CAPÍTULO 12: LA SALIDA "¿DISCULPAS?"

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"La música cambio tórtolos"

Fue lo único que escuchó Taehyung, ante de abrir con pesadez los ojos nuevamente. Se sentía intoxicado por su vecino, sin capacidad de reacción. Y eso le parecía ridículo, porque él hombre ni siquiera lo había besado en verdad.

Permanecía en aquella bruma, cuando Jin soltó el agarre completo de sus caderas descolocándolo por la repentina sensación de vacío y frío que lo invadió. Sus pensamientos seguían bloqueados, mientras el hombre tomaba su mano y lo sacaba de la pista. Recién allí se percató mirando a su alrededor que, al ser la música salsa, había menos personas en la pista. Siendo ahora ellos más evidentes.

Cuando finalmente llegaron a su mesa, Jin aun sostenía su mano, y Tae finalmente pudo salir de su estupor, al notar a la castaña muy sentada en el regazo de su amiga/amante, mientras se secreteaban cosas. Y de pronto todo lo que pasó en aquella pista de baile lo asustó, — ¿que había sido todo eso? — soltó la mano del castaño sintiéndose incómodo y desviando su mirada. A su lado, el mayor lo percibió

—¿Qué pasa?

—Nada solo que...esto es un poco extraño—respondió el muchacho colocando nuevamente su mirada seria sobre las chicas

—¿Qué tienes querido? ¿Por qué nos miras así? —preguntó Lisa con una sonrisa divertida

Pero Tae estaba lejos de sentirse igual y pues mientras más las miraba, más crecía su desconfianza

—¿De qué va todo esto? —soltó finalmente— ¿Qué es fue todo ese show que se armaron?

Ambas chicas se miraron con extrañeza sin comprender el nuevo arrebato del fotógrafo. Y sospechando un rumbo equivocado de sus pensamientos, Jin lo tomó de los hombros

—Tae...

—Suéltame Jin—espetó intentando zafarse del agarre de su vecino

—Tae—volvió a decir, sujetándolo con más firmeza hasta girarlo por completo hacia él, fijándole sus ojos— oye...no sé qué te estas imaginando, pero Lisa y Rosé son un matrimonio

El muchacho abrió mucho sus ojos y su vecino le sonrió ampliamente señalándole a las chicas otra vez. Tae las observó y ambas rieron, pero fue Rosé quien abandonó las piernas de su pareja para acercarse al fotógrafo.

—¿Es cierto?... ustedes son... ¿pareja? — fue lo primero que dijo al tenerla cerca

—Tres años de relación bebé...y uno de matrimonio

—Nos casamos en Malta... y ha sido el mejor año de luna miel del mundo—soltó Lisa apareciendo detrás de la castaña y besando su cuello.

—Es nuestro año sabático

Tae aún no se lo creía, pero ambas le mostraron sus anillos colgados de dos pequeñas cadenas, que cada una portaba en sus cuellos. Después de unos segundos, el muchacho suspiró relajado

—Puta madre... que alivio... ya estaba pensando que me querían para un trío y por eso habían armado todo esto

—¡¿Qué?! — el comentario los hizo reír a todos, pero aun riendo Lisa preguntó —¿Por qué pensaste eso? 

—¿Por qué será?... ustedes me llenan cabeza y luego me arrastran a la pista... hacen todo para que este c-con... bueno—balbuceó sonrojado— y luego se besan en mi cara

—No querido, relájate todo lo hicimos por un buen fin... no te queríamos para un trio...

—Pero no es mala idea eh— completó Rosé a su pareja con una sonrisa de lado, volviendo a desatar las risas—me gusta tu forma de pensar

Las chicas reían abiertamente y todo tuvo sentido para el fotógrafo. Pues a eso se debía que, siempre había percibido una vibra diferente entre ellas y su vecino.

—Olvídate de tríos bonito... yo te quiero solo para mí—Jin susurró en el oído del fotógrafo y éste sorprendido giró el rostro hacia al mayor, que lo recibió estampándole un corto pero contundente beso en los labios, que jamás esperó.

Tae solo abrió mucho los ojos sin decir nada. Conservando la escasa distancia, sus ojos viajaron a esos rellenitos y brillantes labios de su vecino, que acababan de tentarlo con su textura y su tibieza. Sintiéndolo todo tan insuficiente, pues volvía a crecer en él la desesperada necesidad de probar hasta el último rincón aquella boca y saciarse con ella. Peor aún con su cercanía, los flashback de lo que había sucedido en la pista llegaron uno tras otro, encendiendo el calor de su cuerpo al rememorar las deliciosas sensaciones de cada roce y cada caricia furtiva.

Pronto el deseo empezó a vibrar en cada poro de su piel, quizás con más fuerza que antes, haciéndolo morder sus labios. El vaho de la respiración de Jin lo golpeaba y entonces fue plenamente consciente que sus resistencias habían caído, dejándolo a merced de su sexi vecino, sin excusas para él, ni para sí mismo. Porque allí, ya sin la sensual bruma que los envolvió en aquel lugar, todo lo que quería era arrancarle la ropa a ese hombre y fundirse con él.

Era asfixiante para él sentirse tentado a abandonar la poca inhibición que le quedaba y al mismo tiempo odiar a Jin por eso, porque sabía que ya no podía culparlo solo a él. Sofocado y sacudiendo su cabeza, se zafó del agarre del hombre

—Necesito aire

El muchacho se soltó bruscamente y sin mirar atrás, se alejó a paso apresurado, todo antes los ojos de las chicas, que luego lo vieron con consideración. Jin exhaló frustrado, sin más remedio que ir tras él

Otra vez la había cagado— se había dejado llevar por lo que había pasado hace poco y simplemente le estampó un beso, que evidentemente Tae no esperaba, ni había consentido.

No había sido un beso profundo ni mucho menos, pero había parecido demasiado íntimo para dos personas que solo habían fajado, liberándose de las inhibiciones, bajo la intensidad del calor y la presión de los cuerpos, al ritmo de la música. Jin tenía la suficiente experiencia para entenderlo, él sabía diferenciar entre las respuestas por verdadero interés y las que solo eran motivadas por la pasión y el frenesí. Lo había olvidado como un idiota y ahora un Tae en sus cinco sentidos, se lo había recordado.

El fotógrafo avanzó rápido entre las personas sin escuchar nada más, era casi las dos de la mañana, por lo que llegar a la salida no le costó, apoyó las manos sobre sus rodillas y trató de respirar con calma.

Su mente bailaba en el caos, como siempre desde que conocía a Jin. Sabía que tenía responsabilidad en todo lo que había pasado allí adentro, pero también sabía que el que había orillado todo, conscientemente había sido su vecino. El tipo jamás se rindió a pesar de haberlo rechazado, buscando esa noche mil formas para provocarlo, hasta obligarlo a tirar abajo la barrera que él mismo se había creado—Maldita seas, como te odio— Pero lo peor era desearlo con la misma fuerza, sabiendo que después de aquel caliente baile y de todo lo vivido, su vecino se había convertido en alguien imposible de rechazar.

Escuchó los llamados de Jin y respirando profundo, caminó sin rumbo buscando alejarse de aquel hombre, de su cuerpo, de sus labios y de su endemoniada presencia. Porque necesitaba pensar y con ellos cerca, no pensaba en nada más que en montarlo hasta entumecer las piernas—Quizás Lisa tenía razón, y la frustración solo hacia más grande sus ganas... quizás solo debía apagar el fuego

—¡Tae!... ¡Tae!

Caminó al lateral del Bar escuchando los llamados de su vecino, que ya había dado con él a las afueras, pero no se detuvo. Estaba por doblar la esquina del Bar con rumbo al malecón cuando...

—¡Tae lo siento! ¿Sí?... ¡discúlpame! — escuchó solo unos pasos tras él haciéndolo detenerse

El mayor tenía la intención de acercase más, pero...

—¡¿Que mierda te pasa eh?! ...—soltó girando y mirándolo con el ceño fruncido— ¿no puedes darme solo un poco de aire?

—Lo siento...—volvió a repetir Jin sin moverse—Sé que estas enojado, pero en serio lo lamento. Me dejé llevar por lo que había pasado y te besé olvidando las reglas de este tipo de situaciones—

Tae seguía mirándolo ofuscado

—Definitivamente eres un idiota Jin... ¡no se trata del beso imbécil! —

—Entonces que...

—¡Eres tú Jin! ... ¡TÚ! —interrumpió molesto—¡mierda!... eres tú y tu insistencia toda la maldita noche, no has parado de presionar, una otra vez desde que llegamos y ese no era nuestro acuerdo cuando acepté venir—soltó señalándolo

Jin se le quedó viendo con seriedad, porque era cierto, ese no era el acuerdo al que habían llegado cuando le propuso esta absurda salida. Pero las reglas del trato también las cambió él, desde el mismo momento en puso un pie en su auto. Se acercó un paso más.

—Tienes razón, ese no era el acuerdo... y yo lo hubiera respetado si tu no hubieras venido dispuesto a jugar y ni siquiera intentes hacerte el inocente nuevamente, porque sabes que digo la verdad

—¡No voy a hacerme el inocente! —aclaró Tae acercándose hasta quedar otra vez con sus rostros muy cerca— pero incluso eso fue una respuesta a tus provocaciones desde el inicio, porque mentiste... tu no aceptas un "NO" por respuesta, no podrías, ¡tú no sabes lo que eso!

— No te equivocas... nunca en mi puta me habían rechazado tanto—confirmó filoso— pero no es como que tú me pongas las cosas fáciles Tae.... porque ¿quieres que te de un consejo? si quieres rechazar a un tipo, no le pidas que baile contigo

Tae apretó la mandíbula porque eso era cierto, pero lo que Jin no sabía, era que ese baile le había puesto los últimos clavos al ataúd de su resistencia. Esa que empezó caer, en el justo momento en que aceptó aquella salida con su caliente vecino.

—Esta fue pésima idea, yo nunca debí venir aquí contigo

— Estoy totalmente de acuerdo, esta fue la idea más estúpida que se me ha ocurrido. Porque yo simplemente no puedo controlar lo mucho que me gustas, si estas junto a mí—sentenció firme y agitado. Sus miradas conectaron unos segundos más en silencio y Jin finalmente se alejó cerrándolo los ojos y respirando profundo—vámonos ya... y acabemos de una jodida vez con esta ridiculez — dijo y sin esperar respuesta volteó para caminar hacia el auto

Y si el fotógrafo tenía dudas de que todo su aguante se había ido a la mierda, las últimas palabras de su vecino se lo confirmaron. Pero Jin estaba muy equivocado, si pensaba que después de lo que acababa de decir y de todo lo que había hecho, las cosas se quedarían así.

—¡Yo no me voy! —le gritó girando sobre sus talones en dirección opuesta y doblando en la esquina

Jin volteo, dándose cuenta de que el fotógrafo nuevamente tomaba en dirección contraria a donde tenía estacionado su jeep, perdiéndose tras la esquina.

—¡Tae!... ¡Tae! ¡¿A dónde vas?!

Caminando tras él resoplaba, harto de esa montaña rusa con su caprichoso vecino. Pensando que esa había sido en verdad, la peor noche de su vida.

—Tae por un demonio... ¡el auto no está p... ¡MIERDA! 

La maldición de Jin se escuchó por todo el estacionamiento y es que al doblar la esquina, el chico se le había ido encima sujetándolo por la chaqueta y estrellándolo con fuerza contra la pared, haciéndolo cerrar los ojos por el golpe. Cuando los abrió, el rostro de Tae estaba a milímetros del suyo, mientras continuaba presionándolo y mirándolo con una intensidad que le secó la boca.

—No nos vamos a ir a ningún lado —le dijo el chico tan cerca que sus respiraciones se mezclaban, mientras humedecía sus labios, sujetándolo con fuerza— Ni creas que después de lo que acabas de decir y de la noche de infierno que he pasado por tu causa, nos vamos a ir así nada más. Porque... ¿Qué crees? ahora tú me debes a mí, y pretendo cobrármelo —

—¿Todo esto por un simple beso? —soltó Jin apenas pudiendo hacerlo, por la presión del chico

—No intentes hacerte el inocente Jin, sabes que no es solo por el beso—dijo afianzando el agarre en la chaqueta del mayor—pero como siempre nunca mides lo que haces y ahora pretendes irte como si nada—sonrió—Oh... eres un iluso, si creíste eso Jin

—¡¿Y que más quieres de mi Tae?! Ya te pedí disculpas por...

—¿Disculpas? —interrumpió siseando contra su boca— ¿Te parece que con eso compensas todos los estragos que has causado en mí? ¿el desastre que soy por causa tuya?

—¿No sé de qué mierda estás hablando? 

—Hablo de tus insinuaciones y tus miradas que parecían desnudarme. Hablo de tu presión incesante. Hablo de ti calentándome con tus fantasías y obligándome a revelarte las mías. Incluso me empotraste contra un sillón, para luego irte y dejarme como un imbécil, hasta que terminé casi pidiéndote la polla en medio de un baile. Y ahora solo siento que me quemo vivo—la furia y el deseo bailaban en los labios del fotógrafo, mientras la respiración se Jin se agitaba de solo verlo— Felicidades Jin... has conseguido afectarme terriblemente, pero eso era lo que buscabas ¿no?

—¿A-Afec...tarte? 

—¡SÍ Afectarme! ... ¡Maldita sea Jin! Te empeñaste en volverme loco toda la puta noche sofocándome hasta el límite de lo soportable , llevándome a un estado de necesidad y deseo, en donde ni yo mismo me reconozco y cuando consigues lo que quieres, no...—Tae hizo una pausa en su descargo, para mirar con intensidad los labios ajenos —no solo me das migajas...con tus desesperantes besos a medias, mientras me sueltas mil veces a la cara lo mucho que te gusto y las ganas que me tienes ... sino que —volvió fijar sus ojos en los de su vecino— No Jin, después de todo lo que has hecho, una disculpa no me basta... ya no me conformo con eso

Jin sentía que toda la sangre de su cuerpo empezaba a drenarse hacia el sur, comprendiendo que el chico que lo sujetaba con gran fuerza, estaba ardiendo por estar con él. Y era tan fuerte su deseo que lo irritaba y lo culpaba de ello. Lo peor de todo era que eso, solo encendía más el de Jin y no sabía que tan saludable era para ambos, pero lo deseaba mal, muy mal.

—Y esperas que solucione eso... supongo 

—No Jin...— dijo el chico sobre aquellos labios inflamados— yo ya no espero más

Jin solo ahogó su respiración cuando Tae le estrelló la boca en un furioso beso, asiéndose con más fuerza al cuello de chaqueta. El muchacho degustó a su antojo los labios del mayor, pasando su lengua por ellos y dándole rudas succiones. Los alternó frenético, magullándolos, sin darle oportunidad de respuesta, hasta terminar su ataque con una dura mordida a su labio inferior, arrancándole de paso un quejido antes de soltarlo.

Estando sin alientos los dos, Tae aflojó solo un poco el agarre, pero sus rostros seguían uno sobre el otro mirándose fijamente. El muchacho sonrió de lado, observando como los labios de Jin se veían más inflamados y rojos que nunca, sobre todo el inferior, y aunque suponía que los suyos no estaban mejor, se sentía satisfecho de ver los de su agobiante vecino de esa forma por él.

—Eso ultimo dolió— soltó Jin, pasando su lengua por el labio herido

—Y eso no es nada, he querido golpearte toda la noche

—¿Porque no lo hiciste? hubiéramos solucionado este asunto hace mucho

—No me tientes, aun puedo hacerlo—amenazó Tae volviendo a acercar su boca a la ajena—me irritas tanto

—Creo que no es solo irritación, lo que sientes por mí—comentó el castaño empezando a rodear la cintura de Tae

—No y por eso me debes más

—¿Quieres más? ¿Cuánto más? —preguntó Jin jugueteando con el chico

—No es justo... ¿Porque todo tengo que pedírtelo? —suspiraba Tae contra su boca

—¿Y todavía preguntas por qué? —el bailaba sus labios húmedos por su mejilla —vamos Tae déjame escucharlo de tu boca 

El fotógrafo se mordió los labios y con gruñido volvió a sujetar con fuerza la chaqueta de Jin

—Bésame Maldita sea—soltó contra sus labios —bésamm

Jin no lo dejo terminar de hablar, el necesitaba ese beso más que nadie. Asaltó los labios del chico con ansias, sujetando firmemente su cintura y su espalda y eliminando cualquier espacio entre ellos. Tae soltó finalmente el agarre de su chaqueta, para por allí mismo aferrarse al cuello de su vecino con urgencia, ahogando suspiros de gusto contra la boca ajena. Sus rostros alternaban en posiciones y el beso se tornó húmedo y desesperado, con chupones y mordidas en medio de sonoros jadeos. Solo la necesidad de oxígeno los hizo separase agitados, pero aun prendados uno del otro.

—Mierda... que maravilla — le habló mirando los belfos rojos del muchacho, que le enredó los dedos en su cabello, y bailaba su nariz

—Necesito más Jin —le respondió Tae en suplica—dame más

Y no espero respuesta, se tiró por ella y es que su sed por la boca del castaño era demasiada. Tae sentía los esponjosos labios de su vecino como su nueva adicción, los había deseado desde que empezó la noche y ahora solo quería perderse en ellos, en su textura y en su sabor hasta embriagarse de ellos. Estaba sumergido saboreándolos, lamiéndolos, mordiéndolos, cuando ahogó un quejido al sentir su espalda golpear contra la pared y es que su vecino, sorpresivamente había cambiado sus posiciones. El hombre lo había estampado con menos dureza que la suya, pero con mayor presión, porque usaba todo su cuerpo para someterlo y esa sensación lo calentó terriblemente, porque que Jin estaba por todas partes

Con la nueva posición el beso se volvió más exigente, y ahora totalmente controlado por su vecino, que azotaba inclemente sus labios,  sujetando su cintura y su nuca. Apenas y le llevaba el ritmo, cuando una mordida un tanto más fuerte lo hizo abrir la boca por reflejo y sin mediar su lengua lo invadió. No pudo controlar el gemido de pura satisfacción que se le escapó o el escalofrío que recorrió su piel, mientras Jin profundizaba el beso y lo devoraba hasta quemarle las neuronas. Cuando finalmente el hombre lo perdonó, dejándolo sin aliento, fue que Tae notó que en medio del ataque, había terminado empuñando su polo, hasta casi descubrir su sexi abdomen—Mierda— la imagen solo le agregó más combustible a la hoguera. Sus labios ardían por los de su vecino, pero masoquistamente quería más, necesitaba más.

Jin pegó su frente a la de Tae

—Eres una delicia... — susurró Jin y el chico le sonrió a media masajeando los cabellos de su nuca, y volviendo a provocar la boca contraria con la suya

—Dios... ¿cómo es que eres tan cursi en un momento así? 

—Ya te dije que puedo ser todo lo que tú quieras

—No prometas más... y hazlo de..mmm 

Otras vez las palabras del fotógrafo se perdieron en medio de un complacido gimoteo, porque Jin no se fue por las ramas. A la primera empujó su dulce lengua sin contemplaciones, iniciando un forcejeo caliente y demoledor con la suya, exigiendo su rendición completa, mareándolo y crispándole cada terminación nerviosa con ese erótico masaje.

El hombre literalmente le follaba la boca, enardeciendo su excitación y enviando descargas directas a su entrepierna. La necesidad por más contacto hervía en su interior y su vecino seguramente estaba pasando por lo mismo, porque acomodó su cuerpo y pronto la erección del hombre golpeó rudamente contra la suya, haciéndolo soltar su boca en una vergonzosa exhalación, mientras sujetaba su chaqueta con fuerza, para resistir de alguna forma el estímulo del hombre que jadeaba.

—¡Mierda Jin! —soltó Tae aun víctima de aquella presión, mientras su vecino ahora succionaba su cuello, volviéndolo todo mas sofocante

Tae no tenía control de nada, no podía detenerlo a él, ni detenerse a sí mismo. Se rindió al disfrute de su cuerpo, cerrando sus ojos y conteniendo sus gemidos, mientras pegaba su cabeza a la pared para permitir que el hombre le comiera el cuello sin reparo. Pero sus alarmas se encendieron, cuando su vecino logró liberar su camisa faldeada de su estrecho pantalón, colando sus manos en su espalda baja— las cosas se están descontrolando

—Debe-mos parar... esto es un... estacio-namiento—dijo Tae sin aliento

—No... no puedo

Y era verdad Jin no podía parar, Tae era más de lo que se había imaginado. Abandonar su boca y su piel después de haberlas probado, implicaban un difícil sacrificio, tanto que no podía pensar en que el fotógrafo se arrepintiera. El castaño disfrutaba repartiendo besos cortos, lamidas y suaves chupones por el cuello de su vecino, maravillado por su perfume y el sudor de las hebras de su cabello, sintiendo la armonía de su cuerpo caliente y excitado respondiendo al suyo. Era demasiado para dejarlo ir.

—Ji..Jin es en serio—repetía Tae, sintiéndose desfallecer con las manos de su vecino en contacto directo con la piel de su espalda baja y su miembro duro que palpitaba en su ingle—Ohh.. mierd...da Jin nos... van a ver—decía mordiéndose lo labios al sentir otra vez aquel masaje suave contra su polla—p-por favor...

—Por favor qué... Tae

La voz de Jin salía en un hilo y jadeante, víctima de su propio juego y de su necesidad, pero valía la pena por tener al fotógrafo así de lábil solo por él.

Y era cierto porque el menor se sentía en franca combustión interna, mientras el hombre estimulaba cada parte de su cuerpo.

—A-aquí... no... Jin aquí no—consiguió decir aun con los ojos cerrados y no pudo ver la sonrisa que dibujó Jin aun contra su cuello al escucharlo

Tae sintió cuando la boca de su vecino rehízo el camino hacia sus labios y volvió a agasajarlo con otro beso. Uno lento y muy sensual, de pura degustación húmeda, que le exprimió lo poco que le quedaba de razonamiento. Cuando el hombre finalmente se separó, sacando las manos su espalda, acunó su rostro. Fue entonces cuando el muchacho abrió con lentitud otra vez sus parpados, observando sonrojado al mayor

—Vallamos a casa Tae

El fotógrafo sabía que significaba eso, pero ya no tenía fuerzas para oponerse, sintiendo que la ropa le estorbaba, consumido por el fuego. Bajo la presión constante del cuerpo ajeno, su polla adolorida y húmeda no lo dejaba pensar en otra cosa, más que gemir como un desgraciado, toda la noche en los brazos de Jin. Por otro lado...

"¿Porque no lo apagas hoy y ya?" la voz de Lisa resonó en su mente. Era cierto, esa tensión que había entre ellos, era demasiado fuerte e incómoda para poder ignorarla. Tenía que terminar con ella y solo había una forma, con una buena cogida que drenara hasta la última gota de deseo por ese hombre, de su cuerpo. Tae mordió sus labios, sintiéndolo gratamente irritados, sus respiraciones aún se mezclaban y se reconoció controlado por el deseo, cuando respondió.

—Vamos

Bueno , actualización rápida y las cosas empiezan a cambiar... la torre de Babel de Tae empieza a caer🤭

Una vez mas... gracias por leer la historia y gracias por apoyarla... cuidense  Chummys y los veo pronto😘

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