Capítulo 4

Amy esperaba ansiosamente a Sally en la sala, pero su amiga no llegaba. Las horas pasaban lentamente, y el miedo y el horror de los eventos recientes seguían frescos en su mente.

Dos horas habían transcurrido desde que Sally debía haber llegado. Amy había enviado varios mensajes, pero no obtenía respuesta. La ansiedad crecía en su pecho.

- Chaos... - susurró, las lágrimas brotando de sus ojos. El dolor en su pecho se intensificaba.

Intentó llamar a Sally una vez más, pero la llamada entraba directamente al buzón. Su voz temblorosa dejaba un mensaje desesperado.

- Sally, por favor... Contesta. ¿Dónde estás?

Después de varios intentos fallidos, Amy se rindió. La desesperación la consumía.

- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? - repitió, su voz quebrada.

Su última esperanza era Sonic. Marcó su número y esperó con ansiedad.

- Vamos, Sonic... - susurró.

La llamada se conectó, pero en lugar de la voz familiar de Sonic, escuchó gruñidos roncos y terroríficos. La línea se cortó abruptamente.

Amy se quedó con el celular en la mano, su mirada perdida en la nada. El silencio era opresivo.

****

El fin de semana había llegado, y Sonic estaba ansioso por ver a Amy. Se había preparado para la ocasión, comprando un conjunto elegante que resaltaba su figura atlética. La noche prometía ser perfecta.

Mientras se ajustaba la corbata, su celular sonó. Miró la pantalla con emoción, pero su expresión se volvió seria al ver el nombre del llamante.

- ¿Aló? - respondió con una voz neutra.

- Hola, Sonic. Knuckles y yo vamos a una pizzería. ¿Quieres ir? - preguntó la voz al otro lado de la línea.

Sonic sonrió con maldad, sus pupilas esmeraldas brillando con un destello rojo por un instante.

- Claro. Pero solo estaré un rato con ustedes. Tengo una cita con Amy.

- Oh, no pasa nada. Solo comeremos y nos iremos. - respondió la voz.

- De acuerdo. Estaré ahí.

- Genial. Te esperamos.

Sonic colgó y se miró al espejo. Su reflejo mostraba unos ojos negros con pupilas rojas y un pelaje pálido, un contraste inquietante con su ropa elegante.

- Mi Rose, finalmente vamos a estar juntos, aunque sea por una noche. - susurró, su voz llena de una intensidad siniestra.

Comenzó a reír maquiavélicamente, su mente consumida por pensamientos enfermizos. Quería verla, tocarla y besarla. Pero se contuvo, respiró profundamente y exhaló.

Se acercó a la cama, donde una cajita envuelta en papel rojo con un moño negro esperaba. La miró con una sonrisa.

- Todo está listo.

Sus pupilas volvieron a ser esmeraldas.

****

Amy se sumergió en el baño de burbujas, intentando calmar su mente y olvidar las pesadillas que la habían estado atormentando. La cita con Sonic era una oportunidad para escapar de la pesadilla.

Mientras jugueteaba con la espuma, haciendo que las burbujas volaran y explotaran, su mente comenzó a vagar. ¿Cómo podría dejar de ver esas alucinaciones aterradoras? ¿Qué o quién estaba controlando su mente?

La idea de buscar ayuda psiquiátrica la aterraba. No quería admitir que estaba perdiendo la cordura.

Con un suspiro, salió del baño y se dirigió a su armario. Elegir el vestido perfecto para la cita era crucial. Se decidió por un elegante vestido rojo que resaltaba su figura, acompañado de una diadema roja y zapatos verdes que agregaban un toque de sofisticación.

- Me maquillaré un poco. - se dijo, mientras se sentaba en el tocador.

Sacó un estuche de maquillaje del cajón y comenzó a pintar su cara con colores naturales, realzando su belleza.

****

Mientras tanto, Sonic compartía una pizza con sus amigos en la pizzería. Aunque solo comió una porción, ya que quería guardar espacio para la cena con Amy.

Miró el reloj y vio que era hora de irse.

- Bueno, chicos, debo ir a mi cita. - dijo, poniéndose de pie.

Tails y Knuckles asintieron.

- Claro, Sonic. Pero antes de que te vayas, tenemos una noticia. - dijo Tails con una sonrisa.

Sonic se sentó de nuevo, aunque no estaba particularmente interesado.

- ¿Cuál? - preguntó, fingiendo curiosidad.

- Mina vendrá. - anunció Tails.

Sonic lo miró confundido.

- ¿Mina? - repitió.

En su cabeza se preguntaba: "¿Quién es Mina?"

Pero decidió no hacer preguntas y seguirle la corriente.

- ¡Ah, Mina! Qué... Genial. - dijo con una sonrisa.

Se despidió de sus amigos y salió de la pizzería, corriendo hacia el restaurante donde lo esperaba Amy.

****

Amy esperaba ansiosa a Sonic en el restaurante de 5 estrellas. Cuando finalmente llegó, se sentó frente a ella con una sonrisa encantadora.

- Lamento la demora, Amy. - dijo, tomándole la mano.

Amy se sintió halagada por el gesto y sonrió.

- Está bien. Me alegra que estés aquí. - dijo.

Sonic la observó, su mirada fija en ella.

- Te ves muy linda. - dijo, guiñando un ojo.

Amy se sorprendió por el cumplido, ya que Sonic no solía ser tan coqueto con ella.

- Gracias. - dijo, sintiendo un rubor en sus mejillas.

Mientras ordenaban la comida, Sonic se mantuvo atento a ella, preguntándole sobre su día y escuchándola con interés.

Pero cuando Amy comenzó a contar una anécdota, los muros del restaurante se convirtieron en ojos enrojecidos que lloraban sangre.

Sonic no pareció darse cuenta de lo que estaba sucediendo y siguió escuchándola atentamente.

- ¿Qué pasó después? - preguntó.

Amy se sintió aterrorizada y trató de llamar su atención.

- Sonic... - dijo, intentando contener el pánico.

- ¿Pasa algo? - preguntó Sonic.

Amy se sintió atrapada y confundida.

- N-No. - tartamudeó.

El camarero llegó con la comida y Sonic comenzó a comer, mientras Amy luchaba por mantener la calma.

- Está delicioso. - dijo Sonic, sonriendo.

Amy intentó sonreír, pero se sentía cada vez más incómoda.

Cuando terminaron de comer, Sonic sacó un regalo.

- Mira lo que tengo para ti. - dijo, su mirada brillante de emoción.

Amy se sorprendió al ver el collar de gemas.

- Que precioso. - dijo.

Sonic se levantó y se puso detrás de ella, su aliento cálido en su cuello.

- Permíteme. - dijo, colocándole el collar.

Amy se sintió envuelta en una sensación de seguridad y protección.

- Me encanta. - dijo.

Sonic comenzó a acariciar su cabello.

- ¿Te llevo a casa? - preguntó.

- Sí. - respondió Amy, sintiendo una mezcla de emociones.

Mientras caminaban, Sonic se mantuvo cerca de Amy, su mirada fija en ella.

Luego, la llevó a un lugar donde había fuegos artificiales.

- Oh, Sonic... - dijo Amy, sorprendida.

- Así termina nuestra cita. - dijo Sonic, sonriendo.

Los erizos se quedaron viendo los fuegos artificiales, en un momento mágico.

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