lo que amas por culpa de ellos.

Evito mirarlo a toda costa y me concentro en lo que está frente a mí. Empiezo —o hago el intento— a esculpir la flor con el boceto que tengo, pero se me hace un poco difícil ya que la arcilla está comenzando a secarse —como dijo Logan— y darle forma de esta manera no es muy buen trabajo.

—¿Qué es lo estás haciendo? —Logan se pone detrás de mí y toma mis manos, tomándome desprevenido—. Si haces eso, no funcionará. Primero tienes que amasarla un poco.

—Sí...

Es lo único que logro contestar.

Mi corazón se detuvo por un momento para luego latir con todas sus fuerzas. Trato de poner atención a lo que me dice Logan, pero me es imposible, solo puedo prestar atención a sus manos sobre la mías, donde su toque envía escalofríos a mi cuerpo por su cercanía, y sentir su pesada y cálida respiración cerca de mi odio no mejora nada la situación. Estoy seguro de que mi rostro debe ser un poema épico ahora mismo.

¡Cálmate, maldito corazón!

«Solo te está explicando algunas cosas básicas —para el— sobre cómo esculpir, no es para tanto, y mucho menos para que te pongas así de alterado.

—Oye, mira.

—Es Thomas Garkson, ¿verdad? El chico que dice ser gay.

—Sí, es él. Ha rechazado a la mayoría de las chicas por esa razón, y es una pena.

—Eso no importa. Que esté coqueteando con otro chico en clases es... asqueroso.

Los murmullos de las chicas detrás de nosotros siguen. Trato de hacer lo imposible por ignorarlos, pero están hablando lo suficientemente fuerte como para que pueda escucharlas, y si yo logro oírlas, estoy seguro de que Logan también.

Esto es malo, debo apartarme de Logan y enfrentar a las chicas, aclarar que Logan y yo no estamos haciendo eso y que no les interesa si soy gay o no. Pero por alguna razón... mis manos están temblando y siento una fuerte opresión en el estómago de solo escucharlas.

«Maricón de mierda».

«A las personas como tú hay que exterminarlas».

«No me toques, es asqueroso».

¿Por qué estoy recordando todas esas cosas ahora mismo?

—Gracias... Logan. Ahora lo comprendo. —Me levanto y me separo de Logan de una forma brusca—. Ahora volveré a mi lugar.

—¿Estás bien?

Tomo mis cosas y las dejo en mi asiento, pero comienzo a marearme y salgo de clase. Voy hacia los baños y me encierro en uno de los cubículos. Me siento y trato de calmarme, la presión en mi estómago se hace más grande hasta el punto de querer vomitar, y mis manos no dejan de temblar.

«Asqueroso».

«Asqueroso».

«Asqueroso».

Trato de respirar normalmente y logro calmarme un poco, hasta que mi estómago deja de doler y las voces se detienen. Hace tiempo que no tenía estos ataques, habían regresado cuando volví a ver a Logan, pero se habían detenido y ahora siento que el golpe fue aun peor.

Siento que regresé a mis tiempos de primaria y estoy reviviendo todo aquello que pasé, pero peor que antes. Había olvidado cómo era tenerle miedo a las personas a mi alrededor...

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Quería esperar un poco más para subir este capítulo, pero me fue imposible, la emoción gano más y bueno...aquí lea dejo esto y espero que le guste.

Muchas gracias a todos los que leen mi historia y le dan una oportunidad.

Les mando muchos abrazos a todo.
Atte: FerLemuz 🎨

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