Negro contra zafiro, una mirada con un ceño fruncido permanente contra una mirada inocente heredada de su padre. Ambos transmitían esa tensión que se había forjado a lo largo de toda su vida, con sus altas y bajas, pero a fin de cuentas, parecía que el destino les había preparado que ante toda adversidad, ambos quedarán en las manos del otro, aprendiendo a confiar en algo más que solo su fuerza y su herencia de sangre alienígena.

Resultaba muy extraño cuando en una foto no aparecían juntos, ya que desde que habían tenido uso de razón se habían aferrado al otro para seguir adelante, cómo cuando Goten preguntaba inocentemente porque su papá lo había abandonado, dejando sola a su mamá y a Gohan, o cuando Trunks lloraba en silencio las veces que tenía que soportar palabras abusivas de su progenitor, los gritos donde le recordaba que nunca habría amor de su parte porque para el no era nada. En esas circunstancias, siempre intentaban ir lo más lejos posible que se los permitiera su corta edad y su casi nula habilidad para volar (salvó en momentos de vida o muerte) llegando a meterse en cuevas o cualquier lugar en el que sus pequeños cuerpos pudieran estar cómodos y sentirse a salvó mientras esperaban que los sentimientos salieran de su sistema.

Era una vida donde ambos habían aprendido a amarse sin siquiera quererlo, si no que fue tan casual como el aprender a caminar o ir al baño, se da cuando menos te das cuenta. Y aún así, no sabían si estaban listos para decir lo que todo el mundo ya estaba preparado para gritar.

Las manos de Goten seguían rodeando su cuerpo frío. El solo se había volteado a verlo cuando sintió cómo el ki de su mejor amigo se agitaba, preocupando al más grande.

—Goten...— susurró. Sintió como la mano que tenía en su espalda tensaba su agarre mientras que la mano en su cintura siguió quieta, cómo esperando otra cosa.

Goten abrió más los ojos cuando se dio cuenta de que iba a pasar si no detenían esa clase de ritual que estaba teniendo con Trunks, era casi una ceremonia de unión, eso ya lo hacía sentir algo mal, prácticamente le estaba siendo infiel a Kyabe. Y lo que lo hacía sentir peor respecto a su persona, era que sabía muy dentro que el no detendría lo que fuera que pasará, por lo que en vez de intentar poner algo de distancia, esa mano en su cintura empezó a dar ligeros masajes para ver la reacción del chico frente a él. Seguía mirándolo fijamente a los ojos, podía ver qué estaba nervioso, luego se sintió muy estúpido de su error, no era nerviosismo, estaba intranquilo... Intranquilo por besarlo tal vez.

Con ese pensamiento, su corazón empezó a latir más rápido, a sabiendas que el estaba en su misma situación, y lo que era peor, no sabía si iba a dar el primer paso o esperar a que el otro tomara la iniciativa, a sabiendas que ninguno de los dos iba a soportar mucho el tenerse así de cerca solamente mirándose. Goten suspiró, no sabía cómo había llegado a eso, pero maldecia a Trunks una y mil veces por ser tan idiota, tan hermoso y tan distraído a la vez.

Trunks estaba en una pelea mental, pensando si dar el primer paso era lo mejor. Claro que quería besarlo pero aún no estaba seguro de lo que Goten sentía por él. Y aún así, lo que estaban a punto de hacer se sentía tan normal, como si siguieran la corriente, una corriente que se había formado desde la primera vez que se habían visto vulnerables, cuando habían decidido depositar la confianza en ese opuesto tan parecido que eran para el otro. 'Nunca me dejaste a pesar de lo que te hice' pensó con amargura y paso saliva, sabiendo que era lo que debía de hacer.

Era todo o nada.

La mano en su cintura paro de repente al sentir esas manos de tacto brusco debido a los años de entrenamiento al que había sido sometido su portador, sin embargo a Goten no le desagradaba el sentir sus mejillas ser acariciadas por esas manos, cómo iba a ser posible si millones de veces había regresado ese escenario en su mente desde que supo que era lo que sentía por él. Su corazón casi se le sale del pecho y estuvo seguro de que moriría de un paro cardíaco ahí mismo cuando su tonto de pelo lavanda juntó sus frentes viéndolo otra vez a los ojos, y lo que vio lo dejo sin aliento, ya no era esa intranquilidad solamente, era una promesa de que ese beso era algo más que un simple acto físico, pero no sabía que.

Trunks rozo sus narices tratando de no decir una tontería por una vez frente a ese chico. lentamente rozó sus labios, sintiendo que era un sueño del que iba a despertar. Finalmente las dos bocas estuvieron unidas por primera vez en toda una vida, y supieron que no podrían volver a vivir sin esa sensación.

La mano que Goten tenía en la cintura de Trunks se despegó y busca desesperadamente la mano de este, encontrandola sin despegar sus labios, entrelazando sus dedos mientras sentían la calidez que empezaba a subir en sus cuerpos que los embriagaba.

Trunks abrió la boca para jalar una bocanada de aire sintiendo al momento como una lengua intrusa se introdujo en su boca, haciendo lo mismo sin dudarlo soltando un suspiro en el proceso, que se fuera al demonio respirar, si iba a morir que fuera después de terminar el mejor beso que había dado en la vida.

Para el de pelo negro no había nada mejor en esos momentos. Era como si todo hubiera sido planeado para culminar ese mismo día, dónde a pesar de ser un momento único, era tan cómodo, tan perfecto, como si hubiera sido ensayado para hacer su gran debut donde los únicos espectadores eran (exceptuando a Kamisama) ellos dos. Con eso en mente, Goten aumento la intensidad del beso, soltando la mano que tenía entrelazada con la de Trunks y poniéndola en su cadera, metiendo su otra mano bajo el cuerpo de Trunks, obligándolo a qué este estuviera sobre él, era increíble lo que podían hacer sin dejar de besarse.

Al parecer el oxígeno si era importante después de todo, unos escasos minutos después despegaron sus labios de los ajenos y recordaron que seguían en el cuarto de Trunks, a excepción de que ahora Goten se encontraba flotando arriba de la cama, ese beso si que lo había hecho sentir que volaba, pensó con ironía, los besos con Kyabe no eran malos, eran tiernos y llenos de amor, el problema era que no era amor de su parte, si no que el intentaba llenar ese amor de ambas partes, claro que lo quería y muchísimo, pero no lo amaba.

Avergonzado al darse cuenta de lo que había pasado, poco a poco volvio a descender hasta que volvió a sentir su espalda apoyada contra el colchón y las dudas de nuevo llegaban a su cabeza.

¿Qué significaba eso?¿Por qué no se sentía más culpable?¿Eso era todo?

El solo pensamiento de que ese beso iba a ser la única interacción que ambos tuvieran en toda su vida lo alteró demasiado, buscando desesperadamente la mirada de su compañero, aunque sin darse cuenta este llevaba todo ese rato contemplandolo con un brillo extraño.

Para Trunks era claro lo que ese beso significó para él, algo que lo lleno de alegría y al mismo tiempo de temor, porque significaba revelar algo que solo su hermana sabía.

Ese beso era la culminación de todas las cartas para su querido Goten