Capitulo 14



Cierro la puerta tras de mí y sin poder evitarlo dos lagrimas escapan de mis ojos por el nudo en la garganta que se me ha formado,

Sofi, quien se encontraba dándose un baño se acerca corriendo donde estoy al verme tan abatida.

—¿Qué pasa? ¿Quién era? escuche el timbre sonar dos veces, —pregunta preocupada por mi reacción — . ¡Por Dios! ¿Qué ha pasado?

No puedo evitarlo y comienzo a llorar y a reírme al mismo tiempo, creo que son los nervios, ni siquiera yo misma puedo entenderlo.

—¿Te estás burlando de mi? —cuestiona molesta, y me ayuda a sentarme en el ventanal donde estábamos compartiendo antes de que todo sucediera.

Niego con la cabeza y me tapo la cara sin poderme tranquilizar, ahora la risa es más fuerte pero las lagrimas siguen saliendo, no soy capaz de controlarme, sofí va a la cocina y regresa con un vaso de agua, tomo un poco y voy calmando estas ganas de gritar y patear algo que tengo en todo el cuerpo.

—Trae el helado de la nevera —Le pido sin agregar nada mas, ella se levanta rápidamente y vuelve con las dos jarras de helado que dejamos comenzadas después de que me contara lo sucedido con su novio, una de fresa y otra de chocolate las destapa y me tiende una cuchara, tomo la de fresa y ella comienza a comer la de chocolate.

—El primer timbre...—Comienzo con la boca llena de helado.

—¡Mmmju! —dice con la cuchara a medio camino de la boca.

—Era Nicolás —. Se queda esperando callada para que yo termine de contar, me meto otra cucharada de helado en la boca y continuo.

—Llegó, entro y cuando estábamos en la sala, me beso como si no hubiera un mañana—Sofi abre la boca de la sorpresa.

—Cambio —dice y me tiende el helado de chocolate, meto otra cucharada en mi boca y suspiro, necesito continuar la trágica historia.

—Luego... —Sofi se acerca de rodillas impaciente, dejando el helado a un lado en el suelo

—Sonó nuevamente el timbre interrumpiéndonos y me aparte todavía confundida por la situación ni siquiera me percate del aspecto que debí tener cuando abrí la puerta y...

—Noooooooo —grita Sofi deduciendo por donde va mi historia —. Rayos, eso no pinta nada bien —me hace una señal con la cuchara para que continúe

—Si —contesto — .Era David, dijo que necesitaba explicarme lo del restaurante, que no era lo que parecía, pero de pronto me beso, si, él también, ahí mismo en el pasillo.

—¿Qué?.... Pero ¿por qué? —Sofi parece no creerlo, y para ser sincera si no me hubiese sucedido tampoco lo creería.

—¡No lo sé! ...además, yo se lo devolví, porque bueno un beso es un beso y esos labios que siempre quise besar, estaban ahí a mi disposición.

—¿Y luego que paso? —Sofi parece maravillada, está disfrutando mucho con mi desgracia.

Aunque desgracia, lo que se dice desgracia no es, que dos hombres hermosos, de diferente manera pero hermosos al fin, lleguen a meterte su lengua hasta el corazón.

Gracias subconsciente, eso fue asqueroso e innecesario.

—Nicolás abrió la puerta y nos interrumpió a medio beso.

—¡NOOOOO! —Sofí se tira del cabello con exageración.

—Y bueno, Nicolás se disculpo y se retiro diciendo no se que de un proyecto.

—¡Maldición! ¿Y luego? —pregunta Sofi.

—Y luego David salió tras él, imaginándose lo peor de mí con justa razón y luego aquí estamos.

—¿cambio? —Sofi me tiende nuevamente el helado de fresa.

— No, me merezco el chocolate esta vez. —Meto una cucharada grandota en mi boca y cierro los ojos, ¿de verdad me paso todo lo que acabo de decir? ¿A mí?

—Entonces quieres decir que me perdí no solo de un beso, si no de dos besotes, estando en el mismo lugar cósmica y espiritualmente. ¿Me perdí de dos hermosos hombres que tocaron la puerta y te besaron? ¿Y que yo viniendo a este apartamento los últimos 5 años lo más cercano a eso fue cuando el repartidor de pizza calvo me guiño un ojo? —cuestiona divertida.

Me quedo en silencio nuevamente analizando todo lo que paso, de que me perdí, por qué por mas que ellos me hayan visto de la manera mas acusatoria, yo no tengo la culpa. NO LA TENGO. ¿Verdad?

—¿Es normal que me sienta culpable Sofi? —pregunto 

—Cariño, a tu puerta vinieron dos especímenes perfectos de la creación, semidioses griegos, y te besaron, no tienes por que sentirte culpable, tienes que sentirte no se ¡¡¡¡ ESTUPENDA!!!! , dime cual beso te gusto mas, como te sentiste con cada uno. — Da saltitos de emoción por todo el depa.

—No lo se, Sofi, siento que de alguna manera yo les di a entender que podían venir aquí y sentirse con derecho de besarme sin darme opciones, pero lo que mas mal me hace sentir, es que si hubiese tenido opciones igualmente los hubiese besado, disfrute cada beso, como si a cada uno le perteneciera a una parte de mi, y eso me hace sentir extraña y un poco miserable.

Yo les di a entender que podían venir aquí y sentirse con derecho de besarme ... por lo menos a uno de ellos si.

—¿Que vas hacer? —grita Sofi, me he levantado de un salto y corrido hacia la habitación.

—Voy a buscar a David a su casa —grito, mientras me quito el pijama y busco algo de ropa para salir a la calle.

—¿Segura? —Sofi se detiene en la puerta analizando mi decisión, que estará pasando por esa cabecita rubia

—¿Crees que estoy tomando la decisión equivocada? —pregunto preocupada.

—Creo que no te has puesto a pensar en que al escoger a uno, lastimaras al otro y terminaras sintiéndote culpable, mas culpable de lo que ahora te sientes, no tienes que tomar una decisión en este momento, ¿Y si escoges al equivocado? ....

Sofi habla, pero no estoy escuchando, sé que me hará analizar mejor las opciones y algo dentro de mi me dice que necesito hacer esto, para bien o para mal.

Me pongo los primeros vaqueros que encuentro, una camiseta y zapatillas, me hago una coleta y salgo corriendo hasta el apartamento de David, como esta a unas calles del mio, seria una perdida de tiempo ir en coche y luego buscar donde aparcar, aparte necesito liberar el estrés que me produce toda esta situacion.

Al llegar a su edificio no me detengo a tocar el intercomunicador, alguien sale en ese preciso momento lo que me permite seguir corriendo hasta su piso. Al llegar toco casi sin aliento la puerta, pero con mucha insistencia, el aire me falta debido a la fatiga llevo mis manos a las rodillas para poder tranquilizarme y recuperar el aliento.

—¿Estas bien? — escucho una voz angelical hablarme, la veo rodeando su cuerpo con una diminuta toalla y escurriendo agua.

Maldición, definitivamente hoy no es mi día de suerte...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top