Chapter 2: Empezamos a convivir
Créditos a Z. Lawiet Oz
Avergonzado, esa era la palabra correcta que describía mis sentimientos en aquel momento, para empezar estaba rompiendo varias reglas familiares, en segunda, bueno, no se mucho de caballos pero podría decir por el tamaño de la que estaba en mi sala, que esa era una yegua adulta y me daba algo de pena, además de que mi orgullo "de caballero" se iba al suelo, llevándola a casa de mis padres, es como cuando "El Brayan" embaraza a "La Yomara" y la lleva a la casa de sus padres para que la mantengan ellos, aunque en mi caso, yo no soy "El Brayan" y ella no es "La Yomara" (y mucho menos hay un embarazo).
La subí rápidamente a mi habitación, explicándole levemente algunas cosas, como para qué sirve el horno de microondas, como era posible que existiera algo tan pequeño que sirviera para hacer llamadas, y cosas por el estilo.
-esta es la última-prometió antes de volver a preguntar
-¿para qué sirve esto?-pregunto refiriéndose a la tele
-para entretenimiento, y en algunos casos para mantener a las personas ignorantes, y usarlas para movimientos políticos- le respondí, y miro a la televisión, con cara de "entonces para que lo compran"
Vi, como se quedó observándola, y agregue:
-veras, en mi mundo hay muchas contradicciones, mucha doble moral, infieles que se quejan de alcohólicos, alcohólicos que se quejan de infieles, maestros infieles que se quejan de religiosos pedófilos, religiosos que se quejan de ateos. Y la lista sigue-
-¿entonces todo en este lugar es doble moral?-pregunto, acompañándome
-es imposible no caer en la doble moral, todos tenemos errores, porque todos somos...-diría humanos pero ella no lo era, así que dije:
-es imposible, porque todos somos seres imperfectos, y a pesar, de que aprendemos de ellos, siempre resaltamos lo mejor de nosotros mismos en vez de los errores que tenemos-
-resaltar nuestros errores sería raro- contesto ella
-sí, lo sé-dije al momento de abrir la puerta de mi habitación, y dejándole pasar, baje por unos minutos por algunas vendas para curar su ala, y su pierna. Tome un poco de agua, además de llevarle también a ella, y subí.
Entre y lo primero que vi haciéndola es levantando un peluche que tenía entre mis cosas, le mire con algo de desagrado y dije (sin pensarlo):
-¡deja ahí!- cuando caí, en cuenta de lo que había hecho, y ante la cara de ella, porque obviamente soy un joven, (diría maduro pero en verdad no lo soy). Me excuse:
-veras, es que es un recuerdo algo preciado de una persona especial-
-ya veo- contesto mirando el resto de mi habitación
CAMBIO DE PRESPECTIVA:
Después de que el humano, se disculpara, por la reacción infantil que había tenido, observe más de cerca la habitación, no era muy grande. Prácticamente, podría caber algunas cuatro veces, en la mía. Pero después de todo, creo que el estar aquí, es, el resultado directo de haberme dado una de mis "fugadas".
Pero ya estaba aquí, así que no me queda otra más que esperar a que me encuentren o encontrar la forma para irme.
-dame tu pata- me pidió el chico, después de haberle dado orden a la cama. Se la extendí con algo de miedo, y al momento de tocarla, se la quite de las "manos" (que es como a ellos les llaman a los cascos delanteros). Creo que mi reacción también fue algo infantil, pero es la primera vez que un ser de su especie me tocaba, por lo que tenía algo de miedo.
Se la volví a extender, ante la mirada del chico. Y este solo suspiro pesadamente y hablo:
-la otra- pero la otra, estaba completamente sana. Así que no sabía para que, la quería. Y antes de descubrirlo, la tomo, creo que también con algo de miedo, y lo único que hizo, fue limpiarla y ponerme la zapatilla que me hacía falta.
-gracias- conteste sin mucho apuro, y empezó a curarme, la otra. La lavo primero, con algo de agua, y después coloco un poco de alcohol. (No recuerdo que el alcohol, Equestriano fuera tan doloroso, como este)
Después de un par de gemidos, de dolor, me coloco una "gasa" y un vendaje. Paso a mi ala, y la verdad es que sé que los pegasos son muy, pero muy, sensibles con las alas, así que tenía mucho miedo.
-¿esto va a doler?-pregunte algo indecisa, ante la mirada del chico.
-no- dijo examinándola, aunque por su cara, decir que "note algo de malicia en sus palabras", es poco, inclusive aun kilómetro de distancia, podría decir que o tenía un gran sentido del cinismo, o un humor muy pero muy negro.
-¿me mientes?-pregunte de nueva cuenta
-si-hablo, antes de estirar mi ala, y colocar, alcohol. Lo que ardió más que el tártaro mismo (bueno quizás no, pero sí bastante).
CAMBIO DE PRESPECTIVA
-no seas exagerada- le dije a la yegua que empezaba a hacer caras, de dolor. Después de reírme un rato, por cada cara que hacía en cada uno de mis fallos, que tengo que aclarar, que no eran apropósito (la mayoría al menos, porque nunca fui veterinario de aves)
-termine-le dije triunfantemente, y de inmediato me quito su ala, y la empezó a sobar con una de sus patas delanteras.
Deje pasar eso, y le pregunte:
-¿Por qué hablas alemán?-
-¿qué?-contesto ella
-Alemán, el idioma que me dijiste que no hablaba nada bien. En mi mundo, se llama alemán. Pero tienes un acento extraño- le dije
-el tuyo es el raro, y no es Alemán, es el idioma de los caballos, en mi país.- Empezó a relatar
-se aprenden ambos, es casi un requisito en muchos empleos, veras es que tenemos mucho sentido al momento de cuidar nuestras tradiciones. ¿Es igual aquí?-
-depende de la tradición que digas, y de lo que le guste al pueblo, aunque la mayoría se van transformando y mutando- conteste a su pregunta, y abrí el armario, para buscar un libro en la repisa, que es la más alta de todas. Y estaba llena. No es que sea un lector, muy habido, y tampoco que sea un lector de cosas "actuales", es solo que puedo decir que en el año, leo un promedio de cincuenta libros. Encontré el que buscaba, de título "Los viajes de Gulliver" y se lo mostré
-¿para que me muestras este libro?-pregunto, tomándolo con magia
-en él, se relatan las aventuras de un viajero, a lo largo de su vida. En su último viaje, termina en una isla de caballos que hablan y dice en su relato que su lengua es como el Alemán pero con sonidos de rio (exactamente igual a la que hablo Celestia)-mencione mostrándole el ultimo capitulo, haciendo que su cara, se ilusione, mostrando que es la primera noticia "buena" que le había llegado en mucho tiempo.
-¡eso significa que pueden llegar aquí!- contesto felizmente, dando pequeños saltitos. Me reí, de su comportamiento infantil y algo conmovedor
-la isla jamás, ha sido descubierta, a pesar de que muchos la han buscado, pero dejando eso de lado sí. Puede que si te están buscando, y tiene el poder de venir aquí. Lleguen- dije aumentando la felicidad de ella.
-por cierto- hable atrayendo la atención de ella.
-¿qué es esto?-pregunte, señalando un tatuaje en forma de sol, en sus flancos.
-eso es mi cutie mark- respondió, como si fuera lo más natural del mundo para ambos.
-¿y qué es eso?-pregunte
-te dice, mucho de ti. Es en lo que nos basamos, para saber las habilidades de un pony, en donde yo vengo-
-¿un pony?, pero eres un caballo- respondí sorprendido, por la respuesta de "Pony"
-somos, pocos "caballos". Y el termino correcto es pony- Creo que con esto quiso decir que, en su lugar de origen, los pony que tienen su tamaño, son bastantes pocos, y hay más equinos pequeños que grandes.
-y sirve, ¿para saber habilidades?-pregunte, después de que se hubiese sentado en la cama, y yo empezara a tender unas cobijas en el piso.
-sí, es eso lo que usamos comúnmente-
-¿por cierto donde dormiré?-pregunto, curiosa por mi acción, quizás tuviera algo de miedo que le echara al piso. (Cosa que hubiese hecho, si tuviera el ala y la pierna sana, más le deje recuperar su salud en mi cama)
-ahí-le señale la cama, donde ya estaba, sentada.
-pero…. tu dormirías en el piso, ¿entonces?-
-tienes habilidad, Sherlock-conteste sarcásticamente, acostándome en mi improvisada "cama"
-o al menos lo harás hasta que logres recuperar tu salud, ¿sabes en cuanto tiempo aproximadamente se recuperara tu ala? - le respondí
-¿me estas corriendo?-contesto algo preocupada
-no, es que quiero verte volando, veras en otra vida quise ser aviador- conteste, algo poéticamente, sonriéndole.
-¡¿ustedes recuerdan su otra vida?!-pregunto, lo más sorprendida que había estado hasta ese momento.
Reí un poco ante el comentario, y le desee buenas noches, apagando el foco de una vez, por todas. Además de cerrar, la puerta con cerrojo, y atrancarla con una silla, por si alguno de mis padres, "necesite" algo de mi habitación y quisiera entrar. ("Necesito algo de tu habitación", es la escusa favorita de mis padres, para entrar en la noche, y ver si estoy dormido, o si llegue al menos)
En la mañana siguiente, me desperté como a las siete y media de la mañana, cosa por lo menos rara, porque mi despertador, siempre esta puntual a las cinco, aunque sea sábado. Porque en mis más profundos deseos del día a día, está el levantarme temprano, e ir a caminar.
Lejos de esto vi la cama, y a Celestia despierta, en la cama, mirando directamente hacia arriba. Creo que no noto que me levanta, y tampoco que le estaba viendo. Así que le seguí observando, para que su cara, sus expresiones y su cuerpo (los cuales eran bastante expresivos) me dijeran, sin la necesidad de sus palabras como había pasado la noche. Pero note algo que me desagrado bastante, algunas lágrimas en sus ojos. No sabía qué hacer, no sabía cómo reaccionar. Porque si bien, he hecho llorar a otras "chicas" (por unir a mis compañeras y a Celestia en un mismo grupo femenino) en ese caso, sabía exactamente el porqué.
RECUERDO
-ya cállate, no te soporto, ¡todo el día criticando mi trabajo!-me grito una compañera
-el profesor, me pidió de favor que te criticase, para que en el examen salieses bien, estúpida- me defendí
-si pero, hay maneras de decir las cosas- se defendió ella. Y claro que las había, pero ella tampoco las tenía conmigo, así porque yo ¿iría a tenerlas con ella?
-no, seas niña. Y ponte a trabajar, por favor- Conteste arto de mi compañera (nótese que le pedí por favor)
-discúlpame por tener senos-dijo aún más ofendida.
-no te preocupes- dije con un tono tranquilizador, y dándole confort.
-no los tienes- sentencie, haciendo, que todo el salón se riera de ella, porque en verdad estaba plana, y que, ella se fuese a llorar. Además de que mis compañeros, me dieron unos lentes negros otro día (los cuales aún conservo)
FIN DEL RECUERDO
-¿sucede algo?-pregunte, después de un rato, me volteo a mirar, y señalo la ventana, como si algo estuviese mal con ella. A lo que yo, fui a verla, y solo vi el sol, saliendo como comúnmente debería de salir. Al menos en principios de diciembre.
-están… triste…. El… sol…- contesto entre gimoteos
-¿que tiene el sol?- pregunte un poco preocupado. Por el singular comportamiento de la yegua
-sale solo- contesto al fin, dejándome con una cara de ¡WTF!
Me senté en la cama y pensé unos minutos que preguntarle, o que decirle, hasta que al final decidí. No intentar, comprender más del tema, al fin de cuentas, estaba en mi cama, una yegua, con alas, y cuerno, además de un tatuaje de sol. Así que viendo la situación, le deje sola con sus pensamientos, entre al baño. Con el cual contaba mi cuarto, y al final baje a hacernos desayuno.
CAMBIO DE PRESPECTIVA
Siendo, sincera, yo. La princesa Celestia, jamás me había sentido, tan inútil. Como hoy. Porque lejos de estar de vagabunda en un mundo que no conozco, por al menos algunas horas. Jamás sentí, que me apretaban tanto el corazón como cuando vi salir el sol, por sí mismo.
Me levante, asustada por una cajita de color rojo que emitía una canción, y como no se callaba. La lance al baño.
Después, caí en la realidad, ¿Quién levantara el sol aquí? ¡Porque me hice tan pregunta!, ahora la lamento tanto.
En alguna ocasión le pregunte a un, turista que es lo más que extrañaba de su país, me contesto que su idioma. Porque nunca le había tomado importancia hasta que lo perdió. Y ahora, solo en esta parte de mi vida, solo mientras veo el sol, salir por sí mismo, lo entiendo.
Jamás le tome una importancia a sacar el sol, de hecho, en un principio hace unos cuantos miles de años lo desteté. Pero ahora, ahora solo quisiera recibir un aplauso después de haber hecho mi tarea diaria.
Porque, el que ya no sea princesa en este mundo, no importa. Me han arrebatado algo tan mío, como es el sol. ¿Quién les dio el derecho?, ¿Quién les dio el poder de quitarme algo tan mío?, ¿Quién les dio el derecho de quitarme?
¡¿Y qué decir de mis pequeños pony?! Sé que ellos, por si mismos, pueden levantar el sol, pero… no es lo mismo.
¿Y si se dan cuenta que no soy tan irremplazable?, ¿y si se dan cuenta que no me necesitan?, ¿Y si Luna no puede hacerlo?
Es tan triste, que me quiten algo tan mío, algo que siempre me perteneció, algo para lo que nací. Sé que cometí el error de haber escapado, de casa, para alejarme de la vida de princesa.
Pero nunca quise perder el sol.
CAMBIO DE PRESPECTIVA
Subí, con una bandeja de frutas, bañadas en yogurt y con algo de granola. Para la yegua que tenía en mi cama (okey eso suena mal, en más de un sentido). Entre a la habitación y la vi, mirando en la ventana directamente al sol.
-¿sucede algo?-pregunte
-yo levantaba el sol… o al menos de dónde vengo- contesto más tranquila que hace un rato.
-y aquí no lo podrás hacer, valla lastima-conteste acercándome. Extendiéndole un tenedor y un cuchillo que tenía en el pantalón para que comiese. Y cuando empezó a comer me llamo la atención por la forma tan refinada y elegante que lo hacía.
-es una verdadera lástima que no puedas seguir haciendo- empecé a hablar, cuando termino el generoso plato de comida.
-me siento muy triste, es como si me apretaran el corazón, como si me quitaran una parte de mi- contesto secándose las lágrimas con un ala. Le quite el ala del rostro, y la venda al ala para limpiarla y colocarle una nueva.
-¿qué envidia me das?-le respondí, con toda mi sinceridad. Porque en verdad, me daba envidia, podría empezar la vida en un nuevo lugar, nadie sabría de ella, nadie sabría qué errores cometió, sus amores fallidos, lo único que tenía que hacer era empezar de nuevo, cosa que yo no podría hacer.
-¡envidia!, ¡qué dices estúpido!, ¡ceporro ignorante y sin sentimientos!- me grito, con un tono que no era normal, lo que casi rompe mis ventanas, y hubiese llamado la atención de mi familia, si esta estuviera en casa.
-es solo que tienes una nueva vida, por delante. Mira, has dejado todo atrás, y si perdiste tu casa, hogar, familia, y trabajo-dije defendiéndome un momento.
-Pero, acabas de ganar, una nueva vida, algo nuevo, puedes empezar de cero. Una nueva oportunidad de hacer las cosas que quieras, de hacer los YOLOS que nunca hiciste, hacer realidad todos tus sueños. Solo dejas todos tus errores atrás, y nunca los volverás a ver. Porque a los que amas siempre los llevas, en cada gesto, en cada manía, en cada forma de ser. Llevamos con nosotros, en nuestro corazón, a todas los seres que amamos, sin importar que tan lejos estemos. Y si volteas la cara hacia atrás, solo será para tomar fuerzas- complete, haciendo que la yegua, me mirase, con una cara sorprendida
-estúpida… gritona- dije entre dientes, y sobándome los oidos, al momento de ir saliendo de la habitación junto con el plato, para lavarlo, dejando a la yegua sola con sus pensamientos.
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