2. Déjame Ver Si Entendí
Vaggie: Déjame ver si entendí:
Tú.
Tn: Sí.
Vaggie: Mi madre.
Tn: Sí.
Vaggie: Una arcángel que renunció a su vida en El Cielo para estar conmigo en El Infierno.
Tn: Sí.
Vaggie: ¡¿Es la mano derecha de este Cabrón Hijo De Perra?!
Tn: Sí. ¡Y no lo insultes, Vagatha!
Alastor: ¿Todo bien, Mi Querida?
Tn: ¿Mh? Sí, todo bien.
Charlie: Y... Entonces, Suegra...
Tn: Dime Tn, corazón.
Charlie: Ok. Tn, ¿te... quedarás aquí?
Tn: Si es posible y si Vagatha está de acuerdo.
Vaggie: Sí. Puedes quedarte si vas a ayudar al hotel... y si me dices hija o Vaggie.
Tn: Mmm... Es justo.
Charlie: ¿Cuál será tu habitación?
Tn: Cua-
Alastor: Charlie, déjame decirte que ya me encargué de eso.
Ven Mi Querida.
Tn: ¿Está... bien?
Narra Tn:
Tienes algo entre manos, te conozco, ciervo.
Alastor: *Se mete en su cabeza* ¡Algo así, cariño!
¿Y se puede saber que será esta vez?
Alastor: Mmm... ¡No :D!
Mierda.
Alastor: ¿Qué dijiste?
Nada, sólo insulté en mi idioma.
Alastor: Oh, de acuerdo.
*Sale de su cabeza*
Alastor: *Le extiende un brazo* ¿Vamos a que te enseñe tu habitación?
Tn: Por supuesto. *Lo acepta*
Ah, casi lo olvido: Ángel no malpienses nada.
Ángel Dust: Sí... Señora.
Tn: Sé que te lo estás tomando como chiste. ¿Quieres que te lo diga en italiano y con mi voz demoníaca?
Ángel Dust: *Traga saliva* No.
Tn: Bien. Vamos, Al.
Alastor: ¡De inmediato, querida!
Nos dimos la vuelta y comenzamos a caminar por las escaleras y luego por el pasillo.
Noté que se iba oscureciendo cada vez más mientras caminábamos.
Sentí que me tomaban de la cintura: Riux, la sombra de mi amigo.
Y luego de la cadera: Alastor había soltado su brazo de mi agarre para tomarme de ahí.
Me concentré en ver y oír lo que pasaba a mi alrededor.
Oí estática y un tarareo que disminuía para pasar a ser una respiración errática.
Narro Yo:
La muchacha miró en la dirección del de rojo: podía ver sus ojos, rojizos, brillantes en la intensa oscuridad. Pero, sobre todo: hipnotizantes.
Ella hizo un ademán y apareció una sombrilla.
La abrió: de esta salió una fuerte luz blanca que se fue atenuando en unos instantes.
Ahí logró ver el rostro de su acompañante: estaba blanco como un papel, pero con un gran sonrojo. Sangre había comenzado a salir de su labio inferior: se lo había mordido para tratar de no cometer una locura.
En ese momento, Tn entendió que le ocurría a su amigo ciervo y el por qué de su distancia por casi todo el mes: temporada de celo.
Ella dio un suspiro antes de hablar.
Tn: Tranquilo, te voy a ayudar.
Alastor: N-No. Vete, M-Mi Querida. No qu-quiero lastimarte.
Tn: Agradezco que quieras cuidarme. Pero no. No me iré.
No voy a dejar que entres en coma o algo así al no arreglar tu pequeño problema.
Alastor: N-
Tn le puso un dedo en los labios.
Tn: Shhh.
Se desarregló su cabello para mostrar algo especial: sus esponjosas orejas de zorra.
Chasqueó los dedos.
Su larga y peluda cola ya lo estaba tomando de la barbilla para que la mirase atentamente.
Tn: Sólo déjate llevar.
Susurró contra sus labios.
Él aprovechó el momento en el que ella había dicho eso último para tomarla de las muñecas haciendo que soltara su sombrilla y desapareciera para volver a estar en el mismo lugar que antes de ser invocada por su dueña.
El demonio ciervo besó a la demonio zorro y los teletransportó a la habitación que habían estado buscando.
La acorraló contra la pared y la volvió a besar, esta vez siendo correspondido por ella.
Riux se había desvanecido hace rato.
Mejor así.
Ninguno de los dos quería que se escuchara el escándalo que estaban por hacer en la habitación.
Pero se escuchó de igual forma.
Y en lugares que nadie se imaginaría.
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