Chapter 16: El ultimo dia de Vacaciones
Querido amigo imaginario, tengo tantas cosas que explicarte, tantas dudas que aclararte, tantas preguntas que has de tener que debo de responder. Principalmente podrás creer que emborrache a Celestia para cogérmela, y esa sería una verdad a medias, porque si la quería emborrachar y también me la quería coger, pero ese no era mi plan, yo no tenía un plan, solo quería verla borracha.
En segundo podrás creer que, después de aquella noche hice el amor con Celestia con cierta regularidad (lo que me hubiera gustado) pero no fue así. Porque a pesar de que sentía ganas de seguir haciéndolo con ella, ya sabes cogérmela hasta que sus piernas flaqueen, su boca quede seca de tanto gemir, su trasero completamente rojo y sus alas completamente extendidas. Pero aparte de eso siento algo más importante un calor en el pecho, un calor que me demanda protegerla, poner sus necesidades antes de las mías e inclusive sus lujos, hay algo dentro de mi cuerpo que me obliga a ayudarle, a acompañarle, porque en este mismo momento siento que debo de ser mejor, y el solo hecho de que estemos en la misma cama me obliga a ser mejor, por primera vez en mi vida siento que puedo ser mejor y que valgo algo por estar junto a alguien. Porque ahora medito esto además de pensar en hacerle de desayunar y no en atender mis necesidades matinales.
¡Porque en este mismo instante! Porque ahora que le veo la espalda mientras duerme plácidamente y no ayer cuando me cabalgaba enérgicamente, ¡¿Por qué hoy siento que me he enamorado completamente de ella?!
Salte de la cama, casi literalmente, y corrí al baño, principalmente a atender mis necesidades matinales, ya sabes las ganas que te dan de ir al baño cuando te levantas más las ganas de ir al baño después de tener sexo.
Después de eso me lave la cara con agua del grifo y me quede mirándome a mí mismo por un momento. Entonces una representación de mí, con alas túnica y un arpa apareció en mi hombro:
-te cogiste a un caballo, estas enfermo cabron- hablo haciendo gestos de molestia con su arpa.
-pero lo hacía muy bien- hablo una representación mía en mi otro hombro pero está más que nada vestía un esmoquin negro y un par de cuernos rojos en la cabeza. Además de que tenía una copa de vino en una mano.
-¿aparte la amas?, apenas la acabas de conocer- cuestiono el ángel.
-es lo que me gusta de ella, que no le conozco- me defendió el diablo.
-siento un calor en mi pecho, algo que me obliga a protegerla, quiero cuidar de ella, es solo que… con una mirada me siento libre, siento algo que me incita a dar lo mejor para ella- hable mirándome a mí mismo al espejo. Entonces oí que en el cuarto alguien se movía en la cama. Y muy decidido a hablar con Celestia, salí y mire que se estaba quitando las sabanas de encima revelando un par de cosas que me gusto mirar pero no eran propicias para la ocasión.
-buenos días, ¿Cómo amaneciste?- le pregunte mientras mire como me miraba.
-yoo…..-intento hablar pero la verdad es que creo que no le salían las palabras.
Creo que a mí tampoco me salieron las palabras por lo que lo único que hice fue moverme, cuando se levantó de la cama y quiso entrar al baño, después de media hora salió. Aproveche dicha media hora para poner en orden mi habitación y además de eso también le puse orden a mi cama y recogí la ropa que habíamos lanzado al piso.
Salió del baño, después de haberse dado una ducha, y algo húmeda, sin decir palabra alguna se acostó a lo largo de la cama, me hizo una seña para que también me acostase y cuando lo hice me aprisiono entre sus alas. No tenía la menor idea del porqué de su comportamiento hasta que hablo.
-¿que fue esta noche para ti?-
-para mí…- pensé un momento que iba a decir y hable: - para mí, fue hacer el amor, porque de verdad te quiero, siento un calores en el pecho que me obliga a cuidarte y protegerte-
-entonces debes de olvidar esta última noche- me contesto jugando con mi pelo entre sus cascos.
-¿porque?- pregunte, intentando que no me dijese su típica excusa.
-eres mucho menor que yo… seamos honestos, sería bastante hipócrita si te regañase por ser machista, mientras estoy contigo al mismo tiempo-
-no serias la primera chica, mayor de edad y mayor que yo con la que salgo- mencione con una pequeña risa en el final.
-¿también con ellas tuviste sexo? –cuestiono mirándome a los ojos mientras acariciaba mi pelo.
- no tuve sexo contigo, a ti, te hice el amor – dije mientras la representación de mi parte mala me susurraba al oído "eres un orgullo para la nación"
-no voy a poder contigo, ¿verdad?-
-nunca – respondí sonriéndole, y dándole un beso en los labios.
Después de eso, nunca más se tocó el tema, como si tuviésemos un acuerdo invisible entre los dos. Y si, desde entonces, ella al fin de cuentas fue mi novia. Pero si crees que eso significo que todas las noches hicimos el amor (lo que me hubiera gustado) pues no. No se negaba a mostrarme su afecto (muy a su manera) pero si se negaba a ese hecho y no me importo demasiado. Lo que mí me llego a molestar bastante fue el momento en el que se puso a trabajar, has escuchado el término "ayudante personal" pero el creo que el termino correcto sería "esclavo personal" (si, si fuese sexual no me quejase). Y tu dirás no puede ser tan malo. ¡Pero de verdad lo es!, Principalmente por el hecho de que cargo todas las cosas que utiliza para trabajar, además de que tenía que acompañarla todas las horas de trabajo, y sin mencionar el hecho que el título de "ayudante" me obligaba a ser su esclavo, porque si quería borrar o escribir algo lo hacía yo. Pero bueno tampoco todo era tan malo, me podía entretener haciendo un par de ecuaciones matemáticas o leyendo un libro de vez en cuando. Oh es cierto, no te he dicho que trabajo consiguió bueno pues…
Por los días de enero, Celestia empezaba a darles clases de regularización o más bien explicaba temas que no entendían a alumnos de secundaria o preparatoria. No le pagaban lo mismo que le pagaban aun maestro, pero si trabajaba todos los días y varios días, pues el sueldo vale el hecho de levantarnos a las seis de la mañana, bañarnos y desayunar temprano.
Además de eso y olvidando el hecho de que me le tenía que ayudar a todas las cosas que hacía, me divertía, inclusive el hecho de su trabajo como "tutora", me ayudaba a estudiar y repasar temas.
-¿y prestaste atención a la clase, eso de las integrales te vendrá en tu próximo semestre?-pregunto Celestia, cuando salíamos del cubículo de la biblioteca donde le daba clases extra a los chicos que comúnmente venían a vernos.
-¿cómo sabes eso? – hable algo sorprendido.
- revise el plan de estudios que había en tu computadora mientras ibas al baño –
- dirás que viste el spam de mi correo electrónico- hable aclarando la situación. Y entonces me dio un pequeño sobre con algo de dinero
-es parte de lo que he ganado… creo que te lo mereces, me has comprado ropa, me has comprado comida, y aparte de eso te has mostrado comprensivo en nuestra relación… así que toma- hablo extendiéndome el sobre. No sé si me lo merezca, después de todo, quizás si tenga algo de razón en lo que dice, y si he sido comprensivo con ella es porque, sé que ambos lo disfrutaremos más si tenemos ganas de hacerlo.
Tome el sobre con algo y debo de admitirlo pena, no porque creyese que una chica no deba de regalarme dinero, más bien porque después de todo, al momento de gastar ese dinero en ella nunca creí que la remuneración se me devolvería de alguna manera u otra.
¿Y cómo era mi relación con Celestia?, te preguntaras. Básicamente éramos una pareja "normal", ya que no se puede ser una pareja normal bajo las condiciones que estamos, en segundo, pues nos besábamos comúnmente, y algunas veces teníamos muestras de afecto hacia el otro. Pero hasta ahí, después de la noche del último año, no habíamos tenido sexo en total.
- por cierto, ¿no quisieras hacer algo ya que hoy salimos temprano del trabajo? – le pregunte a Celestia, me miro con una mirada curiosa, sonrió y me siguió.
UN RATO DESPUES
- ¡por Equestria!, esto es lo mejor que hemos hecho en mucho tiempo – hablo Celestia recostándose sobre la mesa que tenía enfrente.
- te dije que sería una buena idea ¿no?-
- ahora te hare caso más seguido - dijo algo roja y acomodándose la blusa.
-bueno, después de que se comieron media mesa, probaron una rebanada de cada pastel, se chingaron las galletas y devoraron una caja de cuernitos de chocolate, ¿desean ordenar otra cosa? - hablo la mesera que nos estaba atendiendo, en la pastelería donde había llevado a Celestia para comer.
-mira, primero deja de hablarme como si fuésemos amigos, en segunda, quiero una taza de café al igual que mi acompañante, y en tercera ve por la cuenta – hable ante la actitud algo grosera de la mesera que nos estaba atendiendo.
Después, salimos del restaurante, y regresamos a casa en autobús pero en el camino Celestia miro que tenía una pluma y una servilleta entre manos, intento descubrir lo que estaba escribiendo varias veces pero lo evite moviéndola a los lados, y empezando a jugar con ella.
-¿una integral? – pregunto algo sorprendida por lo que había anotado. Y si era una integral para ser específico era integral de 2x con límite inferior de 10 y límite superior de 13.
-intenta sacarla mentalmente- le dije, tomando el papel y escribiendo un signo de interrogación en cada extremo.
-eres un…., estúpido- hablo antes de reírse un poco, y vamos que en verdad el chiste aparte de ser ingenioso era bastante frique por decirlo de alguna manera ya que se ocupan conocimientos matemáticos de nivel preparatoria para resolver.
-oh vamos, sabes que es una buena manera de seducirte- le comente al momento en que abría la puerta de mi casa y ambos entrabamos.
Entramos a mi habitación, y descansamos un rato de todo lo que habíamos comido, que de verdad fue bastante, coloco que un poco de música y me prepare para revisar las malas noticias.
- vamos tan malo no puede ser- menciono Celestia recargándose en mi espalda, ya convertida en pony
-¡¿tú qué sabes sobre volver a clases?!-
-soy una maestra, tengo otro punto de vista sobre el regreso a clases- hablo antes de empezar a dar un discurso y la verdad es que no le preste atención, porque no creo que ella sepa lo que significa regresar a clases para mí. En especialmente para mí porque de verdad es que algunos compañeros que tengo me molestan de sobre manera, y otros que podrían considerarse mis amigos, que no los soporto solo por el hecho que no saben trabajar con un líder y yo no sé trabajar en equipo. Es culpa de ambos pero aun así sería más fácil que ellos me tomasen a mi como líder, o bien elegir a un líder y que este me asignara a un trabajo en el cual no se ocupe de mucha gente para participar en él.
Después de eso, empezamos a hablar de cualquier cosa, ya sabes tonterías de cualquier cosa que se nos viniese a la mente.
-uwwww eso es lindo- hablo revolviéndome el pelo, porque ella estaba en mi cama y yo en el suelo jugando con mi celular.
-sí, ¿tú también piensas que puedes contarme cualquier cosa?- le pregunte después de que dejara en paz mi pelo.
-claro que… ¡no! – hablo antes de empezar a reír levemente.
-¿qué?, ¿porque?- pregunte algo consternado.
- mis pensamientos personales y vergonzosos – aclaro.
- ¿qué tipo de pensamientos?-
-recuerdas que hoy… cuando caminábamos por la calle, y mirábamos personas, tomados de la mano… es solo que… empecé a fantasear, sobre que yo… era una humana… era una chica de tu edad… y no se… quizás fantaseaba con ser algo mas- me dijo sonriendo y confesándome sus pensamientos vergonzosos.
-no hay nada de especial en ser un humano, déjame decirte, aparte las chicas de mi edad son pijas – mencione.
- siempre intentas hacerme sentir bien, ¿qué te motiva a hacer eso?-
- no lo sé, quizás que te quiero… tengo esa sospecha de algún tiempo hacia acá- Dije sarcásticamente.
- ¿hay algo que puede hacer para que disfrutes tu último viernes de vacaciones? - pregunto cambiando de tema
-quizás dejar de mencionarlo, eso sería una buena idea- conteste también sarcásticamente.
Empezó a reír, "por lo menos alguien se divierte", pensé algo molesto y la tire de la cama, para vengarme de ella, no voy a dejar que se burle de mí, por más princesa que sea o por más mayor que sea de mí.
- ¡oye! – hablo empujándome cuando estaba en el piso.
- ¿mande? – hable sonriéndome mientras ya estaba en el piso. Me miro bastante enojada, y mientras lo hacía levante una ceja aclarando aquel viejo dicho que reza "perro que ladra no muerde", y le bese los labios. Era como una mezcla salada y dulce, pero me agradaba bastante, a pesar de que sus labios no estaban hechos para ser correspondidos con los míos, puedo decir que era quizás ese placer prohibido, quizás el hecho de que lo nuestro, nuestro sentimiento mutuo, de disfrutar lo que no debíamos, era lo que me atraía de la relación. De hecho es lo más probable, soy el tipo de personas que cuando le dicen que no, sigue hasta que lo consigue. Sí, soy el tipo de personas que el "nunca lo lograras" se lo toman a reto personal.
-¿por cierto quieres hacer algo divertido? – pregunte, a Celestia mientras ambos mirábamos el techo, me sonrió un poco.
- ¡corre un poco más! – grito Celestia, mientras yo empujaba un carrito de supermercado en el que ella iba montada, y un guardia de seguridad (bastante gordo) nos perseguía por todo el estacionamiento.
- ¡jamás nos atraparan con vida! – grite al momento en el que, salimos del estacionamiento y subimos a la otra calle, con aun el guardia persiguiéndonos, y ya bastante molesto. Después de que nos siguió un par de calles más, ella bajo de un salto del carro, y ambos empezamos a correr mientras el guardia se llevó el carrito de vuelta al supermercado.
Después de ello, nos miramos a los ojos de manera cómplice mientras, en el camino nos topamos con un par de conos de tránsito, los cuales usamos como sombreros, y chocamos entre nosotros un par de veces antes de cambiar el tráfico, arruinando la conducción de la ciudad
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