Calor

Ya bañado y limpio se acostó en su cama que había sido arreglada por la misma persona que saco toda su ropa y la puso a lavar, algo vergonzoso considerando que ambos ya eran casi adultos pero, que más da, si así Goten se aparecía entonces el mismo se encargaría de ensuciar cada prenda que tenía.

—ahora, ¿Cómo es que nadie te dijo nada de como estabas?—dijo sentándose a su lado mientras le daba un poco de comida precalentada que encontró en la casa.

Trunks no supo que contestar a su cuestionamiento porque si, sabía que sus padres se habían vuelto más desobligados desde que tenían nuevas parejas pero, no sabía que el tenía que pasar a segundo plano para que fueran felices. Y no solo ellos, Bra tampoco había dicho nada desde que lo veía así, muchas veces llegaba hasta tarde y se iba temprano, tal vez con su ligue del momento, pero nunca le contaba de esas cosas, incluso cuando ella estuvo ahí esa vez que el lloro por Goten, fue una excepción a todo lo que era su relación pues desde ahí no intentaba volver a ayudarlo por lo que en resumen, el se quedaba solo.

Nuevamente sintió un nudo en su garganta cuando supo que pese a estar rodeado de gente toda su vida, tener a personas que podía considerarlos de la familia o incluso verlos como una figura a seguir, cuando tocó fondo, ni el mismo estuvo para él.

—¿Trunks?— dijo acercándose a él. Al parecer no hablar por 5 minutos era demasiado para alguien que no le dirigió la palabra por meses.

Sintiendo la ironía querer brotar de su boca, se relamio los labios sintiéndolos agrietados. No quería alejarlo por su impertinencia otra vez.

—no lo sé— susurró finalmente.

Tomo la sábana de su cama y se envolvió en ella sintiendo frío de repente, como si la realidad lo golpeara, como si por fin abriera los ojos después de una profunda pesadilla.

Y cuando te sientes confundido después de una pesadilla, siempre hay algo que te hace recordar que a pesar de todo, sigues vivo. Para Trunks fue sentir como era rodeado por un par de tonificados brazos, atrayendolo hacia su pecho y dejándolo sentir todo el calor que podía darle.

Fue mejor que sentir que aún latía su corazón, si no que estar ahí abrazado con ese chico de cabellos enmarañados, era lo que lo hacía sentir libre.

Y Goten supo que el tambien estaba vivo, porque sentir esas mariposas en el estómago solo eran dignas de alguien que aún tenía un corazón latiendo.

Y el suyo latía por Trunks.




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