Capítulo 31
Scourge y Fiona se sentaron en una mesa en la cafetería de la base, rodeados de paredes de acero y luces fluorescentes.
Scourge miró a Fiona con una sonrisa.
- Me alegra que hayas aceptado hablar conmigo. He extrañado nuestras conversaciones.
Fiona sonrió ligeramente, su mirada aún cautelosa.
- Scourge, necesito saber qué quieres. ¿Por qué me buscaste después de todo este tiempo?
Scourge se inclinó hacia adelante, su voz baja y sincera.
- Quiero saber si podemos empezar de nuevo. Si podemos dejar atrás nuestras diferencias y encontrar lo que nos unió en primer lugar.
Fiona se cruzó de brazos, su expresión pensativa.
- No sé, Scourge. Hay mucho que considerar. ¿Qué ha cambiado desde la última vez?
Scourge sugirió un plan para reconstruir su relación.
- Podemos empezar de nuevo, Fiona. Podemos trabajar juntos en una misión y demostrar que podemos confiar el uno en el otro.
Fiona se abrió y habló sobre sus sentimientos.
- Scourge, he extrañado nuestra conexión. He extrañado la forma en que me hacías sentir. Pero tengo miedo de que volvamos a los mismos errores.
Scourge tomó su mano, su tacto cálido y reconfortante.
- No volveremos a los mismos errores, Fiona. He aprendido de ellos. Quiero estar contigo, no solo como compañeros de equipo, sino como pareja.
Fiona miró sus ojos, buscando sinceridad.
- ¿Qué harás diferente esta vez?
Scourge sonrió.
- Escucharé más y hablaré menos. Estaré allí para ti, no solo cuando es fácil, sino cuando es difícil. Y trabajaré para ganar tu confianza de nuevo.
Fiona sintió un destello de esperanza. Tal vez, solo tal vez, podrían hacerlo funcionar esta vez.
Fiona sonrió ligeramente, sintiendo un destello de esperanza.
- Me gustaría creer que podemos hacerlo funcionar esta vez, Scourge. Pero necesito tiempo para pensar.
Scourge asintió, entendiendo.
- Tienes todo el tiempo que necesites, Fiona. Estoy dispuesto a esperar.
Justo entonces, la puerta de la cafetería se abrió y Renard entró, su presencia imponente.
- Scourge, Fiona, buenas noches. Espero no interrumpir nada importante.
Fiona se levantó, sonriendo educadamente.
- No, Renard. ¿En qué podemos ayudarte?
Renard sonrió.
- Esta noche es la cena de gala en honor a nuestro aliado, el General. Me gustaría que ambos asistieran.
Scourge se levantó, su expresión profesional.
- Por supuesto, Renard. Estaremos allí.
Fiona asintió, aunque parecía un poco incómoda.
- Sí, claro.
Renard sonrió.
- Excelente. La cena es a las 9 en punto. No falten.
Con eso, Renard se despidió y salió de la cafetería, dejando a Scourge y Fiona solos de nuevo.
Fiona se sentó de nuevo, mirando a Scourge.
- Bueno, parece que tenemos planes está noche.
Scourge sonrió.
- Sí, y tal vez podemos continuar nuestra conversación después de la cena.
Fiona frunció el ceño, mirando hacia la puerta por donde Renard se había ido.
- Scourge, ¿te parece raro que Renard nos invite a la cena de gala de repente?
Scourge se encogió de hombros.
- No sé, Fiona. Tal vez quiere que mostremos unidad frente al General.
Fiona sacudió la cabeza.
- No, hay algo más. Renard no hace nada sin una razón. ¿Qué podría querer de nosotros?
Scourge se inclinó hacia adelante, su voz baja.
- ¿Crees que Renard está detrás de algo sospechoso?
Fiona asintió, su mirada intensa.
- Sí, lo creo. Y quiero descubrir qué es.
Scourge se levantó, su expresión decidida.
- Estoy contigo, Fiona. Investiguemos.
Fiona sonrió, una chispa de determinación en sus ojos.
- Empecemos por la cena de gala. Veremos qué podemos descubrir.
****
Después del apasionado momento en la playa, Amy y Sonic.exe regresaron a la base, abrazados y en silencio, con la brisa marina aún acariciando sus pieles. Había una sensación de intimidad y conexión que no podían ignorar. Sin embargo, Amy no podía sacudirse la sensación de que Sonic.exe la estaba atrapando, que su amor se estaba convirtiendo en una prisión.
Al llegar a la base, se separaron, intercambiando una mirada que decía más que mil palabras. Pero en los ojos de Sonic.exe, Amy vio una intensidad que la hizo sentir incómoda. Era como si él la estuviera reclamando como suya, como si ella fuera su propiedad.
Mientras se preparaban para la próxima misión, Tails y Cream los observaban con curiosidad.
- ¿Qué pasó entre ustedes dos? - preguntó Tails, pero Amy y Sonic.exe simplemente se miraron y sonrieron, dejando que la emoción hablara por sí misma.
La misión que tenían por delante era peligrosa, pero con su nueva conexión, se sentían invencibles. Juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Sin embargo, Amy no podía evitar sentir que estaba perdiendo el control, que Sonic.exe la estaba manipulando.
Con su confianza renovada, se dirigieron a la sala donde estaba la cena, una velada elegante con la luz cálida de las velas reflejándose en la cristalería y la porcelana. Amy y Sonic.exe se sentaron en la mesa principal, rodeados de amigos y aliados que charlaban y reían.
Pero entre ellos, había una tensión, una sensación de que algo importante estaba a punto de suceder. Sus manos se rozaban bajo la mesa, un gesto sutil que solo ellos entendían. Sin embargo, Amy sintió un escalofrío al sentir el contacto de Sonic.exe, como si él estuviera reclamándola de nuevo.
La conversación era animada, con risas y bromas que llenaban el aire. Pero Amy no podía evitar sentir que estaba atrapada en una red de la que no podía escapar.
La puerta de la sala se abrió y Infinite entró, su presencia inmediatamente notada por todos. Su figura alta y delgada, vestida con un traje negro impecable, parecía absorber la luz a su alrededor. Sus ojos azules, fríos y calculadores, escanearon la habitación antes de detenerse en Amy y Sonic.exe.
- Infinite. - dijo Renard, levantándose de su asiento. - Bienvenido. No esperaba que llegara tan pronto.
- Me gustó la invitación. - respondió Infinite, su voz baja y suave. - Y me interesa conocer mejor a nuestros nuevos aliados.
Amy y Sonic.exe intercambiaron una mirada incómoda. Algo en la actitud de Infinite no les gustaba.
- Por favor, siéntese. - dijo Renard, indicando una silla vacía junto a Amy.
Infinite se sentó, su mirada fija en Amy.
- Es un placer conocerla, Amy. He oído mucho sobre usted.
Infinite sonríe, su mirada astuta.
- Escuché que ustedes dos tienen... intereses particulares. - dice Infinite. - ¿Qué los motiva a seguir adelante?
Amy se encoge de hombros, su sonrisa enigmática.
- El poder, el control. - responde Amy. - Y la emoción de la caza.
Sonic.exe asiente, su mirada intensa.
- La velocidad, la adrenalina. - agrega Sonic.exe. - Y el placer de superar límites.
Infinite se inclina hacia adelante, intrigado.
- Interesante. - dice Infinite. - Yo también busco superar límites. Pero de una manera... más estratégica.
Amy y Sonic.exe intercambian una mirada curiosa.
- ¿Qué tipo de estrategia? - pregunta Amy.
Infinite sonríe, su voz baja.
- La manipulación, la táctica. - responde Infinite. - Y la eliminación de obstáculos.
Amy se inclina hacia adelante, su mirada intensa.
- ¿Qué tipo de obstáculos? - pregunta Amy.
Infinite se encoge de hombros.
- Cualquiera que se interponga en mi camino. - responde Infinite. - Ya sea un enemigo, un rival o... un aliado inútil.
Sonic.exe se siente incómodo con la respuesta.
- ¿Y qué hay de los que no pueden ser eliminados? - pregunta Sonic.exe.
Infinite sonríe.
- Ah, esos son los más interesantes. - dice Infinite. - Debes encontrar la forma de controlarlos, manipularlos... o utilizarlos para tus propios fines.
Amy se siente atraída por la estrategia de Infinite.
- Me gustaría saber más sobre tus planes. - dice Amy.
Infinite se inclina hacia adelante, su voz baja.
- Estoy dispuesto a compartir información. - dice Infinite. - Pero solo con aquellos que están dispuestos a trabajar conmigo.
Fiona se levanta de su asiento, su presencia inmediatamente notada.
- Disculpen la interrupción. - dice Fiona, su voz firme. - Infinite, creo que debería hablar con alguien importante que asistió a la cena.
Infinite se vuelve hacia Fiona, su mirada intrigada.
- ¿De quién se trata? - pregunta Infinite.
Fiona sonríe.
- Del señor Eclipse. - responde Fiona. - Un empresario influyente con conexiones en la ciudad.
Infinite asiente, su interés evidente.
- Me gustaría conocerlo. - dice Infinite.
Mientras tanto, Fiona se vuelve hacia Sonic.exe y Amy.
- ¿Por qué no prueban el vino Château Lafite Rothschild? - sugiere Fiona. - Es excelente.
Sonic.exe y Amy intercambian una mirada, luego asienten.
- Gracias. - dice Sonic.exe.
Fiona sonríe y se dirige hacia la puerta.
- Excusenme. - dice Fiona. - Necesito hablar con Renard.
Fiona sale de la sala y busca a Renard. Lo encuentra en un pasillo oscuro.
- Renard. - dice Fiona, su voz baja y amenazante. - Tenemos que hablar.
Renard se vuelve hacia Fiona, su mirada nerviosa.
- ¿Qué pasa, Fiona? - pregunta Renard.
Fiona se acerca, su mirada intensa.
- Sé que estás trabajando con Infinite. - dice Fiona. - Y no me gusta.
Renard se encoge de hombros.
- No sé de qué hablas. - responde Renard.
Fiona se acerca a Renard, su mirada intensa.
- No te creeré. - dice Fiona. - Sé que estás trabajando con Infinite. ¿Qué hay en juego?
Renard se encoge de hombros, intentando mantener la calma.
- Nada, Fiona. - responde Renard. - Solo estoy haciendo lo que es mejor para la organización.
Fiona se ríe, su voz sarcástica.
- ¿Me tomas por tonta? - pregunta Fiona. - Sé que Infinite no es alguien en quien se pueda confiar.
Renard se pone nervioso, su mirada evasiva.
- No sé qué decir, Fiona. - responde Renard.
Fiona se acerca aún más, su voz baja y amenazante.
- Te diré algo. - dice Fiona. - Si descubro que estás traicionando a nuestra organización, te aseguro que pagarás.
Renard se pone pálido, su mirada aterrorizada.
- Fiona, por favor... - suplica Renard.
Fiona se detiene, su mirada intensa.
- No te preocupes. - dice Fiona. - Aún no he terminado contigo.
Renard se vuelve hacia la puerta, intentando escapar de la confrontación.
- No te vayas. - dice Fiona, su voz firme.
Renard ignora la advertencia y comienza a correr.
Scourge aparece de la sombra, con una pistola en la mano.
- Detente, Renard. - dice Scourge, su voz baja y amenazante.
Renard se detiene, su mirada aterrorizada.
- Por favor, Scourge. - suplica Renard. - No me hagas daño.
Scourge se acerca, la pistola apuntando a la cabeza de Renard.
- Traidor. - dice Scourge. - Te vas a arrepentir de haber traicionado a Fiona.
Fiona se acerca, su mirada intensa.
- Dile la verdad, Renard. - dice Fiona. - ¿Qué hay en juego?
Renard se derrumba, sollozando.
- Lo siento, Fiona. - dice Renard. - Infinite me prometió poder y riqueza. Me dijo que podríamos controlar la ciudad.
Scourge se enfurece.
- Mentira. - dice Scourge. - Infinite solo te está utilizando.
Fiona se vuelve hacia Scourge.
- Mantén la calma, Scourge. - dice Fiona. - Aún necesitamos información de él.
Scourge asiente, pero su mirada sigue siendo amenazante.
Renard sigue hablando, revelando más detalles sobre el plan de Infinite.
- Infinite quiere destruir la base. - dice Renard. - Y matarlos.
Fiona y Scourge se miran, horrorizados.
- ¿Cuándo? - pregunta Fiona.
Renard se estremece.
- Esta noche. - dice Renard. - Infinite tiene un equipo de élite listo para atacar.
Scourge se enfurece.
- Tenemos que actuar rápido. - dice Scourge.
Fiona asiente.
- Tenemos que advertir a los demás.
Mientras tanto, Infinite sigue sonriendo en la cena, sin mostrar ninguna señal de nerviosismo.
De repente, su teléfono vibra.
- Sí. - dice Infinite.
- Señor, el equipo está listo. - dice la voz al otro lado.
Infinite sonríe.
- Muy bien. - dice Infnite. - Esperen un poco más.
****
Valtor, sus hombres, Shadow, Silver y Blaze siguieron su camino en busca de las esmeraldas del caos. Después de horas de búsqueda, encontraron una mina subterránea abandonada, su entrada cubierta de maleza y polvo.
- Esta debe ser la mina donde se encuentran las esmeraldas del caos - dijo Valtor, su voz baja y decidida.
Shadow asintió, su mirada intensa.
- Vamos a explorarla.
La mina se extendía ante ellos, oscura y misteriosa, su aire viciado y lleno de secretos.
- Tenemos que tener cuidado - advirtió Blaze, su voz suave pero firme. - No sabemos qué peligros pueden estar esperándonos.
Valtor activó su visión nocturna, su mirada escaneando la oscuridad.
- Veamos qué hay adelante.
Con eso, se adentraron en la mina, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara. La oscuridad parecía tragárselos, pero estaban preparados para enfrentarla.
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