Como...

-¡Pero mira cómo estás!- se acercó apresurado hasta estar a su lado mientras sentía un nudo en su garganta crecer y crecer al ver el estado en el que se encontraba.

Su pelo lavanda había crecido un par de centímetros y le llegaba poco más abajo de la barbilla, se encontraba grasoso y alborotado. Su ropa se encontraba con manchas de sudor alrededor de las axilas y el pecho de un color amarillo pálido, y todo eso con el aire encerrado en la habitación y los trastes sucios acumulados alrededor de su cama daban a entender que Trunks no estaba pasando por su mejor momento.

Saliendo un momento del cuarto para inhalar algo de aire limpio, volvió dentro y empezó con llevar los trastes hasta el lavavajillas y dejarlos ahí, la casa sabría que hacer. Lo que hizo a continuación fue abrir las ventanas del cuarto de Trunks y esperar a que todo ese olor a sucio, podrido y sudor se fuera de la habitación.

Todo esto ocurrió bajo la mirada sorprendida de el de cabello lavanda. Había pasado cerca de 1 hora en la que Goten había aparecido y el no había podido articular otra palabra más que su nombre, pero no se iba a quedar así. Cansado se levantó de su silla sintiendo como tanto la madera y sus huesos entumecidos crujian, y cuando finalmente se levantó recto avanzo hacia ese chico de cabello extraño que lo mantenía despierto en las noches.

Lo veía de espaldas y mientras tanto se percataba de los mínimos detalles que lograba encontrar de diferencia entre el Goten de hace casi un año. Era un poco más alto, no tanto como el que media 1.85, pero era más alto que la mayoría. Su cabello había crecido un poco más llegando abajo de sus hombros con ese estilo alborotado y a la vez bien peinado. Su musculatura incluso había cambiado, se veía más delgado, pero no como alguien en los huesos, aún se notaba un cuerpo tonificado que había sido trabajado por años. Tenía todo para ser alguien a quien no reconocería a simple vista en la calle, pero ahí estaba, otro Goten, que seguía siendo su Goten, porque si, nadie le quitaría las ganas de que el dejara de ser su Goten, lo sería para siempre, aunque el no lo supiera.

-vamos a darte un baño sucio vagabundo- dijo mientras lo jalaba de la manga de su playera con su dedo índice y pulgar, signo de asco por tocar ropa tan sucia.

Y entonces Trunks no supo si reír o llorar...

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