Epílogo
Cuando salió del hospital, sintió la brisa por primera vez en dos semanas. El verano ya no estaba tan caliente, y los días se volvían más llevaderos. Un primer otoño sin sus padres. Un primer halloween sin ellos. Una primera navidad sin armar el árbol juntos, sin bailar canciones rídiculas pasadas las doce.
Estaban de camino en la camioneta de Marissa, y Matthew viajaba en el asiento trasero. Maddie estaba con la señora Syson, y supuso que con Mark, esperando en la casa.
-Recuerda estar tranquila, porque todas las cosas ya están arregladas. Nosotros cuidaremos la casa, y Thania prometió encargarse del negocio mientras no estés. Yo iré para ayudarla.
-Gracias tía.
Jul escuchó un suspiro de la parte de atrás, y a su primo hablar después:-Recuerda que la abuela tiene suficiente para ambas, esfuérzate por tomarte un tiempo. Ella se puso feliz de fueras a vivir con ella, le harás compañía.
Sabía a que se refería con tomarse un tiempo. Le decía que no trabajara, porque bueno, el duelo solía llevarse de esa manera. Su abuela no tenía problema económico alguno, y se daba la gran vida. Aunque debía admitir que estaba vacía. Por eso le había sentado tan bien la idea de que Juliette ocupara una de las muchas habitaciones en su costosa casa. Aun así, ella no podía confirmar de que se tiraría a llorar sin hacer nada, porque prefería mantenerse ocupada. Cada vez que se quedaba sola, sentía un oscuro vació, como un agujero negro apropiándose de los pedazos rotos de su corazón.
Cuando entraron al pueblo, tuvo que presionar el asiento, para no largarse a llorar. Confirmó que el irse de allí era lo mejor que podía hacer. Porque, aunque no lo quisiera, los veía, ellos estaban ahí, y el dolor era algo insoportable. Pudo sentir la mano de Matt en su hombro, dándole fuerzas, pero al ver la casa, blanca, con las flores todavía regadas, se quebró en sollozos ahogados.
-Dejemos esto, yo iré por tus cosas, quédate en el coche. -Marissa no soportaba verla así, y quería hacer más de lo que estuviera a su alcance por ayudarla.
Jul negó, y se obligó a respirar, tomando una gran bocanada de aire.
-Déjame hacerlo. Si no puedo, yo les diré.
Al bajar del coche, vio a Simón acostado en el césped y no tardó en tomarlo en brazos. Lo había extrañado, y lo peor es que no se había dado cuenta hasta ese momento. Él se sacudió en cuanto sintió lagrimas que mojaban su cabeza, sin embargo no se alejó, y pasó su lengua rasposa en la cara de su chica preferida.
-Hagamoslo juntos -susurró, siguiendo el caminito de piedra hasta la puerta de entrada.
Al abrir la puerta, se quedó perpleja al sentir un aroma delicioso. Pudo ver a su madre saliendo de la cocina, con un plato de galletas en la mano, y caminando hasta ella, riéndose de algo que había dicho su padre. Quiso abrazarla, pero su rostro se convirtió en el de la señora Syson, y tuvo que expulsar el aire de sus pulmones, porque quiso gritar. Odiaba a su mente, la odiaba por jugarle bromas tan dolorosas.
Maddie la ayudó en todo, y pudo preparar sus maletas.
-Yo quería decirte que te quiero mucho, y que voy a extrañarte. -la niña abrazó de repente sus piernas-. Quisiera que no pasaran estas cosas, porque hacen doler el corazón, y llorar mucho. -La escuchó decir, y ella también se encontraba abrazándola-. Pero quería contarte algo que seguro nadie te dijo. Yo extraño mucho a mi papá, pero ya no lloro todos los días. Mi hermano Matthew tampoco, y estoy segura de que tu también podrás dejar de llorar.
-Temo olvidarlos.
Se sintió una tonta diciéndole eso a una niña más pequeña, que también afrontaba un momento difícil, pero se tranquilizó al verla sonreír. Su pequeña manito acarició su mejilla y dijo:-Nunca olvidé a mi papi, y tu nunca olvidarás a los tuyos. Solo tienes que irte para curar tu corazón, ellos siempre irán contigo.
Las dos se abrazaron y supo cuanto la extrañaría.
Matthew, Mark, Thania y Marissa, acompañaron a Juliette hasta el aeropuerto. Simón se iría también, y habían pagado para que viajara con ella, debajo del asiento. Tenían una hora de espera, así que se tomaron un café. Durante todo ese tiempo, el chico nunca le soltó la mano.
Para cuando miraron el reloj, ya tenía que abordar.
-Prométeme probar todas las pastas que encuentres -dijo Matthew, abrazándola tan fuerte que casi muere.
-Lo haré. Gracias por ayudarme.
Marissa también la abrazó, y entre lagrimas pudo decirle:-Vuelve cuando estés preparada, tómate todo el tiempo que necesites.
No hubo palabras para agradecerle cuanto la había ayudado esos días, así que solo lloró en su hombro, mientras la estrechaba fuertemente.
Thania se adelantó a Mark y la apretó tan fuerte que no pudieron evitar las lagrimas. Nunca se habían separado. Eran amigas, pero también eran hermanas.
-Cuando vuelvas, espero que tengas muchas historias que contarme, y que visites ese horrible coliseo. Recuerda seguir horneando, para no perder la costumbre, y tampoco olvides comprarte gomas para el cabello, porque después te pones de mal humor. -la rubia rió, y ella también-. No te das idea de lo que voy a extrañarte, tonta. Dios... -sus ojos miel se critalizaron y volvieron a abrazarse-. Recuperate, que te estaré esperando en "Dulce Dulce".
-Te quiero, cuídate mucho. -Alcanzo a decir, tomando una bocanada de aire, para dejar de llorar.
Los tres vieron que solo quedaba una despedida, así que dijeron casi al unisono:-Los dejaremos solos.
Ellos se alejaron un poco, para que la pareja pudiera darse las últimas palabras.
-Me había preparado un discurso para decirte, pero no podré hacerlo, porque era demasiado ridículo. -Pudo oírla reír, y fue algo como música para sus oídos-. No encuentro palabras para explicar cuanto me hiciste quererte este tiempo que pudimos estar juntos, ni cuanto me ayudaste a volver a vivir, y sentir felicidad. Es-estoy... -él comenzó a quebrarse, pero la caricia que ella le dejó en su barbilla, lo hizo obligarse a seguir, porque no les quedaba mucho tiempo- estoy feliz de haberte conocido, y tan solo quisiera poder estar allí para ayudarte, pero quiero que tú decidas, y me encanta que seas una chica que toma sus propias decisiones.
>> No puedo desaparecer de tu vida, porque lucharé para que tarde o temprano estemos juntos de nuevo. Solo quiero que me prometas que dejarás que esa herida tan profunda cicatrice, de la manera que sea mejor para ti. Nunca olvides que siempre habrá un chico dispuesto a todo por ti, y te estaré esperando. Me quedaré esperando a cuando decidas volver.
Las mariposas despertaron y parecían querer despedirse, para tomar una larga siesta, hasta que volviera a verlo. Estaba segura de que ellas siempre despertarían, y nunca desaparecerían.
-Te quiero muchísimo -dijo ella, con su voz rota, al igual que su corazón.
Sus brazos la rodearon y lo escuchó decir:-También te quiero.
Cuando comenzó a dirigirse hasta la puerta, volteó una vez más y los vio moviendo sus manos en forma de saludo. Miró al chico, ese chico que lloraba en la lluvia, y quiso grabarlo para siempre en su mente. Imaginaría una cena en Italia, con su padre sentado, acariciando a Simón, mientras que su madre preparaba el pollo que tan bien le salía. Luego, saldría a recorrer las calles sola, quizá a medianoche, y se vería con el de la mano, cantándole una canción, mientras algunas luciérnagas bailaban a su alrededor.
...
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Final de "Mi querido Mark". ¿Qué les pareció? Sé que es triste, pero no todo es color de rosa. Quizás haga un capítulo extra más adelante, pero este es el final definitivo. Gracias por acompañarme y hacerme tan feliz con sus votos y comentarios <3. Y gracias por siempre leerme, y sumarse.
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