Primera parte.
☪
Soy una pobre devota que se ha enamorado de Judas.
Judas. – Lady Gaga.
☪
PRÓLOGO
QUIZÁS ENAMORARSE de quien
es tan peligroso y venenoso cómo una
serpiente no era lo más sabio, pero no le quedaba de otra. Loki Laufeyson se habia
vuelto su prometido de la noche a la mañana,
y no tenía más opción que quererlo, ¿cierto?
La humilde hija de un fiel consejero del Poderoso Odín había ganado favor ante el matrimonio soberano de Asgard. Ahora
residía en el palacio de oro brillante ante los cielos, nerviosa en la espera de la cena que pactaria su compromiso.
Sus manos sudorosas, una cualidad que detestaba de su cuerpo, no lograban secarse
por más que las restregarse contra la seda
de su vestido color coral.
Veía el atardecer hacer que los muros
dorados resplandecieran hermosamente.
¿Quién diría que pronto, en unos meses, toda
esa gloria sería también de ella y para ella?
Sin duda, ese compromiso beneficiaría grandemente a su familia, pero, ¿a qué
costo? ¿Valía la pena ser parte de la familia
real a cambio de obligarse a olvidar a su
único amor para casarse con alguien frío, calculador y cauteloso hombre que bien
sabía que la despreciaba?
–Quiero irme. –Se lamento ocultando su rostro entre sus manos llenitas.
Arsenia no era alguien común. Un alma
llena de cicatrices debido al rechazo de
tantos hombres anteriores a los que sus
padres trataban de comprometerla la tenían odiando y dudando cada parte de su ser.
No importaba que hiciera, siempre habría
una mujer mucho mejor que ella, así que
siempre quedaría como la quinta opción de todos, ni siquiera la segunda, no, sino la
quinta.
No era como si el príncipe Loki resultará desagradable a la vista, de hecho, para ella, contemplarlo desde lejos era un deleite a la vista. Cómo el más embriagante y exquisito
licor de los mirgadianos.
Pero al final, volvía al mismo punto. Así
como mucho licor puede ser perjudicial, el
estar mucho tiempo en el mismo espacio y tiempo con el pelinegro era tóxico para su
alma. Demasiada tensión, mucho miedo a
decir algo tonto y quedar como ignorante, causarle desagrado, incomodidad, etc. Eran muchas emociones negativas a la misma
vez.
Quizá por eso Arsenia era más de llevarse
con el mayor de los príncipes. Aquel hombre rubio con músculos de hierro y de
encantadora, optimista y seductora voz, le era como un analgésico a su alma lastimada.
Absolutamente nada de lo que platicaban
la hacía sentir mal. A su lado todo parecía
brillar, ¡él mismo brillaba! Y sin embargo, Thor nunca podría ser la eterna luz en su vida.
Si bien era inmaduro y narcisista en ciertos aspectos, no quitaba que adorara su
compañía durante los escasos encuentros
que tenían.
Thor era algo que Loki nunca sería.
–Quita esa cara de amargura. O creerán
que esperas a tu verdugo.
Esa fría voz que conocía bien dentro de la habitación la hizo estremecerse.
Con ojos abiertos como platos, cejas fruncidas con preocupación y un nudo en su estómago, volteo su rostro a ver el rincon a
lado del tocador de plata con flores de
piedras preciosas.
Ahí estaba él, tan tenebroso cómo siempre
le pareció a la distancia.
–Tu rostro tiene plasmado que yo soy ése verdugo, ¿o me equivoco, mi lady? –Camino
con pasos ligeros hacía ella, como si
estuviera escurriendose igual que un reptil
hasta su presa.
–No se equivoca, mi lord. –Si algo no
podía evitar, era ser demasiado sincera en
los peores momentos, y éste era uno de ellos
en los que sorprendía cómo casualmente al príncipe segundo por su honestidad ingenua.
–Entonces, ¿esperas a qué te consuele diciendo que seré el salvador de tu
humillante vida de soltera, o acaso que te
diga que estamos destinados quieras o no? Dime, ¿qué esperas de este momento para
tratar de hacerte entrar en razón de que
nunca serás nada para mí? –Con esa filosa sonrisa llegó hasta ella, apoyándose sobre
una rodilla para quedar a su altura.
–Con todo respeto, ¿por qué esperaría
que yo lo quisiera como marido? Usted no
me quiere ni siquiera ver cómo ya lo ha
dejado en claro tras varios altercados, y yo deseo lo mismo cómo bien sabrá. ¿Le he
dado alguna falsa esperanza, alteza?
No lo odiaba, pero sí que se obligaba a hacerlo.
Loki era peligroso. Eso lo podía oler a kilómetros.
Arsenia era demasiado "santa" para él,
tanto que le repugnaba. Loki lo sabía, y por
eso estaba dispuesto a casarse solo para hacerla sufrir hasta que rogara por el
divorcio.
–Aqui la única que quiere este terrible
arreglo eres tú. Así que no te sacudas las
manos y te hagas la inocente, pequeña
bestia disfrazada de oveja. –Acuso con voz ronca e irritada frente a frente.
–Sera su majestad de Asgard, pero no permitiré que me llame de esa manera. –
Arrugo la frente.
–¿Entonces tomas el camino de la
falsedad? Jaja, bien, que así sea. Pero te arrepentirás de ésto. –Sentencio poniéndose
de pie y marchando se de ahí, hasta que,
justo antes de tomar la manija de la puerta,
ella hablo.
–¿Quién de los dos aquí es el mentiroso?
¿El qué se hace pasar por un manso e
inocente cordero o el que simplemente
acata las órdenes de su soberano por el bien
de su familia aunque desprecie a su
cónyuge?
–Error. Aún no estamos casados. Y
espero nunca estarlo. –Ni siquiera la volteó
a ver, solo desapareció.
–¿Bastará está discusión para que él
rechace el compromiso? –Pensó en voz
baja acariciando su barbilla.
Cómo simple súbdita no le quedaba de
otra más que aceptar lo que le mandarán. No obstante, Laufeyson sí tenía el poder de protestar contra el acuerdo nupcial, y eso esperaba que hiciera.
Una sirvienta tocó la puerta y entro por ella
sin esperar respuesta. Incluso los sirvientes parecían despreciarla, sobre todo las mujeres que la veían con envidia por haber atrapado
al inalcanzable príncipe misterioso.
–Es hora, señorita. –Indico con un leve movimiento que debían irse, así que la rubia
la siguió en silencio hasta el gran comedor donde estaban los padres de ambos jóvenes.
–Querida, adelante. –La recibió la reina
con una gran sonrisa dulce al verla llegar y
notar su "pequeña" presencia.
Y decimos que "pequeña", porque su
cuerpo no tenía nada de diminuto.
Caderas anchas, cintura gruesa y fuerte, espalda ancha y unos brazos que destestaba
un poco más debido el vestido sisado que
traía. Su cabellera rubia oscura que le caía
por los hombros hasta el codo no lograban
tapar sus defectos como tanto deseaba y por
la cual se la había dejado crecer tanto.
–Su majestad, el rey. Es un gusto
saludarlo está noche. –Hizo una leve reverencia–. También es un gusto verla tan espléndida cómo siempre, mi reina. –Repitió
la acción sin alzar la mirada al resto de los presentes.
No estaba preparada. Quería huir, pero
sabía que no podía.
–Toma asiento. –Le indico Odín y un mayordomo jalo la silla hacía atrás para que
ella se sentara a lado de su prometido.
Una tensa cena que solo ella sintió así, transcurrió sin que dijera una sola palabra. Comía en silencio, bebía tratando de no
llamar la atención cada que tomaba su copa,
y le daba un vistazo cada tanto al hombre
frente a ella.
Al que en realidad queria cómo prometido estaba tan cerca suyo. Solo tenía que alzar
su pierna debajo de la mesa para tocar la
rodilla de él. Eso era suficiente para llamar
su atención y hacer que se fijará en ella por
una vez en toda la noche.
¿Estaría mal hacerlo?
Dejando a un lado la vergüenza, comenzó
a escurrirse un poco en la silla para tener
mejor alcance, preparo su pierna, y justo
cuando estaba por llevar acabo su plan, una mano en su muslo la hizo congelarse.
Literalmente, esa mano estaba tan helada
que le erizo la piel en un santiamén.
Se paralizó.
–¿Pero qué es lo que piensas hacer?
–Con suavidad mientras escondía sus labios moviéndose detrás de la copa con vino, Loki
la vio de reojo.
Sus ojos brillaban como reptil. Eran rojos
de repente. Arsenia nunca los había visto así.
Y eso la estremeció aún más, porqué le encantaron.
Regreso a la posición correcta e intento ignorar que la mano del pelinegro seguía
sobre ella.
–No has respondido, bestia. –Murmuro nuevamente y extendió el frío en la carne de
la joven doncella un poco más, haciéndola temblar.
–Nada. No hacía nada. –Intento ocultar lo
que él provocaba, porque detestaba la
manera en la que el varón sonreía satisfecho
por su reacción; no logro con mucho éxito disimular, ya que obtuvo la atención de quién quería en un principio.
–Lady Arsenia, ¿se encuentra bien? –La preocupada voz del hermano mayor se hizo
oír en el comedor.
"Mi Aren." Su corazón se estrujó al recordar
la manera en la que Thor se dirigía a ella
cada que estaban a solas, pero desde que se
le hizo saber que el compromiso estaba
siendo arreglado, el rubio había dejado de llamarla así y ella había parado de frecuentar
a dónde sabía que él estaría.
Loki retiro su mano y la volteó a ver igual
que el resto de los presentes.
Arsenia detestaba la atención sobre ella.
–Lo estoy. –Sonrió falsamente con tal de
que dejarán de mirarla.
–Solo está muy nerviosa, padre. –Hablo
el hombre a su lado sonriendo de lado
mientras dejaba su copa y procedía a tomar
una uva del tazón dorado en el centro de la mesa.
Agarro un pequeño racimo y lo dividió a la mitad, dejando un poco en la servilleta de
tela que la mujer no había tocado y que se mantenía pulcra en triángulo.
–Come, o esos nervios te darán dolor de cabeza. –Fingio amabilidad mientras le
sonreía con segundas intenciones que bien captó.
–Estoy segura que el príncipe hará muy
feliz a mi muchacha. Por algo siempre
insistía en que pasaría las tardes en la zona
de entrenamiento. –Hablo con ligereza la
madre de Arsenia.
–¿Zona de entrenamiento? Pero si Loki
odia estar allí. –Thor planteó confundido.
–Oh, eso es cierto. –El pelinegro fingió sorpresa sobre actuada llevando su mano
con delicadeza a su boca pero sin tocar sus labios–. Si quisieras verme, en cualquier
caso irías a la biblioteca, lo sabes bien.
Por eso mismo era que la rubia evitaba
aquel sitio aunque adorara la historia de
guerra de su gente.
Odín enarco una ceja sospechando algo
que temía.
–Bueno, de ahora en más, la biblioteca siempre estará abierta para ti, hija mía.
–Declaro ofreciendo una cálida sonrisa.
—Agradezco su consideración para con
su sierva. –Inclino su cabeza a modo de agradecimiento.
Loki rodó los ojos.
–Igual puedes venir siempre al campo de entrenamiento, lady Arsenia. Siempre es
bueno que las mujeres aprendan a
defenderse y usar las armas. Considero que
es especialmente atractivo cuando logran superar sus propias fuerzas e incluso ganan
a los guerreros masculinos.
–¿Entrenas con los amigos del príncipe? ¿Desde cuándo? –Su padre interrogó sorprendido.
–Hace apenas unos meses; no es nada importante, padre. Solo quise conocer mejor
la labor de los héroes de Asgard. –Queria desaparecer, toda esa atención sobre ella la sofocaba y la hacía beber trago tras trago de
su vino.
–Si el príncipe Loki está de acuerdo con
eso. –El hombre vio al que sería su yerno, esperando que dijera algo sobre el asunto, tomando un poco desprevenido al de ojos azules.
–¿Mmm? ¿Necesita mi aprobación?
–Frunció el ceño.
–Por supuesto. Será su marido muy pronto.
Arsenia tosió atragantandose con la
bebida. Loki le extendió la servilleta haciendo
a un lado las uvas. La rubia oscura se tapo
casi todo el rostro con la tela, sonrojada
hasta las orejas.
Todavía le costaba procesar los
verdaderos motivos por los que aquella cena
se estaba llevando acabo.
"Ja. Mírala. Una simple afirmación así es
capaz de hacerla esconderse como un torpe topo." Laufeyson intento ocultar su expresión divertida.
–Que haga lo que quiera. Tiene la
suficiente edad para saber valerse por si
misma. Estoy muy seguro de ello, señor
Bakke. –Respondió sonriente mientras daba palmadas suaves en la espalda de la mujer.
Ésta se removió incómoda. No quería ser
tocada por él, porque no podía evitar traer recuerdos antiguos a su cabeza.
"De verdad que le es una tortura siquiera tenerme cerca. Entonces, ¿de verdad fue cosa
de sus padres la idea de casarla conmigo?"
–Pero... Ehm, de acuerdo. –El padre de la joven ya no supo que más decir, así que
cerro la boca con el último trozo de carne
que quedaba en su plato.
Enseguida sirvieron el postre y trajeron
otro tipo de bebida, está vez, una
burbujeante transparente de color dorado.
Loki sabía lo que significaba aquella copa frente a él. Una mirada de su padre basto
para que confirmara lo que seguía a continuación.
Odín se puso de pie y declaró con voz
fuerte: –Que este compromiso beneficie a ambas familias y nos otorgue una
generación aún más gloriosa que ésta.
–Alzo su copa.
El Adonis miró de reojo a la pobre fémina
que ni siquiera podía despegar la vista de la mesa mientras alzaba su copa como el
resto.
Quería incomodarla más. Quería hacerla sentirse tan avergonzada que ni siquiera
pudiera ver al tonto perfecto de su hermano como justo lo estaba haciendo en ese
instante por breves segundos.
–Unas palabras, para mi prometida. –Sin quitar sus ojos de ella, se puso de pie tan
brusco y veloz que casi tira la silla detrás
suyo.
Más asustada que sorprendida, Arsenia
lo miro. ¿Ahora que diría?
—Que nuestros días juntos y unidos por
toda una eternidad se cumplan pronto. No
puedo esperar el momento en desposarte y atarte a mi vida para siempre. –¿Acaso era
una amenaza?– Que nuestros días "felices"–sonrió con malicia, y ella lo capto–, vengan pronto. Por mi... –trago saliva con dificultad, no creía lo que estaba por decir. Torció un poco su cuello de lado y regreso
su compostura–. Por mi prometida. –Alzo
su copa.
No sabía si estaba nerviosa, asombrada
o emocionada por lo que acababa de
declarar aquel ser de belleza inigualable.
Acababa de comprometerse oficialmente
con el que bien sabía que planeaba algo
más todos los días en aquella biblioteca.
Ahora estaba a unos pasos de desposar al príncipe más mentiroso, codicioso,
traicionero y sospechoso que jamás había conocido.
Ambos se conocían lo suficiente como
para saber que de este compromiso no
saldría nada bueno.
¿Este era el inicio de una tortura?
◤━━━━━ ☆. ☪ .☆ ━━━━━◥
Por más que lo intenté, no puedo evitar querer escribir sobre él. Así que, nuevamente estamos intentando seguir constantes en la trayectoria de escribir una historia digna de un romance con nuestro querido y mentiroso Loki.
Espero les guste ^^
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top