Capítulo 27

Aturdida, débil e inmune ante esas palabras, se dijo a si misma que aquello no era nada. Él quizás haría eso a cualquier chica. Aunque su corazón le gritaba "sabes que no es así". Aquella voz interior le gritaba que dejara sus estúpidas suposiciones. Y ella no sabía que rayos creer.

-Hum...bueno, creo que deberíamos seguir con la canción...-dijo la chica, en un murmullo, casi inaudible. Tuvo que aclararse la garganta para poder retomar su voz normal. Ya ni sus cuerdas vocales le funcionaban.

-Ah, si, claro.-Mark se obligó a concentrarse, ella después de todo, tenía pareja. Tenía que detenerse, parar antes de que fuera demasiado tarde.

...

Toda esa tarde, se la pasaron haciendo lo que debían, pero quizás no tanto lo que querían. Tal vez solo querían hablar, reírse de ridiculeces que dijera el otro y conocerse un poco más, pero no. Ambos creían que eso no podía ser, teniendo o no sus razones. Temiendo o no a sentir esos aleteos molestos y hermosos a la vez. De vez en cuando se desviaron del tema, y miraron alguna belleza de la naturaleza, o se quejaron de no haber dado en la nota, pero hasta terminar, se obligaron a concentrarse en aquello.

Cuando comenzó a hacerse de noche, los jóvenes salieron del bosque y retomaron el camino que llevaba al pueblo, solo que Jul se quedó ya en su casa. Diane insistió para que se quedara a cenar, pero él negó, diciendo que estaba cansado. Ambos se quedaron con una extraña sensación en el estomago, así como muchas preguntas en la cabeza. 

-Ay, Simón. En momentos como estos, es en los que quisiera ser un gato.-el animal la miró y le pasó su larga cola por la cara, haciendo que le picara la nariz. Siempre sentía que le quedaban sus pelos en las fosas nasales.

El resto de la semana pasó como un parpadeo. Jul intentó concentrarse en el negocio, así como en los preparativos para el festival. Con Mark intercambiaron algunos mensajes de texto, pero nada parecido a los días anteriores. Alguna especie de barrera se había cruzado en medio, desde ese cruce de miradas en la cascada. Los dos se repetían que todos aquellos nuevos y desconocidos sentimientos se estaban agolpando demasiado rápido en sus seres, y temían el no poder detenerlos. Después de todo, podía llegar a ser un camino sinuoso y complicado de atravesar.

 Las chicas, el viernes, se encontraron casi todo el día encerradas en la cocina, ya que para el sábado debían tener todo preparado. Thania le había dicho a Nathan que estaría todo el día ocupada y que no podría verlo. Incluso, "Dulce Dulce" permaneció cerrada. Había demasiados sabores, glaseados y recubrimientos por realizar, que debían quedar perfectos. Con un poco de música, así como paciencia y mucha pasión, las chicas pusieron manos a la obra.

Su arduo trabajo terminó como para las ocho de la noche. El último pastel estaba siendo refrigerado, y todo el lugar ya estaba impecable. 

-Ay, por favor. Creo que si no me gustara tanto el chocolate, ya estaría vomitando.-dijo Thania, mientras tomaba asiento y bebía de su limonada-Supongo que ya está todo, ¿no? Dime que no falta rellenar nada más...-suplicó, viendo como la castaña revisaba los refri con la lista en mano. 

-Hasta el último pie con limón está listo. Relájate.-ella también se sentó, robándole un sorbo a su limonada-Claro, eso tengo que repetirme.

Los nervios, los nervios los tenía a flor de piel. No por los pasteles, no porque a los demás les gustara la fresa mezclada con crema blanca. Casi podía sentir el sudor en sus manos, y el dolor de estomago en cuanto estuviera ahí arriba, cantando, junto a él. Ese era un hobbie que se guardaba para ella misma, pero nunca se imaginó tener que mostrarlo al mundo de esa manera. Su mundo, la gente que la había visto crecer. 

-Tu voz es maravillosa, Jul. Tan solo sube y no los mires, céntrate en tu canción. Si quieres mírame a mí, no sé.-la rubia frunció el ceño al instante-Bueno, aunque quizás quedé raro.

-Nos creerán lesbianas.-ambas negaron con la cabeza, divertidas-Si, tengo que mirar cualquier cosa menos el publico. Odio que todos me miren...-se imaginó los miles de ojos clavados en su ser, abrazándose a si misma, creando una especie de  protección mental. 

-Sé que lo odias, pero no debes demostrarlo. En serio, he visto personas con un don exquisito en variedad de cosas, pero si en el escenario se muestran nerviosas e inseguras, eso les resta tantos puntos...-Thania rodó los ojos y volvió a mirarla-Si estás toda con cara de trauma, la gente se va a concentrar en tu temblequeo y sudor apestoso. Además debes lucir bien para el pálido...-la otra golpeó su costilla, riendo- Cuando subas ahí, concéntrate en una sola cosa, eso te ayudará a olvidarlos.

Una vez salieron de allí, observaron todo el centro del pueblo, rodeado de banderines coloridos. La noche ya había caído y los encargados de la decoración, al verlas salir, encendieron todas las lucecitas blancas, llenando el ambiente de luciérnagas artificiales. Se encenderían cuando la tarde hubiera caído, y todos quisieran ya bailar las últimas canciones. Las amigas levantaron sus dedos, y los chicos también agotados, apagaron la magia, tan solo por un día más.

-Bueno, hasta mañana.-la rubia saludó a su amiga mientras ella también se subía a su bicicleta-Intenta dormir, y recuerda lo que te dije. Te quiero.

-Si está bien, voy a intentarlo. También te quiero.-ambas comenzaron a irse, cada una por su camino. 

Esa noche, le había costado horrores dormir, aun teniendo a Simón con su relajante ronroneo al lado de su oreja. Por primera vez, estaba añorando que el festival terminara de una vez, para respirar tranquila. Aun con todas aquellas emociones, había algo que no le gustaba, pero odiaba admitirlo. Mark no le había mandado ni un mensaje en todo el día. En realidad, ambos habían notado que las cosas habían cambiado desde ese día en la cascada. Quizás ella se arrepentía de actuar tan tímida en algunas circunstancias.

...

Abrió los ojos y notó que recién estaba amaneciendo. Si, sin duda ella había pasado una mala noche. Despertó en varias ocasiones, mirando hacia las cortinas, para notar que todavía estaba oscuro. ¡Que quería que saliera el sol! Cuando por fin amaneció, ni el gato que dormía a su lado estaba despierto. Seguro sus padres estarían más dormidos todavía. 

-Está bien, demasiado, ya no aguanto más.-dijo, mientras salía de la cama y el peludo levantaba la cabeza, con sus ojos achinados.

Ella ya no podía seguir acostada. Moriría de tensión si no se levantaba y se daba una buena ducha. En cuanto tomó su celular, notó que recién eran las seis. Tenía que estar con su amiga a las nueve, para darles los pasteles a los encargados de venderlos. Les pagarían un sueldo a los vendedores, y se repartirían las ganancias luego. La gente comenzaría a llegar como para las diez... así que tenía tiempo de sobra para desayunar y arreglarse un poco.

Una vez se hubo duchado, ya se estaba vistiendo. Había elegido una maxi falda suelta, unas sandalias, y un crop top de hilo, que si no fuera por la falda, dejaría que su abdomen quedara al descubierto. Pero no, ella no había nacido para mostrar su cuerpo al mundo. Sin embargo, ese atuendo la dejó más conforme de lo que pensaba. Tenía un toque fresco, así como bohemio, y ambas cosas le encantaban.

Cuando se estaba sentando para maquillarse, y dejar atrás esos rastros de chica trasnochada, timbró un mensaje que le iluminó el rostro. Él, él y él.

>¡Buenos días, Thompson! ¿Nunca te planteaste que tu novio puede llegar a ser un poco obsesivo? Bueno, si no es así... quizás deberías D:. Ayer me lo crucé por ahí y me dijo que te dejara de hablar si no quería que me las viera con su violencia varonil. Si, lo sé, que miedo.<

Juliette apretó el teléfono en sus manos y soltó un audible gruñido. Una idea vino a su mente. ¿Y si él la estaba ignorando porque creía que el idiota era su pareja? ¡No no no! No podía pensar que Frank era su novio. Ella lo detestaba por ser tan pesado. Respondió con sus dedos más rápidos que nunca. 

>Creí haberte dicho que no era mi novio. O sea, en serio, no sé porque hace esas cosas.<

Y su respuesta fue dada después de tres minutos exactos.

>Okay. No sé si daba más miedo antes si es que era, o ahora que no lo es y dice que sí. ¡911! ¡911! Cambiando de tema...creo que llevo sudando ya cuatro litros. No, en realidad no, pero estoy expectante.<

Jul sonrió, al sentir que por primera vez desde ese día, Mark volvía a decir esas mismas cosas sin tapujos, al igual que antes. Extrañaba eso, más de lo que esperaba. Fue tanto lo bien que se sintió volver a hablar así con él, que le siguió el juego, sin pensar en caminos sinuosos o corazones latiendo a la misma velocidad.

...


¡Se viene el famoso festival muchachas 7u7! ¿Qué pasará?





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