CAPITULO III

—Thomas, ¿podemos tomar un descanso? La cabeza me da vueltas.

—No Anna, si paramos ahora será muy difícil para ti retomar ese libro. Y baja la voz, pueden sacarnos por tu culpa —susurro.

—¡Odio leer! —grita Anna, y las personas a nuestro alrededor la miran mal y la hacen callar—. Ustedes deben callarse, tengo el derecho de expresar lo que siento.

—En serio, a veces no sé por qué somos amigos.

—Porque me amas.

—Y eso parece poco contando todas las vergüenzas que me haces pasar —digo apenado por la situación.

Anna y yo estamos en la biblioteca, comenzamos con los proyectos y decidimos reunirnos aquí. Pero hay dos grandes problemas. Primero: Anna está haciendo tanto ruido que puede que nos echen. Y segundo—y el más grave—: Logan no ha llegado, y ni siquiera contesta los mensajes.

Y gracias a eso estoy muy enfadado.

Apenas comenzamos con los proyectos y el falta a una reunión, es verdad que no nos llevamos muy bien, pero al menos debería contestar los mensajes y avisarnos de que no vendrá. “Acepto hacer el proyecto con ustedes”. ¿Para qué? Para dejarnos todo el trabajo a nosotros —o mejor dicho, a mí, ya que Anna no está siendo de mucha ayuda ahora mismo—. Cuando lo vea en la escuela le daré otro golpe.

—Thomas, ¿podemos parar? Mi cerebro ya no puede con tanta información —se queja Anna.

—Esta bien —acepto—, pero solo si prometes regresar y leer ese libro después.

—Lo prometo. Te amo Thom —Anna me abraza y me un beso en la mejilla—. Ahora regreso, voy por algo de beber.

Asiento como respuesta y ella se separa de mí.

Anna sale de la biblioteca y yo me quedo solo, y comienzo a leer de nuevo el libro frente a mí. Tomo algunos apuntes en mi laptop. Los proyectos se dividen en una mitad de trabajos escritos y en otra de trabajos prácticos, se supone que esto lo hicieron porque eran tres personas, pero cuando recuerdo cuál es mi equipo...

Solo logro deprimirme.

Reviso mi teléfono, y veo que ha pasado una hora y no hay ninguna respuesta por parte de Logan.

«Quería verte, al menos por un rato»

No acabo de pensar eso. ¿Qué me pasa? Thomas, recuerda que él te hizo sufrir, él te hizo la vida imposible, él fue tu primer amor... y es por eso que lo odias mucho más.

Me enamoré de aquel chico nuevo de hermosos ojos verdes, que tenía una gran sonrisa. Ese chico que era sociable y amable con los demás. No fue su físico lo que hizo que me enamora de él, si nos sus acciones amables con los demás. Pero un día simplemente...

«Nerd de mierda»

Cambiaste.

—Yo de verdad te odio Logan —murmuro y sigo escribiendo en mi laptop.

—Créeme que el sentimiento es mutuo, capucha —dice alguien detrás de mí.

Me volteo tan rápido como puedo cuando escucho su voz, y me levanto haciendo mucho ruido al arrastrar la silla. La bibliotecaria me fulmina con la mirada y yo le hago un gesto en señal de disculpa.

—¿Hace cuánto llegaste? —susurro aguantándome para no gritar.

—No hace mucho, me encontré a la pelirroja fuera. Pensé en acercarme a ti, pero parecía que tenías una batalla interna, los gestos que hacías eran muy graciosos.

Me sonrojo sin poder evitarlo, desvío la mirada y le doy la espalda, me siento de nuevo y continuo leyendo el libro de antes.

—Siéntate —le digo—. Este proyecto no se hará solo.

Logan se sienta frente a mí y saca su laptop junto con algunos libros. Nos quedamos en un incómodo silencio, lo único que se escucha es el sonido de nuestros dedos tecleando en las laptops. ¿Por qué será que cuando más necesito a Anna, ella termina desapareciéndose?

¿Debería intentar sacar un tema de conversación?

No, eso solo pondría las cosas más incómodas de lo que ya son. Además, ¿por qué quiero hablar con él? Solo nos reunimos para hacer el proyecto, nada más.

«No decías eso hace unos minutos, es más, querías verlo»

Estúpida conciencia.

—La segunda parte del trabajo de arte es individual, ¿verdad? —pregunta sin despegar sus ojos de la laptop.

—Sí —respondo sin más.

Volvemos a quedarnos en silencio, y puedo notar que la tensión entre nosotros es aún mayor. Vamos Thomas, solo intenta conversar con él, no creo que sea tan malo.

—Mmm... ¿Porque no respondiste nuestros mensajes? Al menos debiste avisar que llegarías tarde.

—Eso fue porque... —Se detiene y sacude su cabeza como si tratara de olvidar algo—. Creo que mi vida privada no te incumbe.

—Si tus acciones afectan el proyecto, creo que sí me incumbe.

Muy bien, ya deja de hablar Thomas, te estás comportando como un verdadero idiota ahora mismo.

—No es así, y deja el tema por la paz. En serio no quiero hablar de eso Garkson.

Me quedo callado y sigo haciendo mi parte del proyecto.

—Thom, regresé y te traje un café. —Anna deja el café a mi lado, y luego voltea a ver a Logan y le da una sonrisa completamente falsa—. Es bueno verte trabajar, tienes mucho que hacer para hoy, así que te sugiero que te des prisa o yo te daré una paliza.

—Como tú digas, pelirroja...

—Agh, eres un idiota. Al menos actúa como si de verdad me tuvieras miedo.

—Anna, deja de jugar y comienza a trabajar —le pido.

Ella le saca la lengua a Logan, se sienta a mi lado y comienza a leer el libro una vez más.

No hace falta que me lo digan, ya sé que este va a ser un largo día.

(...)

Camino furioso hacia una tienda mientras Logan y Anna me siguen, con varias tonalidades de rojo surcando mi rostro. Nunca en mi vida me había sentido tan avergonzado como ahora.

—¡Thomas espera! —grita Anna.

La ignoro y sigo mi camino. Entro a la tienda, compro algunas cosas para hacer la cena y salgo para encontrarme con ellos bloqueando mi camino.

—Vamos capucha, no te enfades tanto, fue un accidente.

—Sí, la verdad nunca quise hacer eso, pero Logan me provocó.

—La que empezó las cosas fuiste tú pelirroja, no intentes echarme la culpa de todo.

Anna toma de la camisa a Logan y le da un golpe en la cabeza.

—¡Tú fuiste quien me lanzó el libro a la cara!

Agarro una de las bebidas que compré y me recuesto en la pared. Ya puedo ver que se repetirá lo mismo que pasó en la biblioteca.

—¿Por qué me golpeas? —Logan se acaricia la cabeza dónde Anna lo golpeó y se acerca a ella—. Te dije que la chica con la que estaba lo lanzó. Pensó que tú estabas interesada en mí.

—No te creo, tú eras el único ahí cuando me volteé.

—La chica salió corriendo cuando lo hizo. Pero solo fue un libro, tú fuiste la loca que me lanzó una silla. ¡Estás loca! ¿A quién se le ocurre eso? —Logan suspira profundo—. ¿Sabes qué? Mejor olvídalo, si no fueras una chica te hubiera golpeado en ese momento.

—Insinúas que porque soy mujer, ¿soy débil?

—Exacto.

Anna aprieta las manos convirtiéndolas en puños, hasta el punto en que sus nudillos se tornan blancos. Se acerca a Logan, y sin que él se lo espere le da un puñetazo en la cara y lo tira al suelo. Logan ya puede darse por perdido.

Anna se lanza sobre él tomándolo de la camisa, y con una mirada que deja ver toda la rabia que siente. Ella siempre odió esos pensamientos machistas —al igual que yo— sobre que las mujeres son débiles y solo sirven para cuidar de la casa y criar a los hijos.

Ellas pueden hacer mucho más. Tienen sueños y metas para cumplir, pueden salir adelante con su propio esfuerzo. Claro, pueden tener una familia si eso quieren, pero eso no impide que puedan superarse si se lo proponen. Yo siempre he pensado así, pero Anna a tenido que luchar con eso gracias a su padre. Él es alguien que cree que las mujeres solo deben casarse y dedicarse a su familia, y que ni siquiera deben estudiar. Si Anna está estudiando es porque su madre interviene y convence a su marido. Por eso Anna se ha vuelto tan fuerte y segura de que las mujeres pueden cumplir sus sueños. Es entendible que todo eso sea un tema muy sensible para ella.

—Logan, te lo diré una sola vez. Me importa una mierda que tú aún tengas esos pensamientos machistas en tu cabeza, pero si no quieres recibir la golpiza de tu vida, te sugiero que no menosprecies a las mujeres cuando yo esté presente.

Anna lo suelta con muy poca delicadeza y se levanta.

—Te veo mañana Thom, prometo llevar mi parte del trabajo.

—Adios Anna.

Hace un gesto de despedida con su mano y después de un tiempo la pierdo de vista entre las calles de la cuidad.

—Ella está loca. ¿Cómo puedes ser su amigo?

—La historia de nuestra amistad es muy larga, solo puedo decirte que Anna fue y es un ejemplo a seguir para mí. Y siendo honesto, creo te merecías ese golpe.

—Estoy comenzando a creer que el pasatiempo favorito de ustedes dos es golpearme.

Me encojo de hombros. —Fue tu culpa por decir estupideces machistas...

—Dije la verdad, las mujeres son tan delicadas y débiles. Tu amiga debería pensárselo mejor antes de golpear a alguien.

—Mejor cierra la boca, cuando la abres solo salen tonterías —hablo exasperado y me levanto—. Me voy. Espero que tengas tu parte del trabajo lista para mañana.

—Pero dame un poco más de tiempo, ustedes llevan más información que yo.

—Es tu culpa por llegar tarde —le recuerdo—. Como sea. Te veo mañana castaño.

Tomo mi cosas y salgo corriendo.

—¡Te odio capucha!

—¡Créeme que te comprendo! —grito, me doy vuelta y le muestro el dedo medio.

No puedo evitar reír al ver su cara de sopresa, sigo corriendo y no paro hasta que mis piernas ya no pueden más. Me recuesto en una pared y descanso un rato para recuperar un poco de aire. Mi casa está a unas calles de aquí así que no hay necesidad de que siga corriendo.

Decido caminar un poco y tomo un atajo por un callejón, todo alrededor es solitario y no hay ni siquiera un poco de ruido por aquí.

Justo lo que quería, un poco de paz.

Al menos mi noche será un poco tranquila...

—Oye Mike, ve la suerte que tenemos hoy.

Dos hombres aparecen frente a mí. Ambos tienen tatuajes en sus brazos, uno de ellos tiene piercings en la oreja y el cabello rapado, y el otro tiene una cicatriz en su ojo izquierdo y un piercing en la nariz.

—Es un chico muy lindo. —El de la cicatriz me mira de arriba a abajo y pasa su lengua por su labios, logrando darme asco—. Creo que pasaremos un buen rato con él.

—¿Qué dices lindo, vienes con nosotros? Te haremos sentir bien... —El rapado trata de tocarme, pero golpeo su mano antes de que lo logre.

—¡Aléjate de mi maldito pervertido! —retrocedo un poco y trato de buscar una salida, pero no encuentro ninguna.

Creo que no tendré opción.

—Oye niño, es mejor que cooperes con nosotros, no queremos hacerte daño. —Logran aprisionarme contra la pared, uno de ellos de acerca más y bloquea por completo mi camino—. Ahora quédate quieto, la pasaremos genial.

El rapado intenta besarme, pero logro esquivarlo, le doy un golpe en la mandíbula y cae al suelo—. ¡Te dije que te alejaras de mí!

—¡Hermano! ¡Me las pagarás mocoso!

El de la cicatriz intententa golpearme por detrás, pero logro esquivarlo. Él pierde un poco de estabilidad y aprovecho para darle una patada en el estómago. Cae al suelo y jadea por un poco de aire.

—Traté de darles una oportunidad para que se fueran. —Me acerco a ellos, me quito la sudadera y trueno los huesos de mi manos—Pero decidieron quedarse y trataron de hacerme daño.

El rapado intenta levantarse y atacarme, pero le doy una patada en la cara y cae de nuevo al suelo.

—Así que sufran las consecuencias.

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