Capítulo 12
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La policía llegó con prontitud al lugar del crimen, donde Knuckles les brindó una descripción detallada de los hechos. Mientras tanto, la ambulancia llegó para recoger el cuerpo de Tails, y Amy se derrumbó en lágrimas, desconsolada.
Knuckles la estrechó en un abrazo protector, intentando calmar su dolor.
- Lo siento mucho, Amy. - musitó, su voz llena de emoción. - No puedo creer que esto haya sucedido.
La policía inició una exhaustiva investigación, recopilando pruebas y testimonios. Tras horas de intenso trabajo, los médicos forenses confirmaron que Tails había sido víctima de un asesinato.
La noticia se propagó rápidamente entre los amigos de Tails, causando conmoción y enfado.
- Tenemos que encontrar al responsable. - dijo Sonic, su voz llena de determinación. - No podemos dejar que esto quede impune.
- Estoy contigo, Sonic. - se solidarizó Knuckles.
Al día siguiente, se celebró el funeral de Tails en un cementerio sombrío. El ataúd fue llevado con solemnidad, y los amigos de Tails se reunieron para rendir su último homenaje.
Amy lloró inconsolablemente durante todo el servicio, mientras Knuckles la sostenía con fuerza. Mientras tanto, Sonic.exe observaba desde la distancia, su rostro una máscara de indiferencia.
- Adiós, querido Tails. - susurró Amy, su voz temblorosa de emoción. - Tu recuerdo vivirá siempre en mi corazón.
El cementerio estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de las lágrimas y el viento, que parecía susurrar un último adiós.
Shadow y Silver llegaron después.
Mientras colocaban flores en la tumba, Shadow tenía los ojos en Sonic, pensó que tenía la oportunidad de hacerle frente.
Knuckles comenzó a dedicar unas palabras a su amigo.
- Tails, hermano, tu valentía y lealtad nunca serán olvidadas. Protegí la Master Emerald, pero no pude protegerte a ti. Mi culpa y dolor serán eternos, pero tu recuerdo me fortalecerá para seguir defendiendo nuestra tierra y nuestros amigos.
Los amigos se despidieron de Tails con respeto y tristeza. Sonic se alejó, pero Shadow lo siguió con la mirada, su corazón latiendo con ira y determinación.
- No eres capaz de admitirlo. - dijo Shadow, su voz baja y amenazante.
- ¿Admitir qué? - preguntó Sonic, su expresión fría y desinteresada.
- Que mataste a Tails. - acusó Shadow, su voz llena de emoción.
Sonic suspiró, y por un momento, Shadow creyó ver un destello de culpa en sus ojos. Pero pronto, Sonic sonrió.
- ¿De qué estás hablando? - preguntó, su sonrisa burlona.
Shadow se molestó, su mano en el arma.
- ¿Por qué sonríes? - preguntó, su voz llena de rabia.
Pero antes de que pudiera actuar, Sonic.exe apareció detrás de él.
- Será mejor que me dejes en paz. - dijo Sonic.exe, su voz fría y amenazante. - De lo contrario, Amy también entrará a mi juego ¿Entendiste?
Shadow se quedó paralizado, su corazón latiendo con miedo por Amy.
Finalmente, Tails fue enterrado, y los amigos colocaron más flores y dijeron su último adiós. Knuckles se quedó solo, contemplando la lápida.
- Adiós, amigo. - dijo, su voz llena de tristeza.
Se dirigió hacia Rouge, que lo esperaba con una mirada compasiva.
- Parece que va a llover. - dijo Knuckles, su voz llena de emoción.
Rouge analizó el clima.
- No está lloviendo. - dijo.
- Sí, está lloviendo. - repitió Knuckles, entre lágrimas.
Rouge comprendió, y dejó que Knuckles expresara su dolor.
El día terminó con las parejas saliendo del lugar, cada una por su lado, sumidas en su propio dolor y tristeza.
****
Scourge avanzaba en su moto, siguiendo el rastro de Amy con la ayuda del hacker sentado en la parte trasera. La noche y el viento en su rostro no impedían su determinación.
- ¿Dónde se ubica Amy? - preguntó Scourge, su voz firme y enfocada.
- Parece que se dirige a la Costa Seaside - respondió el hacker, su voz llena de concentración.
- Muy bien. Allá vamos. - dijo Scourge, su mirada fija en el camino.
Justo en ese momento, una mangosta cruzó la banqueta de la carretera y Scourge perdió el equilibrio de la moto. La rueda delantera se desvió y Scourge no pudo recuperar el control.
- ¡Maldita sea! - gritó Scourge mientras la moto se estrellaba contra el asfalto.
El hacker se levantó, sacudiéndose el polvo.
- ¡¿Qué acabas de hacer, Scourge?! - exclamó, furioso.
- ¡Fue un accidente! - se disculpó Scourge, levantándose y revisando la moto dañada.
La mangosta, aturdida, se alejó cojeando.
Scourge y el hacker se miraron, preocupados.
- Esto es un desastre. - dijo el hacker.
- No podemos permitir que nos detengan. - replicó Scourge.
Pero era demasiado tarde. La policía llegó y rodeó la escena.
- ¡Manos arriba! - gritó un policía.
Scourge y el hacker se rindieron, furiosos.
- Genial... - murmuró Scourge, su rostro lleno de frustración.
La policía los arrestó y se los llevó, dejando atrás la moto destrozada y la mangosta que había cambiado el curso de los eventos.
****
Sonic.exe acompañaba a Amy a casa, la chica seguía triste, el demonio sabía que tenía que decir algo, aunque fuera improvisado.
- ¿Te sientes segura conmigo, Amy? - preguntó Sonic.exe con una sonrisa sarcástica.
Amy se sorprendió por la pregunta, pero respondió.
- No te preocupes por mí, Sonic.exe. Quiero estar con Sonic.
Sonic.exe se rió.
- Claro, porque él es el héroe, ¿verdad? - dijo, con irritación.
Amy se acercó a él, su voz llena de pasión.
- No importa quién seas, Sonic. Te amo.
Sonic.exe la abrazó, inesperadamente, y Amy se desconcertó por el gesto.
- Sonic... - murmuró Amy.
- Dime Sonic.exe. - respondió él, con una voz baja.
- Quiero estar con Sonic. - repitió Amy.
Sonic.exe se quedó abrazándola, mirando a la nada. Estaba molesto por la petición de la eriza, pero sabía que no tenía de otra.
- Cómo quieras. - dijo seriamente.
Luego, Sonic.exe comenzó a dejar que Sonic tomara el control. Finalmente, sus ojos se volvieron esmeraldas.
- Amy... - dijo Sonic, tomándole las manos, buscando las palabras para expresarse. - Yo... creí que nunca... - comenzó.
- No digas nada. - interrumpió Amy, tomándole las mejillas y besándolo apasionadamente.
Los erizos se perdieron en el beso, olvidando todo menos su amor.
Pero cuando separaron sus labios, Sonic.exe había vuelto. Amy se desilusionó.
- ¿Por qué? - preguntó, con lágrimas en los ojos.
Sonic.exe sonrió, con una sonrisa cruel.
- No te hagas ilusiones, Amy. - dijo, antes de desaparecer.
****
El cementerio abandonado estaba envuelto en una niebla espesa, los árboles retorcidos como dedos huesudos. Sonic.exe se movió con sigilo, su mirada fija en la tumba recién cavada de Tails.
Con un movimiento rápido, Exe desenterró el ataúd de Tails. La tierra fresca se desmoronaba bajo sus manos.
Abrió la tapa y miró hacia dentro. Tails yacía inmóvil, su cuerpo aún sin descomponer.
Sonic.exe extendió su mano y tocó el cuerpo de Tails. Una energía oscura comenzó a fluir hacia el cadáver.
La carne comenzó a sanar, los huesos se recomponían.
Sonic.exe sacó una gema roja de su bolsillo, una gema que había tardado en crear, infundiéndole la esencia de su poder.
La gema brillaba con una luz malevolente, y Sonic.exe sonrió al pensar en el control que tendría sobre Tails.
Con un movimiento preciso, Sonic.exe incrustó la gema en el pecho de Tails.
La gema se hundió en la carne, y Tails abrió los ojos. Pero ya no eran los mismos.
Eran negros como la noche, con pupilas rojas que brillaban en la oscuridad.
- Maestro. - dijo Tails, su voz ahora baja y sombría.
Sonic.exe se rió, emocionado por su creación.
- Bienvenido de vuelta, Tails. Ahora eres mío.
Tails se levantó, su mirada fija en Sonic.exe.
Su cuerpo estaba corrupto, su alma ya no era la misma.
- ¿Qué ordenas, amo? - preguntó Tails.
Sonic.exe sonrió.
- Buscaremos a Sally.
Tails asintió, su rostro sin expresión.
- Como desees, amo.
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