Capítulo 26
Narrador.
Bill desorientado se sentó en su cama estirándose, hace mucho tiempo que no dormía así de bien, sin ni una sola pesadilla o visión que frustrara su sueño. Frotó uno de sus ojos tratando de quitar el sueño de su ser sintiendo su cuerpo renovado y sin el cansancio que pesaba en cada músculo de su anatomía como el día anterior.
Se sobresaltó al ver que al sentarse y ver a su alrededor lo primero que sus ojos vieron fue a su tierno Agapē durmiendo en su cama con un rostro tranquilo y una leve sonrisa. Se le quedo viendo en un limbo de saber en que momento se había quedado dormido y como es que también lo hizo el castaño.
Suspiró mirando la hora en el reloj que tenía en la mesita de noche, frunció el ceño al darse cuenta de que apenas eran las seis de la mañana. Se iba a levantar e ir a dormir a su cama en su habitación, sin embargo, ver a su Agapē ahí durmiendo tan cerca de él...mordió su labio pensativo ¿Puedo dormir acurrucado con él un rato más? Se preguntó inquieto.
Se sobresaltó cuando sintió un empujón en su espalda miró hacia atrás encontrándose con su conejo quien movía su naricita dando miradas al castaño para luego enfocar sus ojos bicolores en los dorados de Bill.
Duerme con él.
-Pero yo...no debería -Miró tentativo la cama.
Estas en tu completo derecho de querer estar junto a él, date el gusto.
Bill miró indeciso la cama para luego soltar un tembloroso suspiro, se acomodó de nuevo junto al castaño tenso, chasqueó suavemente los dedos para cambiar la ropa de este a un pijama, mientras que él se puso unos simples short para meter a ambos bajo las sabanas y frazadas.
Se iba a girar para darle la espalda al castaño, pero se sorprendió cuando este se apegó a su cuerpo dejando escapar un suspiro. Lo miró impresionado y algo sonrojado pasando un brazo por su espalda para acercarlo más estremeciéndose al sentir las frías manos de su Agapē tocar su abdomen.
-Esta helado -Susurró para si mismo.
Bill apegó más al castaño a su cuerpo subiendo su temperatura corporal tratando de calentarlo sintiendo de paso como su conejo se acomodo en la almohada acurrucado en su cuello, sonrió de lado para cerrar sus ojos un momento. No había nada de malo con dormir unas cuantas horas más en compañía de su Agapē como lo hizo en toda la noche.
>...<
Horas más tarde en la habitación de cierta casa se encontraban dos chicos acurrucados abrazados totalmente dormidos, eso hubiera seguido de esa forma si un rubio no se hubiera despertado de nuevo sintiendo un reconfortante calor recorrer su cuerpo, agregando los latidos continuos de su corazón.
El demonio somnoliento sintiéndose en la gloria de despertar una vez más tan tranquilo y sin ningún síntoma encima o alguna pesadilla, una de las mejores mañanas de su vida.
Giró su rostro a su izquierda encontrando el rostro pacifico del castaño que estaba apoyado en su pecho con uno de sus brazos descansando en su abdomen, sonrió alegre de despertar a su lado como en los viejos tiempos.
Miró la hora de reojo sorprendido de que fueran las 10 de la mañana. Animado de querer hacer algo por Dipper fue alejándose de su cuerpo con forme se levantaba hasta que logró estar de pie con el castaño aún en un profundo sueño.
¿Bill? -Lo miró adormilado el conejito.
-Vuelve a dormir, regreso luego -Dejó una caricia en su cabecita.
Bien. -Murmuró
Сосна se levantó y se acurrucó junto a Dipper, mientras Bill salía de la habitación chasqueando los dedos para aparecerse un pantalón de polar color negro, una playera sin mangas blanca y sin nada más que usar siguió su camino hasta la cocina.
-¿Qué puedo prepararle? -Se preguntó emocionado.
Bill tenía claro una cosa, si es por su Agapē le prepararía el mejor desayuno, después de todo fue él quien le enseño a cocinar. Puede que olvidara como hacer algunas cosas y que no practicó absolutamente nada en los últimos cuatro años y que con suerte sabía hervir agua sin dejar un desastre, pero por Dipper recordaría todo lo aprendido y le recompensaría esas clases de cocina.
Suspiró nervioso buscando los ingredientes para hacer su primera comida por si mismo después de tantos años, sabe perfectamente porque dejo de hacer algo que le gustaba tanto. Uno de los síntomas de la lejanía era la falta de apetito, por lo que no comería nada por voluntad propia y no lo hizo.
Además de ese punto, existía el gustó que tiene para cocinar cualquier platillo, pero más que eso era que cocinaba solo y exclusivamente para su lindo Agapē adorando ver sus ojitos iluminarse cuando comía de su comida halagando lo buen cocinero que era.
Suspiró risueño inverso en algunos recuerdos y cómo Dipper le ayudaba a cocinar o le enseñaba algunas cosas. Sonrió de lado al recordad algo en particular.
Flash Back
Estaba Bill como todas las mañanas buscaba algo que prepararle a su lindo castaño, este adormilado entraba en la cocina se despertó decepcionado una mañana más al no despertar en los brazos de Bill, suponiendo que intentaba hacer algo de comer, se vistió y bajó a comprobar que la cocina estuviera en una pieza.
-Buenos días, Pinetree -Saludó el demonio juntando los ingredientes en la mesa.
-Buenos días, Bill -Bostezó frotando uno de sus ojos.
El castaño no pudo evitar sonrojarse al ver la espalda descubierta del demonio presumiendo sus tatuajes y su formado cuerpo de 18 años. El rubio al sentir la penetrante mirada de su Agapē se giró a verlo sonriendo ladino al ver como la mirada chocolate se paseaba por su abdomen.
-¿Te gusta lo que ves Pinetree~? -Se apoyó en el mueble girándose por completo sin dejar de sonreír.
Dipper al darse cuenta de lo que estaba haciendo desvió la mirada sintiendo su cara arder, pero no podían culparlo, el cuerpo que se gastaba el demonio es por mucho atractivo y bien formado, quejándose internamente cuando se enteró que estaba llenó de pecas en su pasado siendo humano y como demonio muy pocas se conservaron.
-T-te he dicho que uses una ca-camisa o algo -Se quejó.
-¿Por qué? -Se acercó un poco.
-N-no es a-apropiado estar a-así.
-¿Y por qué crees que un demonio como yo tenga que seguir una costumbre humana? -Cuestionó con una sonrisa divertida.
-Eh...bu-bueno... ¡Te puedes quemar! -Lo miró sonrojándose al tener más cerca al demonio.
-¿Esa es la escusa que vas a usar? -Sonrió ladino.
-¿Es-escusa? -Lo miró sonrojado.
-Te gusta ver mi cuerpo ¿Por qué no solo disfrutas la vista?
Dipper muy sonrojado lo empujó desviando la mirada escuchando la risa divertida del demonio. A este le encantaba molestar a su Agapē en especial cuando este no quería admitir que le gustaba su cuerpo, adoraba tener los ojos de este en él y el tierno sonrojo que adornaba sus mejillas en ese momento.
-Cállate -Se quejó- Ponte algo por favor.
-Bien -Rodo los ojos chasqueando los dedos- ¿Mejor?
Dipper miró al demonio relajado de ver una playera sin mangas de color negro, se sonrojó al notar que aún con esta puesta se notaban sus músculos, miró recriminatoriamente al demonio por escoger una algo apretada, pero sus palabras murieron cuando este le dio la espalda.
-¿Qué preparas? -Se acercó tratando de calmar el latido de su corazón. Bill jugaba bastante sucio a su parecer.
-Unos panqueques de arándano.
-¿Sabes hacerlos? -Se sorprendió mirando como el demonio iba revolviendo la mezcla.
-Tú me enseñaste a hacerlo ¿Recuerdas? -Lo miró de reojo.
-P-pero solo los has preparado una vez -Lo miró impresionado- ¿Recuerdas algo como eso?
-¿Cómo voy a olvidar algo como eso? - Lo miró ofendido.
-Solo es una receta.
-Pero vaya que te gustaron esos que hicimos juntos -Sonrió divertido.
-¿Quieres que te ayude? -Preguntó curioso.
-No, quiero hacerlos yo.
-¿Y qué haré yo?
-Mmm ¿Qué tal si me preparas esa cosa que hiciste el otro día? -Lo miró emocionado.
-¿Puedes ser más especifico?
-Uhm...tenía muchas cosas de colores, era frío.
-¿Tutifruti de frutas? -Trató de adivinar.
-¡Sí, ese! -Lo miró emocionado- ¿Puedes hacer eso por mi Pinetree?
-Esta bien -Sonrió el castaño.
Mientras Dipper pelaba algunas frutas vio al demonio seguir con la mezcla para hacer los panqueques de arándano. Claro que cuando llegó la hora de agregar aquella fruta se sobresaltó cuando el rubio tomó un puñado sacando dos para tirarlos a la mezcla.
-¡Espera Bill!
-¿Qué pasa? -Lo miró exaltado por el grito.
-¡No los pesaste! -Se quejó acercándose.
-¿Pesarlos? ¿Para qué? -Siguió revolviendo la mezcla.
-Cada cosa tiene su medida y...
-Ah eso, recuerdo la cantidad que echaste la última vez. -Se encogió de hombros- Es lo mismo.
-¿Eh? Pero... ¿Cómo sabes que es el peso exacto?
-Es lo mismo que un arma ¿No? -Lo miró sonriendo- He tomado muchas de esas y sé su calidad por el peso que tienen, esto es lo mismo ¿No?
-Es completamente diferente -Lo miró con reproche.
-Pero eso no quita mi habilidad para pesar las cosas sin una pesa -Sonrió orgulloso.
-Ya lo veremos -Entrecerró los ojos.
-Sé que te encantarán Pinetree~ -Sonrió ladino.
Dipper regresó a lo suyo viendo como el demonio continuaba haciendo el desayuno con una gran sonrisa contagiándosela, definitivamente estaba seguro de que a Bill le encantaba cocinar.
Fin flash back
Bill sonriendo nostálgico ante el recuerdo de aquello, al final a Dipper le había gustado mucho como le quedaron esos panqueques que cada tanto le hacía cocinarle algunos ya sea para el desayuno o para la cena.
Volviendo a la realidad terminó de preparar el desayuno que había hecho especial para su castaño, esperando que le sea de su agrado como en los viejos tiempos y que su sabor no haya cambiado.
Vio con el ceño fruncido el desastre que había dejado en su cocina, dejando escapar un suspiro agotado solo chasqueó los dedos para limpiar todo el lugar. Orgulloso de su esfuerzo se dirigió a otra parte lugar para preparar el café.
Sirvió café en dos tasas diferentes, una azul y otra amarilla, para dejarlas en la bandeja junto con los dos platos con el alimento, agregando dos pocillos de durazno con pera y manzana picada, y finalmente, un plató con zanahorias picadas para Сосна. Ya listo con todo tomó la bandeja y se fue a la habitación esperando que el castaño siguiera durmiendo.
Bill subió con la bandeja en mano caminando por el pasillo hasta llegar a la habitación del castaño, nervioso abrió la puerta encontrando al castaño aún durmiendo junto a su conejo. Un tembloroso suspiro escapó de su garganta para acercarse a la cama con la vista fija en su lindo Agapē.
-Pinetree -Lo llamó sentándose a un lado- Pinetree.
-¿Qué? -Murmuró adormilado.
-Hay que desayunar -Lo movió con su mano libre, mientras en la otra tenía la bandeja.
-¿Desayunar? -Se sentó lentamente con los ojos cerrado y el cabello revuelto.
-Sí, ya es de día -Sonrió entre feliz y nervioso.
-Ya voy -Frotó sus ojos adormilado.
-¿Ir a donde? -Preguntó confundido viendo casi embobado al castaño.
-A preparar el desayuno.
-Yo ya lo hice.
Dipper abrió sus ojos de golpe ante esa revelación, miró al demonio de inmediato quien le sonrió nervioso. El castaño no lo notó por lo que empezó a buscar la comida que había preparado el rubio, este con los nervios a flor de piel le mostró la bandeja que contenía todo lo anterior estipulado junto con dos platos que sobresalían de los demás. Panqueques de arándano, los favoritos de su Agapē.
(Créditos)
El castaño vio esos perfectos panqueques con sorpresa, no pensó que el demonio los cocinara, ya que tenía entendido que no sabía nada de gastronomía. Miró a Bill que se removía incómodo en su lugar esperando alguna reacción de su parte.
-¿Los hiciste tú? -Cuestionó tomando la bandeja.
-S-sí -Sonrió nervioso.
-Dijiste que no sabías cocinar -Murmuró.
-Y no lo sé -Desvió la mirada.
-Justo ahora me estas mintiendo -Lo apuntó con el tenedor.
-Bu-bueno -Lo miró nervioso- Sí se hacerlo, pero solo algunas cosas.
-Ese día cuando hicimos la torta no sabias lo que eran la mayoría de las cosas -Lo miró curioso y confundido.
El rubio se removió inquieto, estaba muy nervioso de saber como quedo lo que preparó, si sus dotes para la cocina no se habían extinguido y que su comida aún era rica y del agrado del castaño.
-No conozco sus nombres, pero se ocupar algunos -Desvió la mirada.
-¿Entonces por qué no supiste que hacer ese día que cocinamos?
-En los últimos años no he cocinado nada, estoy muy oxidado en eso que olvide hacer la mayoría de las cosas -Lo miró ansioso- ¿Puedes probarlo?
Dipper notó lo inquieto que estaba el demonio, pero no logró identificar que estaba nervioso para la suerte de este, así que sin hacerle más preguntas acercó el tenedor al panqueque y sacó un pedazo llevándolo a su boca.
Bajó la mirada de inmediato al plató con sus ojitos brillantes, eran los mejores panqueques de arándano que había probado en su vida, teniendo un sabor tan familiar, exquisito y nostálgico que hacía saltar a su corazón y darle gusto a su paladar.
-¿Y bien?
-¿Dónde aprendiste a hacer esto? -Murmuró con un hilo de voz.
-Oh p-pues ¿Internet? -Respondió sonriéndole.
-No suenas seguro -Tomó otro bocado.
-¿Puedes responderme Pinetree?
Bill se tensó al ver los ojos cristalinos de Dipper, los cuales no tardaron en salir lágrimas, se asustó al pensar que el sabor era tan malo que lo hizo llorar.
-Están deliciosos.
-¿Qué? ¿De verdad? -Lo miró sorprendido con una gran sonrisa.
-S-sí -Secó sus lágrimas.
-¿Y por qué lloras?
-No lo sé -Probó otro poco- El sabor...me es tan familiar, pero es tan delicioso.
Bill soltó todo el aire que había retenido para tomar su propio plato y empezar a comer entregándole las zanahorias picadas a su conejo quien contento también desayunó junto a ellos.
-Para no haber cocinado en años, si que tienes unos muy buenos dones para la cocina -Halagó el castaño.
-Gracias -Sonrió animado.
Bill estaba que explotaba de felicidad, a Dipper le había gustado lo que había preparado y después de tantos años pudo ser testigo de sus ojitos brillar al probar su comida. Como extrañaba cocinar para su lindo Agapē.
-Oh cierto, ayer te quería hacer una pregunta -Miró al demonio.
-¿Mmm? -Levantó su mirada de su pocillo casi vacío de frutas.
-Ayer le dijiste algo a ese tipo.
-¿Lucifer? -Cuestionó confundido.
-Ese -Bufó enojado- Dijiste que eres dueño de esta dimensión.
-Oh eso -Le restó importancia- Sí, lo soy.
-¿Cómo eres dueño de toda una dimensión?
-Existen unas cuantas maneras, las más comunes son por ganarla, conquistarla o crearla.
-¿Cuál fue tu caso?
-La cree, bueno no solo.
-¿No?
-La cree junto con mi tía legal, sería de los dos, pero me cedió todos los derechos legales.
-¿Por qué?
-No estaba en condiciones para estar frente a otros o demostrar estar en posición de controlarla.
-¿Controlarla?
-El dueño de una dimensión controla los ingresos de cada ser a esta, agregando también las reglas que deben seguir los habitantes para evitar cualquier conflicto, ya que la mayoría de aquí son demonios.
-¿Por qué crearon esta dimensión? -Lo miró curioso dando otro bocado a su delicioso desayuno.
-Fue por mi capricho -Bajó la mirada- Quería que existiera un lugar donde los demonios pudieran vivir una vida tranquila en compañía de su Agapē -Sonrió leve- Deseaba hacer posible los sueños de muchos de los habitantes, aunque el mío fuera imposible.
-¿Imposible? -Lo miró entristecido.
-No quiero entrar en detalles -Le restó importancia sonriéndole.
Dipper vio la sonrisa forzada del demonio, este no notaba como algunos de sus cabellos tomaban un color azulado, y parte de sus ojos se combinaba con el mismo color. Quiso acercarse y abrazarlo, decirle que es completamente posible, pero decidió guardar silencio y cambiar de tema.
-¿Cómo...? -Lo miró afligido- ¿Cómo fueron capaces de crear toda una dimensión?
-Se necesita mucho poder para crear algo así, entre los dos reuníamos lo que necesitábamos, aun así, fue bastante difícil crear todo un ecosistema, por lo que tomamos la base de tu mundo para tener más o menos una idea de lo que deseábamos. -Explicó.
-¿Es como una copia?
-Una muy mejorada -Presumió con una gran sonrisa.
Dipper le sonrió divertido para luego volver a su desayuno, se decepcionó al ver que se había acabado.
-¿Sucede algo? -Lo miró confundido, dejando su plato vacío en la bandeja.
-Se acabó -Susurró bajo, deprimido con un pequeño puchero.
-¿Querías más? -Inquirió sorprendido sonriendo enternecido.
-Podría, pero quede satisfecho -Se apoyó en la cama con el ceño fruncido.
-¿De verdad te gusto? -Cuestionó mirando el plato casi reluciente del castaño.
-Eres muy modesto para ser un demonio, te quedo exquisito.
-Gracias Pinetree -Sonrió alegré.
Dipper vio sorprendido como el rubio con solo chasquear los dedos desapareció la bandeja con todo su contenido, incluyendo el pocillo vacío en el cual estaban las zanahorias de Сосна quien comió con mucho gusto y ahora estaba durmiendo sobre la almohada de Bill.
-Me gustaría poder hacer eso.
-¿Qué cosa? -Lo miró confundido el rubio.
-Con un solo chasquido de dedos poder hacer lo que quiero.
-No es tan fácil como parece -Rio divertido.
-¿No?
-Se necesita practica para poder controlar la cantidad de poderes que domino.
Dipper lo miró sorprendido y curioso del pasado del demonio, este al notar aquello se le ocurrió una manera de desviar el tema. Sonrió al recordar una parte importante de lo que sucedió el día anterior.
-Quiero mi parte del trato.
Narra Bill
Miré expectante lo que me diría Pinetree referente a mi parte del trato, quiero llevarlo a un lugar especial para mi que deseo mostrarle y no pude hacerlo hace 4 años, es mi oportunidad. Además, al sitió al que iremos podremos divertirnos. Solo espero que le guste.
-¿A dónde iremos? -Me alegré de que no pareciera molesto con esto.
-Quiero llevarte a una dimensión.
-¿Y eso es en...?
-No es necesario que sepas eso -Me levanté llamando la atención de Сосна.
¿Van a algún lugar?
-Sí, quiero llevar a Pinetree a la dimensión que te mencioné hace unos meses. -Le respondí mentalmente.
¿Puedo ir? -Me miró con las orejitas bajas
-Sabes que no te gustan esos climas.
Me quedaré.
Me dio pena verlo acomodarse en mi almohada con las orejitas bajas y una mirada entristecida, me acerqué a él y le di unos cuantos mimos. Él no se negó a nada prometiendo que se quedaría cuidando la casa en lo que regresábamos.
-¿Сосна irá?
-No podrá acompañarnos.
-¿Y donde iremos?
-Ya lo sabrás.
Me levanté de la cama y chasqueé los dedos cambiando mi ropa a un buso deportivo completamente negro, mientras aparecí otro para Pinetree de color azul y se lo tendí.
-¿Quieres que me ponga eso?
-Sí.
Él solo suspiro y se levantó caminando hacia el baño cerrando la puerta, yo por mi parte fui al otro baño maldiciendo las necedades humanas.
Cuando volví Pinetree recién había salido del baño, se veía muy bien con lo que cree. Animado tomé su mano apenas estuve frente a él para jalarlo hacia mi para que quedara apegado a mi cuerpo.
Él se removió en mis brazos, a pesar de que a mi me encante tenerlo de esta forma, al parecer a él no le gusta y me entristece su rechazó a un pequeño abrazo. Ignorando lo que siento le sonreí impidiendo que se escapara de mis brazos.
-¿Por qué el repentino...?
-Usaré teletransportación
-¿Por qué no abres un portal?
-Porque es más agotador, la teletransportación es más fácil y sencillo, a pesar de que iremos a una dimensión lejana a la nuestra.
-¿Qué tanto? -Me miró temeroso.
-No tienes de que preocuparte mientras no te sueltes.
-¿Qué pasa si lo hago?
-Si te sueltas antes de que lleguemos a la otra dimensión te quedaras en un vacío dimensional, no podrás estar ir a ninguna de las dos. Te quedarás ahí en el medio.
-B-Bien -Susurró aferrándose a mi cuerpo.
-Más te vale que te sujetes bien.
Me sorprendí apenas siendo capaz de afirmarlo cuando dio un pequeño salto enrollando sus piernas en mi cadera, mientras que con sus brazos los pasaba por mi cuello dejando un nulo espacio entre nosotros.
Di una disimulada bocanada de aire tratando de controlar el loco latido de mi corazón, no quiero que el lo escuche así, pero no es momento de esto. Quiero llevarlo.
-Respira hondo
Lo abracé con fuerza y sin alejar mis manos de su cuerpo chasqué los dedos. Apenas lo hice desaparecimos de la dimensión empezando a dar vueltas a gran velocidad y fuerza.
Teniendo en mente la dimensión a la que quiero llegar y sujetar con fuerza a Pinetree contra mi cuerpo, aunque no creo que sea tan necesario, se aferraba con mucha fuerza a mi cuerpo apretándome con sus piernas y brazos en una clara lucha por no alejarse de mí.
Sentí que estábamos cerca, por eso lo sujeté con fuerza procurando no lastimarnos, hasta que de un tirón nos absorbió con brusquedad la dimensión.
Por fin hemos llegado.
Continuará.
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