capitulo 11: Un poco de verdad de ambas partes



Sé que este recuerdo te parecerá raro, y más por la ropa que llevaba ese día, una camisa manga larga abierta de color rojo y negro, unos jeans negros mis fieles converse, y una playera blanca. Lo que hacía algo de juego con el vestido negro que llevaba Celestia.

-este es como un tango pero más agresivo en los movimientos, se podría creer que es un rock tango- me contesto cambiando de canción, y colocando una llamada "Helena" de My Chemical Romance.

INICIO DEL RECUERDO

Querido amigo imaginario, estábamos a dos días de que sea veintiuno de diciembre, era como el diecinueve o dieciocho. Me desperté temprano como a las seis de la mañana y también desperté a Celestia.

-despierta, que quiero mostrarte uno de mis hobbies favoritos-dije moviéndola, después de algunas veces que la moví, y otras tantas que le moleste con un lápiz en la oreja se despertó.

-¿Qué quieres?- me pregunto, algo molesta.

-vamos a caminar-le invite con una cara divertida.

-¡¿caminar?! ¡Ni siquiera sale el sol a esta hora en invierno!-me grito. Lo que hizo que comprobara la veracidad de sus palabras y valla que tenía razón, aun la luna estaba en lo alto del cielo y sin ganas de querer bajar.

-bueno… ¿quieres café?- le pregunte, con una cara de: "ni modo que vuelvas a dormir". Me acepto el café de mala gana después de "regañarme" por no haber comprobado que hora era. No sé qué tan buena maestra era Celestia, pero es de ese tipo de personas que hace que sepas que cometiste un error con solo una mirada de desaprobación. Claro que a mí me vale madres, así que no me importo pero si lo note.

Te lo he dicho antes y te lo vuelvo a repetir, mi querido amigo imaginario, y te lo vuelvo a decir mi relación con Celestia es rara, para empezar ella es de las personas más estrictas que puedes llegar a conocer, y yo, pues a mí todo me vale madre, o al menos así lo doy a percibir, ella es toda una conocedora de cultura y toma lo mejor de cada obra que lee, cada canción que escucha y cada persona que conoce, y yo. Yo todo lo que quiero sea bueno o malo. Porque vamos que en el mundo actual que vivimos tengo que tener algo de maña para hacer las cosas.

-¿entonces te voy a acompañar mi caballero en armadura brillante?- dijo sarcásticamente refiriéndose al baile.

-si la princesa se rebaja a mi nivel- hable con más sarcasmo yo. Porque si vamos a ser odiosos vamos a hacerlo bien.

-solo que no se te suba a la cabeza, ahora cualquier bestia se cree príncipe-

-y cualquier india se cree princesa- conteste sonriéndole y subiendo los pies encima de la mesa que me quedaba enfrente.

-¿y que tipo de música sabes bailar?- dijo después de unos minutos de meditar mis palabras, y mirarme con una cara de "siempre te tienes que salir con la tuya ¿verdad?" Sé exactamente como es la cara porque muchas personas me la han puesto antes.

-¿qué?-pregunte algo consternado por la pregunta.

-es un baile- dijo, para intentar que viera algo que es evidente para ella

-no pienso ir a un baile, sin bailar-a completo sus palabras dejándome algo frio.

Después de eso y explicarle que no me gustaba mucho bailar, una y otra vez, casi por media hora, me termino convenciendo de que no iría a menos de que:

Ella me vistiera.

Tendría que aprenderme al menos tres canciones.

No podría dejarla sola toda la noche (miedo a mis amigos) y tampoco haría alguna tontería.

-dos canciones- dije intentando negociar con un dulce chocolate en la mano.

-tres, y si vuelves a intentar negociar con técnicas tan sucias, pediré cuatro- hablo firmemente.

-y si voy solo- dije sonriéndole, y creyéndome vencedor.

-y si hago que no puedas salir de la cama por más ganas que tengas- pregunto haciendo su nueva propuesta.

Recuerdas que hace un rato te dije que éramos personas totalmente opuestas, pues creo que en lo único que nos parecemos aparte de la música, es que somos muy necios, demasiado a decir verdad. Por lo que me tuve que ver en la necesidad de aceptar sus demandas, e ir con ella al baile.

-¡está bien acepto!- grite después de darle el chocolate y golpear la mesa.

-vamos será divertido, hice que Twilight bailara con un chico en su graduación a ti te hare bailar- hablo emocionada.

-¿quién diablos es Twilight?-

FIN DEL RECUERDO

Le tome de la espalda como momentos antes me había enseñado, y tomo mi mano y la llevo a su cintura, la otra a su mano. Y mirándome fijamente a los ojos.

-el tango, se basa en mostrar a tu pareja. Tu eres el marco y yo soy el cuadro- dijo creo que buscando que se me quitase un sonrojo que tenía en la cara.

-y el rock se basa en la rebeldía- le conteste.

-vamos a unir ambos- Contesto intentando crear otra nueva coreografía, a pesar de que ya habíamos practicado toda la mañana y yo empezaba a cansarme.

Vamos que siempre fui de los chicos que bailaban en todos los eventos escolares en la primaria, además de que a los catorce no solo me creía emo me creía skater, por lo que tenía algo de coordinación en mis pies. Lo que me ayudo a seguirle los pasos a Celestia.

Creo que ya te dije que Celestia no es pesada ¿verdad?, y gracias a dios que no lo es, porque le tengo que cargar varias veces, y en estos momentos me estoy arrepintiendo seriamente del trato que hice, ¡pero no! Quiero ver la cara de todos mis compañeros, cuando me vean con la chica más hermosa del planeta. Y además a Celestia parece emocionarle algo el hecho de estar bailando junto conmigo.

Espera dije ¿que era la chica más hermosa del planeta?, okey algo raro me está pasando, eso y sumado a lo que ayer le dije, esto se puso de verdad grave. No puedo estarme enamorando, para empezar es una "alicornio" (una muy sexy alicornio). Y en segunda, apenas y la conozco.

Bueno, vivimos como si fuésemos pareja, es decir dormimos en la misma cama, comemos la misma comida, nos vemos todos los días. Creo que a estas alturas, ya no importa lo que sienta por ella, solamente importa que sea algo bueno.

-por cierto, creí que serias más pesada- le mencione a Celestia quien dibujaba un par de poses de baile en una libreta

-peso lo que una yegua de mi especie debe de pesar, pero tu sientes que soy ligera porque tengo alas-me menciono dándole play a un video en mi laptop (valla que Celestia aprende cosas de manera muy rápida)

-¿eso qué quiere decir?-

-quiere decir que soy más ligera o doy la sensación de ser más ligera porque aunque no tenga mis alas físicamente y no pueda volar aún conservo esa ventaja de los pegasos-

-¿por cierto no me estas utilizando para vengarte de una exnovia o algo así?- me pregunto haciendo que un sudor frio bajara por mi espalda, y sé que Celestia y ninguna mujer se merece que la utilicen por lo que me sincere ante ella.

-solo quiero ver la cara de todos mis compañeros cuando se den cuenta que entre contigo- le conteste algo apenado y bajando la cabeza. Empezó a jugar con mi pelo y acariciarlo lo que me hizo preguntarme "¿QUÉ DIABLOS ESTA PASANDO?"

-espera… ¿no estas enojada?- dije eso y me jalo un poco el pelo pero con bastante fuerza (cabe aclarar)

-no, en primera porque es te estoy obligando a que no te separas de mi parte lo que significa que tus compañeros no van a poder intentar coquetearme o incomodarme, en segunda me lo dijiste antes de ir y aún tengo ganas de asistir y en tercera no creo que te guste ver que tengo novio- me dijo, levantándose y tomando un vaso de agua.

-¿cómo sabes que no me gustaría?-

-porque me lo acabas de decir tú mismo- dijo, tomando la misma pose de estrella de rock que yo tomaba cuando le ganaba en algún argumento. Lo que aparte de molestarme hizo me que me diese cuenta que ella la tomaba con mucho mas encanto y elegancia.

Volvimos a practicar "Helena", claro que no nos salía a la perfección su coreografía pero la mejora era bastante, y antes de rock en cada verso era un tango y en el coro mucho estilo rock. Y en la parte del puente es decir el solo vocal, Celestia hacia unos movimientos con su cuerpo como la bailarina del video pero en vez de caer al suelo, caía en mis brazos para seguir con los movimientos laterales del tango.

-¡al fin!- dijo después de unas dos horas de ensayo y error.

Caímos al suelo bastantes exhaustos y después de una hora completa y deliciosa de descanso, nos volvimos a parar.

-vamos solo sabremos si lo logramos si lo volvemos a intentar y nos sale todo bien- dijo tomando de mis manos y colocando la música.

Aproveche el coro vocal del principio, para decirle:

-quizás si me moleste que tengas novio- dicho eso, y por qué se atonto un poco le tome y empecé a mandar en cada movimiento. Varias vueltas en un mismo lugar y valla que el poco espacio que logre hacer en mi sala, fue muy bien aprovechado.

Y justo cuando empezó el coro le tome una pierna la alce (si justo como en las películas) y cambie el rock por otro ritmo muy parecido al tango. En el puente en vez de que hiciera los movimientos giramos lento y mirándonos a los ojos.

-creo a mí también me molestaría si consigues novia, al fin de cuentas somos amigos y pasamos casi todo el día juntos- dijo al terminar la canción y dando por hecho que ya habíamos practicado dos de las tres canciones que Celestia quiere bailar conmigo. Ya que la tercera era la más fácil de aprender, más que nada era un baile de salón también al estilo rock.

Al día siguiente de ese practicamos la última tonada, una bastante alegre y que desencajaba con las otras dos. Pero aun así fue divertido ya que practicarla nos transmitía un aire bastante ochentero, y al mismo tiempo era una rutina de salón.

Prácticamente la rutina no era tan larga, solo consistía en hacer movimientos con las manos y los pies bailando en círculos, y después movernos al ritmo de la canción y de la letra.

A pesar de que la coreografía llevaba cierta pantomima, es decir requería cierta interacción entre ella y yo, no fue muy difícil aprenderla. De hecho, fue divertido. También practicamos las otras canciones que ya habíamos practicado ayer. Y eso siguió siendo divertido, tanto que a pesar de ya no practicar, intentamos un par de canciones más. Pero fue más para reírnos de nosotros mismos que por otra cosa.

-¿por cierto tienes tirantes para la ropa?-me pregunto, agotada y jadeante.

-¿si, pero nunca los uso por?- pregunte señalando mi armario.

-úsalos y…- se detuvo un momento para mirar en mi habitación y ver que más yo podía vestir.

-¡y este fedora!- dijo tomando el sombrero y lanzándomelo en forma de frisbee.

-¿porque me estas vistiendo?-le pregunte con una ceja alzada mientras tomaba el sombrero.

-porque no quiero verte como vagabundo, si soy tu acompañante-dijo sonriéndome con algo de malicia en sus palabras.

-que cruel eres-conteste entre risas, porque ya se me hizo algo recurrente que me digan que por las mañanas parezco vagabundo.

-por cierto tengo ganas de comer algo de mi país… crees que podamos conseguir heno- me pregunto algo curiosa y volviendo a su forma humana. (ya que se me ocurrió practicar con su forma pony, y a ella le pareció buena idea)

Llevábamos algunas dos horas lo que hacía que el reloj marcara las cuatro exactamente de la tarde. Y durante esas dos horas no habíamos encontrado ni pisca de un establecimiento donde podrían vender heno en la ciudad.

-¿y que piensas hacer con el heno?-le pregunte, mientras estábamos sentados en un parque del centro, y veíamos un par de niños jugar con la nieve.

-lo quería freír- contesto ella en un aire algo derrotado.

-vamos no te desanimes, sé que lo encontraremos- hable, empujándole el hombro y tratándola de animar.

-¡por favor!, hemos hecho todo lo posible y aun no lo encontramos, ¿en dónde más podríamos buscarlo?- hablo harta de la situación.

-pues vamos a hacer lo imposible- le dije sonriéndole, y tomándole de la mano, empezando a caminar hacia donde, podríamos encontrar heno. Me metí por varias calles y atravesamos un par de calles muy largas en contra de mi flojera y en contra de las quejas de Celestia. (Quejas que yo entendía, es como si viajase a otro mundo y me diese cuenta que no existe la música)

PRESPECTIVA DE CELESTIA

Si, antes consideraba el hecho que "el", me tomase de la mano como un gesto atrevido y porque no decirlo algo gallardo, ahora me molesta. ¡Quien es para llevarme varias calles jalándome haciendo caso omiso a mis quejas!

¡Yo soy la princesa Celestia, y generaciones enteras de padres, hijos y nietos, me han escuchado y venerado porque este humano no lo hace!

-¡ya!, ¡o me dices a donde vamos o me quedo aquí!- le grite jalándolo y para que me encontrase frente a frente.

-aquí- me dijo entrando a la bodega donde vendía un montón de semillas.

Después de que me quedara de brazos cruzados el entro, unos minutos después en los que pude apreciar el mundo humano (sin distracción alguna de "el") salió, con un pequeño saco lleno de lo que parecía oler como heno.

-la mayoría de las cosechas se han quemado con el frio, y otras tantas se perdieron con la nieve, pero pude conseguirte este saquito- me dijo mostrándomelo.

-gracias-dije algo apenada por mi comportamiento, y tomando con mis manos el saquito.

Después de eso nos dirigimos a su casa, y con algo de tontería, el intento cocinarlo, haciendo que se le quemase varias veces. Le sonreí ante su inexperiencia y le enseñe como se debe de cocinar para que no se queme y la cantidad correcta de aceite que se debe de usar.

-¿y como se llamaba el afortunado?-me pregunto entregándome un plato de heno frito, y comiéndose un pescado como cena.

-¿qué afortunado?-

-me dijiste que habías amado a alguien y lo perdiste ¿no?-

-si… pero su nombre no importa, lo que importa fue el tiempo que pase con el… era un rey-dije entre suspiros que significaban derrota y dolor

-¿y que paso?-

-¿porque no me cuentas que paso primero contigo?-le dije para que me hablara de él, quien sabe quizás encontrase el "porqué" de su comportamiento.

Se quedó pensativo un momento, lo que significaba que me daría una buena respuesta y después siguió comiendo, cuando yo estaba a punto de darme por vencida (es decir sin obtener una respuesta) termino su comida y hablo:

-¿nunca te ha pasado que no eres los suficientemente bueno para alguien?, ¿Qué a pesar de que des tu mejor esfuerzo no pudiste ayudarle?, a pesar de que esa persona limpio tus lagrimas mientras llorabas, pero tu… no pudiste ayudarle… nunca sentiste esa impotencia de ver a la persona que más querías en el mundo, caer. ¿Verla sufrir sin poder ayudarle?... eso fue lo que paso-Hablo con un tono triste y depresivo, y salió de la habitación junto con su plato.

Me quede anonadada un par de minutos, y salí detrás de "el", más que nada para ayudarle o darle su espacio según lo que necesitase.

-es solo que a veces quisiera que hubiese dejado más que una nota, ya sabes algo que justificase las doce cortadas en cada mano que se dio- hablo cuándo entre a la habitación donde estaba acomodando los platos.

-entiendo cómo te sientes… yo tampoco pude salvar a una pony que amo de su autodestrucción, y al final en vez de ayudarle, le termine… condenando- dije recordando a nightmare moon.

-¿lo has pensado alguna vez?, ¿terminar con todo?- pregunto, mirándome a mis ojos.

-y un millón de veces-

-¿y que es lo que te mantuvo en pie?-

-la esperanza de volverla a ver, y después la felicidad de su regreso- dije recordando todos aquellos dulces momentos que tuve cuando Luna regreso de su destierro

-¿y a ti que te motiva a seguir en pie?-

-nada, pero en el suelo nunca se han visto nubes, además de que espero lluvias suaves y soles más brillantes, aunque la luna deje de brillar- hablo sonriéndome. Le coloque mi casco en la cara y le seque una lágrima que asomaba de su ojo.

-¿vendrán lluvias suaves?-le pregunte sin saber a qué se refería la frase.

-digamos que como rosa que eres, tendrás que soportar un par orugas en otoño si en primavera quieres ver mariposas- me contesto, tomando mi pata con su mano haciendo que me sonroje. ¡Me dijo que era una rosa!, ningún semental me había dicho eso antes.

-¿enserio crees que habrá días más soleados?-pregunte intentando mirarle a los ojos, ya que el sonrojo que tenía no me lo permitía.

-no lo sé… se lo preguntare a una princesa del sol- hablo sonriéndome y dejando salir una risa.

-crees que exista ese lugar… ¿crees que ella este en un lugar mejor?-pregunto, al mismo tiempo que apretó un poco mi mano, pero no lo hacía con malicia sino más bien buscando algo de tranquilidad y consuelo.

-no lo sé… debe de haber algo… debe de existir algo después de la vida, después de los malos consejos que te dan, debe de haber algún lugar a donde van los muertos después del luto… debe de existir un sitio en donde descansemos eternamente ¿no?-dije intentando darle un consuelo.

-creo que existe un lugar infinito, entre cada palabra, entre cara oración, creo que si existe un destino ya escrito, vivimos entre cada palabra y entre cada oración, vivimos entre cada sentimiento que siente alguien al leer nuestro destino, vivimos en la memoria de un libro eterno, de un libro que no es más que cada sentimiento, emoción y vivir de las personas que nos conocemos. Creo que al conocer a una persona que cambiara tu vida se empieza a escribir ese libro, y cuando nos separamos para siempre ese libro es colocado en una estantería llena de otros libros. Y la única manera de entrar a ese lugar es sintiéndonos infinitos.- me dijo sonriendo, después de haber respirado hondo, y abrazándome.

-¿entonces no crees en el lugar donde descansamos después de la muerte?- pregunte algo confundida y emocionada por sus palabras, y su forma tan rara pero al mismo tiempo maravillosa de ver la vida, relaciones, la muerte, de verlo ¡TODO!

-creo que cada ser es un libro, y que al morir, alguien debe de leerlo o si no desaparecerá, pero eso solo hace que la vida sea más hermosa ¿no?-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top