CAPITULO XVIII
—«Adiós, mi capucha», o «adiós, castaño» —se burla Anna.
Al final no aguanta la risa y estalla en carcajadas, llamando la atención de todos a nuestro al rededor. Yo me avergüenzo y trato de ocultar mi rostro con la capucha del suéter, mientras intento meter mis libros en el casillero.
—Ahora me arrepiento de haberte contado todo... —mumuro para mí mismo.
—¿Dijiste algo?
—Nada, fósforo —digo con temor cuando veo que eleva su puño.
Cierro mi casillero y nos vamos juntos a nuestra clase de química. La clase aún está vacía, así que tenemos la opción de sentarnos en el fondo de la clase, como siempre. El profesor entra y aún así nadie le pone atención, él comienza la clase y aunque trato de ponerle atención termino desconectándome por completo. Fijo mi vista en el parque que se puede ver desde aquí, el mismo donde pasé buenos momentos con Anna y no tan buenos con Logan.
¿Cuánto ha pasado desde que me mudé? ¿Tres... o quizás cuatro meses?
En ese corto tiempo han pasado muchas cosas, y la última de todas fue la peor. Ver a alguien importante para ti siendo herido y tener la vida colgando de un hilo... es el peor sentimiento de todos. Espero que algo así no vuelva a pasar con nadie más. Además, el recuerdo del beso con cierto castaño idiota no para de rondar en mi cabeza por mucho que intento suprimirlo.
Y no importa cuánto lo piense, aún siento que estoy en un sueño. La verdad es que Logan —o al menos es lo que pienso— nunca me demostró cariño o algo parecido. Desde que nos reencontramos todo ha sido odio por ambas partes, nos vimos obligados a estar juntos gracias a la escuela, y aun así eso no detuvo a mi corazón de casi salirse de mi pecho por estar con él. Los momentos buenos hasta ahora han sido muy pocos. Llegaron las llamadas que me hizo borracho pidiendo que estuviera a su lado para luego volver a lo mismo e insultarme, luego su cambio de actitud, donde me pidió que fuéramos amigos y después... el beso.
Todo esto es muy confuso para mí.
No importa por dónde lo vea, creo que es muy raro... el cambio de actitud de Logan es muy raro.
¿Y qué quiso decir con «desde hoy haré las cosas bien contigo»? ¿Acaso se refiere a que desde ese momento hará las cosas bien para ser mi amigo o... le intereso como una pareja romántica? Pero estoy seguro de que él sigue viendo a Rosi, entonces... ¿qué es lo que quiere de mí?
«Ya me está dando dolor de cabeza».
—Tengo que dejar de pensar en eso por ahora —mumuro.
—¿Qué es lo que te atormenta, capucha?
—Nada importante, castaño —contesto de inmediato, pero luego me doy cuenta de quién está a mi lado y suelto un gritito nada masculino
El profesor Miller me ve de mala manera y todos en la clases comienza a reírse y murmurar. Bajo mi rostro por la vergüenza y algunos insultos pasan por mi cabeza cada vez que el profesor se acerca más a donde estoy.
—Señor Garkson, ¿tiene algo que compartir con la clase?
—La verdad es que no, señor...
—¿Podría explicar por qué gritó como si fuera una mujercita, y no como el hombre que es?
¿Mujercita? Ahora me vale una mierda que sea mi profesor, no voy a quedarme callado ante eso. Estoy a punto de levantarme de mi asiento y responderle, pero Logan pone su brazo frente a mi y logra detenerme.
—Yo puedo contestar eso, señor —dice Logan con una sonrisa—. Es obvio que Thomas se asustó al ver cómo tiene tanto pelo por todo el cuerpo. En serio, profesor, ¿no se ha visto en un espejo? Parece un maldito hombre lobo.
—¡Señor Anson! ¡Más le vale que controle esa boca suya!
—¿Por qué lo haría, profesor? Usted puede intentar humillarnos y está bien, ¿pero si lo hacemos nosotros está mal? A mí parecer es algo injusto, mucho más cuando solo le estoy diciendo la pura verdad...
Todos en la clase intentan disimular su risa, pero como siempre es Anna la que comienza a reírse sin descaro alguno y termina contagiando a los demás. El profesor se pone rojo —no sé si por la vergüenza o por la furia— y ve a Logan como si quisiera matarlo, pero Logan le da una sonrisa despreocupada y le deja en claro que no le importa nada.
—¡A la dirección, señor Anson!
—Vaya... y pensar lo mucho que me costó convencer a la pelirroja para cambiar de asientos.
Logan recoje sus cosas, y sin importarle que el profesor lo esté esperando en la entrada de la clase se queda un rato observándome, y luego me guiña un ojo antes de salir de la clase.
Las personas a mi alrededor comienzan a formar grupos pequeños y el alboroto se desata, desde pequeños cumplidos hacia el castaño hasta insultos hacia el profesor Miller, además de pequeñas diferencias de opinión sobre la actitud de ambos. Pero yo solo puedo seguir como un tonto viendo hacia la puerta y pensando sobre qué tipo de castigo le darán a Logan.
—Dejame decirte algo. —Anna aparece frente a mí y azota sus manos en la mesa, asustándome—. Eso fue muy genial de su parte.
—Fue estúpido, él no tenía que hacer eso por mí.
—Pero lo hizo, y... —Anna se detiene por un momento, pero después sigue— y eso solo demuestra que está yendo por el buen camino.
—Estoy preocupado por él.
—No lo estés. Estoy segura de que la directora tendrá algo de piedad con él. Además, el profesor Miller se merecía que alguien lo pusiera en su lugar.
Me recuesto sobre mis brazos y cierro mi ojos tratando de disminuir mi preocupación. Anna se sienta sobre la mesa y comienza a acariciar mi cabeza, algo que hace desde que somos niños y que logra tranquilizarme.
Y aunque no lo admita en voz alta, a mí también me pareció algo genial de su parte.
(...)
La hora del almuerzo llega y aún no sé nada sobre Logan. Cuando las primeras horas de clase terminaron fui corriendo a la sala de la directora, pero la secretaria Alice —de la cual no supe el nombre hasta hoy, y eso me dió algo de vergüenza— no me dejó pasar por mucho que le rogaué que me dejara hablar con la señora Janet.
Así que al final me rendí y vine con Anna a la cafetería. Compré algo de comida, pero no la he tocado para nada, solo juego con ella con mi tenedor. Por otro lado, Anna está comiendo como si no hubiera un mañana, y yo la observo mientras me preguntó qué tipo de brujería hace para no perder la figura.
Anna termina su comida y me da una mala mirada cuando se da cuenta de que solo estoy jugando con mis alimentos
—¿No vas a comer nada?
—Todo tuyo —digo deslizando la bandeja hacia ella.
—Pregunté si comerías, no si me lo darías.
—Pero sé que esperarás a que pase un poco de tiempo y luego me lo preguntarás como la cosa más casual del mundo —ella se cruza se brazos y hace un puchero al saber que descubrí su plan— así que sáltate esa parte y toma la comida.
—Me ofende que pienses eso de mí, Thomas. —Ella hace una expresión dolida—. Pero sería peor que la comida se desperdiciara, así que buen provecho.
Una pequeña sonrisa cruza por mi rostro al ver como Anna se deleita con cada bocado que come. Ella se da cuenta y me saca la lengua como una niña pequeña.
Decido que para distraerme lo mejor es dibujar, además tengo a una modelo perfecta frente a mí. Anna ahora está distraída, su mirada está vagando por los demás estudiantes, y es ahí donde comienzo. En menos de lo que pensaba consigo haver una base muy bien hecha, y como siempre me concentro en darle más detalles a su hermoso cabello rojizo y trato de resaltar hasta las pequeñas pecas de sus mejillas.
Alguien toca mi hombro y me asusto, y gracias a eso dibujo una gran línea en el rostro de Anna —algo que podré solucionar fácilmente, pero aun así me molesta— volteo hacia el culpable, pero me llevo una sorpresa al ver el rostro de mi maestro de arte frente a mí.
—Es un hermoso retrato, joven Garkson —dice con una sonrisa.
—¡Profesor Davis! ¿Qué lo trae por aquí?
Anna voltea tan rápido como puede cuando esas palabras salen de mi boca, podría jurar que fue una suerte que no se haya lastimado por la rapidez con la que giró su cabeza.
—Olvidé traer mi almuerzo, así que vine con la esperanza de conseguir algo, pero llegué muy tarde —como si lo hubiéramos invitado, el profesor Davis se sienta junto a Anna.
Ella trata de disimular su disgusto, pero falla por completo.
—Bueno... si hubiera llegado unos minutos atrás le habría dado mi comida, pero Anna tenía hambre... así que se la di a ella.
—No se preocupe, joven Garkson.
Nos quedamos en silencio. Por mi parte no sé que decir, mi mejor amiga sigue ingnorandolo su presencia y el profesor lo único que hace es reír, claramente incómodo. Intento pensar en algún tema de conversación, pero nada viene a mi cabeza, así que lo único que hago es jugar con mis dedos, demostrando mi incomodidad.
—¿Le parece bien si puedo seguir admirando el dibujo de hace un momento? De verdad me encantó, sobre todo la modelo.
Eso logra llamar la atención de Anna y por fin se digna a vernos.
—¿A quién dibujaste? —pregunta Anna con total interés.
—¿Pues a quién más? A la chica más linda que conozco—. El profesor cambia su sonrisa por una mueca cuando digo eso, y su mirada hacia mí me asusta un poco.
Le entrego mi cuadernillo con cautela, él lo toma y sigue observándome como si fuera su peor enemigo. Ni siquiera está viendo el dibujo, solo me ve a mí. Ahí es donde Anna aprovecha y se inclina un poco hacia el para poder ver mejor el retrato que hice. Solo en ese momento el profesor Davis despega su vista de mí y se dedica a observar a mi mejor amiga con una pequeña sonrisa.
«Sí, eso fue muy raro de su parte».
—¡Thom! ¡Te he dicho que si vas a dibujarme, me preguntes primero! Sabes que me da mucha vergüenza —dice Anna avergonzada, mientras un lindo color rojo comienza a adornar su rostro.
—No sabía que podrías poner ese tipo de expresión en tu rostro. Te ves muy linda, querida —murmura el profesor.
Anna y yo lo vemos estupefactos ante sus palabras y el color rojo en el rostro de Anna aumenta hasta cubrir sus orejas. Él parece caer en cuenta de lo que dijo ya que su rostro se descompone por un segundo. Anna se sienta de nuevo a su lado, y se queda callada por completo, sin que el rojizo de su rostro se vaya. Mi profesor evita ver a Anna en todo momento y un extraño ambiente comienza a formarse a su alrededor.
«Esa es nuestra señal para irnos de aquí».
Ordeno mis cosas y las meto en mi mochila, la pongo sobre mi hombro, me levanto de mi lugar y Anna me ve aterrada cuando descubre mis intenciones. Yo le doy una sonrisa y le hago un pequeño movimiento de cabeza indicándole que intente hablar con nuestro profesor. Ella niega repetidas veces con la cabeza, pero sabiendo las consecuencias de lo que pasará... decido irme.
—Tengo algunos asuntos que resolver. Profesor, ¿le importa hacerle compañía a Anna en lo que queda de receso?
—¡No es necesario! ¡Yo voy contigo!
—Desde ahora no tenemos clases juntos, recuerda eso, Anna. Quiero saber qué pasó con Logan y eso podría retrasarte para llegar a clases.
Anna comienza a soltar cualquier excusa que se le viene a la cabeza, pero mi atención es robada por completo cuando veo aquellos mechones castaños entrar por la cafetería, junto con una rubia tonta —que no me importa en estos momentos—. Le hago una señal de despedida a Anna y me voy corriendo hacia él, ganándome algunos insultos por parte de Anna en el proceso.
Corro hacia Logan y él no tarda en darse en cuenta de mi presencia, y me regala una de sus sonrisas. Llego hacia él y no dudo en lanzarme para envolverlo en mi brazos, y me quedo así un rato esperando que él me devuelva el abrazo, pero lo único que hace es apartarme con delicadeza.
Lo veo confundido por su reacción, y luego me doy cuenta de que las personas comenzaron a murmurar. Una chica cerca de nosotros nos lanza unos desagradables insultos —la reconozco como una de las chicas que se me declaró y tuve que rechazar— y la incómodad y el miedo se hacen presente en el rostro de Logan.
Thom, ¿no crees que estás exagerando un poco? —Algunas risas se escuchan de fondo.
No presto atención a los demás, solo al chico frente a mí, así que para no hacer sentir peor a Logan me separo de él por completo y en su lugar le doy la mano como si fuéramos amigos del alma.
—¡Logan! ¡Hermano! ¡Gracias por de lo de antes, pero no era necesario que lo hicieras, podría haberme defendido solo!
Su rostro se llena de alivio de inmediato.
—No te preocupes, solo intentaba proteger a amigo, no fue ninguna molestia.
—Amor, ¿ya terminaste con el show? Tenemos que irnos—. Rosi, que aún seguía aquí, se para junto a Logan y me ve de mala manera.
—Claro, vámonos. Capucha, nos vemos más tarde.
—Sí. Adiós, Logan.
Rosi toma desprevenido a Logan y lo besa de una manera tan exagerada que da la impresión de estar marcando territorio, y él —obviamente— le devuelve el beso con la misma pasión que ella. Se separan y luego pasan a mi lado como si nada. Aprieto las tiras de mi mochila y salgo sin pensarlo dos veces. Mi pecho comienza a doler, pero lo ignoro y sigo mi camino. ¿A dónde? No lo sé, solo sé que no puedo quedarme aquí.
Recuerda Thomas, sabías que estas cosas podrían pasar, así que solo olvídalo y sigue adelante. Solo olvídalo y sigue adelante. ¡Olvida el dolor de tu corazón!
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Esperó que no me odien mucho...pero creo muy pronto entenderán la actitud de Logan.
Además quería decirles que desde aquí me tardaré un poco en actualizar, ando un poco corta de tiempo, pero no sé preocupen, tengo una sorpresa para ustedes entres manos, esperando que cunado se publique les guste de verdad.
Aquí me despido, chic@s hasta la próxima. Besos ✨❣️
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