CAPITULO I

No podía distinguir nada a nuestro alrededor, todo era una imagen borrosa, y frente a mi solo había una figura igual de borrosa, al parecer tomando mi mano, tirando de ella. Por más que quería distinguir quien era o que era lo que había frente a mi. Solo podía escuchar su voz de fondo llamándome por mi nombré.

«Thomas» junto con un «Te quiero»

«¿Quién eres?»

Le pregunto siempre, pero cuando trata de decirme su nombre, un horrible ruido hace que no sea capaz de escucharlo.

Y así termina mi sueño

—¡Thomas!—el grito de Bruce resuena por toda la habitación—¡Joder contigo! Levantate de esa cama y limpia, este lugar es un asco.

—Vete al diablo, Bruce—murmure, mientras volteaba en mi cama y hundia mi cabeza entre las almohadas.

—¡Oh! No lo harás.

Sentí como las ventanas de la habitación eran abiertas  y el los rayos del sol alumbraban en su máximo esplendor, cegandome, pero a Bruce no le basto eso, fue hasta a mi y levanto la cama, tirandome de ella.

Solte una maldición cuando caí al suelo, la caída solo había mejorado el dolor en mi cabeza, siempre que tenía tenía este sueño—o recuerdos momentaneos cómo lo llamaba mi doctor—mi cabeza dolía y mi humor no era el mejor tampoco.

—Tan sutil como siempre imbécil.

—Mas tarde me lo agradeceras, mi pequeño Thomy, ahora levántate, limpia y contesta tu teléfono. Lleva sonando toda la mañana.

—A sus órdenes capitán—dije con sarcasmo.

—¡Más vale que lo hagas! ¡Sino cuando regrese no obtendrás nada para desayunar!

Puse los ojos en blanco.

Escuché la puerta cerrarse y con resignación me levanté del suelo, observe el desastre a mi alrededor y no pude evitar una mueca, ¿Que tanto había hecho en una sola noche? Fui hacia la cocina y tome un bolsa de basura y el trapeador. No tenía nada de ánimo para limpiar, pero tenía que hacerlo, conocía a Bruce y era capaz de ponerle un candado al refrigerador para cumplir su palabra.

Entre de nuevo en mi habitación y comencé a recojer toda la basura a mi alrededor, había bolsas de comidas, algunos colillas de cigarro y sentí alivio al ver solo dos botellas de alcohol—sino contaba lo que me había tomado en el bar —Al menos no eran más y eso era un avance, cuando me agache para tomar las botellas, una fuerte punzada llegó a mi cabeza, perdí el equilibrio y tuve que apoyarme de la silla de mi escritorio para no caer.

Me irritaba tener que pasar por esto todos los días desde el accidente, pero sabía cómo aliviarlo. Deje la bolsa a un lado y fui hacia mi baño, tome las pastillas que mi doctor me recetó, la puse en mi boca y me tomé dos de ellas sin dudar. Solo unos minutos y el dolor pasaría.

Me recosté un poco sobre el lavado, esperando a que el dolor pasará, y observe mi aspecto en el espejo. Mi cabello estaba aún más largo, me llegaba hasta por encima de los hombros y un poco de el cubría mis ojos, tome una pequeña goma y lo ate para apartarlo de mis rostro. Mis ojos miel quedaron las descubierto, con las ojeras en mis ojos, al menos hoy no estaba tan pálido.Mis ojos siguieron bajando, había ganado algo más de músculos en los últimos años, fui hacia mi brazo derecho y vi el tatuaje que lo cubría desde el codo hacia la muñeca.

Ya no quedaba nada del niño ingenuo del que todos se aprovechaban.

Eso me hacía feliz, en toda la mierda que tenía que pasar todos los días, al menos eso me hacía feliz.

Mi teléfono sonó y recordé lo que me había dicho Bruce. ¿Quien estaría llamándome todos el día? Salí del baño y seguí el ruido de mi teléfono, lo encontré en mi escritorio debajo de todos aquellos bocetos que tenía que sin terminar. Lo tome y tenía un mensaje de un número desconocido, y varias llamadas de mi madre.

¡Carajo!

Leí el mensaje rápido y con solo ver la foto de un chico con piel bronceada y ojos verdes, y el "hola guapo" lo bloqueé. ¿Porque seguia dándole mi número a desconocidos? Tenía que aprender a controlarme un poco mas estando ebrio. Marqué el número de mi madre y ella contesto enseguida.

—¡Mi niño! ¿Por fin recuerdas que tienes una madre?—solto con sarcasmo—¡Llevo horas llamándote Thomas Garkson!

—Lo se, lo siento es que acabo de despertar y...

—¿Acabas de despertar? Si sabes que casi sin las once en Londres¿Verdad?

—Lo se mamá, pero tuve una mala noche. Así que por favor dime ¿Que es lo que necesitas? Me duele la cabeza.

—¿Te duele?—la preocupación lleno su voz—Thomas, tomaste tu medicamento...

—Lo hice, ahora dime ¿Que pasa?

Ella solto un suspiro ante mi tono molesto, ella sabía que odiaba que me preguntarán por ello, y el dolor en mi cabeza no estaba desapareciendo, necesitaba un cigarro...

—Nada hijo, solo quería saber cómo estabas, las clases comienzan mañana¿No? Además Hellen, te extraña, quiere saber cuando vendrás a verla.

—Estoy bien mamá, y si las clases comienzan mañana, y dile a Hellen que la llamaré antes de que se vaya a dormir, también dile que yo también la extraño.

—Esta bien cariño,dale mis saludos a Bruce.

—Lo haré, adiós mamá.

Colgué y tire mi teléfono a mi cama, solté un suspiro y seguí con la lo que estaba haciendo, tenía que terminar antes que mi amigo viniera.

Mientras lo hacía recordé la conversación con mi madre, no quería ser un total idiota con ella, pero era algo que me salía natural, desde aquel día. Pero cumpliría con mi promesa y llamaría a Helen hoy. No la había visto desde Navidad y bueno ya era hora, además mi pequeña hermanita era la única que lograba sacarme un sonrisa estos días.
Cuando termine de limpiar ya casi eran las doce del medio día, y Bruce entro en nuestro departamento con bolsas de comida en sus manos, mi estómago gruño sin descaro alguno y fui directo hacia el.

—¿Qué compraste?

—Hamburguesas y papas.

Mi boca se hizo agua y estire una de mis manos para tomar una de las bolsas, pero Bruce la aparto enseguida y le di una mirada de muerte.

—¿Limpiaste tu habitación?

—Si lo hice, ahora dame esa bolsa muero de hambre.

Se la arrebate de las manos y el se echó a reír.

—A veces no se como tienes ese cuerpo, si solo comes basura.

—Trabajo duro...eso y no decirle a Janet lo que como—escalofríos recorrieron mi cuerpo al imaginarme la mirada molesta de Janet—ella sería capaz de matarme de hambre.

—Ya lo creo esa mujer es feroz.

Bruce prendió la televisión y busco en Netflix, alguna película que ver, al final no me di cuenta cuál era, solo que habían cocodrilos en un pueblo y una chica, su padre y un perro luchaban para sobrevivir.
Estaba devorando otro pedazo de mi hamburguesa, cuando Bruce decidio, mi tema de conversación menos favorito.

—Oye...Thomy, tu ya sabes, ¿Tomaste...?

—Lo hice—le conteste tajante—¡Por Dios! Pareces mi madre.

—La cuál se preocupa por ti—me recordó—Y espero que lo hayas hecho, sin mezclar alcohol con ellas.

—Puede que lo hiciera...—masculle.

—Tu nunca cambiarás Thomy—Solto un suspiro—Recuerda lo que dijo tu doctor.

—Y lo hago, pero no funciona, en cambio si tomo alcohol y fumo un cigarro funciona mejor.

—Tampoco me gusta ese de que fumes.

—Mi madre te manda saludos—cambie de tema.

—Dile que muchas gracias, y como veo que tu mal humor solo aumenta, dejaremos está conversación.

—Gracias a Dios...

—Por ahora.

Puse lo ojos en blanco y me deje caer en el sofá, Bruce, podía ser algo irritante cuando se lo proponía.
Me recordaba mucho a Johan, un sobreprotector hermano mayor y es algo que odio.

«Ni tú lo crees»

Pasamos el resto de la tarde echados en el sofá viendo películas. Y tuve que soportar como Bruce me daba un sermón sobre no mezclar medicina con el alcohol. Si...un día maravilloso.

(...)

Lleve el cigarro a mis labios una última vez, y luego lo tire al suelo, para aplastarlo con la punta de mi pie. Me recosté sobre la barandilla de la azotea, observe las luces de la ciudad y dejé salir el humo de boca.
Saque mi teléfono y marque el número de mi madre.

—¡Cariño! Por fin. Hellen estaba esperando tu llamada desde que se levantó.

Una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.

—Pasale el teléfono.

Pude escuchar el grito de mi pequeña al otro lado y el traqueteo de como ella siempre hacia al tomar el teléfono.

—¿Thom?—pregunto dudosa.

Y mi sonrisa se volvió mas grande.

—Hola pequeña.

-—Siiiiii! ¡Eres tú! ¡Mami es Thom!

Una fuerte carcajada salió sin poder evitarlo, y pude escuchar como mi madre le decía: "si amor, es el"

—¿Cómo te va en la escuela pequeña?

—¡Muuuy bien! Liz y Dylan están conmigo y la pasamos suuuuper bien.

—Me alegra saberlo.

—Hay niños buenos y dicen que quieren ser mis amigos...¿Eso es normal? No los conozco y ellos quieren ser mis amigos. No lo entiendo.

—Lo es, ya que eres una niña muy linda, es normal que quieran ser tus amigos.

Y no estaba bromeando, Hellen había heredado el cabello rubio de mi madre y los ojos miel de mi padre, ya de por sí era hermosa, algo me decía que cuando ella creciera tendría que apartar a varios chicos de su lado.

—Pero...yo tengo a Liz y Dylan,ellos son mis amigos ¿Para que necesito más?

—No lo sé pequeña, si tú te sientes feliz con ellos con tu amigos y no quieres más, está bien.

—¡Si nosotros somos los tres terremotos!

—Asi es, ese nombre les hace justicia.

—¿Justicia? Que eso Thom.

—Nada, nada, pequeña. Tu hermano solo está diciendo tonterías.

—Thom...¿Cuando vendrás a verme?

Me reincorpore de la barandilla y comencé a moverme de un lado a otro ansioso.

No era que no quisiera verla a ella o más mis padres, pero si iba, eso significa tenerlos todo el día encima, preguntadome sobre la medicación, si me siento mal o si necesito ir al hospital. Y sabia que se preocupaban por mi y me amaban, pero a veces...se volvía algo hostigante. Era igual con mis amigos, la última vez que había visto a Anna, Jonah y Nathan era hace seis meses. Anna y yo por la universidad—ademas ella vivía en Boston y yo en Londres, nuestros horarios no coinciden—y Jonah y Nathan por su trabajo. Hablábamos por llamadas y mensajes siempre, pero eran las mismas preguntas que me hacían todos y terminaba por ignorarlos.

—Pronto pequeña...—menti—Ire a verte pronto.

—Te quiero hermanito.

—Y yo a ti linda, te llamo mañana¿Okey?

—Okey, adiós.

Espere a que ella me colgará y cuando lo hizo, no pude evitar la punzada de dolor que atravesó mi pecho, quería verla...pero no soportaría estar con mis padres encima de mi todo el día, a veces hasta ignoraban a Helen por mi y eso no me gustaba lara nada.

—¿Mintiendole a tu hermana Thomy?—escuche detrás mi.

—No te importa Bruce.

Me gire para poder verlo y el estaba de brazos cruzados con el ceño ligeramente fruncido.

—Eres muy malo con ella ¿Porque le decís algo que no vas a cumplir?

—Prefiero mentirle a qué ella piense que no la quiero.

—¿Porque no vas el mes que viene?

—Si no lo recuerdas, mañana comienzan las clases y eso quiere decir que no tendremos tiempo ni para respirar.

—Cuando se trata de la familia, siempre hay tiempo. Y deberías hacerlo por ella, Helen no tendrá seis años para siempre.

—Eso...a ti no te importa. Y se acabó, me voy a dormir.

El bufo molesto por mi tequedad, pero ya no hizo por sacar el tema de mi familia y lo agradecí.

Fui hacia a mi habitación, y abri la ventana, me sente en el borde de ella admirando el paisaje de los edificios, cómo se fundía con el cielo estrellado. Me prendi un nuevo cigarro y me deje llevar por la música de en mis audífonos.

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Buuuueno aquí el primer capítulo, ¿Que les pareció?
¿Que piensan sobre la actitud de Thomas? O necesitan más capítulos, para ver qué tan grande fue su cambio.

Nuestro Thomas es hermano mayor!!!

¿Quien más quiere ver si tatuaje?

Los leo hasta el próximo capítulo
Abrazos
Atte 🖤 FerLemuz 🖤

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