[17] No puedo decir adiós.

El sol gigante aún estaba en su trayectoria, con mucho temor todos los caballeros de bronce trataron de escapar saltando, Seiya tenía a (T/N) aún en brazos. Esquivaron el primer ataque, pero Apolo hizo un Segundo sol y se lo lanzó a Pegaso y (T/N), creyeron que no tenían oportunidad.

— ¡EXCALIBUR!— un rato cortante verde siguió de ese grito, que cortó al sol por la mitad, Seiya y (T/N) volvieron a abrir los ojos encontrándose con una armadura dorada.

— ¡Shura! — exclamó sorprendido Seiya a ver a Capricornio con su Excalibur preparada, Shura vio sobre su hombro y se encontró con ambos jóvenes. (T/N) no podía creerlo, era su padre quien estaba frente a ella. Sonriente como lo recordaba.

— Perdón por llegar tarde... — habló en un tono suave viendo a la joven, su mirada cambió a preocupación a ver la flecha que sobresale de su pecho. Shura se acercó y se agachó frente a su hija. — ¿Fue Apolo quien te hizo esto?

(T/N) asintió apenada ante su padre, Shura se le notaba el enojo y la impotencia en su mirada y vio severamente a Apolo.

— Sabía que era una locura que ustedes  solos lucharan contra un Dios, así que vinimos. — habló Shura mientras se levantaba.

— ¿Vinimos? — preguntaron ingenuos los caballeros de bronce, varios cosmos se acercaron a su alrededor, los jóvenes giraron su cabeza para encontrarse con cada uno de los caballeros dorados y en el centro estaba Saori con su báculo en mano.

— ¡Saori! — exclamó sorprendido Seiya viendo a la peli lila, que se puso a su lado.

— Apolo, lo que has hecho es imperdonable. — Le dijo con voz firme mientras le apunta con su báculo, sólo consiguió una risa de burla por parte de Apolo.

— jajajaja Athena, ¿Enserio crees que estos humanos tienen oportunidad ante nuestro poder? Jajajaja — Artemisa se acercó a su hermano exhibiendo su figura. Y asintió por lo que dijo a Apolo.

— Saori, esto sólo nos concierne a nosotros, por favor. Permitenos pelear en nombre de los humanos. — Seiya levantó el rostro hacia su diosa, (T/N) abrió sus ojos preocupada.

— ¡Espera, Seiya! — Se sujetó más fuerte al castaño, nisiquiera le importó que la flecha que tenía el su pecho chocara contra la armadura de Pegaso. Pero igual le provocó un gran dolor, Seiya pasó su mano por su alborotado cabello y se acercó a su oreja.

— No te preocupes, siempre vamos a estar juntos, espérame ¿Ok? — habló dulcemente y le dio un suave beso en la frente, (T/N) no quitó su expresión preocupada. Pero asintió con unas lágrimas asomándose por sus ojos; seguido se dirige a su diosa con (T/N) aún en brazos. — Por favor, Saori. Cuidarla mientras tanto...

Ella dejó su báculo y sostuvo a (T/N) qué no quería separarse de Seiya, mantuvo contacto visual con Pegaso que le pareció mucho pero en realidad fueron unos segundos solamente, Saori y (T/N) tuvieron que quedarse atrás para estar seguras, viendo como los caballeros más valientes iban a enfrentarse a los mismos dioses.

— Les diré algo. — Seiya estaba en medio de la Fran fila que conforman los caballeros dorados y de bronce. — Enfrentar a un Dios no es fácil, pero hoy no sólo peleamos por nosotros. Sino por todos los humanos que están en la tierra y tal vez... no sobrevivamos...

— Bueno... fue bueno disfrutar de estar vivo, aunque hayan sido sólo unos días... — habló con pereza DeathMask rascándose la nuca, varios le miraron, unos de acuerdo y otros que creían que era inapropiado momento para decir tal Cosa. Pero igual sintieron que por lo menor tendrían oportunidad contra Apolo.

Todos comenzaron a elevar su cosmos al máximo para avanzar en una ola de ataques en equipo.

— ¡METEOROS DE PEGASO! — El primero en lanzar su ataque fue Seiya, los meteoros se dirigían a gran velocidad contra Apolo, pero se detuvieron a solos centímetros de su cara y desaparecieron ante sus ojos, Seiya gruñó enojado y siguió atacando.

Apolo no se iba a quedar callado ante tal falta de respeto por parte de los humanos, que abrió de nuevo su palma y aparecieron tres soles pero más pequeños que el primero, dispuesto a lanzarlos contra los caballeros de bronce. Estos trataban de esquivar los o desviarlos con otros ataques.

— ¡DRAGON NACIENTE! — Shiryu dirigió su puño hacia un sol, que explotó mandando a todos a volar a unos metros de distancia entre ellos.

Apolo estaba un tanto sorprendido por que con ese ataque pudo contra el suyo, pero esa no era la tercera parte de su fuerza, giró su rostro hacia su hermana que aún estaba viendo el inerte cuerpo de su antiguo sirviente. Se sentía decepcionada por Ícaro, pero el fue un tonto por darle la espalda por los humanos, pero sentía que parte de lo que le había pasado fue su culpa, y a pesar de que no quería sentirlo. Ese sentimiento de culpa le hacía presión en su consciencia, pero ya era muy tarde para arrepentirse.

— Es hora que los humanos tengan su castigo. — murmuró Artemisa invocando su arco y flechas de oro apuntando a los caballeros, varias aparecieron a su alrededor y tenían la misma dirección, las flechas salieron disparadas en una milésima de segundo amenazando con las vidas de los caballeros de Athena.

— ¡MURO DE CRISTAL! — gritó Mu extendiendo sus brazos a los lados para hacer una barrera que les protegiera, pero no más chocaron dos flechas en su muro este estalló quebrandose, unas flechas le dieron al Santo de Aries, como en los brazos y en el hombro derecho, tuvo mucha suerte que pudo moverse con rapidez para esquivar las flechas más letales.

Pero no pudo evitar que las flechas llegarán a sus amigos, entre Dokho y Shun pudieron cubrir al resto de los caballeros con suma dificultad, algunos salieron heridos pero no vencidos.

— ¡CADENA CIRCULAR, PROTEGENOS! — seguido la cadena con la punta de círculo hizo una gran espiral alrededor de Ikki, Hyoga, Afrodita, Camus y Milo. Mientras Dokho cubrió al resto con el escudo de Libra.

Aioros usaba sus flechas para detener las de Artemisa, con ayuda de Afrodita y DeathMask les fue posible ponerse a salvo.

— ¡Esto es inútil Seiya! ¡Si sólo tratamos de bloquear o esquivar sus ataques jamás ganaremos! — Gritó Aioria usando su Carga voltaje para destruir un pequeño sol que se dirigían a ellos. — ¡Y no se sabe si estos dioses se cansan!

— ¡Amigos! ¡Tenemos que resistir! ¡Recuerden que el destino de la tierra está en nuestras manos! — gritó Pegaso lanzado otra ronda de sus meteoros haciendo estallar otro sol, entre el humo y la confusión de la batalla, dos caballeros de los hielos vieron que esa era su oportunidad.

— ¡Vamos, Hyoga! — le gritó Camus mientras corría hacía Apolo a gran velocidad, el caballero de Cisne asintió y le siguió el paso para saltar al mismo tiempo que su maestro haciendo la posición de la ejecución de Aurora.

— ¡EJECUCIÓN DE AURORA! — gritaron ambos para lanzar el ataque de hielo hacía el dios del sol, que se sorprendió por la táctica que le golpeó de pronto, pero los caballeros no cantaron por la victoria por que entre la niebla helada su podía ver la figura alta de Apolo que reflejaba sed de su sangre en sus ojos. Resulta que su ataque le congeló el brazo con que se había cubrido.

— ¡Eso es! ¡Unan sus fuerzas y podremos vencer! — el gritó de Seiya animó a todo el mundo, que respondieron con un fuerte si, pero Apolo elevó su abrumador cosmos que se liberó de la trampa helada que se encontraba su brazo, su mano se iluminó en blanco apuntando a los caballeros de Acuario y cisne, un gran rayo emergió de su mano dándole de lleno a Hyoga y Camus, su armaduras se quebraron cuando cayeron contra el suelo sin moverse.

— ¡Camus! ¡Hyoga! — exclamó preocupado Shun intentando acercarse a su amigo, pero el suelo tembló a sus pies haciendo que perdiera el equilibro, varios trataron de pararse con firmeza para no caer como Andrómeda.

— Esto... esta... mal... — susurró (T/N) desvaneciendose casi cayéndose hasta que Saori la atrapó impidiendo que eso sucediera. Aquella flecha estaba brillando en una forma sospechosa, (T/N) respiraba con dificultad y jadeaba con cansancio, estaba muy preocupada por Seiya y por sus amigos. Sólo rezaba en silencio por su bienestar, a pesar de su estado.

— ¡(T/N)! ¡Resiste un poco más por favor! — alarmada, Saori se arrodilló y puso la cabeza de la débil muchacha en sus piernas, el dolor en el pecho era insoportable, el cuerpo de (T/N) no estaba acostumbrado a resistir tantos días aquel dolor. Y con las heridas que tenía a causa de pelear contra Touma no parecía tener esperanza.

Saori recordó cuando ella misma fue herida por la flecha de Sagitario, pero esto era algo más allá de lo que podía hacer, la flecha de un caballero dorado no es la misma que la de una diosa y temía que esa flecha le estuviera absorbiendo la vida lenta y dolorosamente.

— ¡Shiryu! ¡¿Te acuerdas de la técnica que te enseñe en la pelea contra Hades?! ¡Es momento de usarla! — el mayor de todos los caballeros dorados se acercó a su discípulo que asintió, ambos se acercaron a Apolo con gran velocidad.

— ¡LOS CIEN DRAGONES DE ROZAN! — dijeron ambos extendido sus brazos hacia delante, miles de dragones salieron volando hacía Apolo, que rápidamente levantó sus manos haciendo una barrera sobre y si hermana desviando a todos los dragones, Dokho y Shiryu No podian creer lo que veían, todos sus dragones no fueron rival para el dios del sol. El mismo hizo una señal a si hermana que volvió a invocar más flechas a su alrededor, Apolo dirigió esa barrera hacía los caballeros a la vez que Artemisa soltaba sus flechas hacía los mismos.

Varios intentaron desviar las flechas, pero la barrera de Apolo los empujó a todos para atrás recibiendo todo el impar de la furia de los dioses, Seiya cayó boca arriba con flechas en su cuerpo, una en el abdomen y dos en el hombro, una de estas estaba muy cerca de perforar su pulmón.

— S-Seiya... — apenas podía moverse, aquella ola de poder le Habia aturdido, su compañeros no estaban en mejores condiciones. Pudo girar su cabeza para ver a su alrededor con cierta borrosidad, los cuerpos de sus amigos lastimados con varias flechas sobresaliendo de ellos. Pudo notar que aún estaban vivos, pero sufrían como no sabría decirse, charcos de sangre rodeaban y mancha sus armaduras, Seiya podía sentir como el líquido vital salía de su boca cuando comienza a tocer. Cada movimiento se hacía era una tortura que prefería la muerte. — Seiya...

Volvió a escuchar su nombre, alguien le estaba llamando, pero su voz era tan débil, más que un susurro y reflejaba sufrimiento. Quería ver lo que pasaba Así así que volvió su cabeza para atras y allí vio a (T/N) en los brazos de Saori, pero se dio cuenta que la reencarnación de Athena elevaba su cosmos. Seiya no lo sabía, pero (T/N) se le estaba acabando la vida en los brazos de Saori y ella creía que si le daba un poco de su cosmos podría sobrevivir. Pero la peli lila estaba tan preocupada por sus caballeros que no sabía que hacer, le había prometido a Seiya que cuidaria de (T/N), pero ellos también estaban muy heridos con para resistir mucho tiempo. No podía ayudar a su amiga y A sus caballeros al mismo tiempo.

— Sao-ri... — La voz de (T/N) despertó a Athena de su ensoñación que le miró preocupada. — Ve... con... ellos...

— ¡Pero si lo hago... tu..! No tienes la suficiente fuerza para sobrevivir... — le habló con sentimiento y lágrimas en sus ojos, más (T/N) parecía tranquila y le sonrió.

— Si... algo eh aprendido...de... vosotros... es que nada... es imposible...Y que... ha veces... tienes que sacrificar algo ... por las personas más queridas. — con las fuerzas que aún tenía trató de no perder el conocimiento, Saori le miró aún dudosa. — Saori... ellos... lo entenderán...

No quería aceptarlo, dejarla sería entregarla a la muerte, pero (T/N) no parecía tener miedo alguno y quería que ayudará a Seiya y a todos. Con mucho pesar, bajo el cuerpo de (T/N) acostandola en el suelo, tomó su báculo nike y se levantó. Miró de reojo a su amiga en el suelo, sus labios se curviaron en una leve y débil sonrisa.

Siguió caminando hasta Dar con Seiya que le miró con preocupación.

— Sa-Saori ¿Qué le pasa a (T/N)? — insistió mirando de nuevo a su novia, que le veía con cierto cansancio en sus ojos. Había sufrido demasiado en todos esos días y sólo quería descansar. A no ver respuesta por parte de su diosa Seiya se preocupó más. — ¡Saori!

— Tranquilo Seiya... — habló suavemente Saori, al castaño le pareció sorprendente esa calma que transmitía su diosa que quedó callado, el cosmos de Saori estaba aumentando como nunca antes, tanto que todos sus caballeros recibieron esa energía. Aún sentían el dolor de las heridas, pero no como antes, Saori tomó con fuerza su báculo y se puso frente a los dioses. — Fue un gran error enviar a mis caballeros a pelear en una batalla que sólo le corresponde a nosotros los dioses.

Apolo y Artemisa miraron sorprendidos a Saori por que les apunto con su báculo con una aura dorada a su alrededor, sus caballeros también veían la escena atónitos y preocupados. Pero la peli lila ya estaba harta de ver sufrir a los que quería y le protegen, ver el sacrificio de todos sus amigos le hizo comprender que no debía ocultarse de sus propias batallas y tenía que  hacerle frente a las adversidades, por grandes que estas sean.

— ¿Estás hablando en serio, Athena? —  Artemisa abrió sus ojos más que sorprendida por la actitud de su hermana menor, Saori le vio severamente.

— Debí hacer esto desde el inicio. — habló en un tono bajo, su báculo brillo con mucha intensidad y un rayo salió disparado hasta los dioses, ellos rápidamente trataron de esquivarlo pero Apolo le rozó el brazo derecho hiriendole, su sangre brotó de la herida manchando sus blancas ropas, Apolo se llevó la maní a su brazo sintiendo algo que nunca había experimentado, algo nuevo y que le atormentaba... por fin pudo sentir el dolor, el de una Herida abierta por su propia hermana, tanta era su rabia que creo un sol muy cargado de su cosmos y le dirigió a Saori que rápidamente respondió con otro rayo que detuvo su avance.

Ambos dioses trataban de superar al otro, el viento se volvió tempestoso levantando el polvo cegando parcialmente a los caballeros, Saori quemaba su cosmos al máximo, el destino de la tierra estaba en sus manos ¡Tenía que derrotar a Apolo a toda costa! ¡Por sus amigos!. Pero no se había dado cuenta de un plan que Apolo tenía en mente, miro de reojo a su hermana que se preparó con otra flecha. Saori estaba dispuesta a elevar más su cosmos cuando Apolo le vio con severamente.

— Jamás podrás salvar a tu amiga. — el corazón de Saori se partió en dos y inconscientemente se giró a ver a (T/N), aún estaba en el suelo, su piel hacia tiempo que había perdido color, tenía sus ojos a punto de cerrarse. Saori no pido evitarla mirarla con dolor. Pero no esperaba que Artemisa estaba preparando una flecha que le cobraría su vida.

— Adiós, Athena... — la flecha salió disparada hacía la diosa de la guerra que aún estaba distraída, Seiya y los demás caballeros notaron el ataque traicionero de Artemisa. Pero sus cuerpos estaban adoloridos y cansado, Seiya fue capaz de levantar la cabeza para advertirle a Saori.

— ¡Cuidado Saori! — el grito de Seiya sorprendió a la peli lila que dirigió su mirada hacia él, la flecha se acercaba más a gran velocidad, pero después un resplandor fucsia chico con la flecha de oro haciendo una explosión que deslumbró a todos los presentes.

Cuando todo parecía volver a la normalidad, nadie sabía quién había dado aquel ataque. Hasta que sintieron un gran cosmos en lo más profundo del Coliseo, allí estaba el Ángel Ícaro tratando de levantarse con otra de sus esferas en mano, sangre salía de su boca en gruesas gotas que caían al suelo, a cada paso que daba se podía oír el crujir de sus huesos rotos. Pero su mirada tenía algo distinto, se podía reflejar la determinación y la fuerza de voluntad que poseía, su cosmos estaba ardiendo al máximo sorprendiendo a todos los presentes, que ya lo habían tomado por muerto.

— Señorita... Artemisa... — con voz ronca y una mirada desafiante hacia su propia diosa siguió caminando, concentró más energía en su esfera. — Es... esto que ustedes... hacen esta... mal...Y... no puedo permitirlo...

— Ícaro.... — murmuró atónita Artemisa, Touma apretó los dientes con rabia.

— ¡¡Mi nombre es Touma!! ¡Y soy un humano! — el gritó de el Ángel sorprendió a su diosa, entnces Saori sintió como si otros cosmos se encendieron al compás, miro tras de ella y observó a sus caballeros que se levantaban tambaleantes uno a uno.

— Touma tiene razón, no podemos permitir que destruyan nuestro mundo... — Shiryu se sostenía el brazo ya que lo había dejado de sentir por tres flechas se clavaron en él.

— Ni a las personas que viven allí... — seguido Hyoga casi cae a suelo pero logra ponerse de pie, Saori veía impresionada como todos se levantaban sin dudarlo, a pesar que eso le provocaban un gran sufrimiento.

— La humanidad puede equivocarse, pero nosotros los humanos aprendemos de nuestros errores y tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos. — Shura hacia fuerza para levantarse a pesar e gran dolor que se estaba ocasionando el mismo.

Todos los caballeros estaban firmes antes los dioses que no creían que pudieran moverse después de lo que había pasado, sus cosmos se unieron en uno solo Seiya se puso a lado de Saori con su puño listo.

— ¡Lucharemos por el futuro de la humanidad! — otro rayo salió disparado del báculo de Saori, pero la intensidad y la fuerza era totalmente diferente, tanto era el poder que Apolo y Artemisa tuvieron que unir fuerzas para responder rápidamente al ataque en otro rayo resplandeciente. Ambas fuerzas estaban chocando tratando de superar al atro, los dos estaban a la par pero no por mucho, aún los caballeros estaban débiles pero trataron de no bajar su cosmos en ningún momento. Pueden sentirlo, el cosmos que brota desde el fondo del corazón y del alma, la heridas en su piel, el cansancio y la adrenalina que recorría sus cuerpos. Sensaciones que te hacen comprender de qué estas vivo.

Se el enfrentamiento se estaba prolongado demasiado para que Seiya y sus amigos puedan soportarlo. Todos estaban tan distraídos con el enfrentamiento que nadie se daba cuenta de la débil muchacha que yacía unos metros detrás de ellos, contemplando la ardua batalla, se sentía impotente por no poder moverse. Quería ayudar a sus amigos que vinieron a salvarla a costa de su vidas, pero sus fuerzas casi le abandonaron. Pero no podía aceptar la propuesta de la muerte todavía, debía hacer algo por ellos; pero la flecha dorada que le estaba absorbiendo la vida le impedía elevar su cosmos y mucho menos moverse. Pero recordó todo el trayecto que tuvieron que pasar ellos mismos para llegar hasta aqui, se lo debía, tenía que hacer algo.

El cosmos de los dos dioses estaba superando al de los caballeros que comenzaron a retroceder, varios se clavaron en el suelo para no echarse para atrás. (T/N) vio que aún podía sentir su brazo derecho, sus dedos temblaron y comenzaron a deslizarse por el suelo blanco manchado de su propia sangre. La flecha en sí pecho comenzó a vibrar dándole otra dosis de dolor a la joven, pero ella resistió para elevar su mano hacía Apolo que estaba abierto a ataques. Una aura verde le rodea el brazo tembloroso de (T/N), la flecha aún estaba vibrando avisando que ese ataque sería su último aliento.

— «Seiya, te daré la oportunidad de derrotar a estos dioses. ¡Ganarles y salven al mundo!» — pensó concentrando sus últimas fuerzas en ese momento, un rayo cortante salió disparado del brazo de (T/N) hacia Apolo, su brazo cayó sin cuidado contra el suelo sin más fuerzas. Pero lamentablemente sólo le rozó un poco la mejilla y no le hiere, pero Apolo se distrae por la débil ráfaga de poder que había sentido cerca de él. Seiya notó el descuido de Apolo y aprovecho el momento.

— ¡ES HORA! ¡ELEVEN MAS SU COSMOS! — exclamó Seiya haciendo reaccionar a sus compañeros que hicieron lo que ordenó Pegaso, el rayo fue con más fuerza en contra de los dioses que fueron tomados desprevenidos ante tal ola de poder. Antes de que pudieron elevar su cosmos el rayo de los caballeros de Athena le llegó de lleno provocando una gran explosión junto a un resplandor cegador que obligaron a todos a cubrirse.

Todo se volvió silencio, nadie decía nada, cuando todos volvieron a levantar la vista, vieron un gran cráter donde en el medio Están los dioses del sol y la cacería, sus cuerpos estaban muy lastimados y no parecían estar conscientes.

— Lo... logramos... — Seiya no pudo evitar emocionarse y soltar unas risas, pero volvió caer en la realidad a acordarse de la joven que Está en el suelo. — ¡(T/N)!

Rápidamente como un rayo corrió hacia la joven, sus ojos chocolate analizaron al cuerpo de (T/N), la palidez de su cuerpo no era nada normal. Seiya preocupado por lo ver reaccionar a su novia cuando le toma entre sus brazos, su corazón se detuvo por un momento a sentir la fría piel de (T/N) en sus manos.

— (T/N)... despierta... ya ganamos...— varios se comparecía de Pegaso y Capricornio, Shura se dio cuenta que su hija no volvería a abrir sus ojos que no pudo contener las lágrimas y dejarse caer de rodillas. Saori y Shun también se pusieron a llorar en silencio, Ikki estaba sorprendido y atónito como Hyoga, que no lo podía creer.

Seiya aún están en negación de que que la muerte de (T/N) fuera verdad, sacudió un poco en débil cuerpo de la joven para ver alguna reacción, le llamaba insistente a punto de romper en lágrimas, se estaba desesperando hasta tal punto de gritar su nombre.

— ¡Despierta! ¡(T/N) por favor no me hagas esto! ¡(T/N)! ¡(T/N)! — los gritos de Seiya le partían el alma a los presentes que no pudieron evitar sentir empatía por el pobre Pegaso, todos se miraron entre ellos hasta que cayó en Shiryu que estaba detrás de Seiya. Este se acercó y le puso su mano en el hombro del castaño que estaba muy tenso.

— Detente Seiya. — habló suavemente el dragón llamando la mirada dolida de Seiya, que negó rotundamente agitando su cabeza.

— ¡No! ¡Me niego a creer que ella pueda estar...! — nisiquiera pudo terminar la frase entre sollozos, el de larga melena negra negó con la cabeza lentamente. Pegaso aferró más el cuerpo de (T/N) al suyo, siendo la maldita flecha el único obstáculo entre ellos.

— (T/N)... sacrificó sus últimas fuerzas para ayudarnos... — La que hablo fue Saori, gruesas lágrimas caían por sus mejillas, sus labios estaban apretados dejado ir las palabra con dificultad, todos le miraron sin comprender. — Pude sentir el débil cosmos de (T/N) cuándo Apolo se distrajo, estoy segura que... fue (T/N) quién nos ayudó...

Seiya volvió a ver el rostro de la joven, una débil sonrisa se había formado en sus labios, pudo comprender que... era verdad, (T/N) había muerto. Sentía una profunda tristeza y culpa, quería protegerla pero todo se le fue encima como una avalancha que hasta la pobre (T/N) se sintió en la obligación de ayudarle. Sus lágrimas cayendo sobre su rostro y con el corazón hecho pedazos, posó su frente con la de (T/N), aceptando la triste realidad..

— (T/N)... — todos estaban alrededor de Pegaso que nadie se dio cuenta que alguien observa, lastimado y lleno de venganza. Apolo aún estaba con vida y aunque fuese su último ataque lo usaría para destruir a los caballeros de Athena, levantó su mano desde el suelo para crear un sol pequeño pero mortal y enviarlo a los caballeros. Que ni se dieron cuenta que sus vidas volvían a correr peligro.

Pero el sol jamás llegó a su objetivo, todos se dieron cuenta que otra presencia poderosa estaban entre ellos, los caballeros le vieron de espaldas y sus largos cabellos rubios sobre la túnica blanca y limpia que cubría a ese ser tan poderoso. Su sola presencia sorprendió a todos los caballeros, Saori, al igual que Apolo tenían los ojos bien abiertos de la sorpresa. Su blanca piel perfecta y sus ojos azules cielo adornan la faz del bello hombre, que resulta que paró el sol con una sola mano y lo extinguió entre sus dedos. Apolo trató de levantarse ante el dios más fuerte del Olimpo.

— Pa-Padre... — habló con voz ronca desde el suelo, más Zeus le vio con enojo.

— Han caído muy bajo, ya no puedo ver que sigan atormentado a estos jóvenes. — habló autoritario el dios dioses, Apolo estaba confundido como la mayoría.

— Pero ellos se rebelaron en contra nuestra... — Fue la excusa de Apolo que hizo enojar más a su padre.

— Yo sé lo que pasó, deberían estar muertos ahora. Eso es lo que merecen por arrebatarle la vida a esa pobre chica. — fruncio en ceño ante sus hijos, ya que Artemisa comenzó a despertar también.

— Pero...

— Pero nada. — le interrumpió Zeus— Esa muchacha tiene más bondad, misericordia y valor en un cabello que ustedes en todo el cuerpo. Ella sin tener nada que ver con esta guerra dio su vida por el bien de la tierra y de los que ama, pensé que comprenderian del poder los humanos... Pero veo que me equivoqué.

Ante tales palabras Apolo temía por lo que venía y  levantó su mano a la vez que levantaba su mano.

— ¡Ahora desaparezcan de mi vista! — y de un chasquido de los dedos de Zeus, la presencia de Apolo y de Artemisa desaparecieron ante los ojos de los caballeros. Este suspiró con decepción y se dirigió al numeroso grupo. — Los dioses han perdido lo que los identifica, la misericordia y la bondad que ustedes poseen ya no somos dioses.

— por favor, Zeus. ¿Podría ayudar a nuestra amiga? — suplicó Saori acercándose al dios del trueno, que se pudo a pensar un momento.

— Podemos tratar, espero que no sea demasiado tarde. — se acercó a Seiya que aún tenía a (T/N) en brazos, desconfiaba de aquel Dios y no sería fácil acercarse. — Pegaso, aún puedo salvarla. Sólo Confía en mi...

Seiya no quería soltarse de (T/N), temía que no volviera a estar con él nuevamente. Pero decidió que, si era verdad lo que decía. La tendría sana y salva, así que le dio a (T/N) rogando que despertará.

— La vida de su amiga fue absorbida por la flecha de Artemisa, así que en ella aún está su alma. — posó su mano sobre la flecha de oro, un brillo intenso salió de esa flecha y envolvió a (T/N). El cosmos de Zeus era algo que estaba en otro nivel, que transmitía esa energía a los alrededores. Los segundos se volvieron eternos, pero finalmente el brillo disminuyó y todos contemplaron la flecha en la mano de Zeus y no en el cuerpo de (T/N). Por fin el color de sus mejillas volvieron a su color natural y sus pecho subía y bajaba a compás de su respiración. (T/N) volvía a vivir pero aún estaba inconciente, se la entregó a Seiya que no dudó en abrazarla sin intenciones dejarla ir. — Está muy cansada, en unos días volverá a ser la misma de siempre.

— Gracias, enserio gracias. — agradeció Seiya profundamente.

— Es lo menos que puedo hacer, esa jovencita es muy especial. Tal vez los dioses deberíamos aprender de ustedes para recuperar la humanidad que hemos perdido. — respondió con una leve sonrisa, todos estaban felices por el regreso de (T/N), lo que significa que había esperanza para un mundo sin guerra. Ahora sólo podían creer en ellos mismos para formar aquel  bello futuro que anhelan tanto.

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« ah... ¿Donde estoy?» — se dijo en su mente, pero todo era oscuridad, el cansancio en su cuerpo era inmenso. Pero pudo reaccionar a sentir algo familiar, una calidez que no sentía desde hace tiempo. Sus manos percibieron una tela, y no sólo eso. Algo que era firme y suave a la vez, cierto calor golpea su rostro que hace que intente acomodarse, pero algo le tenía agarrada muy fuerte que eso era imposible. Abrió los ojos lentamente acompañados de un bostezo.

Lo primero que vio fue el color rojo de una camiseta, estaba tan cerca que se podía oír los latidos de quien estaba junto a ella. Parpadea un par de veces antes de levantar su rostro y a ver a la persona que estaba durmiendo con ella, estaba tan tranquilo, mechones de su cabello castaño caían sobre su rostro dormilón. (T/N) no sabía dónde estaba exactamente, pero cuando vio a Seiya supo que todo estaba bien, así que ella también le abraza en el torso volviendo a sentir la calidez de Seiya cómo lo recordaba. De repente siente movimientos por parte del castaño que trata de despertar.

— cinco minutos más... — dijo entre sueños, (T/N) no puede votar reír un poco, haciendo que los ojos de Seiya se abrieron lentamente. Aún adormilado vio a (T/N) qué le sonrió y volvió a cerrar los ojos, pero fueron abiertos de golpe nuevamente..— ¡(T/N)! ¡Despertaste!

— Hola jeje. — Fue interrumpida por que sintió una presión sobre sus labios, Seiya le estaba besando apasionadamente, sintiendo que de verdad no era un sueño. Ella le corresponde con gusto, el intenso y prologado beso se cortó cuando la jóven se dio cuenta que Seiya estaba llorando. — ¿Qué te ocurre Seiya? ¿Estas bien?

— Estoy tan feliz de tenerte de vuelta. — Fue la respuesta del castaño mientras ponía sus manos sobre las mejillas de (T/N).— jamás de me des esos sustos, pensé que jamás te volvería a ver. Te amo mi princesa.

— Seiya... yo también te amo, mi burrito con alas. — le dio otro beso corto que fue correspondido por el castaño, estuvieron un rato en ese cuarto que resultaba que era una de las habitaciones de la mansión Kido. Seiya le dijo que tenía que salir y la llevó a la sala, todos los caballeros de bronce estaban ocupados en sus asuntos que mi se dieron cuenta de la presencia de los jóvenes.

— ¡Oigan! ¡Miren quién volvió! — el gritó de Seiya llamó la atencion de todos, que se sorprendieron a ver a (T/N) y se abalanzaron sobre ella.

— ¡(T/N)! — Fue Shun el primero en abrazarla y ella correspondió. — ¡Que bueno que volviste!

— ¡Bienvenida de vuelta! — Shiryu fue el siguiente.

— ¡Sabía que te recuperarias pronto!

— por un momento pensé que nos moririamos de hambre por las horrible comidas que hace Tatsumi. — Ikki se acercó al grupo aparentemente feliz, el cometario hizo reír a más de a uno, en eso la puerta de la sala se abre dejando ver a Saori, que a ver a (T/N) sonrió y corrió a abrazarla con lágrimas en los ojos.

— ¡Estas bien! ¡Gracias a los dioses! — aún la seguía abrazando muy feliz de ver a su amiga con vida nuevamente.

— Bueno Saori, recuerda que hay alguien más que quería ver a (T/N) cuándo despertará. — Seiya separabas suavemente a las mujeres, (T/N) le vio confundida.

— ¿Quien? ¿De quien hablan? — preguntó mirando a su alrededor, fue cuando la puerta volvió a abrirse, todos observaron como (T/N)  se acercaba a la persona de cabello verde oscuro, que también estaba sorprendido..— ¿Pa-padre?

— (T/N)... — Shura la observó de arriba abajo, y no dudó en abrazarla en contra su pecho. — no Sabes la falta que me hacías...

— mamá te manda saludos... — susurró aferrada a su pecho, unas lágrimas estaban saliendo por sus ojos.

— Estoy orgulloso de ti, hija. — sonrió viendo a su hija a los ojos, se veían la felicidad y la emoción de tenerla alli. La soltó a ver de nuevo a Seiya y corrió a volver a abrazarlo y darle otro beso. — ¡Oigan! ¡Traten de mantener distancia!

Todos rieron por el comentario, pero eso no pudo terminar con abrazo entre Seiya y (T/N), su lazo era más fuerte que antes, con más amor y confianza. Ya habían probado que nada pueden separarlos, era el destino que querían que estuvieran juntos, fue su unión que los mantuvo fuertes en la peores situaciones.

Con amor todo se puede...

~~~ Fin ~~~

Y este es el final del libro, quiero Agradecer a las personas que siguieron está historia hasta el final. Enserio gracias por leerla y espero que haya sido de su agrado.

No se preocupen, seguiré escribiendo nuevos proyectos así que aún no se han librado de mi jajajaja

Cuando empecé esta historia, no sabía cómo iba a terminar, ahora lo sé. Gracias por motivarme a escribir y expresar mi profundo amor por esta serie.

Ahora sólo puedo decirles ¡Hasta la próxima historia!

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