Capítulo 38

Sonic y los demás se prepararon para el viaje, con una mezcla de emoción y nerviosismo en el aire. Shadow, con sus ojos fijos en las coordenadas, se aseguraba de que todo estuviera en orden para el largo camino que les esperaba. Infinite, con su mirada penetrante, se dirigió al grupo y preguntó con autoridad.

- ¿Están listos? Nos espera un camino arduo y peligroso. Debemos estar preparados para enfrentar cualquier obstáculo que se nos presente.

Luna y Sugar se despidieron del grupo, decididas a quedarse atrás y proteger la ciudad de cualquier amenaza que pudiera surgir durante su ausencia.

- Tenemos que mantener la ciudad a salvo - dijo Luna, con determinación.

- Nosotros nos encargaremos de Xandros - respondió Sonic, con una sonrisa.

Mientras tanto, Knuckles se acercó a Rouge, que estaba revisando su equipo.

- Rouge, ¿estás segura de que quieres venir? - preguntó Knuckles, con preocupación.

Rouge lo miró con una sonrisa confiada.

- Claro que sí, Knuckles. No te preocupes por mí.

- Pero es peligroso. - insistió Knuckles. - Xandros no es un oponente fácil.

Rouge se rió.

- No soy una débil, Knuckles. Puedo defenderme sola.

Knuckles frunció el ceño.

- No es solo eso. Es que... - pausó, buscando las palabras adecuadas. - No quiero que te pase nada.

Rouge se acercó a él, su voz suave.

- Knuckles, yo tengo que hacer esto. Tengo que ayudar a detener a Xandros.

Knuckles suspiró, sabiendo que no podría convencerla.

- Está bien. Pero prométeme que tendrás cuidado.

Rouge sonrió y le dio un beso en la mejilla.

- Lo prometo.

Con los últimos adioses dichos, el grupo se reunió de nuevo. Infinite dio la orden:

- Muy bien. Es hora de partir. ¡Vamos!


****

Amy se acercó a la ventana del castillo, mirando el cielo azul y despejado. Sentía una mezcla de emociones.

Mientras miraba el cielo, Amy notó que su personalidad estaba cambiando. Se sentía más segura de sí misma, más decidida. Era como si una parte de ella estuviera despertando, una parte que no estaba bajo el control de Sonic.exe.

Amy se alejó de la ventana y se miró en el espejo. Su reflejo mostraba una persona diferente, alguien con una chispa de rebeldía en los ojos. Sonrió, sintiendo una sensación de libertad que no había sentido en mucho tiempo.

- ¿Quién soy yo realmente? - se preguntó Amy. - ¿Qué pasó con mi memoria?

Amy se sentó en la cama, intentando recordar algo, cualquier cosa. Pero su mente estaba en blanco. Pero se encogió de hombros.

- Quizás deba creer en Sonic.exe. Él es el único que existe.

Sonic.exe entró en la habitación, sonriendo al ver a Amy sentada en la cama.

- ¿Qué pasa, Corvus? - preguntó, acercándose a ella.

Amy lo miró, su expresión indecisa.

- No lo sé. - respondió. - Solo siento que algo está cambiando dentro de mí.

Sonic.exe se rió. Amy frunció el ceño, sintiendo una sensación de incomodidad.

- ¿Qué es tan divertido? - preguntó, su voz ligeramente irritada.

Sonic.exe se acercó a ella, su sonrisa aún en su rostro.

- Nada, Corvus. - respondió. - Solo me alegra verte tan... interesante.

Ella rodeó el ojo. Sonic.exe se detuvo frente a ella, su sonrisa aún en su rostro.

- ¿Qué pasa, Corvus? - preguntó, su voz ligeramente burlona.

Amy lo miró fijamente, su expresión desafiante.

- Nada. - respondió. - Solo estoy cansada de tus juegos.

Sonic.exe se rió de nuevo, su sonrisa aún en su rostro.

- ¿Juegos, Corvus? - preguntó, su voz ligeramente burlona. - No, esto no es un juego. Esto es la realidad.

Amy lo miró fijamente, su expresión desafiante, pero soltó un suspiro y se acostó en la cama. Pensó que deberá aceptar en lo qué es ahora y que sus recuerdos ya no importan ¿De qué servía intentar recordar si había perdido sus recuerdos para siempre?

Sonic.exe la observó y comenzó a acariciarle la cadera.

Amy se estremeció ligeramente, sintiendo una mezcla de emociones.

Sonic.exe deslizó su mano a su pierna, Amy comenzó a sentirse incómoda, alzó la mirada con molestia.

- Deja de tocarme.

Sonic.exe se detuvo, su sonrisa se congeló en su rostro.

- ¿Por qué, Corvus? - preguntó, su voz ligeramente irritada.

Amy se sentó en la cama, cruzando los brazos.

- No me gusta que me toques sin mi consentimiento. - respondió, su voz firme.

Sonic.exe se rió, pero su risa sonó forzada.

Ella sabía que tenía que darle una lección, entonces acercó su mano y con la yema de sus dedos comenzó a acariciarle el pecho.

Sonic.exe se detuvo. Miró a Corvus con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

- ¿Qué estás haciendo, Corvus? - preguntó, su voz ligeramente ronca.

Amy sonrió, su mirada desafiante.

- Te estoy mostrando como se siente. - respondió, su voz firme.

Sonic.exe tomó su mano y la apartó. Amy se sorprendió al ver la reacción de Sonic.exe.

- No te gusta cuando alguien te toca sin tu consentimiento. - dijo, su voz aún firme.

Sonic.exe se levantó de la cama.

- No juegues conmigo, Corvus. - dijo, su voz baja y amenazante.

Corvus soltó una risa burlona.

- Ah, mi amor, creí que te gustaría.

Sonic.exe se acercó a Amy, su mirada furiosa.

- No te rías de mí, Corvus.

Amy se levantó de la cama, su mirada desafiante.

- ¿Por qué no? ¿Acaso no soy tu juguete?

Sonic.exe se lanzó hacia Amy, su rostro distorsionado por la ira.

- No eres mi juguete, eres mi propiedad. - gritó, su voz fuerte.

Amy se sorprendió, pero soltó una risita.

- Ah, cariño ¿Ya te enojaste?

Sonic.exe se detuvo en seco, su rostro rojo de ira.

- ¿Te parece gracioso? - gritó, su voz temblando de rabia.

Amy se encogió de hombros, su sonrisa desafiante.

- Un poco.

Sonic.exe cerró su puño. Pero Amy comenzó a acariciar sus púas.

- Atrévete.

Sonic.exe abrió los ojos. Y entonces, algo se rompió dentro de él, la agarró con fuerza.

- No te atrevas a desafiarme. - gritó, su voz distorsionada por la rabia.

Amy lo miró fijamente.

- Otra vez. - dijo, su voz baja y desafiante.

Sonic.exe la sacudió con fuerza.

- No te atrevas.

Amy se tambaleó, pero siguió mirándolo. Sonic.exe sentía que su ira aumentaba.

- Eres una jugadora peligrosa, Corvus.

Ella soltó una risita y besó su frente. Sonic.exe se estremeció, su ira se convirtió en algo más. Antes de que pudiera decir algo, Amy tomó su cabeza y lo abrazó. Sonic.exe se quedó quieto, su cuerpo rígido, poco a poco, comenzó a relajarse. Amy observó cómo se calmaba.

- Eres muy gruñón.

Sonic.exe la miró fijamente, su mirada suavizándose.

- Lo soy. - dijo, su voz baja y ronca.

Amy sonrió y lo abrazó con fuerza.

- Me gusta. - susurró, su voz llena de emoción.

Sonic.exe se sintió vulnerable, pero no se resistió. Se dejó abrazar, disfrutando del calor y la cercanía de Amy.

Ella se acomodó y se acostó, con la cabeza de Sonic.exe en su pecho. Él se quedó quieto, se sintió incómodo, pero la calidez de Corvus impedía que se apartara.

Corvus lo miró con curiosidad, luego su mirada se tornó a una burlona.

- No te creí así. - rió.

- ¿Qué pasa? No hay nada de qué reír. - dice Sonic.exe, tratando de sonar indiferente.

Corvus sigue riendo, disfrutando de la reacción de Sonic.exe.

- Oh, sí, hay mucho de qué reír. El gran Sonic.exe, vulnerable y abierto conmigo. Es una novedad. - dice, burlándose de él.

Sonic.exe frunce el ceño, sintiéndose incómodo con la situación.

- No soy vulnerable. - dice, tratando de convencerse a sí mismo más que a Corvus.

Corvus se acerca a él, sonriendo.

- Sí, lo eres. Y es interesante verlo. - dice, mirándolo fijamente.

Sonic.exe se alejó y volteó, apartando la mirada de Amy. Ella tomó su mano, con una mirada despreocupada.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué te alejas?

Sonic.exe se sentía atrapado, no sabía que decir. Se sentía vulnerable y expuesto.

- No sé. - dice finalmente, su voz baja y ronca.

Amy sonríe y se acerca a él.

- Está bien. - dice. - No tienes que saber. Solo déjate llevar.

Sonic.exe se sintió tentado, quiere dejar que Amy lo abrace y lo consuele. Pero su orgullo y su miedo a la vulnerabilidad lo impiden.

Amy estudió su reacción, pero decidió no darle mucha importancia y lo abrazó.

Sonic.exe se quedó quieto, segundos después le devolvió el abrazo.

- Te advierto, Amy, no te metas en juegos que no puedes ganar. No te conviene enfrentarte a mí.

Amy sonrió y apretó el abrazo, ignorando la advertencia de Sonic.exe.

- No estoy jugando, Sonic. Solo quiero estar cerca de ti.

Sonic.exe se tensó ligeramente, pero no se apartó.

- No sabes lo que estás haciendo.

Amy se acercó más, su voz suave.

- Tal vez no, pero estoy dispuesta a arriesgarme.

Sonic.exe la miró fijamente, su expresión enigmática.

- No te arrepientas de esto, Amy.

Amy sonrió de nuevo, su mirada desafiante.

- No lo haré.

En ese momento, Sonic.exe se dio cuenta de que Amy no era la misma persona que había conocido. Algo había cambiado en ella, algo que lo hacía sentir incómodo.

Sonic.exe se movió.

- Suéltame.

Sonic.exe intentó zafarse del abrazo de Amy, pero ella no lo soltó. En lugar de eso, se acercó más a él, su rostro cerca del suyo.

- No. - susurró Amy, su voz suave pero firme. - No te voy a soltar.

Sonic.exe se tensó, su cuerpo rígido. Podía sentir la calidez del abrazo de Amy, y por un momento, se sintió atrapado.

— Suéltame — repitió, su voz más baja y amenazante.

Amy no se inmutó.

— No — repitió, su voz sin temor. — No te voy a soltar.

Sonic.exe comenzó a desesperarse, su cuerpo se tensó y sus ojos se volvieron oscuros. Intentó zafarse del abrazo de Amy con más fuerza, pero ella no lo soltó. En lugar de eso, se acercó más a él, su rostro casi tocando el suyo.

— ¡Suéltame! — gritó Sonic.exe, su voz distorsionada por la rabia y la desesperación.

Amy podía ver el miedo y la desesperación en sus ojos, y sabía que estaba ganando.

Sonic.exe comenzó a forcejear, intentando liberarse del abrazo de Amy. Pero ella era demasiado fuerte, y él se sentía atrapado.

De repente, Sonic.exe se detuvo. Su cuerpo se relajó, y su mirada se volvió vacía. Amy lo miró con curiosidad, preguntándose qué estaba sucediendo.

Él agarró con fuerza sus brazos y los apartó.

— ¡No te atrevas a desafiarme! — gritó, su voz autoritaria y amenazante.

Amy se sintió dolida por la fuerza de Sonic.exe, pero no se rindió. Intentó zafarse de su agarre, pero él la sostuvo con firmeza.

— Ah, Sonic.exe — dijo Corvus, su voz llena de confianza. — Creo que es hora de que tú también juegues limpio. ¿Tienes algo que contar?

Sonic.exe se sorprendió por la pregunta, su expresión cambiando de confusión a nerviosismo.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó, tratando de ganar tiempo.

Corvus sonrió, su mirada fija en la de Sonic.exe.

— Quiero decir que creo que hay algo que me estás ocultando. — dijo. — Algo que no quieres que sepa.

Sonic.exe se rió, pero su risa sonó forzada.

— No hay nada que ocultar. — dijo. — No hay secretos entre nosotros.

Corvus se acercó a él.

— Entonces, ¿por qué te comportas de esta manera? — preguntó. — ¿Por qué me controlas y me manipulas?

Sonic.exe se detuvo, como si estuviera considerando sus palabras.

— No... no hay nada que decir — dijo finalmente, su voz baja y distante.

Corvus lo miró fijamente, sabiendo que Sonic.exe estaba mintiendo.

— Está bien.

Sonic.exe se levantó, su mirada aún fija en Corvus. Por un momento, se quedó en silencio, como si estuviera considerando sus próximos movimientos. Luego, habló.

— No te confíes — dijo, su voz baja y amenazante. — No creas que puedes ganarme. No creas que puedes vencerme.

Corvus lo miró, sin retroceder.

— No estoy tratando de vencerte. — dijo. — Solo trato de entender.

Sonic.exe se rió, su risa sonando vacía.

— No hay nada que entender. — dijo. — Solo hay poder. Y yo lo tengo.

Con eso, Sonic.exe se dio la vuelta y se alejó, dejando a Corvus sola en la habitación. Pero Corvus sabía que esto no era el final. Sabía que Sonic.exe volvería, y que la próxima vez, las cosas serían diferentes.

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