CAPITULO XXI
Logan
Una semana.
Ya ha pasado una semana desde que comencé a evitar a Thomas. No hablamos, y si llegamos a tener clases juntos, evito por todos los medios hacer cualquier contacto físico con él. Y la verdad... lo voy a admitir, me comporté como un total idiota, pero he vivido desde pequeño con las ideas que mi madre me ha inculcado sobre la homosexualidad, dictando que ese es el mayor pecado que existe.
No es una excusa para mi comportamiento, pero no puedo evitar ver como algo anormal que le gusten lo hombres.
—Amor, ya estoy aquí. —Rosy aparece de repente, se sienta junto a mí y se recuesta sobre mi hombro—. ¿Me extrañaste?
—Deja la cursilería —digo apartándola de mí—. No somos una pareja, solo tenemos sexo, y ese no es motivo para que seas tan cariñosa. Además, odio esos apodos.
—Las cosas son tan aburridas contigo. —Ella rueda lo ojos, para luego levantarse y ponerse un poco de labial—. Como sea. ¿Quieres hacerlo? Estoy aburrida y tal vez algo de acción me ayude.
—Estamos en la escuela.
—¿Y? —cuestiona sin darle mucha importancia.
—Aún hay alumnos cerca.
—Como dije antes... ¡aburrido!
Rosy, una chica que conocí hace una semana y que por casualidad asistía a mi misma a escuela. Por el tiempo que llevamos conociéndonos me he dado cuenta de que es una chica intensa, si quiere algo, va a por ello y no para hasta que lo consigue, le vale una mierda lo que las personas piensen de ella, solo le interesa su propio beneficio, y es alguien que no desearías tener como enemiga.
Sé todo eso, pero también es alguien que cumple su palabra. Lo nuestro es algo casual, si alguno de los dos tiene la necesidad de sacar algo de estrés, alguno busca al otro, lo hacemos y nos despedimos, fin de la historia. No me pide nada a cambio y eso es lo mejor de todo, no tener la preocupación de que alguno llegue a sentir algo por el otro —cosa que dudo que suceda—. Es solo diversión.
—No lo haré con los alumnos cerca.
—Vamos, Logan. Si lo haces ahora dejaré los apodos cariñosos que tanto odias. —Ella se inclina hacia mí, quedando cerca de mi oído—. Demuéstrame que eres un hombre.
Dejo salir un suspiro cansado por su insistencia y termino aceptando.
—Hagámoslo, pero no quiero que nada de eso salga de tu boca, ni siquiera los «te quiero» o «te amo» cuando estamos haciéndolo —demando.
—Está bien, pero... ¿por qué lo odias tanto? No es como si te lo dijera en serio.
—Es por eso mismo, Rosy
Esas palabras me recuerdan algo muy malo.
—¿Y qué harás cuando te enamores? —pregunta con interés—. No me digas que serás todo un idiota y nunca le dirás te amo a esa persona.
—Yo nunca me enamoraré de alguien, tampoco sé si pueda hacerlo. —Es la verdad, no creo en las personas que se profesan amor, porque mis padres me dejaron en claro que el amor siempre termina acabándose—. Pero si algún día llegara a pasar... cuando le diga «te amo», significará solo una cosa.
—¿Qué cosa, Logan?
—Que mi alma y mi corazón están en sus manos y con solo una palabra podría derrumbar todo en mí, incluso destruirme si lo desea.
—Eres tan complicado, Logan Anson.
—Lo mismo va para ti, Rosy. —Tomo su mano y doy por terminada la conversación.
Caminamos por los pasillos de la escuela, asegurándonos en cada esquina de que no haya ninguna persona cerca. Cuando llegamos a la cafetería nos aseguramos de nuevo y entramos. De inmediato ella se lanza hacia mí, besándome con ferocidad, poniendo sus brazos alrededor de mi cuello y jugando con algunos mechones largos de mi cabello castaño.
Le devuelvo el beso con la misma intensidad, llevo mi manos hacia su trasero y lo aprieto. La levanto y hago que enrede sus piernas en mi cadera, la llevo hacia una de las mesas de la cafetería y la recuesto. Comienzo a dejar pequeños besos en su cuello hasta descender hacia uno de sus pechos, besando lo que sobresale de él y estrujando el otro con mi mano, pero ella tira de mi cabello para besarme de nuevo.
—Ya me cansé del juego previo —jadea, mientras desliza su pie hacia mi erección, presionándola, logrando que suelto un gruñido—. Es hora de ir al premio mayor.
La beso, ella comienza a desabrochar los botones de mi pantalón y baja el cierre. Todo va bien, hasta que logro sentir una sacudida en mi hombro, la ignoro pensando que talvez fue parte de mi imaginación. Continúo, pero no pasa mucho tiempo hasta que siento de nuevo otra sacudida en mi hombro, pero con mayor fuerza. Molesto por la interrupción me separo de ella, y encaro a la persona que está interrumpiéndonos.
Me llevo una sorpresa cuando veo a Thomas frente a mí, y su expresión neutral ante la situación que hay frente a sus ojos, pero mi molestia es mucho mayor que mi sorpresa.
—¿Qué mierda quieres?
—Me alegra saber que estás feliz de verme.—dice con evidente sarcasmo en su voz.
—No estoy para juegos ahora, Garkson.—digo serio.
—Oh, perdone por molestarlo, su majestad. Créeme, yo no estoy aquí porque quiero. Anna tuvo algunos inconvenientes y me pidió a mí que viniera y te pidiera tu parte del trabajo.
—¿No pudiste hacerlo después? Estaba ocupado con Rosa.
—Logui, cariño... es Rosy —habla Rosy detrás de nosotros, claramente indignada por el hecho de que haya olvidado su nombre.
—Eso fue lo que dije, nena.
—Logan, yo tampoco quería arruinar tu momento de pasión con tu novia...
—¡No es mi novia! —aclaro alterado.
—¡No me importa! —responde de la misma forma—. Solo dame tu parte del trabajo. Sé que mi sola presencia es muy incómoda para ti.
Voy hacia mi mochila y busco en todos lados tratando de encontrar lo más pronto posible la bendita USB que tanto quiere y que se vaya de una vez. La encuentro, y sin quitar la expresión de molestia de mi rostro se la entrego, nuestras manos llegan a rozarse, y por algún motivo anhelo un poco más que un solo pequeño roce de parte de Thomas.
Pero luego esas malditas palabras que llevo escuchando desde mi infancia retumbaron en mi cabeza.
«Cariño, prométeme que tú nunca me traicionarás, tu no te convertirás en uno de ellos, tu no contraerás esa enfermedad».
Hago mi mano a un lado tan rápido como puedo, y por un acto reflejo limpio mi mano con la chaqueta de lona que aún llevo puesta. Acto que no pasa desapercibido para Thomas.
—¿Sabes qué, Logan? Soy gay... ¡Gay! No tengo ninguna puta enfermedad para que tengas que limpiar tu mano. —La furia explota en los ojos de Thomas.
—Yo no... —intento dar alguna excusa, pero él ni siquiera me deja hablar.
—¿No lo hiciste? —ríe amargamente—. ¿Tienes miedo de que si me tocas, mágicamente te gustarán los hombres? No te preocupes, por lo que he visto hace unos minutos eres un macho hecho y derecho.
Me quedo callado porque creo que es lo mejor, si sigo hablando solo lograré empeorar las cosas. Además, me siento avergonzado por lo que hice y no puedo verlo a la cara.
—Bueno, ya no tengo nada que hacer aquí, pueden seguir con lo que estaban haciendo. Porque amigo, puedo ver que aún quieres un poco más de diversión con tu amiga.
Thomas se da vuelta y así como llegó, también se esfuma del lugar. Rosy se va detrás de el. ¿Pará qué? No me importa en lo absoluto, pero me siento mal. Es cierto, Thomas no me cae para nada bien, nuestras personalidades siempre están chocando, y debería importarme una mierda lo que le pase y lo que yo haga, pero su rostro y sus increíbles ojos miel... no paran de recordarme a ese niño.
—¡Él es un imbécil! —Rosy entra a la cafetería, su cara está roja y parece un pequeño tomate—. ¡Pero un imbécil tan sexy!
—¿Ahora de quién estás hablando? —pregunto con un poco de fastidio.
—Del chico que acaba de irse, es completamente mi tipo. ¿Cómo es que le dijiste? ¿Garson? ¿Garkson?
—Hablas de Thomas Garkson.
—¡Sí! —grita emocionada—. Cabello negro, ojos miel, alto, tez un poco pálida, labios carnosos. —Ella muerde su labio en acto de coquetería—. Sí, es mi tipo.
—Pierdes tu tiempo, él es gay.
—Lo sé, me lo dijo cuando le ofrecí pasar una noche de diversión, ¡y me rechazó! —Ahora su cara es de pura rabia, sus ojos soñadores se han ido. Rosy es la chica más bipolar que he conocido hasta ahora.—No puedo creer que me rechazara.
—Sí, el cometió el mayor de los pecados—digo fingiendo preocupación—. Es un idiota, olvídate de él, no vas a lograr nada.
—¿Acaso esta semana conmigo no te ha dejado las cosas claras? —Ella toma mi rostro entre sus manos, deposita un pequeño beso en mis labios y me observa picardía—. Siempre consigo lo que quiero, Logui. —Me suelta y se para frente a mí, cruzando sus brazos sobre su pecho—. Quería preguntarte si conocías algo de él para poder acercarme, pero parece que se llevan mal. ¿Puedo saber qué fue lo que pasó?
Me encojo de hombros, restándole importancia, y lo suelto sin más.
—Me rompió la nariz el primer día de escuela, desde eso siempre chocamos. Su actitud es demasiado arrogante, su expresión siempre es de querer alejar a todos. Las únicas veces que lo he visto sonreír es junto a su amiga. Y para empeorar las cosas... es gay.
Rosy deja salir una fuerte carcajada y me mira como si estuviera loco.
—¿Así que lo odias?
—Sí —contesto sin dudar—. Quiero devolver el golpe que me dió el primer día de clases, pero que sea mil veces más doloroso.
—Creo que tengo un plan para eso. —La sonrisa maliciosa de Rosy llega a asustarme, pero la escucho, ya que desde el primer día lo único que siento es odio hacia él y su actitud—. Pero necesito tu ayuda en esto, Logan. ¿Tu estás dispuesto a hacer todo lo que te diga? Cobrarás venganza y yo saldré beneficiada después, cuando Thomas venga corriendo a mis brazos.
—¿Cuál es tu plan? —La duda me quema el alma.
—Escúchame y toma nota, mi querido Logan. Con esto no solo le devolverás el golpe mil veces más fuerte, sino que lo destruirás y talvez no haya manera de que vuelva a reconstruirse. Sabiendo esto... ¿aceptas destruir a Thomas Garkson? —Ella estira su mano hacia mí.
Y yo la tomo sin dudar, rebosante de seguridad. No había nada que pensar, solo escuchar el plan de Rosy encendió una llama en mí, que siguió arrastrándome.
Sí estaba enfadado con Thomas por haberme golpeado, su actitud era un poco insoportable, pero eran cosas tan insignificantes, que en ese momento no supe entender. Y muy en el fondo sabía que la mayor razón para haber aceptado fue el simple hecho de que él era gay, y porque eso resultaba extraño y asqueroso para mí.
Fue el error más grande que cometí en la vida, tomar la mano de Rosy, aceptar el estudiado plan que armó. Debí haberlo rechazado y apartarme.
Desde ese momento comencé a cavar mi propia tumba. Cuando fui conociendo mucho más a Thomas, solo me daba cuenta de que él no era todo lo que yo decía, había más en él que solo esa enorme capucha y la actitud de mierda que demostraba siempre. Detrás de eso había un chico con una gran pasión por el arte, una hermosa sonrisa que casi no siempre mostraba, valentía, seguridad al decir lo que pensaba sin importarle lo que lo demás pensaran, y sobre todo, un gran corazón que a pesar de lo que pasara, terminaba perdonándome y quedándose a mi lado. Después de mucho tiempo comencé a sentir eso que había perdido.
Cariño.
Sentir su cariño hacia mí fue lo mejor del mundo, sentir que le preocupaba a alguien y me quería... fue lo mejor. Pero yo estaba acabando con eso, poco a poco estaba destruyendo todo lo que él tenía, y no sabía cómo parar de hacerlo.
No sabía cómo parar de hacerle daño a la persona que comenzaba a amar...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top