Diente de león.

Hoy Alan me llevó un ramo a mi también, él decía que tenía la esperanza que Damián volviera pero sabe que no lo hará. Yo le dije que lo hará, y él acarició mi cabeza y dijo algo así como “pequeño, eres un diente de león en el mundo  que no te merece” y yo me sonrojé, como era costumbre. No me percaté de sus ojos vacíos.

Alan me hacía sentir muy bien.

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