Capitulo 36
Los días en la oficina me transcurren lento, y las molestias por el embarazo siguen al pie del cañón, a veces pienso que solo me dicen que van a mejorar para que deje de quejarme.
"¡ja ja! como si eso fuera a pasar"
Mis amigas siguen muy pendientes de mi y hemos dicho que tengo una gripe muy severa para que los demás no sospechen de mi embarazo, en especial Nicolas que ha estado preguntando por mis ojeras y falta de apetito. Y no de una manera elegante si no mas bien haciéndome sentir miserable, fea y gorda.
Desde el día que estuve en su departamento ha establecido un tipo de tregua conmigo, pero esto solo ha ayudado a que mi paciencia este al limite, Lize lo ha involucrado en cada reunión y comida que hemos hecho entre amigos con el propósito de que Nicolas se sienta parte del grupo antes de decirle que esta saliendo con su casi peor enemigo, es obvio que no somos de su agrado, ademas ¿por qué demonios siempre trae consigo a Leslie? Esto va terminar muy mal estoy segura, Nicolas odia a David y lo mira siempre como si quisiera arrancarle los ojos, apuesto que es por Leslie, ella trata de calmar los nervios de todos con sus frases filosóficas prefabricadas.
Estoy hasta la puta madre de todos.
"Perdón, son las hormonas... no, en realidad si estoy hasta el culo."
Últimamente también compartimos mucho en la oficina pues Nicolas ha comenzado a llevarme informes de la compañía, para seguir con los procesos de crecimiento y expansión, ahora como presidente tiene mas responsabilidades y Arturo como buen suegrito, me ha pedido encargarme de los temas financieros para ayudar un poco a su hijo.
Claro, al principio fue incomodo, Nicolas tenia la manía de mirarme mal y dejarme con la palabra en la boca, y tuve que disculparme como diez mil veces con él por haberlo dejado dormido en su departamento e irme sin avisar, ¿pero que podía hacer yo? él se tomó medio frasco de pastillas, podría haber dormido como cien años.
Ademas yo con estas hormonas no voy estar encerrada en la habitación con el tipo que me gusta en estado vulnerable, que digo me gusta, me encanta, me vuelve loca, me fascina.
¡¡¡¿Lo ven?!!! H o r m o n a s
—¡Cuñis! —Interrumpe Amy al entrar a mi oficina, siempre que puede pasa después del instituto para traerme algún antojo para su sobrino, la amo.
—¡La tia favorita! —contesto con voz infantil al ver que levanta un paquete de galletas de las que le pedí la semana pasada.
—Que no te escuche Sofi —ríe.
—Que tal las clases, ¿ya apareció el príncipe azul? —inquiero, levanto mis cejas de forma insinuante para molestarla.
—Las clases bien, y los príncipes no existen —Se queja.
—¿Todo bien? —pregunto, esta vez me acerco a ella, ese paquete de galletas no va llegar a mi sólito.
—Si —sonríe —solo soy una adolescente creando conflicto para desarrollar personalidad.
—Comete el mundo pequeña y hazme sentir orgullosa —río victoriosa al quitarle mis galletas, las abro ansiosa mientras marco desde mi teléfono la extensión de Sofi.
—Amy ya esta aquí —digo con la boca llena, Sofi da un gritito y cuelga sin decirme nada.
—¿Donde esta mi adolescente favorita? —grita mi amiga al entrar como un huracán para abrazar a mi cuñadita no oficial, las dos tienen mucho en común y me encanta que se lleven tan bien, Amy había pasado de ser una niña callada y ausente a adolescente vivaz y alegre en poco tiempo.
—Solo traje un paquete de galletas —responde Amy, con prisa me termino las mías antes que Sofi me las quite.
Hacemos el escándalo del siglo peleando la ultima galleta, hoy quedamos de juntarnos para revisar todos los por menores de la fiesta de cumpleaños de Lize, le estamos preparando la mejor fiesta de cumpleaños sorpresa que alguien pueda tener, nuestra amiga siempre se esmera por nosotros, ademas de ser una empleada super eficiente en la compañía, y una persona excepcional, con un carácter del demonio, pero excepcional, ella se merece que nos esforcemos el doble o triple en hacer las cosas bien, ademas me da miedo hacer algo que no le guste y me golpee delante de todos.
—Hola Nicolas —habla Amy en voz alta para que nos demos cuenta que ya no estamos solas, por arte de magia Sofi se separa de mi y roba mi galleta gracias a mi torpeza por el presente.
—¿Llego en mal momento? —pregunta, a pesar de su cara seria se que esta luchando por no reír.
—Ya hemos terminado —contesta Sofi con mi ex galleta en la boca, mi cara es épica al verla dar el ultimo bocado.
—Estamos por definir los últimos detalles de la fiesta —hablo bajito para que Lize no escuche desde la recepción.
Durante un rato nos dedicamos a hablar de todo lo pendiente, nos lleva varias discusiones elegir el color del pastel y la decoración pero al final logramos organizarnos, Nicolas solo nos observa distraído y se limito a ignorarnos por su propia salud mental, no puedo culparlo, cuando nos lo proponemos podemos ser bastante obstinadas.
—Invitaciones enviadas, disco móvil confirmada, restaurante confirmado —enumera Amy.
—Decoración confirmada —agrega Sofi, su novio se encargara de decorar con flores naturales y estamos enamoradas de las fotografías que nos ha mostrado.
Las tres quedamos viendo al mismo tiempo a Nicolas, su única misión es sacar a Lize de circulación para que podamos montar todo sin que se de cuenta.
—Confirmado —contesta, un leve rubor cubre su cara al percatarse que tenia puesta toda nuestra atención —. Si es todo, me retiro. —agrega incomodo.
—Espera, hermano tienes que llevarme a casa y necesito llevar estas cosas con Sofi a su oficina —señala Amy
—Tengo que llevar a Leslie, me esta esperando y sabes que a mama no le agrada —gruñe Nicolas. El momento se vuelve tenso y me desespera su incomodidad.
—Yo te llevo a casa, cariño —ofrezco.
—Perfecto —responde Amy en tono enfadado, sé que no es por mi, ella me adora, su hermano es un imbécil.
—Ya te la devuelvo —agrega Sofi mientras salen de la oficina.
—Gracias —susurra Nicolas, parece aliviado, pero es tan hábil escondiendo sus emociones que no me resulta fácil saber que esta pasando con él.
—¿Estas bien? —pregunto, no soporto tener que fingir que no me interesa, cuando me muero de celos por dentro.
—No, no lo estoy —suspira cerrando los ojos, ahora que estamos solos me atrevo a acercarme y tomar sus manos para presionarlas, no lo note antes, pero sus ojos están cansados y ligeras marcas los rodean.
—¿Puedo hacer algo para ayudarte? —ofrezco, sé que no debería involucrarme, pero estoy harta de escuchar a todos y me duele el corazón de ver como Nicolas se destruye así mismo, no puedo ni imaginarme si fuese yo la que estuviera en su lugar.
—Sigue presionando así, con eso me conformo. —Nicolas se pone de pie para darme mas acceso a las zonas de presión en su espalda, yo lo pienso poco, hago lo que me pide y lo escucho suspirar, el cansancio es notorio.
—¿Hace cuanto no duermes bien? —pregunto, mido su reacción, no quiero presionarlo ni ahuyentarlo, no cuando estoy tan cerca, tanto que si el levanta su cara en este momento podría verlo a los ojos.
—Me han quitado las pastillas —excusa, una sonrisa de culpabilidad cruza su cara — . Desde que tome demasiadas y deje que una desconocida me abandonara a mi suerte, llevándose mi camisa favorita —ríe, su nariz roza la mía, desde cuando tan hermoso cuando sonríe.
—Que podría hacer esa desconocida para remediarlo— Le sigo el juego.
—¡Estoy lista! —Interrumpe Amy.
¡Matenme ya por favor!
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