Capítulo único

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Minutos, días, tal vez meses? No lo recuerdo.

Ahora mismo me encuentro sentado en frente del caballete, viejo y gastado de los años que han pasado, en esta fría casa que llena de incertidumbre mi triste corazón, más sin en cambio eh de gastar mi última carta al tenerte vivo en mí solo pensamiento.

Que amarga y cruda realidad me hiciste ver en mis lamentos de noche y día, al saber que tu regreso no será en mi humilde casa que llena de recuerdos ha de estar por ti.

Que tortuosa secuela me dejaste en mi corazón herido que por más que intento ahuyentarte, vuelves a revolotear en mi mente como si de una paloma blanca fueses.

Me sofoco con mis propias mentiras, que con el vino de la desesperación me bebí ahogándome más en mi soledad, única y pura.

Quien como yo que quiera compartir este silencio, tan pulcro, tan inmerso, tan callado, un silencio tan sepulcral que contagia la casa que formamos en un lazo sensible de un amor que jamás existió.

Mi querido Fallacy me encuentro frente a mi lienzo que está en blanco. ¿Cómo decirte que ahora le tengo un pavor irremediable al pintar? Por que tan solo hacerlo me recuerda a ti, me aturde la cabeza.

Atiborre tus manos de cartas que decían y describían a detalle mis nobles sentimientos, que con mi último suspiro que salió de la comisura de mis labios el dulce amor que empalago tu presencia fuiste desechando de tu esencia.

Ahora con parsimonia eh teñido en mi vida caricias inexistentes que no me brindaste más fui testigo de los actos infieles que traicionaron a mi desolada alma. Dolieron como el infierno y quemaron como mi pasión

Fui formando con mis degastadas manos mi hermosa fantasía que acaricie con fervor, fui deslizando las yemas de mis dedos con devoción buscando un punto cálido que reconforte mi destrozada alma

Un final lejano que mis maltratadas manos no pudieron alcanzar, un final bonito en el que mi amado Fallacy me amaba por encima de todo.

Como quisiera abrazarte con ternura, ver tus cristalinos ojos brillosos, oscuros y profundos que contemplan tu origen de procedencia, resaltando tus deslumbrantes rasgos en esta apagada ciudad que perdió la humanidad. Pero ahora veo que todas las palabras poéticas que llenaban promesas eran puras falacias que estimulaban mi ser al sentirme querido por ti.

Mi amado Fallacy, tu absoluta ausencia se notó en las solitarias calles sucias, y yo, yo mojaba siempre el piso de madera con mis lágrimas que se deslizaban y se derramaban de mis mejillas, mis ojeras que remarcaban el hecho de que no dormí por desvelarme al rezar tu salud.

El hecho de la perdida de mi preciado bebe que geste en mi vientre producto de tu valioso amor desechaba aún más las saladas lágrimas. Puedo escuchar sus leves risillas en esta arrinconada casa, debo admitirte que aun sollozo con fuerza la perdida de nuestro fruto amor.

Mi querido Fallacy, Hoy mutile con toda la gracia del mundo mis sentimientos que no fueron correspondidos.

Desmembré cada uno de los recuerdos que pasamos juntos, tatuados en mi glorioso cuerpo.

Me di cuenta de la desdicha que traje a mi vida al confundir mi amor con obsesión, un amor tan puro y tan muerto que jamás fue bien correspondido al desear alguien más que no fuese yo. Que tu solo mirar se desviaba a otras mujeres a desear su perfecto cuerpo, un deseo tan oscuro que me envenena.

Con mi ligero lápiz te escribo una vez más, no para reprocharte si no para que te dieras cuenta que pude superarte sin la ayuda de nadie y hoy yo me hago valer por mí mismo sin la necesidad de progresar débil presencia.

Mira que la noche es oscura y casi nadie soporta a los seres nocturnos que la acompañan, pero yo pude sentir la luz de luna que bañaba mi cuerpo y volvía a renacer en un futuro mejor, mucho mejor que el que forjé a tu lado.

Odio él hecho que él puro sentimiento enamoradizo siga conmigo, pero no lo repudio totalmente, en especial por que dejaste de verme con ojos fríos

Me dejo libre, sin cadenas que encadenen mi rotundo sofocamiento, que hoy perduro en este oscuro hábitat

Ni tu sombra brindaste, pero me e de quedar aquí en este castillo obsoleto, para comenzar a concebir una vida nueva, y tener que ver lo que otros ojos no pudieron presenciar, la madurez de tus hijos.

Él silencio me consume y se lleva mis suspiros callados, la respiración vuelve en si, y me dio guiar por las risas de mis hijos y uno tercero que, en otro mundo a de estar.

Mi querido Fallacy, ignorame con pasión que yo, ya pude olvidarte con desesperante agonía

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