Capítulo 22

Narrador

Dipper al entrar al baño buscó una toalla pequeña, al encontrarla se fue al lavamanos empezando a humedecerla atento al cuerpo del rubio esperando a que parara de vomitar. Entre eso las palabras de Will flotaban en su mente, eres el Agapē de Bill Cipher.

Estrujando la toalla pensó en los sueños recurrentes que tenía, todos cobraron sentido con lo que le dijo el peliceleste, si el rubio es capaz de sellar sus memorias, entendió porque no recordaba ser su Agapē, por fin comprendió que el chico de sus sueños, el que lo beso en aquel claro bajo la lluvia, es Bill.

Ahora todo cobraba sentido, porque durante tantos años sintió que se olvidaba de algo importante, porque no le encontraba lógica haber estado inconsciente por dos meses, cuando en ese tiempo seguramente la paso con el demonio.

Agitó la cabeza alejando esos pensamientos de su mente, no era tiempo de pensar en eso y mucho menos unir los puntos, dejará de lado por el momento aquello para enfocarse en el rubio. Se arrodillo a un lado de Bill cuando este termino de vomitar, como pudo le limpio la boca con suavidad, pero con velocidad ante la falta de tiempo.

Miró al conejo que lo miraba expectante para desviar su mirada avergonzado al demonio, lo movió un poco para apoyarlo en el mueble del lavamanos viendo sus ojos dorados brillar con la pupila alargada, su respiración agitada y pesada.

15 segundos.

No tenía mucho tiempo para besarlo y tratar de sacarlo de la lucha de las visiones, por eso se subió al regazo del rubio poniendo sus piernas a cada lado rogando a que funcionara con el rostro encendido en rojo pasando sus manos por las húmedas mejillas del demonio secando estas de paso.

14 segundos.

Dipper nervioso se acercó al rostro del demonio sin ser consiente de la mirada del rubio que estaba notablemente confundido, pensando fríamente que es otra visión, sin tener la fuerza suficiente para sacarlo de encima o detener el camino de la visión.

13 segundos.

Bill con la mente confundida miraba al castaño acercarse a su rostro, sus ojos brillaron en dorado combinándose con el plateado al sentir con fuerza sus sentimientos por su Agapē tan puros y verdaderos. Querer besarlo y disfrutar del contacto con sus labios, después de todo solo sería otra ilusión más de su cuerpo, de su mente, que deseaba a Dipper.

12 segundos.

Сосна vio emocionado a su amo pasar sus brazos por la cintura del castaño atrayéndolo a su cuerpo casi en transe, este se sonrojo abriendo los ojos como platos al ver las mejillas del demonio, unas hermosas pecas se asomaban ante la falta de espació siendo visibles a sus ojos.

11 segundos.

Las dudas se fueron disipando de la mente del castaño al ver un breve flash back de un Bill más joven cerca de su cuerpo sonrojado delatando unas hermosas pecas, ambos sentados en la sala de la cabaña.

Recordó también vagamente esas noches que deseaba ir a un lugar con desesperación, el vacío y frío que se instalaba en su ser entendió que todo eso era porque deseaba ir con Bill.

10 segundos.

Dipper bajó sus manos al cuello del demonio acercándose más a su cuerpo. Сосна movía su colita y nariz entre ansioso y molesto por el tiempo que se estaba tomando el castaño para besar a su amo, estaba a nada de empujarlo para que lo besara de una vez.

9 segundos.

El castaño retuvo el aliento al sentir el del rubio contra el suyo que alzó la mirada. Dipper abrió sus ojos como platos al ver unos ojos plateados y brillantes, sus dudas se fueron de inmediato al recordar perfectamente su sueño de un chico besarlo bajo la lluvia con esos preciosos ojos.

8 segundos.

Dipper sin más preámbulo juntó nervioso sus labios con los de Bill, este creyendo que solo era una visión más se dejó llevar. Sintió un calor agradable recorrer su cuerpo, ese deseo que había resistido por años, tocar y besar a su hermoso Agapē. Había extrañado tanto a su castaño, despertar a su lado, sentir su presencia cerca, su compañía, abrazarlo largas noches disfrutando de su calor.

Mientras Сосна saltaba a su lado feliz de que, por fin, luego de todo lo que tenía que soportar su amo, pudiera besar a su Agapē y que este lo estuviera besando a él a completa voluntad.

7 segundos.

Dipper sintió como Bill lo apegó más a su cuerpo, sintiendo maravillado besar al demonio cerró lentamente sus ojos a la par que los del rubio. Besarlo, a ojos del castaño, se sentía completamente diferente que en un sueño, más real y suave. Un agradable sentir se instaló en su pecho, un sentimiento familiar, tan cálido que hizo a su corazón saltar contra su pecho.

6 segundos.

Bill recorrió con sus manos suavemente la espalda de Dipper, este percibió esas sutiles caricias como si el demonio temiera romperlo, siendo la cosita más preciada para él. Eso debido a que el rubio recordaba perfectamente como si fuera ayer la forma en que abandono y le sello la memoria a su Agapē, no deseaba separarse ni cortar ese precioso beso, temía que se quedara dormido en sus brazos una vez más.

Acaricio su cadera y lo beso con más desesperación, rogando que el contacto de sus labios juntos durara más tiempo, que la visión le permitiera disfrutar besar a su Agapē un poco más. Fascinado con sentir su corazón latir animado, guardar en su memoria el calor que recorría su cuerpo que alejaba el frío y el vacío, no deseaba abandonar todo eso.

5 segundos.

Aunque Bill se sentía exhausto con su cuerpo cansado y adolorido se reusó a separarse y cortar el beso. Bajó una de sus manos al suelo para elevarse un poco sacándole un jadeo al castaño ante el aumento de contacto entre sus cuerpos.

Una vez acomodado el rubio mejor se despegó de la superficie del lavamanos empujando leve a su Agapē juntando más sus labios ignorando la falta de aire.

4 segundos.

Dipper tiró el cabello del rubio tratando de separarlo para buscar aire, pero Bill se negaba a separarse temiendo que se desmayara en sus brazos. Sin embargo, ante la insistencia del castaño a regañadientes separó sus labios sin alejarse ni un solo centímetro sintiendo la acelerada respiración de su Agapē chocar con la propia en igual estado.

3 segundos.

El castaño regulando su respiración miró sonrojado al rubio, sus miradas se encontraron cruzándose el dorado y el chocolate. El demonio se relamió los labios deseando otro beso de parte de su Agapē quien se sonrojo ante esa acción que terminó en una coqueta sonrisa que le recordó la comprometedora posición en la que se encontraban.

2 segundos.

Bill sin contenerse volvió a besar a Dipper, tratando de que la sensación se gravara en su ser, que entre todo el frío y dolor permaneciera el cálido sentimiento de besar a su Agapē soltando inconscientemente un quejido ahogado por los labios ajenos.

Dipper preocupado al escucharlo quejarse, se separó un poco, pero no llego muy lejos cuando Bill volvió a tomar sus labios con desesperación, queriendo sentir a la persoma más importante de su vida y que no puede tener.

1 segundo.

Bill trató de expresar todo el amor que siente por Dipper a través del beso, un deseo de que permaneciera a su lado y no dejarlo ir nunca más. El castaño sintiéndo todos esos sentimientos del demonio entreabrió sus ojos cuando acarició sus mejillas pecosas sintiéndolas húmedas.

0 segundos.

El beso dio frutos, el rubio no volvió a tener otra visión para el alivio de Dipper, pero que seguía preocupado al sentir un dolor no propio y ver el del demonio que con los ojos apretados no cortaba el beso. Asegurando que solo es otra visión más pasó su lengua por los labios ajenos pidiendo permiso para entrar.

El conejo de Bill pues se encontraba acostado en el suelo tapando sus ojos con sus orejitas y patitas dándoles la privacidad que necesitaban hace mucho, pero negándose a dejarlos solos. Mientras que Dipper más que rojo entreabrió sus labios al tiempo que pasaba sus manos de las mejillas del demonio a su cabello.

El castaño sintió sorprendido la lengua del rubio con la suya, un lento movimiento empezó como un candente baile que expresaba todo lo que estaban sintiendo, algo tan mágico y perfecto.

Bill por su parte, sollozó entre el beso rogando que no acabara, no pueden culparlo, durante tantos años besando al castaño entre sueños para luego verlo caer dormido en sus brazos y despertar sintiendo la ola de frío, dolor y vació en su pecho en completa soledad sin la compañía de su Agapē. Sintió tanto miedo y tristeza de que si se separaba vería desaparecer a Dipper una vez más, sollozó jurando que nada iba a impedir que entrara a esa habitación de puerta azul a descargar su dolor, aunque su conejo tratara de detenerlo.

Dipper pasó sus manos por las húmedas mejillas de Bill tratando de secar sus lágrimas, no sabía porque estaba llorando, pero hizo lo que pudo para hacerlo sentir mejor intercalando sus besos con y sin lengua, acariciando sus mejillas y cabello. Y dado las circunstancias no detuvo el beso por nada del mundo presintiendo que si lo hacía quebraría al demonio.

Luego de quien sabe cuanto tiempo por fin se separan dando bocanadas de aire, Bill apoyándose en el lavamanos afirmó a su Agapē esperando el momento en que desapareciera de sus brazos, mientras Dipper dejó sus manos en su pecho sintiendo sorprendido los rápidos y fuertes latidos del corazón del rubio, como si estos buscaran llamar su atención.

Bill abrió los ojos lentamente, ahora que es más consiente de su entorno el beso se había sentido demasiado real, los labios de Dipper tan suaves como los recordaba, además de que todavía puede sentir el peso de su castaño en su cuerpo. Frunció el ceño al ver que estaba sentado en el baño, nunca una visión sucedió en un lugar como ese, fue que entró en pánico al darse cuenta de lo estúpido que fue al dejarse llevar por algo que fue completamente real.

El rubio dejó de respirar por un segundo al unir los puntos, todo fue real y que demostró a través de un beso sus miedos y anhelos más grandes a la persona que menos quería que lo supiera. Su Agapē.

Dipper sintiendo los latidos del rubio muy rápidos casi como si estuviera en una maratón, su rostro sonrojado dejando ver esas hermosas pecas y que alguien lo golpee, porque casi le da un paro cardiaco al ver esos brillantes y preciosos ojos que se gastaba el demonio, tan cambiantes que van del dorado al plateado, luego al celeste para terminar en un gris azulado repitiéndose en ese orden.

No sabía como podía identificar el dolor, la tristeza y el miedo bajo esos colores, además de una profunda felicidad que estaba fuera de lugar con las otras emociones. La guinda del pastel es la expresión de Bill que no demostrara ninguna de ellas si una sorpresa rayada en el pánico.

Bill cerró sus ojos girando el rostro a otro lado para tratar de recordar en el momento en que las visiones terminaron y cuando empezó a besarlo el verdadero Dipper. Entre eso repasó todo lo que vio no sorprendido de recordar cada cosa que proyectaron sus ojos, a excepción de lo relacionado con el demonio o demonios muertos para no volver a empezar.

Estaba sorprendido de que su don lo atacara de esa manera, pero estaba agradecido ya que gracias a la forzosa ocupación de su don el mareo se había ido junto con el malestar de su cuerpo, esto último debido al contacto intimo que tuvo con Dipper. Por lo menos algo bueno salió de todo eso.

- ¿Bi-Bill? -Murmuró nervioso.

Dipper no se había salido de encima solo y únicamente por lo cómodo que se siente estar en el regazo del demonio, eso y que Bill no lo había soltado en todo este tiempo impidiéndole alejarse por su firme agarre.

-¿Por qué me besaste? -Susurró sin abrir los ojos, no dejaría que viera el revoltijo de sentimientos que siente en este momento.

- ¿Por qué me lo continuaste? -Preguntó de vuelta sonrojado.

- Una pregunta no se responde con otra pregunta Pinetree.

-No supe que hacer -Se excuso avergonzado.

-Pudiste golpearme, lanzarme algo o que se yo, todo menos un beso -Se quejó con un tono de reproche.

- ¿Acaso estuvo tan mal? -Preguntó ofendido.

Siendo sincero a Dipper le gustó besar a Bill, aunque al principio se negó, termino encantado por la forma en que lo besaba el demonio y es por esto último, añadiendo los movimientos contrarios y como correspondió el rubio, que aseguraba que a él no le desagrado.

Sintió entre el beso que se dieron como si Bill hubiera deseado y esperado ese tipo de contacto entre ellos durante muchos años. Aunque lejos de la realidad no estaba.

-No es el punto -apretó los ojos.

Bill trataba de controlar lo que estaba sintiendo, además del cálido sentimiento de haber besado a su Agapē, mordió su labio tragándose un quejido, dolía querer romper el sello y que lo recordara de una vez por todas, deseaba hacerlo en este preciso momento, pero no podía hacer y eso lo estaba matando.

-No había otra forma -Murmuró- No sabes lo preocupado que estaba cuando te paralizaste y tus ojos empezaron a proyectar imágenes, cuando de repente volviste a vomitar, no sabía que hacer -Frunció el ceño al ver que Bill se negó a abrir sus ojos- Fue que llamé a Will y me dijo que te besara.

-¿Qué cosa? -Abrió sus ojos girando el rostro para verlo.

Dipper se sorprendió al ver los ojos celestes y plateados del demonio que poco a poco el primero tomaba posesión de los cabellos cual oro de Bill que no es consciente de tal cambio, solo pensando en la solución que le dio su hermano a su Agapē.

-Me dijo que te besara para que salieras del control de tu don.

-... ¿Qué te dijo sobre mi don?

-Dijo que se extendió gracias a....que tu don evolucionó.

Dipper tenía algo claro, no debía entrar en detalles ni mencionarle que Will le dijo que es su Agapē, por lo que tenía entendido Bill puede sellar recuerdos, no quería olvidar nada de lo que pasó en el baño y tampoco la información tan preciada que le entregó el peliceleste.

-¿Algo más? -Lo miró serio.

-No, solo eso.

-¿Por qué lo hiciste?

-Si esa era la solución para ayudarte, no iba a cuestionar la forma -Desvió la mirada.

-Bien -Suspiró tratando de calmarse- Gracias Pinetree.

-Qu-quisiera preguntarte algo -Lo miró arriesgándose a un posible sellado de memoria.

-Adelante.

Bill giró su vista al suelo donde su conejo se restregó en su costado llamando su atención, le sonrió y acarició con su mano libre su cabeza, asegurándole que ya estaba todo bien. Se sonrojó al escuchar su pensamiento "¿Disfrutaste besar a tu Agapē?". Desvió la mirada asintiendo levemente.

- ¿Qué hay detrás de la puerta azul? -Preguntó finalmente.

-Mi colección de dientes -Aseguró sin mirarlo.

-¿Qué hay ahí? -Insistió mirándolo serio.

Bill tensó tomó la cadera del castaño y lo sentó a su lado, si seguía teniéndolo sobre su cuerpo tarde o temprano se volvería a tirar contra él y besarlo. Dipper no se quejó, aunque le gustara estar cerca del demonio, se sentía demasiado nervioso estando sentado sobre sus piernas.

-Nada importante -Respondió el demonio recibiendo un golpe en su pierna de parte de Сосна.

-Entonces no hay problema que vaya a ver.

-Hiciste un trato -Lo miró alarmado.

-Trato cancelado.

Bill al ver que se iba a levantar, tomó su mano agachando la cabeza, sabía que se enojaría con él como lo hizo cuando vio lo que hay detrás de esa puerta el día de ayer. Tembló asustado de lo que sería capaz de hacer él mismo si volvía a sellar la mente de su hermoso Agapē, no soportaría hacerlo nuevamente sin ir a descargar su dolor con esas armas.

Dipper por su parte vio al demonio temblar, la sola expresión de este indicaba dolor. Fue que se pregunto ¿Qué hay detrás de esa puerta para poner así a Bill? ¿Qué tan malo es?

- No quiero que veas eso...-Susurró con un hilo de voz.

-Tengo que saberlo -Trató de avanzar siendo retenido por Bill.

-S-si ro-rompes el trato no podrás venir aquí nu-nunca más -Hablo tratando de disimular el dolor en su voz, fallando.

-Si rompía el traro me enviarías de vuelta, pero nada impide que otra persona pueda traerme.

Dipper se soltó y se retiró del baño, mientras que Bill hizo un esfuerzo para moverse y seguirlo con un punzante dolor de cabeza, agradeciendo internamente por el largo beso que se dieron que le dio la posibilidad de curar su garganta y aliviar el malestar de su cuerpo.

Bill tan rápido como pudo se acercó al castaño tomando su mano antes de que abriera la puerta. Dipper al sentir aquello se giró a verlo.

- Mi magia de protección es muy fuerte, es fácil para mi hacer una barrera alrededor de mi casa, no podrás entrar, aunque te ayude otro demonio -Lo miró serio.

-Quiero ver que ocultas aquí.

-No volverás a verme -Contuvo la expresión de dolor ante sus palabras.

-Encontraré la manera de romper esa barrera y volver.

Bill se impresiono de la insistencia de Dipper, la motivación de ver lo que ocultaba y asegurarle que encontraría la manera de volver a verlo. Bajó la mirada a Сосна al sentirlo mover su pantalón pidiéndole que le mostrara su verdadero dolor a su Agapē.

-Esta bien, cuando termines te llevaré de vuelta.

Bill resignado lo soltó y se dejó caer en su cama cerrando los ojos para descansar un poco recordando con detalles el beso largo que compartieron en el baño. Сосна a su lado se acurruco en su cuello dándole fuerza y diciéndole que dejara que Dipper se quedara luego de ver lo que hay detrás de la puerta, sin tener una respuesta de vuelta de parte del demonio.

El castaño por su parte entró en la habitación prendiendo la luz, lo primero que vio fue una cama de dos plazas de cobertor azul oscuro en la pared derecha ubicada en el medio. Al lado izquierdo de esta un estante de madera oscura repleto de fotografías enmarcadas. Ya para el lado derecho de la cama una mesita de noche con una lampara pequeña adornando el mueble.

Frente a la cama, al medio de la habitación una mesa redonda de madera oscura y sobre esta se encontraba una bola de cristal de un tamaño mediano.

Al otro lado de la habitación, en el lado izquierdo, encontró la razón por la cual Bill no lo dejaba entrar, no era una colección de dientes o similar, sino que toda la pared lo cubría un mueble lleno de diferentes armas blancas. Iban de Katanas, espadas, dagas, cuchillos y derivados en gran cantidad. 4 bates de béisbol, unos paralizadores eléctricos de tamaño mediano y látigos de cuerda larga con filo en la punta.

Dipper pensó que podría pasar por una armería o cuarto de entrenamiento privado, pero descartó la idea al ver que la mayoría de las armas, por no decir todas, están cubiertas de sangre seca, en el suelo y la pared más próxima al igual que el mueble donde reposaban todas esas armas.

Antes de ir con Bill a pedirle una explicación vio un papel de color amarillo que resalta por sobre las paredes negras, entrecerró los ojos tratando de leer lo que decía "10.710 intentos de suicidio hasta el momento" abrió sus ojos como platos ante esa información sintiendo que le faltaba el aire.

-Así que era verdad -Murmuró.

Dipper no podía creer que Bill haya intentado eso tantas veces, su respiración se agitó tomándose su pecho con dolor y angustia, impotencia y furia hacia Bill. Fue que recordó...ya había estado aquí antes.

Ante las imágenes de ver esto una vez más fue retrocediendo cada vez más en shock por verse a él mismo encarar al demonio llorando como lo estaba ahora, como Bill trató de sacarlo de la habitación hasta que menciono el tema de su intento de suicidio, la forma tan triste y dolorosa que lo vio y beso su frente.

Dipper estando tan inverso en aquel recuerdo del día anterior en breves y poco detalladas imágenes no se dio cuenta de en donde pisaba tropezándose con un cuchillo en el suelo el cual con la caía y ser pisado se elevó terminando clavado en el muslo del castaño.

El humano saliendo por completo de su transe, el dolor de su pecho apretado lo sustituyo el dolor en su muslo el cual fue atravesado por el arma. Ante el dolor que atravesó su extremidad no pudo contener el grito de dolor que involuntariamente salió de su garganta.

Bill quien estaba discutiendo con Сосна sobre su decisión de evitar ver a Dipper de nuevo, escuchó un golpe seco seguido del grito de su Agapē, solo eso basto para que se levantara de un salto chasqueando los dedos para aparecer directamente en la habitación de puerta azul.

Al llegar buscó desesperado a su castaño, se horrorizo al verlo tirado en el suelo sujetando su pierna que estaba atravesada con un cuchillo. Se regañó a si mismo por bajar la efectividad del hechizo de protección de su Agapē para recuperarse.

Entró en pánico al recordar la última vez que Dipper se hirió con un arma en su presencia, aquella daga anti-demonios que casi le quita la vida. Se agachó a su altura mirando la herida genuinamente preocupado.

-Solo tenías que mirar no tocar -Lo regaño.

El rubio con mucho cuidado lo cargo en sus brazos yendo a la primera cama disponible, resultando ser de la misma habitación. Contuvo el impulso de apegar más a Dipper su cuerpo cuando este entre quejidos rodeo su cuello con sus brazos.

- ¿Cómo tienes tanta fuerza para cargarme? -Trató de distraerse.

-Soy un demonio tenemos mucha más fuerza que ustedes, además de que tengo una especial resistencia al daño físico como al mental, por lo que en mi estado puedo cargarte fácilmente -Lo dejó sobre la cama con cuidado. -Eso y que hago bastante ejercicio para mantener la figura y la fuerza.

- ¿Por qué lo haces? -Se quejó mirando tras el demonio.

-Sé que tienes dudas, pero necesito tratar tu herida.

Bill lo recostó de lado ignorando la incomodidad de su pecho al sentir a su Agapē quejarse y estar herido con una de sus armas. Agitando la cabeza, se acercó un poco más viendo con detalle la herida, enojado con ver que aquel cuchillo atravesó su pierna.

-Lo sacaré, respira hondo y no te muevas.

Dipper apretó los ojos y no pudo evitar gritar cuando el demonio sacó el cuchillo de su muslo, aunque lo hiciera con cuidado y lentitud igualmente dolió. Bill por su parte, contuvo el impulso de abrazarlo o besarlo y solo dejar caer el arma limpia en el velador.

El castaño se exaltó cuando vio las manos de Bill envuelta en llamas azules, no tuvo tiempo de alejarse cuando este apoyó cada palma en un orificio por donde paso el arma haciendo presión sacándole un quejido.

-M-me du-duele -Se quejó con lágrimas en sus ojos.

-Lo siento, necesito establecer contacto físico con la herida para curarla.

-¿Po-por qué? -Se quejó.

-No soy bueno en esta área y si quiero que no te deje cicatriz y que la curación sea más rápida, necesito tocarte.

Dipper asintió apretando los ojos quejándose ante cada presión, mientras Bill contenía el impulso de alejar sus manos, cerrando los ojos para concentrarse en curar más rápido la herida de su Agapē y no seguir haciéndole daño.

Luego de unos minutos Bill se tambaleo sentándose apenas en la cama respirando agitado, había logrado curar la herida de Dipper terminando muy cansado. El castaño por su parte secó sus lágrimas para bajó la mirada a su pierna totalmente curada que la única evidencia de que se lastimó fue por los cortes en su pantalón.

Se sorprendió cuando Bill se estiró tocando apenas la daga que lo lastimo volviendola polvo con el ceño fruncido, enojado de que esta lastimara a su Agapē para dejarse caer en su cama agotado. Dipper desvió su mirada al estante lleno de armas con sangre seca, sintiendo un revoltijo de sentimientos referente a eso.

-Gracias por curarme.

-De nada -Susurró cansado.

-¿Por qué intentaste suicidarte? -Buscó su mirada.

-No importa.

Dipper dio un pequeño saltito cuando las luces se apagaron siendo causa de Bill quien al estar dentro de esa habitación era demasiado tentador ir a haya atrás y descargar el dolor que siente, por suerte siendo lo suficientemente bajo para resistirlo.

- ¿Por qué querías matarte? -Insistió viendo de reojo a Сосна subir a la cama.

- Son mis asuntos Dipper, ahora te llevare a Gravity Falls el trato acab...

- ¡Solo respóndeme! -Lo interrumpió.

- No me grites -Murmuró sin moverse ni un poco.

- Por favor, Bill.

El rubio suspiro derrotado, se lo debía, su Agapē estaba en su derecho de exigir respuestas cuando le sellaba la memoria cada vez que escarbaba en su relación. Por una vez en estos días desde que se vieron, deseaba ser sincero.

-¿Por qué? -Se sentó lento- Quise matarme muchas veces, fueron demasiados años que con el tiempo solo aumento lo que sentía...por eso el número es tan grande, sigo vivo solo y únicamente por una razón y es por ella que me permitía curarme y salir por esa puerta con vida.

-¿Qué te llevó...?

-La razón no te la diré, solo...necesitaba reemplazar lo que sentía con algo físico, me decía que no lo volvería a hacer, pero la situación me sobrepasaba completamente.

Dipper por lo que dijo Will comprendió las palabras del rubio, la lejanía que tuvieron ambos estaba matando a Bill, lo hacía agonizar de tal manera que lastimarse físicamente era la forma de desahogarse. No quería que él siguiera sufriendo de esa forma cuando había una manera de impedirlo.

-Me quiero quedar.

Bill levantó la mirada de inmediato sintiendo su corazón latir con fuerza, con esas palabras sentía que le importaba a su Agapē, agitó la cabeza alejando esos pensamientos. No debería quedarse, no podían...

-Quiero quedarme contigo.

Bill se quejó abiertamente ante eso tomando su pecho rogando a su corazón que dejara de saltar, esa emoción de poder estar junto a su Dipper, querer estar cerca, añorando su compañía que tenía prohibido conservar.

-No -Susurró con un hilo de voz.

-Déjame quedarme a tu lado -Se acercó lento.

Dipper podía ver con claridad el esfuerzo de Bill en dejarlo ir, alejarlo de su vida. Sin embargo, no lo iba a permitir, viendo como su cabello cambio a un celeste claro dando por sentado lo que estaba sintiendo el demonio.

- ¿Por qué? Si estas preocupado por si llego a morir no te debe importar -Apretó los ojos, tenía que convencerlo- Solo soy...

-No me importa quien seas, eso esta en el pasado, todos merecen una segunda oportunidad.

Bill retuvo un sollozó al recodar que tiempo atrás hace cuatro años, Dipper le había dicho palabras similares. Abrió sus ojos viendo borroso por las lágrimas dando una bocanada de aire preparado para darle una negativa.

Bill déjalo quedarse, lo necesitas -Interrumpió Сосна.

-No puedo, si lo descubren...

No lo harán -Apoyó su patita en su pierna bajando las orejitas- Cuando se besaban pude ver lo mucho que anhelas su compañía, lo que te duele alejarlo, quédate con él.

-Bien...-Susurró.

-¿Puedo quedarme? -Lo miró sorprendido el castaño.

-Sí.

Dipper sonrió aliviado de que el demonio aceptara, estiro su mano dispuesto a tocar su cabello celeste, atraerlo a su cuerpo y abrazarlo. Sin embargo, se contuvo, no sabía como reaccionaría Bill si hiciera algo así.

-Quiero saber algo -Buscó su mirada.

-¿Ahora qué?

- ¿Le tienes miedo a tu don? -Cambió de tema, necesitaba algunas respuestas.

-No, solo soy precavido con él.

-¿Alguna vez te paso...?

-No, nunca me había pasado esto antes -Acarició a su conejo tratando de distraerse con sus preguntas.

-¿Recuerdas todo lo que viste?

-Todo -Aseguró.

-¿Cómo te sentiste? -Preguntó cauteloso.

-Me sentí...prisionero de mi don, ver el futuro y muertes una y otra vez sin poder detenerlo por mi cuenta no fue grato -Levantó la mirada aun de tonos celestes- Gracias Pinetree, sin ti seguramente seguiría ahí.

Dipper solo le sonrió, Bill ante una sonrisa tan cálida se la devolvió tanto como pudo. Permanecieron en silencio un rato hasta que el castaño recordó donde se encontraba, desvió su mirada a las armas con preguntas volando en su mente.

-¿Tienes otra pregunta? -Interrumpió sus pensamientos.

-¿Cuándo vienes aquí para...ocupar eso? -Señaló las armas.

Bill siguió la dirección donde apuntaba, se tensó al ver el mueble lleno de armas. Le hubiera gustado entrar en su mente y resolver todas sus preguntas, pero el dolor que martillaba en su cabeza le impedía siquiera intentarlo, tendría que responder una por una.

-Son en las noches, más frecuente en la madrugada.

-Pero ayer...

-Ese fue un caso demasiado puntual.

-¿Qué lo causa?

-Cuando sueño con algo en particular, además de ya no poder aguantar lo que siento durante el día -Aclaró- Una vez despierto es cuando vengo aquí.

Bill recordaba perfectamente que al despertar encerraba a su conejo en la habitación para no hacerle daño o que impidiera que entrara mientras sentía que se ahogaba entre el dolor, el frío y el vacío, la horrible sensación de su corazón muerto sin ni un palpitar lo hizo estremecerse.

Dipper se sorprendió cuando fue Bill quien se acercó voluntariamente a su cuerpo aun dejando una distancia razonable, pero con la intensión de que su cercanía reconfortara la incomodidad que sintió al recordar eso en particular.

-¿Estas bien?

-Sí -Le sonrió, algo que no llegó a sus ojos- ¿Alguna otra pregunta?

-Sí ¿Qué es eso? -Apuntó la esfera.

Bill no pudo evitar sonrojarse, sus ojos cambiaron combinándose el rosado con el azul delatando sus sentimientos sobre lo que significaba aquella esfera y para que la ocupó durante un tiempo.

-Tus ojos son rosa -Se acercó impresionado- ¿Qué significa?

-Na-nada importante -Se apresuró a decir cruzando de brazos.

-No creo eso -Rio leve ante la actitud infantil del demonio.

-No te rías -Se quejó.

El color de los ojos de Bill se asentó en el rosado haciendo que el celeste desapareciera tanto de sus ojos como de su cabello. El castaño ante la intensidad del color su mente le enseño una imagen del demonio más joven con los mismos ojos, solo que las puntas de su pelo de color rosa con una expresión avergonzada.

Sonrió leve ante el aumento de los recuerdos, ya entraría en detalle, por el momento tendría cuidado de que Bill no se enterara de eso. Este ajeno a sus pensamientos desvió la mirada apenado.

-¿Me dirás lo que es? -Buscó su mirada.

-Es una esfera de magia ¿Conoces la película infantil de la Bella y la Bestia? Es como el espejo de la bestia mejorado, puedo ver a quien sea con ella solo con mencionar su nombre o apodo.

-Eso es practico -Miró el objeto con ilusión.

-Tiene otra función, si apoyo mi mano y digo "recuerdos" puedo ver mis propias memorias.

-¿De verdad? -Lo miró sorprendido.

-Sí, también tengo estas pequeñas.

Dipper vio encantado una pequeña esfera aparecer en la mano del rubio, intento tocarla frunciendo el ceño al ser evitado por el demonio que alejó el objeto de su alcance.

-A diferencia de la grande las pequeñas solo tienen la función de mostrar los recuerdos teniendo un solo portador.

-¿Por qué?

-Se dañan y no funcionan como corresponden si pasa de una mano en otra.

-¿La grande si?

-Sí, con ella puede usarla cualquiera y cumplir la función que te dije.

- ¿Me darías una?

-Estoy cansado para hacer una ahora -Lo miró apenado

-Bien -Suspiró desanimado

-¿Algo más que quieras preguntarme? -Cuestionó acariciando a su conejo

-Solo una petición

-¿Petición?

-Si pudieras aparecer ropa para mi -Lo miró apenado

-¿Ropa? -Lo miró extrañado

-Quiero quedarme aquí y no traje ropa

-Puedo llevarte a la cabaña para que traigas un cambio -Se levantó lento

-Si vamos... ¿Me prometes que no te iras sin mi?

-Lo prometo -Le sonrió leve.

Bill tomándo a su conejo siguió con las caricias agradeciendo su apoyo e impulsarlo a convivir un tiempo con su Agapē. Frunció el ceño ante una punzada en su cabeza.

-¿Estas bien? -Preguntó preocupado el castaño levantándose.

-Sí, solo tengo dolor de cabeza -Se apareció uno lentes de sol colocándoselos en el acto.

-Deberíamos llamar a Will para que nos lleve -Lo miró preocupado

-Puedo soportar hacer un portal a tu dimensión. -Salió de la habitación.

-¿Seguro? -Lo siguió.

-Sí

Bill dejó a su conejo sobre su cama, este se quejó ante aquello suponiendo de inmediato que ambos se irían sin llevarlo.

-No tardaré -Acarició su cabecita

¿Me prometes que volverás? Es horrible estar solo -Se quejó bajando las orejitas

-Lo prometo -Dejó otra caricia recibiendo una sutil lamida en sus dedos

Recuerda que viene ese demonio por su encargo en la noche

-Gracias por recordármelo

Bill dejando una última caricia a su conejo se acercó a su Agapē, frunció el ceño al verlo mirar la puerta azul con una expresión desolada, tan triste que le nació el instinto de abrazarlo contra su cuerpo y hacerlo sentir mejor. Se detuvo a medio camino cuando Dipper se giró a verlo con los ojos llorosos.

-¿Pinetree? ¿Qué te ocurre?

-¿Sientes tanto dolor al punto de tener esta habitación?

Dipper sentía su pecho apretado, él es su Agapē ¿Por qué no se dio cuenta de lo mucho que estaba sufriendo Bill? Cuando se volvieron a ver fue la cercanía con el demonio lo que permitió llenar ese vacío que cargo por años ¿Cómo no se dio cuenta de eso?

Se sintió estúpido darse cuenta hasta ahora solo gracias a Will, sino seguiría pasando por alto la gran similitud del chico de sus sueños con el demonio, que solo los diferenciaba la edad.

Ahora que sabía la verdad, viendo aquella habitación, deseaba escuchar del rubio cuanto le dolía su lejanía, quería saberlo para asegurarse no separarse otra vez de él. Aunque su memoria fuera sellada una vez más. 

Continuará 

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