Capítulo 10
Shadow llegó a la guarida de Eggman, donde encontró al científico sumido en su trabajo. Un artefacto complejo ocupaba el centro de la habitación.
- ¿Has hecho algo últimamente? - preguntó Shadow.
Eggman se giró hacia él, su reflejo visible en las gafas.
- Claro. Esta semana tuve una batalla con Sonic. - respondió con una sonrisa. - Pero esta vez haré lo que pueda para matarlo definitivamente. - agregó.
Shadow notó la seriedad en su voz y frunció el ceño.
- ¿Ahora vas a acabar con él?
- No sé si lo sabes, pero se transformó en algo... tétrico.
- ¿En qué? - preguntó Shadow, intrigado.
Eggman tomó un sorbo de su café antes de responder.
- Se puso pálido, sus ojos se volvieron negros con pupilas rojas, le creció dientes afilados y garras.
Shadow imaginó la escena y se preocupó por Amy.
- ¿Qué pasó exactamente? - preguntó.
- Apareció sin previo aviso y nadie sospechó nada. - respondió Eggman.
Shadow se preguntó si era Sonic quien se había transformado en un monstruo accidentalmente o si era algo más.
Miró alrededor y vio un arma en una mesa. Sin dudarlo, la tomó.
Estaba dispuesto a averiguar por su cuenta qué había sucedido con Sonic.
****
Amy entró en la cafetería, buscando un refugio tranquilo para desayunar. Después de aceptar a Sonic y su contraparte, había experimentado alucinaciones, pero últimamente había encontrado una extraña paz, como si su mente hubiera encontrado un equilibrio temporal. Sin embargo, la inquietud seguía acechando en su interior, y se preguntaba si él era quien la seguía y hacía que viera cosas extrañas.
Al escanear el local, vio a Shadow tomando un café, su presencia inesperada pero reconfortante. Se acercó rápidamente.
- Hola, Shadow.
Shadow alzó la mirada, sorprendido.
- Amy.
Se levantó repentinamente, derramando café.
- ¿Sonic te ha hecho algo? - preguntó.
- ¿Qué? No. - respondió Amy, confundida.
- ¿Viste algo extraño en él? - insistió Shadow.
Amy se puso nerviosa.
- ¿A qué quieres llegar? - preguntó, evasiva.
- Es probable que Sonic ya no sea el mismo. - dijo Shadow.
Amy no sabía qué pensar.
- ¿Sucede algo? - preguntó, intentando cambiar de tema.
- Quién sabe. - respondió Shadow. - Pero ahora mismo lo estoy buscando para comprobar lo que dice Eggman.
Amy se preocupó.
- Sinceramente, no creo en Eggman. - dijo. - Si vas a hacerle algo a Sonic, no te lo perdonaré.
Shadow la miró con seriedad.
- ¿Y si realmente tiene algo que ocultar? - preguntó. - ¿No es una coincidencia que después de las noticias sobre Sally, Eggman me dijera que Sonic se transformó?
Amy quería escapar.
- ¿Sabes qué? ¡Ve y confírmalo! - dijo. - Yo no discutiré sobre Sonic.
Salió corriendo, molesta. Shadow la siguió, pero Amy tomó un taxi y se fue.
- Carajo... - murmuró Shadow. - Me equivoqué al insistir.
****
Sonic.exe recorrió la ciudad, desesperado por encontrar a Sally. Su ausencia lo consumía, y la policía que lo perseguía no ayudaba. Negaba los crímenes de los que lo acusaban, pero su reputación estaba en juego.
Mientras evadía a los agentes, su mente vagaba hacia Amy. ¿Por qué había elegido a Sonic además de a él? La confusión lo carcomía. ¿Qué significaba eso para su relación? ¿Era una traición o una nueva oportunidad?
Justo entonces, su demonio interior le sugirió enviar un mensaje a Amy, pidiéndole que se vieran en la plaza. Sonic.exe titubeó.
Sin embargo, la preocupación por Sally seguía presente. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no había señales de su paradero? La incertidumbre lo angustiaba.
Se dirigió hacia la plaza, su corazón dividido entre Amy y Sally.
****
La base de Nexus se erguía en un lugar remoto y secreto, rodeada por una doble capa de cercas electrificadas y torretas de vigilancia que parecían vigilar cada movimiento. El edificio principal, una monumental estructura de acero y cristal, parecía una fortaleza impenetrable. Dentro, los pasillos estériles y bien iluminados se extendían como un laberinto, flanqueados por puertas de seguridad y salas de control que zumbaban con una actividad silenciosa.
En el corazón de la base, el laboratorio central bullía con actividad. La doctora Rachel se acercó a la camilla donde Sally yacía sujeta, su mirada científica escrutinando cada detalle de la ardilla transformada. Los ojos cosidos, las extremidades deformes, la piel llena de cicatrices... era como si hubieran tomado a la princesa perfecta y la hubieran desfigurado.
Sally se retorció, intentando liberarse de las ataduras. Un gruñido bajo y gutural salió de su garganta, haciendo que Rachel se detuviera un momento.
- ¿Qué... qué te ha pasado? - Rachel preguntó, su voz llena de curiosidad y preocupación.
Sally se rió, una risa distorsionada.
- Me he liberado. Me he convertido en lo que debí ser.
Rachel se acercó más, su mano enguantada extendida para examinar las heridas.
- No entiendo. ¿Qué fuerza te ha hecho esto?
Sally sonrió.
- La misma que me ha dado la vida.
La doctora Rachel se inclinó más cerca de Sally, intentando entender mejor su situación.
- Necesitamos saber qué te ha pasado, Sally.
Con un movimiento fluido, la puerta del laboratorio se abrió y un lobo alto y delgado, con ojos penetrantes y una postura erguida, entró en la habitación.
- Valtor. - dijo Rachel, sorprendida. - No esperaba verte aquí.
Valtor se acercó a Rachel, su mirada fija en Sally.
- Rachel, necesito hablar contigo sobre este caso.
Rachel se volvió hacia él, su expresión seria.
- ¿Qué pasa, Valtor?
Valtor se detuvo, su mirada grave.
- No es una infección. Es algo mucho peor.
Rachel se estremeció, su rostro pálido.
- ¿Qué quieres decir?
Valtor se volvió hacia ella.
- La entidad que ha infectado a Sally... es algo nuevo.
Rachel se inclinó hacia él, su voz baja.
- ¿Qué significa esto para nosotros?
Valtor se detuvo.
- Significa que debemos encontrar una manera de ayudarla. La entidad que ha infectado a Sally puede ser un nuevo tipo de demonio.
Rachel se estremeció, su mente llena de preguntas.
- ¿Qué clase de demonio podría hacer esto?
Valtor miró a Rachel con gravedad.
- He enfrentado una entidad similar en el pasado. Una que me enseñó que hay cosas más antiguas y peligrosas que los demonios.
Rachel se acercó más, su voz llena de curiosidad.
- ¿Qué pasó?
Valtor suspiró, su mirada lejana.
- Fue durante una misión en un lugar olvidado. Encontramos un templo antiguo y dentro, una entidad que parecía tener vida propia.
Rachel se estremeció, su rostro pálido.
- ¿Y qué hizo?
Valtor se volvió hacia ella, su mirada grave.
- Me mostró su verdadera forma. Una forma que no puedo olvidar.
Rachel se estremeció, su mente llena de preguntas.
- ¿Qué forma?
- La forma de una destrucción total.
El silencio se apoderó de la habitación, roto solo por el zumbido de los equipos y el susurro de los científicos.
Rachel se levantó, su voz decidida.
- Debemos actuar rápido. No podemos permitir que Sally sufra más.
Valtor asintió.
- Estoy de acuerdo. Reuniremos a nuestro equipo y encontraremos una manera de detener a la entidad.
La determinación en sus rostros era clara. Sabían que tenían una batalla difícil por delante.
Y en ese momento, Sally se movió.
Su cuerpo se retorció, sus extremidades deformes se estiraron.
- No... - susurró.
Rachel se acercó a Sally, su voz calmada.
- Sally, necesitamos ayudarte. Necesitamos extraer la gema de tu pecho.
Los científicos se movieron hacia Sally, equipados con instrumental médico.
- Preparados. - dijo uno de ellos.
Valtor observó desde la distancia.
- Comiencen. - ordenó.
Los científicos comenzaron a trabajar, intentando extraer la gema. Pero pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien.
- No podemos... - dijo uno de ellos, frustrado.
- La gema está fusionada con su cuerpo. - explicó otro.
Rachel se acercó más, examinando la zona.
- Es como si la gema hubiera se convertido en parte de su cuerpo.
Valtor se acercó.
- No podemos extraerla. Sería fatal para Sally.
La habitación se llenó de un silencio pesado.
- ¿Qué significa esto? - preguntó Rachel.
Valtor se volvió hacia ella.
- Significa que Sally está ligada a la entidad de manera irreversible.
La mirada de Rachel se clavó en Sally, su corazón lleno de preocupación.
- ¿Qué vamos a hacer?
Valtor no respondió. Solo miró a Sally.
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