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Algo se sentía diferente en su mañana. El desayuno era el mismo de siempre, la servidumbre la trataba con el respeto que
se debía y sus padres estaban mucho más alegres que de costumbre.
Se suponía que debía estar eufórica, resplandeciente, que debería sentirse
realizada, sin embargo no estaba ni cerca
de sentir eso. ¿Razón?
–Lady Arsenia, nos alegra su visita. –Hablo Frandal, su querido primo, abriendo sus
brazos a modo de bienvenida mientras se
ponía de pie del banco desde donde estaba observando entrenar a los guerreros.
–Creí que ya no te volveríamos a ver. –Sif
pulia su espada con delicadeza y atención.
–¿Y por qué no? –Pregunto llegando hasta
ellos.
–Por lo que un chismoso nos contó, ahora
solo te está permitido ir a la biblioteca.
–Hogun señaló con la cabeza al rubio
grandote que estaba entrenando sin
camisa contra tres pobres guerreros
novatos.
Arsenia tragó saliva al ver tal escena
exquisita. Pero se contuvo de casi acosar
con sus ojos al que en un futuro sería su
cuñado. Ahora se sentía pecaminosa por
ver a Thor como un hombre cuando pronto
se casaría con su hermano.
–Corrección, simplemente me extendieron
la invitación a frecuentar más la biblioteca
que el campo de batalla. –Regreso sus ojos celestes a sus amigos, a los cuales no les
había pasado desapercibido los deseos de
la mujer de talla grande.
–Y veo que la has ignorado. –Su voz firme
pero con un tono sutil de diversión se hizo presente–. ¿Acaso mi amada lee mentes
como para saber que hoy vendría aquí? –Se asomo detrás de una columna mientras
jugaba con la punta de una daga.
Obviamente no lo buscaba a él, y muy obviamente él sabía que ella no quería verlo. Eran tan predecibles en su relación que ya sabían cuál era el siguiente paso del otro.
Arsenia no pudo evitar rodar los ojos y
desviar la mirada del peliverde, acercándose mejor a dónde los arcos estaban colocados.
–Algo me dice que no llegarán ni siquiera
al altar sin antes matarse. –Murmuro Frandal
a Sif.
–¡Jaja! Aquí se respira el amor en el aire.
–Thor se acerco a dónde ellos con una
enorme sonrisa en sus labios mientras se secaba el sudor con un pañuelo de seda.
Aquellos Asgardianos no sabían si tomar
aquel comentario como uno sarcástico, o
como uno descuidado, porque la verdad era
que la sonrisa que portaba lo hacía ver
inocente.
–Voy... Voy por allá. –La rubia ya no supo
que decir, así que optó por simplemente marcharse al campo de arquería, dónde normalmente estaba.
–Hermano, ella aún no atina a la diana.
–Hablo el primer príncipe viéndola alejarse
a paso veloz.
–¿Y? –Loki ajustaba sus muñequeras.
–¿"Y"? Te falta pasión por el romance,
hermano. –Coloco su pesada mano en el hombro del pelinegro, el cual quiso
abofetearlo para que no lo tocará con tanta libertad.
–Si tanto quieres ayudar, hazlo tú. Yo tengo cosas importantes en las cuales ocuparme. –"como practicar para apuñalar tu corazón"
pensó sin piedad el Dios de las mentiras.
–Como quieras. –Bufó irritado. No entendía como su hermano menor podía ser tan
estúpido para despreciar a una mujer como Arsenia.
No tenía poderes, no tenía a todo el mundo
a sus pies, a duras penas era fuerte, aunque vaya que tenía un espíritu de lucha cuando tomaba el arco en sus manos, con callos presentándose debido a su dedicación con
tal arma. A la vista de muchos ella no era suficiente para llamar su atención, pero a la
vista de él, aquella mujer podía resultar ser
una divinidad.
Gloriosa se veía mientras sostenía firme la cuerda con la flecha, fijando sus ojos entrecerrados en la liana. Tenso un poco
más sus brazos, dio un respiro y dejo a la
flecha surcar los vientos, dando en el
segundo círculo.
–Tch, soy pésima aún. –Mordió su labio y preparo otra flecha, acomodándose cómo recordaba.
–Mentira, estás mejorando bastante. –Thor
se acercó sonriendo complacido por los
avances de su alumna.
–Alteza. –Inclino su cabeza para saludarlo.
–¿Ahora solo soy "alteza" cuando
anteriormente me llamabas "tonto
musculoso"? –Rio levemente con diversión.
–Bueno, tú me dices Lady. –Se encogió de hombros volviendo a concentrarse en su
labor, o al menos intentando no perder el
control de tenerlo tan cerca suyo nuevamente.
–Jaja, es que ya no puedo dirigirme a ti como
si fueras mía. –Hablo con su voz baja y un
poco más ronca que de costumbre mientras
se acercaba despacio a ella.
Su piel se erizo ante el contacto de las
grandes manos del rubio que tomaron sus muñecas para acomodarla mejor.
–No entiendo cómo puedes seguir errando.
La última práctica diste todas las flecha en
la Diana. –Coloco su pierna detrás de la de
ella para rectificar su postura.
Estaban cuerpo a cuerpo, con Thor
respirando en su oído al inclinarse para ver
su ángulo.
–N-no soy experta aún. –Logró pronunciar
con dificultad debido al hombre que aturdia
sus sentidos.
–Para eso estoy yo. –Murmuro con sus
labios casi tocando su oreja.
Ellos no lo notaron por estar en su burbuja soñada, pero a la distancia, susurros,
murmullos y voces maliciosas comenzaban
a fastidiar a cierto pelinegro.
–Míralos, jaja, como se nota que poco les importa el compromiso.
–Que patético que tú prometida coquetee
con tu hermano frente a tus narices.
–Thor incluso tiene a su chica. Es ridículo.
Loki asestó otra daga en la cabeza del
muñeco a 7 metros de distancia. Le
enfurecia todas esas voces, aunque no por
la razón que muchos suponían, como el que
le fueran a romper su corazón, si es que
tenía uno, claro. Más bien era el hecho de
que lo estuvieran dejando como un pobre
diablo como siempre, como el que se
quedaba con las sobras de su hermano, el segundo en todo.
Odiaba que su hermano siempre, siempre le quitará lo que debía ser de él, ¿pero qué le
iba a hacer? Si actuaba, la joven se haría una idea equivocada, podría creer que estaba
enamorado de ella.
–Segundo en el trono y ahora también en el amor. Que perdedor.
Eso fue todo.
La daga fue más allá del maniquí y se clavo
en una columna de piedra, haciendo tragar
saliva al soldado insensato que hablo cerca
de él sin cuidado alguno.
Dio la vuelta y camino con decisión al par de "tórtolos" que le daban náuseas.
–¡Ejem! –Tosió "discretamente".
Ninguno lo notó.
Exhaló cómo ofendido y decidió cambiar de estrategia.
Tocó el hombro de Thor, quién se sobre
salto y dejo ir la flecha que Arsenia tenía.
–¡Sí!–Exclamo emocionada– ¿Lo viste? Dio
en la... Oh, hola Loki. –Notó al hombre de prendas de cuero oscuro.
–¿Qué están haciendo? –Preguntó con esa sonrisa irritante en sus labios.
–Thor me ayudaba con mis prácticas. –Poco
le importaba lo que el segundo príncipe
pensara de ella. Tenía al hombre que amaba justo detrás suyo, así que eso era todo lo que necesitaba para sentirse en calma.
–Esta mejorando bastante. Pronto podrá
cazar por su cuenta. –El rubio retrocedió
unos pasos al notar la mirada asesina de su hermano.
–¿Ah, sí?
–¡O incluso acompañarlos en su próxima excursión! –Se emociono, y sus ojos
brillaron.
Loki quiso apagar ese brillo porque era
dirigido a su odioso hermano.
–Tampoco te emociones. Aún eres nada si quieres luchar a mi lado. –Espeto con
frialdad haciendo bajar la mirada
avergonzada de la mujer–. El arco no basta
para ser fuerte. Necesitas destreza,
velocidad, inteligencia y poder. Y como
imagino que ya supondras, tú careces de
todas ellas. –Caminaba alrededor de ella analizando la de pies a cabeza.
–Loki, no hace falta tanto para...
–Si incluso yo he pasado a morir, ¿crees
que ella podrá mantenerse viva por más de
cinco minutos? No seas tan ingenuo, yo solo...
–"solo quiero destrozarla"– solo la estoy protegiendo. – Mintió como siempre,
mirando con descaro la cara de su hermano
que tenía tensa la mandíbula.
–Entonces enséñame. –Apretó el arco en
sus manos, sorprendiendo a ambos
hermanos–. La verdad es que Thor es un instructor blando, jeje.
–¿En serio? –Alzo una ceja con ironía y le
dio un vistazo a su hermano–. Eso no es lo
que he oído. –Bufo divertido.
–Solo intentaba ser cuidadoso con usted–. Regresó a las formalidades.
–No necesito ningún tipo de cuidado si voy
a ser esposa de este tipo. –Solto sin
delicadeza, arrancándole una sonrisa
divertida al de ojos azules que disimuló
bien–. Quiero decir, si quiero salir viva de la primera noche de bodas sin ningún cuchillo
en mi pecho necesito más que "cuidado".
Arsenia lo sabía bien. Loki era alguien de
temer y con quién se necesitaba tener la
guardia alta todo el tiempo. Después de todo,
las historias de los múltiples intentos de asesinato que su prometido llevo a cabo
contra el heredero le habían servido para conocer que tipo de persona era Loki
Laufeyson.
–Oh, créeme que sobrevivirás. –Se acercó y susurro a si oído–. Porque no pienso ni
siquiera entrar a la misma habitación. –Se
alejo un poco para verla a los ojos.
Vacío. La mirada que ella le dedicaba aún estando tan cerca estaba vacía.
Sus palabras no le dolían porque él no le interesaba.
"Ya verás. Haré que ruegues por mi atención hasta hacer sangrar tu corazón."
–Espero que cumplas tu palabra entonces.
–La comisura de sus labios alzo levemente retando al príncipe.
No tenía expectativas, ese era truco para sobrevivir a los miles de engaños y
desplantes de Loki, tener cero expectativas
de él. Si no las tenía, entonces nunca la decepcionaría y mucho menos lastimaría su corazón.
Arsenia aún recordaba los días de su niñez y principios de adolescencia cuando cayó enamorada en secreto ante el segundo
heredero.
Loki la había engatusado regalándole flores
con piel de serpiente como pétalos de color amarillo. Su magia hecha arte misma.
Todavía las conservaba en su cómoda, lo
mejor era que nunca se marchitaban.
Sin embargo, los sentimientos más puros
de una niña de 9 años se vieron heridos, cortados, pisoteados y machacados cuando
la farsa se acabó abruptamente una vez que
ella le declaró su amor a los 12 años y él simplemente le confesó que todo era un
juego muy divertido que disfruto por los tres años que duró.
Laufeyson solo quiso comprobar que tenía
más encantó que su hermano mayor. Y lo
peor es que lo logró.
–Recorde que tengo algo pendiente que
hacer. Con su permiso, altezas. –Inclino su cabeza y se largo de ahí lo más pronto
posible. Quería huir de sus recuerdos vergonzosos de infancia.
–Déjamela a mí, hermano. –Hablo mientras
la veía marcharse incómoda y a la misma
vez molesta de dónde ellos estaban–. Me encargaré de los entrenamientos de mi prometida de ahora en adelante.
Con diversión egocéntrica plasmada en su rostro, Loki se marchó de dónde su hermano
sin siquiera verlo para seguir a lo lejos a la muchacha.
Esto será tan divertido como antes. Pensó escondiéndose en las sombras del palacio.
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