Querido Goten:

Es cuando vimos ropa regada por la casa que nos dimos cuenta de lo que estaba pasando. Lo reafirmarnos cuando vimos como nos veían radiantes y en el hombro pálido de mi mamá se veía una ligera marca morada, un chupetón.

La señora Milk puso café y empezó a tostar pan mientras mi madre nos explicaba como toda esa amistad y apoyo entre ambas desarrollo un sentimiento diferente. En ningún momento me volteaste a ver, ni una mala cara, o un insulto en forma de susurro... Nada.

Me sentí feliz por ella pero en el fondo, en ese  lugar que ni tu conoces, yo tenía envidia...

Ellas se tienen ahora, mi papá tiene a tu papá, y tú ahora eres muy amigo de Kyabe... ¿En dónde quedó yo?

¿Que hago con este sentimiento que me despierta en las noches y me hace sentir la cama como si fuera el espació más grande del que no puedo salir solo?

No sé que hacer con la sensación tan fría y áspera de que, todo se fue, de que te perdí, y de que ahora Kyabe es la persona a la que le cuentas todo y con la que te sientes cómoda.

Me estoy perdiendo Goten, me pierdo sin ti...