N/A: HOLUS!!! Esta es una historia que se me ocurrió super de repente. Sólo subiré el prólogo por ahora, estoy con otra historia mientras, y cuando la termine seguiré con esta. Diganme que les pareció, comenten. Por si acaso, la otra historia se llama "You and me (Percabeth)" Y la terminaré en cosa de... ni idea... pero... ñe... quedense con las ganas. Si hay muchos comentarios, la seguiré cuando pueda. 

Mariana *_*  

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La noche se extendía por todo el palacio, especialmente, el patio de la princesa. Ella observaba las estrellas, cautelosamente, como si se fueran a mover. Estaba triste, con ella misma; pero a la vez, furiosa con su padre. Otro, otro estúpido pretendiente. Todas las semanas uno llegaba, Annabeth no tennpia idea de dónde salian tantos reinos, ni de donde salían tantos príncipes, dispuestos a conquistarla. Había intentado de todo. Le había suplicado a su padre que no la obligaran a casarse. Había hecho el mayor berrinche de la historia en una cena real, con tal de cumplir su objetivo, No lo había logrado. ¿Porqué debía existir esa estúpida ley? "La princesa se debe de casar con un príncipe antes de cumplir los dieciocho años" Esa era la frase que mas habia oido en toda su vida. Se la habían repetidon desde que tenía siete años. Su padre, el gran rey, debía seguir con la prosperidad del reino, y la unica manera de hacerlo, era que su única hija, Annabeth, se casara con un príncipe. "Las buenas mujeres son las que no dicen nada" "Las buenas mujeres solo se ocupan de cuidar de su marido" Al diablo todos aquellos dichos. Annabeth no creía eso. ¿Es que una mujer no podía ser libre? ¿No podían tener libertad y valerse por si mismas? Ahora se arrepentía completamente de haberle dicho que no a la diosa Artemisa. Y es que, mañana, sería obligada a casarse, con alguien a quien no amaba. No. No lo soportaría. Entró a su habitación. Tomó sus cosas, y se decidio a irse. Nadie le iba a obligar a casarse. Nadie. Cautelosamente, bajo desde su balcón, y se pudo a caminar por las ooscuras calles de Grecia, sidpuesta a inventarse un nuevo destino. Su destino.