Chapter 14: Jugando Juegos Mentales

Créditos a :

 Z. Lawiet Oz

-eres un estúpido- me hablo Celestia mientras yo estaba muy feliz sonriendo.

-lo sé, pero aun así te robe un beso- mencione recordando mi "hazaña".

RECUERDO

Llegue a mi casa por lo menos a las tres de la tarde, estaba cargando un montón de bolsas llenas de alimentos que se convertirían en comida mañana, para ser disfrutada el veinticinco de diciembre. Entre lo más pronto posible a mi habitación con un plato de comida para Celestia.

-hola, creí que no te gustaba despertarme- me recibió Celestia al momento que me abrió la puerta (la cual siempre cerrábamos con una silla, ya saben por si los ojos curiosos de mi familia se le ocurriesen entrar a mirar)

-sí, aparte de eso salí con mi madre, me sorprende que no te haya despertado con sus golpes en la puerta- hable dándole la comida. Devoro rápido la comida lo que era de esperarse ya que, eran las tres de la tarde, después de que me diese un baño rápido empezamos a hablar, no hablábamos de algo particularmente importante o que resalte nuestra relación. Lo que sí puedo decir fue que discutimos, pero comúnmente siempre discutimos de hecho me gusta discutir con ella, ¡se puede aprender tanto de las personas cuando se discute con ellas!, por ejemplo de Celestia podemos aprender de primera mano que es bastante paciente, y en segundo puedo notar una sutil y hasta elegante manera de usar el sarcasmo. Caso contrario a mí, porque yo lo uso en cosas que no debería.

-¿Celestia?-pregunte cuando ya estábamos acostados dándonos las espaldas mutuamente.

-¿mande?- pregunto algo dormida.

-¿me quieres?- pregunte sarcásticamente, porque mi afán era no dejarla dormir.

-eres interesante para mí- dijo al mismo tiempo que volvió a bostezar.

-¿pero me quieres?- volví a repetir ahogándome una risa.

-pues te aprecio por salvarme la vida, y eso…- En ese mismo momento una idea (la mejor que tuve en mucho tiempo), empezó a hilar en mi mente. Y no, no estaba pensando cómo llevármela a la cama, (principalmente porque ya estábamos en una) pensaba y volvía a pensar como sería el besarle. Y valla que lo medite de manera realista, sobre todo porque es un caballo…. Pero se lava los dientes a diario, de hecho, tiene la costumbre de levantarse e irse a lavar los dientes costumbre que yo termine aprendiendo. Porque yo me los lavaba solo después del desayuno no antes.

-¿tienes frio?- pregunto entre bostezos.

-bastante- hable irónicamente, ya que ambos teníamos como dos cobijas encima, por más que nevase, la temperatura parecía no cambiar. Esas nubes eran raras, como si alguien las hubiese hechizado o fabricado para permanecer en una temperatura fija, como cuando programas el aire acondicionado.

Al momento en el que hable, Celestia me jalo con una de sus alas a su cobija y me tapo con ellas también. Lo que me dejo entre las dos cobijas de Celestia, una de sus alas, y dos cobijas mías. Me logre destapar por milagro y deshacerme de las cubiertas que no necesitaba, jale el ala de Celestia y dormí. Por cierto sabes lo caliente que se está debajo de un ala de Celestia (sin albur) intenta dormir con una chamarra de pluma de ganso y con dos cobijas encima. Después llévenlo a cada noche que quieran y veras una pequeña parte de mi sufrimiento, se sufre bastante siendo el oso de peluche personal de Celestia.

-yo si te quiero- hable como deseo de buenas noches a una ya dormida Celestia. Mas yo sabía que no iba a dormir esa noche, porque tenía que planear un plan, un macabro y perturbador plan que me hiciera lograr obtener o en el peor de los casos robarle un beso a Celestia. Además de que mi mente desvarió un rato pensando como seria le hecho de robarle un beso a Celestia.

La verdad es que no creo que el 23 de diciembre sea muy resaltante más por el hecho de que lo que te voy a contar, opaca mucho a lo que sucedió el 23, así que empecemos con el 24.

-hola- dije al momento en el que me subí a una aun dormida Celestia mientras le ponía un gorro de Santa Claus, o más bien hacia un intento por colocárselo ya que el cuerno de Celestia era un problema que debía de solucionar.

-¿qué haces?-me pregunto alzando sus ojos, pero le calle con un bastón de dulce en su boca y logre dejarle el gorro en su cabeza después de cinco minutos.

-no eres pesado, ¿seguro que comes bien?- me dijo cuándo me baje de ella.

-¿porque todo el mundo pregunta eso?- le dije sacando un regalo de debajo de la cama.

-¿qué es esto?-pregunto al momento que le di el paquete.

-ábrelo- le dije sonriéndole y algo emocionado, ya que sería un regalo bastante emocionante.

Lo abrió, y su primera reacción al ver su contenido (el cual era su corona) fue abrazarme, y fue raro, porque me sentí bien con eso. Comúnmente no soy el tipo de personas que le gustan hacer regalos a los demás en navidad, porque creo que la navidad es una celebración capitalista. Y no un día especial, para hacer un día especial solo se necesitan dos personas y ya, no una fecha mundial. Por ejemplo este podría ser un día sin importancia en el año para Celestia y para mí, pero el 21 de diciembre podría ser un día especial cada año para nosotros dos.

Pero esta vez, al contrario de todas las demás si me sentí bien al momento de regalarle, la corona a Celestia. Además de que me gane un abrazo.

-gracias, gracias, gracias ¡la encontraste!- hablaba emocionada colocándose la corona sin molestar al gorro de navidad que ya tenía puesto.

-no es nada, la busque más para entretenerme (y para ver si Celestia era real y no una alucinación) que por otra cosa, el día que desapareciste- mencione

-quisiera agradecerte de alguna manera- menciono, sonriente y saliendo de la cama.

-podrías vestirte de santa de manera provocativa, bajar por mi chimenea y cantar feliz navidad-

-olvidare eso porque no tienes chimenea y porque me has dado mi corona, pero no pienso soportar otra- hablo dirigiéndose al baño.

-espera si puedes hacer algo por mí- hable casi a modo de súplica.

-¿qué?- menciono al voltearse y le mire a la cara, cosa que le sorprendió e hizo que retrocediera al baño. Pero yo no la deje salir era ahora o nunca así que dije:

-no me detengas si voy muy rápido-

-¿qué?- ella pregunto algo sorprendida y confusa.

-es que tengo miedo de que no vayas a insistir y debo de advertirte que estas en una parte extraña de la ciudad- Hable tomando de la cabeza a Celestia y besándola profundamente, primero se resistió pero sabía que algo así iba a pasar, por lo que ¿di mi mejor esfuerzo?, no sé con certeza si decir eso porque la mayoría de mis parejas las tuve a los quince y pues había pasado un tiempo sin besar a una chica.

Mas el sabor a los labios de Celestia fue como una droga (es bastante irónico que yo lo diga ¿no? O al menos por los rumores que me drogo), mientras le besaba note, que empezó a dejarse llevar, por lo que también me deje llevar. En pocos minutos (debo admitir) que ambos empezábamos a pelearnos por el control de los labios del otro, pero ahora ¡yo debía de tomar el control! Ella ya me había cortado varias veces las alas, y no me ahogo lo suficientemente rápido por lo que con este beso, y en este momento ella debía pagar las consecuencias.

-Recuerdo haberle advertido a Celestia que estaba en una parte rara de la ciudad ¿verdad?, también le pedí que no me detuviera que si voy rápido- Esos eran los pensamientos que rondaban mi mente cuando decidí tomarla por la cintura, no sé si lo has sentido (creo que no, ya que eres parte de mi imaginación), pero cuando la bese sentí que perdí el control de mi cuerpo por lo que mis manos subieron solas a su pecho, obviamente no tenía senos pero eso no impidió que disfrutara de las sensaciones que empecé a sentir. Llámame loco pero hace mucho que no sentía eso cuando besaba una chica. Pero como lo bueno poco dura las alas de Celestia nos interrumpieron y ella me volvió a echar de la carretera. (Quizás sus alas nos interrumpieron porque ya estaba entre mi pierna y la pared)

Cuando ya estaba yo en la cama, note como sus alas estaban medianamente abiertas y ella tenía un gran sonrojo en la cara.

FIN DEL RECUERDO

Mi querido amigo imaginario, a veces quisiera saber qué es lo que piensas de mí, ¡pero vamos! Probablemente por las ultimas cosas que te he contado ya te habrás dado cuenta que no soy la persona más moral del mundo. Pero no te puedo mentir, porque ocupo ser sincero para tomar una decisión importante. Por lo que pienso relatarte todo sin censurar nada, así que debo decir que le robe un beso y lo disfrute.

-eres un estúpido- me hablo Celestia mientras yo estaba muy feliz sonriendo.

-lo sé, pero aun así te robe un beso- mencione recordando mi "hazaña".

-¡¿aparte a quien se le ocurre besar a una yegua mayor?! , principalmente porque ¡soy una adulta y tu un niño!-

-a quien se le ocurre disfrutar de un beso de un chico menor- hable levantando los hombros.

-¡eso es a lo que me refiero!, imagínate si tu fueses una chica y yo fuese un semental, ¡no sería tan bien visto!- menciono algo enojada.

-bueno si… Quizás si sea algo malo si lo miras de esa manera. Aunque mientras la pareja se respeta y ambas personas tengan pues… la suficiente conciencia de su relación no creo que sea algo malo- le respondí.

-¿estarías de acuerdo que un semental de cuarenta años estuviese con una yegua de veinte mientras ambos, estén de acuerdo con ello?-

-querida, personalmente estoy de acuerdo con la felicidad de las personas, y que los demás piensen lo que quieren, pero no te preocupes comúnmente no lo hacen- hable divertido sonriéndole.

-no me siento completamente cómoda besando a un menor, ¡así que no lo hagas!- me dijo amenazantemente con su casco en alto.

-lo siento, mi reptilia se apodero de mí-

-¿tu reptilia?-

-es la parte del cerebro que tenemos los humanos en común con los reptiles, la que se encarga de los instintos y emociones. Justo como cuando se abrieron tus alas-mencione señalándole el par de niñas malas que tenía en la espalda, que le abrían descubierto.

-¿son de excitación o de placer?- pregunte señalándole las alas. Las cuales a pesar de los inconvenientes nocturnos, me gustaban bastante. ¿Cómo se sentirá tener alas?, no creo que alguien que las tenga pueda sentirse como un prisionero, debe de ser algo maravilloso, solo tomar tus cosas e irte volando a nuevas tierras o al menos eso haría yo.

-nunca te lo diré- hablo encerrándose en el baño. Para empezar a hacer sus cosas matinales como ir al baño, bañarse y lavar sus dientes.

Empecé a pensar sobre lo que había hecho, y me di cuenta de algo que en verdad no me había reclamado el haberle besado, más que nada le molesta que sea menor aunque para mi pueda parecer una pendejada creo que para ella si es un asunto que de verdad vale la pena analizar, y vale aún más la pena el frenarse por ese hecho.

PRESPECTIVA DE CELESTIA.

Ese humano, maldito necio que logro robarme un beso, ¡¿Qué diablos le ocurre?! ¡¿Acaso se volvió loco?! ¡¿Qué es lo que piensa?!

Para empezar es menor que yo, y después…. Bueno lo importante es eso, es muy pero muy menor que yo. Y eso me molesta, no puede llegar en mi vida y empezar a hacer cambios. No tiene ningún derecho a que su beso haya hecho que mi malditas a las se abriesen, ¿aparte porque lo hicieron? Literalmente yo iba mandando en el beso…. Espera… acabo de pensar lo que acabo de pensar…

-Aceptémoslo Celestia- me dije a mi misma mirando al espejo.

Ya no puedo seguir negándolo, ¡ahora lo que siento es coraje!, ¡quien le dio el derecho de hacerlo! Reconozco que la acción fue algo gallarda, y bastante inesperada, lo que viniendo de un chico de su edad y al ser yo una princesa, pues me llama la atención y debo admitirlo, me agrado.

Y vamos, no aceptaría y mucho menos diría lo mismo si cualquier guardia real o hijo de musa viniese al castillo y me robase un beso a la fuerza. Solo que ahora cambia todo, porque nunca me ha amenazado con correrme de su casa, además de que sabe (y lo sabe muy bien) que con una cachetada soy capaz de ponerle a dormir, sin mencionar el hecho que con mi magia no tuviera oportunidad en contra mía. Así que analizando mi relación con él, ¿es normal que me guste? O al menos que lo haya disfrutado.

-¿tú qué opinas Cadence imaginaria?- pregunte imaginando que estaba hablando con una Cadence imaginaria al momento en que entre a la ducha.

-la vida no tiene sentido si nadie sabe de nuestra existencia, de nuestra verdadera existencia. Los pony que gobernamos sabrán de nuestra existencia pero solo una parte de ella, nunca sabrán como en verdad éramos, como en verdad nos vimos en las mañanas, como en verdad actuábamos enojadas. A pesar de ser figuras públicas jamás sabrán lo que una pareja sabrá de nosotras. ¿No crees tía?- me dijo la Cadence imaginaria.

-¿y tú? Mi querida Luna, ¿qué opinas de esto?- pregunte volteando a ver a otro lado, jugando con la espuma con la que me bañaba.

- la vida no tiene ningún significado de todos modos-

-no seas emo en esto- le regañe para que (mi Luna imaginaria) tomara con seriedad mis problemas.

-a lo que me refiero que la vida no tiene significado sola, son los pony con los que vivimos lo que le dan significado a la vida. Y vamos quédate con quien quieras, con todos vas a tener problemas-

-Por cierto pervertida- agrego Luna antes de desvanecerse entre la espuma de mi cuerpo del mismo modo que lo hizo Cadence, mas mi sobrina de rosa me guiño un ojo antes de desaparecer.

Medite las palabras que mi imaginación y al mismo tiempo yo misma me había dicho, y decidí que ya era hora de salir del baño y encarar frente a frente, junto con todo el valor que creía tener, el asunto.

-¿algún deseo para navidad?- me pregunto cuando salí del baño con una toalla en la cabeza.

-no creo que puedas devolverme a mi casa… -hable suspirando. Creí que con lo ocurrido recientemente pues me miraría con una mirada de "déjalo ir", pero, no. Se comportó comprensivo escuchando todo lo que tenía que decir con respecto a mis sentimientos acerca de mi lejanía de mi amada Equestria, además soporto un par de golpes en el pecho de impotencia (y dichos golpes le sacaron el aire pero hizo lo posible por fingir)

Lejos de eso y cuando ya pasaban las tres o cuatro de la tarde, me pidió algo pero muy raro.

-¿es seguro subir a tu techo?- le pregunte mientras batía mis alas y lo cargaba, junto con una bolsa con mi magia.

-no, pero vamos- hablo incitándome a dejarlo en su techo. Al que libre de nieve, y coloque un par de cobijas para sentarnos.

Después de un rato de estar sentados saco de una bolsa de color negro un ¿globo?, coloco un poco de cera en una parte inferior (además esa misma parte estaba abierta) y dijo:

-¿me das algo de fuego?-

-para que lo quieres-

-solo haz que esta cosa- señalo el pequeño cuadro de cera –se encienda–. Encendí una pequeña llama en mi casco, acerco la cera, la encendió y el globo despego huyendo de nosotros. Lo que me emociono bastante, además de gustarme.

-When you try your best, but you don't succeed
When you get what you want, but not what you need
When you feel so tired, but you can't sleep- canto ganándose una mirada mía, la cual se podría traducir como "¿Qué rayos le sucede a este tipo?"

-Stuck in reverseeeeeee!- canto aun peor y más alto.

-cállate, cantas muy feo- hable volteándolo a ver.

-no, hasta que vea una sonrisa- hablo y empezó otra vez-

-Lights will guide you home!
And ignite your bones!-

-And I will try to fix you!- termino verso y empezó a hacer sonidos de guitarra, por lo que me rei levemente. A lo que el al fin paro, y me miro sonriente. Ahora entiendo a Pinkie Pie, las sonrisas si son contagiosas. Porque él sonreía cuando intento hacerme sonreír, después lo hice yo, y entonces el volvió a sonreír. Jamás lo había pensado pero… Pinkie Pie en verdad que si hace buenas acciones cuando hace sonreír a los demás. ¿Qué pasaría si todas los pony intentamos hacer sonreír a los demás?, ¿existiría la depresión?

La tarde arriba de su techo fue bastante divertida, no lo digo como un alago, de verdad que fue divertida pero otro tipo de diversión a la que tuvimos el 21 de diciembre. En esta teníamos risas y sonrisas tontas (porque él sonríe como tonto) mientras que en la otra teníamos sentimientos y nos sentimos "infinitos".

-vez, que ¡no es tan! Difícil sonreír- hablo buscando con sus manos mi sonrisa, y revolviendo mi cabello en el camino.

-no de hecho, me gustaría sonreír en Equestria tantas veces como sonrió aquí-

-quizás si lo hicieses consigas novio, te ves muy bonita sonriendo…. Creo que todos nos vemos mejor sonriendo- hablo algo sonrojado.

-¿porque esa manía tuya de buscar cómo alagarme?-

-no lo sé…. Siempre me han gustado las chicas mayores que yo-

-no les tiraste el rollo a todas las chicas de la fiesta, y eso que algunas ya tendrían los dieciocho-

-pero es que te quiero a ti- me respondió abriendo otro globo de cantolla, de los cuales poco o nada me acordaba, ya que en Equestria muy pocas veces los usábamos para festejar algo.

-pide un deseo y lánzalo- lo tome en mis cascos, encendí una pequeña llama en el derecho, respire profundamente y pensé: "Deseo que…. Deseo que todas estén bien… deseo estar bien en un futuro…. Y deseo que todo termine bien" Después de eso, lo encendí, y voló al cielo en unos instante.

-¿qué deseaste?-

-si te lo digo no se cumplirá- mencione divertida, como una potrilla pequeña.

-vamos, me mata la curiosidad- pidió "el"

-si tú me dices que deseaste-

-yo… desee que me mires como yo te miro a ti- me dijo después de un rato y algo sonrojado.

-eres menor que yo, creí que ese punto ya había quedado claro-

-la verdad es que nunca podre ser mayor que tu- dijo soltando una risa.

-bueno tienes razón, no creo que alguien pueda ser mayor que yo- hable también riéndome. Ya que tengo más de mil años, y no, no voy a decir mi edad, porque por más que sea una dirigente y una princesa, soy una yegua, tengo derecho a tener vanidad y tengo vanidad. Así que dejare que cualquiera incluyéndole a "el" se rompa el cerebro intentando sacar mis años y mi cumpleaños.

-¿cuantos tienes?-

-más de mil- respondí fugazmente.

-las mujeres como las artesanías, entre más maduras más interesantes y más preciosas son- hablo sonriéndome y sacando la bolsa lo que más pesaba un paquete de tres botellas ¿de champan?

-¿cómo pudiste pagar champaña?-

-es una imitación y ahí se fueron mis últimos quinientos pesos, así que deberías de aprovecharlas, no tienen alcohol- menciono tomando una y extendiéndomela, revise con detenimiento el envase y si, era solo jugo de manzana pero preparado de una manera especial para que pareciera champaña, ni sidra ni champaña, solo jugo.

-eso por estas razones que no salgo de pobre- dijo levantando una, la abrió y sirvió la mitad del contenido en dos copas, me pasó una, la tome y la olí. No sé cuánto serán quinientos pesos, pero la verdad que creo que con ese olor valían la pena.

-porque esta es una experiencia que nunca se va a repetir, ¡salud!- hable chocando, las copas y probando el contenido. El cual debo resaltar si valía el dinero que gasto. Porque eran tan espumosa como una champaña real, tan refrescante como un jugo y tan deliciosa como un vino. Y sin nada de alcohol.

-no creo que tengas más de mil años, es más… si me dices treinta no te creo- hablo después de un sorbo de la copa.

-deberías de creerlo, ¿yo no me creo que robaste un par de copas de tu cocina, y que tus padres no vengan a buscarte para tu fiesta familiar?-

-fingí estar enfermo, ayer. Además de que mi madre y mi hermana van a ir con una tía mía…. Hace mucho que no pasamos una navidad como familia-

-lo siento, no era mi intención- me explique ya que parecía que la pregunta que le había hecho podría traerle malos recuerdos a la cabeza.

-no te preocupes, hace mucho que no somos una familia, vivo con mis padres bilógicos y mi hermana pero… hay muchas maneras de romper una familia sin separarse físicamente ¿sabes?-

Decidí cambiar de tema, ya que por sus respuestas parecía no estar dispuesto a hablar del tema, quiero darle su espacio como el me lo dio a mí, quizás algún día por su propia cuenta él ya me contara lo que le aqueja. Y quizás ese sea motivo de su comportamiento.

Hablamos un rato más de cosas sin sentido, pero aun así notaba algo en su comportamiento que no tenía en la mañana, o era que el día en sí mismo no le gustaba o mis preguntas (algo indiscretas) le habían provocado ese estado de ánimo. ¡Por Equestria!, es que no puedo consolar a alguien de manera correcta, por ejemplo a Luna la hacía llorar en vez de consolarla cuando lo intentaba.

Son como las cinco o seis de la tarde y ya se nos acabaron las botellas de imitación de champan, además de que empieza a hacer algo de frio aquí arriba, ya se lo mencione una vez para probar sus intenciones (mentiría si dijese que no lo hago a menudo cuando soy una humana) pero al parecer no entendió la indirecta o tiene buenas intenciones. Espero que sea la segunda pero creo que es la primera, ¿a eso se le llama amor?

Además de que cuando le dije eso, me dio su chamarra de cuero negra, bastante rockera (debo admitir) y ese gesto, el mismo gesto que ya había hecho cuando yo era una humana y no un pony (porque como pony se la puedo romper), ese maldito gesto me fascino. Pero porque me gusta, es porque la chamarra huele tanto a su dueño, porque siento de alguna manera que al tenerla puesta su esencia me protege, o ¡¿acaso porque quiero creer desesperadamente en sus palabras?!

-¿porque crees que no tengo más de mil años?- pregunte después de un rato.

-no lo sé… es solo que no creo que los tengas-

-me alagas- respondí algo sarcástica pero de manera elegante, sin que pareciera que es un insulto.

-¿cuál es la mayoría de edad de tu país?-

-¿científicamente o legalmente?- pregunte

-¿a qué te refieres con ambas?-

-veras es que la edad científica la usamos para los medicamentos y para algunos trámites legales, por ejemplo si a los diecisiete te quieres salir de la casa de tus padres con la edad científica podrías hacerlo, pero la edad legal se usa para votar y consumir sustancias ilícitas- explique un sistema de gobierno que hasta ahora había funcionado, el cual implemente después de darme cuenta que la mayoría de los adictos a la drogas legales empezaban antes de los 21, cuando el cerebro no se había formado, si por ley hacemos que no se puedan consumir hasta los 21 cuando el cerebro ya se ha formado y tiende a ser más desarrollado, pues reduce el consumo de drogas legales.

-¿porque lo preguntas?- pregunte después de mi explicación.

-¿saldrías conmigo si soy mayor de edad?- hablo mirando hacia otro lado evitando que note un leve sonrojo en su rostro azabache.

-primero me vengaría de las cosas que me has hecho- hable riéndome de la cara que tenía.

-¿entonces no te vengas de mí solo por ser menor de edad?-

-si- hable algo cínicamente, porque no me va a voltear la conversación y hacer que me compadezca de "el", es más si me dijese que va a esperar sin salir con otra chica hasta que pueda salir conmigo no le creería. Y es por eso que debo de tener el mando de esta conversación y además de que, me gusta el contraste café de su piel y el rojo de sus sentimientos.

-¡pues te reto a hacerlo!- me dijo en voz alta.

Así que sin compadecerme de él, y más por decisión propia y para torturarlo mentalmente en un futro…. Lo tome en mis cascos como diciendo "vente para acá", y le bese. Pero no con la desesperación que él me beso más bien, con ternura y paciencia, como si le estuviese enseñando el cómo y el que. De dar un buen beso. Sus labios eran… Debo de admitir que sabían tanto a él, tenían un contraste entre sabores bastante raro, y es por eso que era agradable besarlo, es porque podría ser dulce pero agresivo al mismo tiempo. Eran un par de labios vírgenes que nunca habían probado la vida verdaderamente, nunca habían probado los verdaderos labios de una adulta, así que decidí llevar la delantera durante todo el beso.

-Wow, eso… fue Wow- dijo cuándo nos separamos.

-te esperare si nuestros destinos siguen juntos- hable, quitándome la chamarra e invitándolo a volver al cuarto.

-¡¿qué somos?!-me interrogo cuando entramos al cuarto y cerro la ventana.

-amigos-respondí con una risa, porque quería molestarlo y torturarlo un poco.

-¡los amigos no se besan!-

-tampoco se toman del casco- le dije señalando que con su mano tomo mi casco sin notarlo.

-si lo hacen- se defendió.

-¿en que universo?- dije divertida.

-en el nuestro- termino sonriendo.


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