Capítulo 34

La habitación se convirtió en un torbellino de golpes y gritos. Scourge e Infinite luchaban con ferocidad. Scourge lanzó un puñetazo que Infinite esquivó. Luego, golpeó a Infinite con un puñetazo precisísimo en la mandíbula, dejándolo aturdido.

- ¡Eres débil! - se burló Scourge, con una sonrisa sarcástica. - Nunca podrás derrotarme.

- ¡Cállate! - gruñó Infinite, su voz llena de ira y determinación. - Tu arrogancia te llevará a la derrota.

Infinite contraatacó con su espada, pero Scourge se defendió con velocidad y agilidad.

- ¡Tu rabia te ciega! - dijo Scourge, con una risa despectiva. - No puedes vencerme con emociones.

- ¡Mi rabia es mi fuerza! - respondió Infinite, su voz llena de convicción. - Y te destruiré.

La pelea continuó. Hasta que Fiona irrumpió en la habitación con Renard, Lysander y Caspian.

- ¡Ayuden a Scourge! - gritó, señalando a Infinite.

Renard, Lysander y Caspian se lanzaron hacia Infinite, listos para enfrentarlo. Scourge se benefició del refuerzo y lanzó un ataque renovado contra Infinite. Infinite se defendió con dificultad, pero su habilidad y fuerza eran considerables.

Lysander se enfrentó a Infinite con su velocidad y agilidad.

Caspian utilizó su fuerza bruta para intentar derribar a Infinite. Renard, mientras tanto, se centró en debilitar la defensa de Infinite con sus ataques precisos. Scourge se benefició de la distracción y lanzó un golpe decisivo.

Justo cuando parecía que Infinite estaba a punto de ser derrotado, la puerta se abrió y un grupo de soldados de Nebula irrumpió en la habitación.

Los soldados de Nebula se lanzaron hacia Scourge, Fiona, Renard, Lysander y Caspian, armados con armas avanzadas.

- ¡No podemos dejar que nos superen! - gritó Scourge.

Fiona se puso al frente, utilizando su habilidad para liderar al grupo.

- ¡Defendamos nuestra posición! - ordenó.

Renard, Lysander y Caspian se unieron a la lucha, enfrentándose a los soldados de Nebula. Infinite se recuperó y se unió a la batalla, enfrentándose a Scourge una vez más.

La habitación se convirtió en un campo de batalla caótico, con ambos lados intercambiando golpes y disparos.

****

Amy corrió por los pasillos de la base, su corazón latiendo con rapidez. El plano que había encontrado en la biblioteca indicaba que las celdas secretas estaban en el nivel más bajo, pero no sabía qué obstáculos encontraría en el camino.

Llegó a un ascensor y pulsó el botón para bajar. El ascensor se detuvo en varios niveles, y Amy se mantuvo alerta, lista para salir corriendo si alguien entraba.

Finalmente, llegó al nivel más bajo. La puerta del ascensor se abrió, y Amy salió, mirando alrededor. El pasillo estaba oscuro y desierto.

Comenzó a correr, siguiendo las indicaciones del plano. La voz misteriosa no había vuelto a hablar, pero Amy sentía una creciente sensación de ansiedad.

De repente, escuchó pasos detrás de ella. Amy se detuvo y se escondió en una esquina, conteniendo la respiración.

Un guardia pasó por delante de ella, mirando su reloj. Amy esperó hasta que se alejó y luego continuó su búsqueda.

Llegó a una puerta de acero con un letrero que decía "Celdas de Seguridad Máxima". Amy sabía que había llegado.

Pero al intentar abrir la puerta, se dio cuenta de que estaba bloqueada. Necesitaba una tarjeta de acceso especial.

Amy se mordió el labio, pensando. ¿Cómo podría obtener la tarjeta?

Sabía que no podía regresar sin encontrar a Shadow. Miró alrededor y vio una consola de seguridad cerca de la puerta. Tal vez podría hackearla.

Se acercó a la consola y comenzó a trabajar en ella. Después de unos minutos de tensa concentración, logró acceso a la base de datos de seguridad.

Encontró el código de acceso para la puerta y lo ingresó. La puerta se abrió con un zumbido.

Justo cuando Amy estaba a punto de entrar, escuchó pasos detrás de ella. El guardia había regresado.

Amy se escondió detrás de una columna, conteniendo la respiración. El guardia se acercó a la puerta y miró dentro.

- ¿Alguien aquí? - preguntó.

Amy se mantuvo en silencio, esperando que el guardia se fuera.

Después de unos momentos, el guardia se alejó, murmurando algo sobre una falsa alarma.

Amy salió de su escondite y entró en la zona de celdas. Buscó la celda de Shadow y finalmente la encontró.

Shadow estaba sentado en el rincón de su celda, mirándola con una expresión seria.

- Amy. - dijo, su voz baja. - ¿Qué estás haciendo aquí?

Amy se acercó a la celda.

- Necesito hablar contigo. - dijo. - Algo está mal con Sonic.exe.

Shadow se acercó a Amy, su mirada intensa.

- Sonic.exe no es lo que parece. - dijo, su voz baja. - Fue un príncipe en su vida pasada, pero su alma no descansó.

Amy se sorprendió.

- ¿Qué pasó? - preguntó.

Shadow suspiró.

- La tristeza y la ira lo consumieron. Se convirtió en un demonio, buscando venganza en un mundo que no entendía.

Amy se estremeció.

- Pero ¿qué lo convirtió en... en lo que es ahora? - preguntó.

Shadow se detuvo, como si eligiera sus palabras con cuidado.

- El Devorador de Almas. - dijo finalmente. - Lo encontró y lo corrompió. Lo convirtió en la criatura que es ahora.

Amy se sintió un escalofrío.

- ¿El Devorador de Almas? - repitió. - ¿Qué es eso?

Shadow se miró alrededor, como si temiera ser escuchado.

- Es una entidad antigua. - dijo. - Una fuerza que consume almas y las corrompe. Sonic.exe no tiene control sobre sus acciones. Es un títere del Devorador.

Amy se sintió horrorizada.

- ¿Qué podemos hacer? - preguntó.

Shadow se miró fijamente.

- Debemos encontrar una forma de liberar a Sonic.exe de la influencia del Devorador - dijo. - Pero es un riesgo grande. Si fallamos, todo puede empeorar.

Amy asintió.

- Estoy dispuesta a correr ese riesgo.

Shadow sonrió ligeramente.

- Sabía que podría confiar en ti, Amy.

De repente, se escucharon pasos fuera de la celda.

- Tenemos que irnos. - dijo Shadow. - Ahora.

Amy se acercó a la celda de Shadow, lista para liberarlo.

- Vamos. - dijo. - Tenemos que salir de aquí.

Pero justo cuando Amy estaba a punto de abrir la celda, una figura emergió de las sombras.

- ¿Qué estás haciendo, Amy? - preguntó Sonic.exe, su voz baja y amenazante, mientras se acercaba a ella con pasos lentos y deliberados.

Amy se detuvo, sorprendida, y intentó retroceder, pero Sonic.exe la agarró del brazo.

- Sonic... - comenzó, pero Sonic.exe no la dejó hablar.

- ¿Qué estás haciendo con él? - preguntó, mirando a Shadow con desconfianza y un brillo de celos en sus ojos.

Amy intentó liberarse, pero Sonic.exe no la soltó.

- Entiendo perfectamente. - dijo, su voz llena de ira. - Estás traicionándome, Amy.

Shadow se puso tenso, queriendo defender a Amy, pero estaba atrapado en la celda y había sido desarmado.

- Sonic, detente. - dijo, su voz firme. - No es lo que crees.

Pero Sonic.exe se rió, su sonrisa cruel y demencial.

- Tú no puedes hacer nada para detenerme. - dijo, mirando a Shadow con desprecio.

Amy se sintió aterrorizada. El Sonic.exe que conocía había desaparecido, reemplazado por una criatura oscura y peligrosa.

- Sonic, por favor. - dijo Amy, intentando razonar con él, su voz temblorosa. - No hagas esto.

Sonic.exe se acercó a Amy.

- No puedes abandonarm.e - dijo, su voz llena de desesperación. - Eres todo lo que me queda.

Amy se sintió confundida y asustada.

- ¿Por qué me quieres tanto? - preguntó, intentando encontrar una lógica en la conducta de Sonic.exe.

Sonic.exe se rió de nuevo, su risa sonando aún más como un gruñido.

- Porque... - pausó, mirándola fijamente. - ...tienes algo que me pertenece. - dijo, sonriendo de manera siniestra.

Amy se sintió aún más asustada.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó, intentando mantener la calma.

Sonic.exe se acercó a Amy.

- Tú me recuerdas a alguien. - dijo, su voz baja y amenazante. - Alguien que perdí hace mucho tiempo.

Shadow habló desde su celda.

- Sonic.exe, ella no es un objeto para jugar.

Sonic.exe se volvió hacia Shadow, su mirada llena de ira.

- ¡Y tú no eres nadie para decirme qué hacer! - gritó. - ¡Ella es mía, y nadie más puede tenerla!

Amy se sintió asqueada por las palabras de Sonic.exe.

- ¡Eso no es amor, Sonic! Eso es posesión. Eres repugnante. - dijo, su voz firme.

Sonic.exe se ofendió.

- ¿Repugnante? ¡No estoy repugnante! ¡Estoy enamorado! - gritó.

- No, Sonic. - dijo Amy, su voz firme. - Estás enfermo.

Sonic.exe se rió de nuevo.

- ¡No estoy enfermo! - gritó. - ¡Haré cualquier cosa para mantenerte a mi lado!

Sonic.exe agarró a Amy por la cintura y la atrajo hacia él.

- Nunca te dejaré ir. - susurró, su aliento frío en la oreja de Amy.

Amy se sintió repulsada.

- ¡No me toques! - dijo, y le dio un bofetón.

Él se sorprendió por el golpe y retrocedió un paso, su mirada enfurecida. Pero en lugar de atacarla, una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro.

- Te gusta jugar así, ¿verdad? - dijo Sonic.exe, su voz baja y amenazante. - Bien, juguemos entonces.

Sonic.exe se acercó a Amy, su mirada fija en ella con una intensidad que la hacía sentir incómoda. Él agarró sus brazos con fuerza.

Amy comenzó a pegarle a Sonic.exe con todas sus fuerzas, intentando liberarse de su agarre. Pero él era demasiado fuerte, y simplemente se rió de sus intentos.

- ¿Crees que puedes lastimarme? - dijo Sonic.exe, su voz llena de desdén. - Soy mucho más fuerte que tú.

Shadow gritó desde su celda.

- ¡Amy, no! ¡No te dejes llevar por la ira!

Pero Amy estaba demasiado enojada para escuchar. Siguió pegándole a Sonic.exe, intentando hacerle daño de alguna manera.

Sonic.exe la tiró al suelo y comenzó a patearla. Amy gritó de dolor mientras Sonic.exe la pateaba una y otra vez.

Las suturas que mantenían su cuerpo unido comenzaron a abrirse, revelando la carne mutilada debajo.

Shadow gritó desde su celda, desesperado.

- ¡Sonic.exe, detente! ¡Estás destrozándola!

Sonic.exe se detuvo y miró a Shadow con una mirada fría.

- ¿Por qué debería detenerme? - dijo. - Ella es mía.

Shadow se enfureció.

- ¡Ella ya no es tuya, Sonic! ¡La has destruido!

Sonic.exe se rió, su sonrisa siniestra de regreso.

- Mi amor. - dijo, su voz llena de pasión. - Mi preciosa Amy, no lo escuches, yo te amo.

Shadow se sintió repulsado.

- ¡Eso no es amor, Sonic! ¡Eso es obsesión!

Sonic.exe se rió de nuevo.

- ¿Qué es el amor? ¿Qué es la obsesión? Todo es lo mismo. Y yo haré lo que sea necesario para mantenerla conmigo.

Sonic.exe levantó el cuerpo de Amy a la fuerza.

La sostuvo en sus brazos, como si fuera una muñeca rota.

- Cariño. - susurró. - Nos iremos de aquí y nos casaremos.

Sonic.exe comenzó a caminar hacia la salida, sosteniendo el cuerpo de Amy en sus brazos.

Shadow lo miraba con horror.

- ¡Sonic.exe, no puedes estar hablando en serio! ¡Ella está muerta! ¡No puedes casarte con un cadáver!

Pero Sonic.exe no respondió.

Siguió caminando, su mirada fija en el cuerpo de Amy.

Shadow se golpeó la cabeza contra la pared de su celda, desesperado.

- Maldición...

Entonces comenzó a golpear la pared.

- ¡Mierda, mierda, mierda!

Sonic.exe salió de la habitación, llevando el cuerpo de Amy con él.

Shadow se quedó solo, sumido en su desesperación.

****

Sonic.exe caminaba por los pasillos de la base, cargando el cuerpo de Amy, y dirigió la mirada a la chica.

- Despierta, Corvus. - dijo Sonic.exe, su voz llena de una oscuridad insondable.

Corvus abrió los ojos, y su mirada se fijó en Sonic.exe. Por un momento, pareció confundida, luego lo miró y su mirada se tornó a una furiosa.

- Deja de llamarme así - dijo, su voz llena de ira.

Sonic.exe se rió, su sonrisa siniestra de regreso.

- ¿Por qué no, Corvus? - preguntó, su voz llena de burla. - ¿No te gusta tu nuevo nombre? ¿No te gusta ser mi creación?

Corvus se levantó, su mirada llena de furia.

- Mi nombre es Amy. - dijo, su voz firme. - Y no soy tu creación. Soy yo misma, y siempre lo seré.

Sonic.exe se acercó a Amy, su mirada llena de obsesión.

- No. - dijo. - Eres mi Amy, mi Corvus. Y siempre lo serás.

Amy se enfureció aún más, su mirada llena de odio.

- Nunca seré tuya. - dijo. - Nunca te perteneceré.

Sonic.exe clavó sus garras en su cuerpo.

- Te recuerdo que tu cuerpo es mío. - dijo, su voz llena de posesión.

Ella frunció el ceño.

- Recuerdo la playa... - dijo, su voz llena de amargura y resentimiento. - Recuerdo cómo me hiciste creer que te amaba, cómo me hiciste aceptar tus deseos.

Sonic.exe se rió, su sonrisa siniestra.

- Ah, sí... ese fue un momento especial para mí. - dijo, su voz llena de nostalgia. - El momento en que te hice completamente mía.

Amy se enfureció aún más, su mirada llena de odio.

- Me arrepiento de lo que pasó en la playa. - dijo, su voz llena de dolor y rabia. - Me arrepiento de haberme entregado a ti.

Sonic.exe se acercó a ella.

- No tienes por qué arrepentirte. - dijo, su voz suave y persuasiva. - Fue un momento perfecto. Y tú lo sabes.

Amy negó con la cabeza.

- No fue perfecto. - dijo. - Fue un error. Y tu deseo por mí es enfermizo.

Sonic.exe se rió de nuevo.

- Mi deseo por ti es puro. - dijo, su voz llena de convicción. - Y tú lo sabes. Tú me necesitas, Amy. Tú me quieres.

Amy se sintió como si estuviera atrapada en una pesadilla, sin poder escapar. Sonic.exe era demasiado poderoso, y ella no podía resistir su control. Se sintió como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo.

- ¿Qué quieres de mí? - preguntó Amy, su voz llena de desesperación.

- Quiero que recuerdes. - dijo Sonic.exe. - Quiero que recuerdes cómo te convertiste en mi Corvus.

Amy frunció el ceño, confundida.

- Claro que lo recuerdo. - respondió. - Me capturaste, me manipulaste...

Sonic.exe se rió, su sonrisa siniestra.

- No, no, no. - dijo. - Eso no es lo que pasó. Tú te ofreciste a mí, me pediste que te ayudara. Y yo te ayudé, te convertí en algo mejor.

Amy sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Estaba Sonic.exe diciendo la verdad? ¿Había realmente olvidado lo que pasó?

- ¿Qué estás haciendo? - le preguntó Amy, su voz llena de confusión y miedo.

Sonic.exe se acercó más, su mirada llena de intensidad.

- Estoy ayudándote a recordar. - dijo. - Estoy ayudándote a ver la verdad.

Amy negó con la cabeza.

- No, no lo estás haciendo. - dijo, su voz llena de desesperación.

Sonic.exe sonrió con malicia.

- No, no, no. - decía. - Tú no recuerdas las cosas cómo realmente fueron. Yo te ayudé, te salvé. Tú me necesitas.

Amy comenzó a sentirse confundida y desorientada. ¿Qué era real y qué no era? ¿Qué había pasado realmente y qué era solo una ilusión?

Sonic.exe siguió presionando, utilizando su poder y su influencia para hacer que Amy se sometiera a su voluntad.

- Vamos, Corvus. - decía. - Recuerda. Recuerda cómo te convertiste en mi creación, cómo te ofreciste a mí.

Amy se sintió como si estuviera atrapada en una pesadilla, sin poder escapar. Sonic.exe era demasiado poderoso, y ella no podía resistir su control. Se sintió como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo.

La confusión y la duda la consumían, y no podía distinguir la realidad de la ilusión. Sonic.exe se acercó a ella, su mirada llena de triunfo.

- Ves, Corvus. - le dijo. - Eres mía. Siempre lo has sido.

Amy se sintió como si estuviera perdiendo su identidad. No podía resistir más, y bajó la mirada, vencida.

Sonic.exe se rió, su sonrisa siniestra.

- Excelente. - dijo. - Ahora recuerdas todo.

Y con eso, Amy se sumió en la oscuridad, su mente y su espíritu completamente bajo el control de Sonic.exe.

****

La batalla entre Infinite y Scourge y Fiona era intensa. Infinite utilizaba sus habilidades de combate y control del tiempo para defenderse de los ataques de Scourge y Fiona, pero ellos no se daban por vencidos. Scourge, con su fuerza bruta, intentaba aplastar a Infinite, mientras que Fiona lo atacaba con sus armas afiladas.

Pero Infinite era un oponente formidable, capaz de manipular el tiempo y el espacio. Con un movimiento rápido de su mano, creó una ilusión temporal que hizo que Scourge y Fiona se atacaran entre sí. Luego, aprovechando la confusión, Infinite lanzó un ataque devastador que envió a Scourge volando por la habitación.

Fiona se recuperó rápidamente y se lanzó hacia Infinite con una serie de ataques rápidos y precisos. Pero Infinite estaba preparado y utilizó su poder para ralentizar el tiempo, esquivando cada uno de los ataques con facilidad.

Scourge se levantó, enfurecido, y se unió a Fiona en su ataque. Pero Infinite no se dejó intimidar. Con un gesto de su mano, creó una distorsión temporal que hizo que Scourge y Fiona se movieran en cámara lenta, dándole a Infinite la oportunidad de contraatacar.

La batalla continuaba, con Infinite utilizando su poder para mantener a Scourge y Fiona a raya.

****

Mientras tanto, Shadow y los demás seguían encerrados en sus celdas, escuchando el ruido de la batalla. Shadow golpeaba la pared de su celda con frustración, deseando poder salir a buscar a Amy.

De repente, la puerta se abrió y escucharon los pasos de alguien acercándose. Shadow y los demás se tensaron, preparándose para lo peor. Pero cuando la figura entró en la habitación, sus expresiones de preocupación se transformaron en sorpresa.

Era Luna, tenía una presencia imponente. Su plumaje negro como el azabache brillaba en la luz tenue de la habitación, y sus ojos amarillos como el oro parecían verlo todo.

Luna sacó un manojo de llaves y se acercó a la celda de Shadow.

- He venido a liberarlos. - dijo con una sonrisa decidida.

Shadow y los demás se miraron entre sí, sorprendidos y esperanzados. Luna insertó la llave en la cerradura y la puerta se abrió con un clic. Shadow salió de la celda, estirándose después de horas de encierro.

- Gracias. - dijo Shadow, mirando a Luna con gratitud. - ¿Por qué nos ayudas? ¿Qué ganas con esto?

Luna se encogió de hombros.

- Quiero detener a Fiona. Su liderazgo es débil y solo nos lleva al desastre. Y creo que tú, Shadow, eres el único que puede derrotar a Sonic.exe.

Los demás salieron de sus celdas, mirando a Luna con curiosidad y desconfianza. Pero Shadow asintió, decidido.

- Estamos contigo. - dijo. - Vamos a detener a Sonic.exe y Fiona. Juntos.

Mientras exploraban la base, Shadow y Luna se toparon con una puerta oculta que llevaba a una sala secreta. Dentro, encontraron una serie de máquinas complejas y extrañas, con pantallas que mostraban ecuaciones y diagramas de cronología.

- ¿Qué es esto? - preguntó Shadow, fascinado.

Luna examinó las máquinas.

- Creo que es la sala de las máquinas de Fiona. Estaba trabajando en un proyecto secreto para viajar en el tiempo.

De repente, una de las máquinas se encendió, mostrando una imagen de Sonic en una línea de tiempo.

- ¡Es Sonic! - exclamó Shadow. - Pero ¿qué está pasando?

Luna estudió la imagen.

- Creo que esto es el momento en que Sonic se transformó en Sonic.exe. Si podemos viajar al pasado y evitar que eso suceda, podríamos salvarlo.

Shadow observó detenidamente la imagen, recordando algo.

- Fiona tiene el polvo de estrellas. Si lo encontramos, podríamos usarlo.

Luna miró a Shadow con sorpresa.

- ¿Por qué Fiona tiene el polvo de estrellas?

Shadow soltó un suspiro.

- Por qué nos tenían amanezados.

Luna se quedó con la boca abierta, sorprendida por la revelación.

- ¿Amenazados? ¿Fiona te amenazó para que le entregaras el polvo de estrellas?

Shadow la miró de reojo, su expresión llena de dolor y culpa.

- Sonic.exe lastimó a Amy... amenazó con quitarle su alma y cuando nos llevaron a prisión, Fiona nos quitó el polvo de estrellas.

Luna cerró la boca, su rostro reflejando compasión y entendimiento.

- Lo siento, Shadow. No sabía que habías pasado por eso. No te culpo por proteger a Amy.

Shadow se encogió de hombros, tratando de ocultar su emoción.

- No importa. Lo hice para protegerla. Pero ahora, debemos hacer cualquier cosa para salvar a Sonic y detener a Fiona. No podemos permitir que siga manipulando y controlando a los demás.

Luna puso una mano en el hombro de Shadow, su voz llena de determinación.

- Vamos a hacerlo, Shadow. Vamos a recuperar el polvo de estrellas y salvar a Sonic. Juntos.

Mientras Fiona y Scourge luchaban contra Infinite, la base secreta comenzó a colapsar. Las explosiones y los incendios se extendieron por todas partes, y el suelo temblaba bajo sus pies.

En medio del caos, el zorro ártico, Sugar, se abrió camino a través de la destrucción. Su objetivo era claro: recuperar el polvo de estrellas y escapar de la base.

Sugar corrió a través de los pasillos, esquivando escombros y evitando las llamas. Finalmente, llegó a la sala donde se guardaba el polvo de estrellas. La caja que lo contenía estaba abierta, y el polvo brillaba con una luz intensa.

Sugar agarró la caja y la cerró, asegurándose de que el polvo estuviera seguro. Luego, se dio la vuelta y corrió hacia la salida, pero se encontró con Shadow y los otros.

- ¡Tiene el polvo! - exclamó Silver.

Sugar retrocedió, Luna se acercó a unos pasos.

- Tranquilo, no te haremos daño.

Sugar miró a Luna con desconfianza, pero no se movió. Su collar de comunicación emitió un mensaje pregrabado.

- No... no voy a dejar que me lo quiten.

Shadow se acercó, calmado.

- No queremos quitártelo. Solo queremos saber qué vas a hacer con él.

Sugar tocó su collar de comunicación y seleccionó otro mensaje pregrabado.

- Voy a protegerlo, si lo perdemos, tendríamos que realizar otra búsqueda y es muy difícil de encontrar.

Shadow asintió, comprendiendo la importancia de proteger el polvo.

- Entendemos. No queremos que caiga en manos equivocadas.

De repente, un ligero temblor sacudió el suelo, pero Sugar, Shadow y Luna se mantuvieron impertérritos. Sugar habló a través de su collar de comunicación, su voz firme y clara.

- Fiona también busca el polvo de estrellas, pero sus intenciones son muy diferentes.

Luna asintió, su expresión seria.

- Ella lo quiere para conquistar y dominar, no para salvar el mundo.

Sugar frunció el ceño, su expresión frustrada.

- Luna... tú también trabajabas para Fiona.

Luna soltó un suspiro, su mirada baja.

- Sí... pero después de todo lo que ha pasado, me di cuenta de que estaba en el camino equivocado. No puedo creer que haya sido tan ciega.

Sugar estaba a punto de responder, pero las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta cuando una figura emergió de las sombras. Infinite apareció de repente, su presencia imponente y amenazante.

- Mientras ustedes estaban distraídos charlando, logré vencer a Fiona y a su compañero. - anunció con una voz llena de triunfo. - Pero no se preocupen, no los maté... todavía.

Sugar corrió hacia Luna y se refugió detrás de ella, temblando de miedo. Luna se irguió, su voz firme pero llena de cautela.

- Infinite... - pronunció su nombre como un desafío, mientras protegía a Sugar con su cuerpo.

Infinite permaneció inmóvil, su mirada glacial y despiadada.

- No hay tiempo para charlas ni para ejecuciones. - dijo con desdén. - Además, mientras ustedes se entretenían en sus conversaciones, Sonic.exe ha aprovechado la distracción para raptar a Amy.

Shadow frunció el ceño, su expresión llena de preocupación y determinación.

- ¿Adónde se la llevó? ¡Necesitamos saberlo ya! - exigió con firmeza.

Infinite soltó un suspiro de indiferencia, como si el destino de Amy no le importara en lo más mínimo.

- No lo sé con certeza... pero si quieren encontrarla, deberían empezar a buscar en los lugares que probablemente jamás fueron explorados.

Blaze alzó una ceja, su expresión llena de escepticismo y curiosidad.

- ¿Por qué nos ayudas? ¿Qué ganas con esto?

Infinite se encogió de hombros, su movimiento elegante y despreocupado, pero con un toque de melancolía.

- Solo me importa Fiona y los otros. No quiero que sufran por mi causa. Además... - su voz se volvió más baja y misteriosa, cargada de un peso emocional. - También busco a Xandros. El Devorador de Almas. Mi antiguo amigo y compañero de armas.

Blaze se quedó en silencio, procesando la revelación.

- Entiendo. - dijo finalmente, su voz llena de comprensión. - Quieres detener a Xandros antes de que cause más daño.

Infinite asintió, su mirada distante y llena de dolor.

- Sí... debo detenerlo. Antes de que destruya todo lo que queda de nuestra humanidad.

La base de Fiona comenzó a temblar y a explotar, las alarmas sonaban ensordecedoras.

- ¡Tenemos que salir de aquí, ya! - gritó Blaze, mientras agarraba a Sugar y corría hacia la salida.

Luna y Shadow los siguieron de cerca, pero Infinite se detuvo un momento, su mirada fija en la sala donde estaban las máquinas de Fiona.

Con un movimiento rápido y decidido, se dirigió hacia allí, su poder envolviendo las máquinas en una burbuja de energía.

- Fiona hizo un buen trabajo en crearlas. - dijo, su voz llena de admiración y determinación. - Tienen mucho potencial, especialmente el de "Realidades alternas". Ese dispositivo podría ser la clave para detener a Xandros y restaurar el equilibrio en el multiverso.

Mientras hablaba, las máquinas desaparecieron en la burbuja de energía, y Infinite se volvió hacia los demás, su mirada intensa y resuelta.

- Vamos, no hay tiempo que perder. Tenemos que prepararnos para enfrentar a Xandros y sus seguidores.

Luna, Shadow, Blaze y Sugar lo siguieron, dejando atrás la base destruida de Fiona.

Mientras escapaban, podían escuchar las explosiones y el caos que se desataba detrás de ellos.

Finalmente, salieron a la luz del día, y Infinite se detuvo para mirar atrás.

La base de Fiona era un infierno de fuego y humo, y Xandros estaba de pie en medio de las llamas, su mirada fija en Infinite.

- ¿Recuerdas el jardín? - preguntó Xandros, su voz llena de dolor.

- Sí... - respondió Infinite, su mirada intensa. - Recuerdo la inocencia que perdiste.

Xandros se rió.

- La inocencia es una ilusión. - dijo.

- No para mí. - replicó Infinite. - No mientras recuerde quién eras.

Xandros se detuvo, su mirada perdida en el pasado.

- Ya no soy ese. - dijo. - Ya no soy nada.

La conversación se cortó allí, mientras la base de Fiona se desmoronaba a su alrededor. Las llamas y el humo envolvían todo, y el ruido de las explosiones era ensordecedor.

Xandros se volvió hacia Infinite, su mirada llena de odio.

- Pronto nos volveremos a encontrar. - dijo, antes de desaparecer en la oscuridad.

Infinite lo miró irse, su corazón pesado de tristeza.

- La próxima vez, no escaparás. - prometió, antes de volverse hacia los demás.

Luna, Shadow, Blaze y Sugar lo miraron, esperando su señal para seguir adelante.

- Vamos. - dijo Infinite, su voz firme. - Tenemos que encontrar a Amy y detener a Xandros.

Juntos, salieron de la base en llamas, listos para enfrentar lo que viniera después.

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