[14] Perdóname.

Seiya fue lanzado por un pasillo estrecho, hasta que cayó súbitamente contras unas escaleras blancas. Pero allí pudo sentir la presencia de Saori, en medio del agua con una Herida, pero no sabia cuan profunda era...

Mientras, (T/N) luchaba con todas sus fuerzas contra Ícaro.

— ¡EXCALIBUR! — gritó y lanzó sus rayos cortantes al Ángel, este los esquivó con rapidez. — ¡Rayos!

Intentó cubrirse de una esfera de electricidad, pero igual hizo efecto lazandola contra la pared.

— «Parece muy inexperta en el combate, pero hay algo que la motiva a seguir...» — pensó Ícaro mientras veía como (T/N) se levantaba, ya parte de su armadura estaba quebrada, al igual que varias costillas.

— ¿Qué tanto me miras? — habló desafiante escupiendo sangre, le miraba con un odio profundo. — ¿Qué le hiciste a Seiya? ¿Donde está?

Le amenaza con la Excalibur, más Ícaro parece muy tranquilo.

— No entiendo como desperdicias tus energías por sólo saber sobre Seiya de Pegaso... — dijo algo confundido por la actitud de la joven.

— ¡Tu jamás lo entenderás! — chilló la muchacha. — ¡Yo daría mi vida por ayudar a Seiya!

— Es cierto que no lo entiendo... no puedo... — Ícaro parecía estar sumergido en sus pensamientos, (T/N) vio que era su oportunidad.

Corrió hacia el con la Excalibur en mano, pero Ícaro reaccionó al fin y esquivó la estocada. Pero no se percató que (T/N) se impulsó con una pared y saltó encajan sus pies abajo de los brazos de Ícaro.

— ¡SALTO DE PIEDRA! — giró su cuerpo lanzando a Ícaro al aire, cuando (T/N) cayó en el suelo, afiló su espada, y volvió a saltar hacia Ícaro, pero para su sorpresa este se quedó flotando en el aire con una esfera en mano. (T/N) estaba propuesta a atacarle.

Sus fuerzas chocaron, su energía eléctrica de Ícaro y la Excalibur de (T/N) chocaban con tal fuerza que él suelo comenzó a quebrarse y el agua a elevarse.

— ¡Con este es el cosmos de los caballeros del más alto rango! — exclamó Ícaro aún con su esfera entre las manos para parar el ataque de (T/N), pero ella comenzó a retroceder. Se le acaban las fuerzas.

Pero un escalofrío le recorrió la espalda a (T/N),  Se sintió gélida y paralizada, como si algo faltará en ella. Un cosmos había desaparecido por completo: Era el de Seiya.

— ¿Seiya? — murmuró en ensoñación, pero reaccionó cuando sintió que el poder de Ícaro le supera y le empuja hacia atrás, recibiendo el ataque a toda su potencia y cayendo boca abajo sin fuerzas, una hombrera de su armadura ya se había hecho pedazos.

— Creo que... el cosmos de Seiya de Pegaso... Se ha apagado completamente. — dijo Ícaro mientras miraba hacia arriba, sintiendo la ausencia total del cosmos de Pegaso.

(T/N) se sentía tan débil, pero tanto que la vista se le nubla, Tenía parte del rostro en el agua. Pero pudo visualizar algo brillante frente a ella. Era color verde esmeralda y con forma de diamante, es el colgante que le dio su madre el día de su cumpleaños, se había abierto dejando ver la foto familiar donde estaba ella y sus padres.

Con dificultad, comenzó a mover su mano hacía el colgante para tomarlo. Lo acercó más a su rostro para visualizar mejor la imagen.

«¿Qué estoy haciendo? Todos están peleando dando todo, hasta su propias vidas... mi padre me envió la armadura de Capricornio con la esperanza de que yo salvaría el mundo que el protegió...— se levantó tambaleante sosteniendo el colgante y elevando su cosmos.— Seiya... No importa lo que me pase... ¡Te ayudaré y seré útil! ¡Por mi padre y madre! ¡Por nuestros amigos! ¡Por nuestro Futuro!»

— ¿¡Uh!? — exclamó sorprendido Ícaro a ver que volvía a levantarse con más fuerzas. — No lo entiendo, ¿por que insistes? ¿Por que sigues peleando a pesar de tu cuerpo débil?

— Tal vez sea cierto lo que piensan... — (T/N) hablaba de forma sería a espaldas. — Qué nosotros merecemos ser destruidos por los dioses, pero igual no les dejaremos que acaben con nosotros tan fácilmente. ¡Por que los humanos creemos en el amor, el compañerismo, en un futuro con las personas que más queremos en nuestras vidas!

Se voltea mirando fijamente al Ángel, que aún estaba sorprendido.

— Te responderé a la tu pregunta, Ícaro.. — extendió su brazo de nuevo con la Excalibur. — ¡Nosotros los humanos luchamos por las personas más importantes en nuestras vidas! ¡Por las personas que queremos proteger hasta tal punto de darlo todo por ellas! ¡Esa es la esencia de los humanos! ¡Proteger a los que amamos con todas nuestras fuerzas!

Los ojos azules de Ícaro se abrieron como platos a ver el ataque que lanzó (T/N), la Excalibur era más rápida y más afilada que antes, varios rayos cortantes viajaron a la velocidad de la luz, Ícaro creyó esquivar todos. Pero de repente siente dolor en varias partes del cuerpo, le había cortado varias veces, incluso un mechón de su cabello.

— ¡Y yo tengo una persona muy importante a que proteger! ¡Y es Seiya! — quería repetir el ataque pero Ícaro se movió con más rapidez, posó sus manos en el pecho de la muchacha.

Pero había algo diferente en los ojos de Ícaro, había un brillo inusual en ellos.

Quizás... sólo quizás... ese brillo sea esperanza...

— Te llevaré con él... — dijo de repente Ícaro aumentando su energía en sus manos. — Si es cierto lo que dices... entonces lograrán vencer a los dioses...

Antes de que (T/N) pudiera decir o hacer algo, un rayo de luz muy potente la cego y la lanzó hacia atrás. Al volver a abrir los ojos aún seguía en el aire
, cayendo en dirección a cuatros pilares blancos. Pudo ver a unas personas entre esos pilares, pero no Alcanzó a distinguir a nadie ya que cayó estrepitosamente contra el suelo blanco, rodando por él y dejando un camino de gotas de sangre y de pedazos de su armadura. Se había lastimado mucho, sentía como la sangre salía en un hilo rojo de su labio inferior. El crujido de sus huesos, y el ardor de sus heridas. Pero pudo reunir la suficiente fuerza para levantar el rostro y ver entre los pilares.

Se sorprendió a ver a Saori, que también la veía a ella con asombro y preocupación. Pero (T/N) se concentró en Seiya, que estaba en su regazo. Sin moverse.

— Se-sei-ya... — murmuró arrastrándose hacia él con mucha dificultad, a la mitad del camino se levantó y intentó correr, pero las piernas ya no le daban. Pero consiguió llegar hasta ellos difícilmente, había otras personas allí mirando con asombro la fuerza de voluntad que tenía la joven. Uno era Ícaro que sentía impotencia: mientras, la mujer que tenía al lado veía con suma atención a la muchacha.

— (T/N), tu también estas aquí... — le vio con dolor Saori aún con Seiya en brazos, (T/N) se dejó caer de rodillas frente a Saori y con un hilo de voz:

— Sei-ya... — extendió sus brazos hacia él para tocar su mano, Saori acercó el cuerpo de Seiya a (T/N) para ponerlo en su regazo, este no respondía, ni hacia el menor movimiento. — Vamos Seiya... abre los ojos... Por favor ¡Seiya! ¡Seiya!

Lo sacudió pero igual no recibió respuesta, (T/N) no pudo evitar soltar gruesas lágrimas de tristeza que caían en el rostro del castaño y poner su cara en su pecho.

— Seiya... Seiya... — aún le llamaba llorando amargamente, cuando sintió una mano sobre la suya, levantó el rostro rápidamente aún que le dolió. Y vio a Seiya con los ojos abiertos y sonriente.

— (T/N)... ¿Qué haces...aquí? — preguntó a lo bajo incorporándose para sentarse frente a ella, (T/N) aún lloraba descontroladamente y Seiya puso su mano en la mejilla uniendo su frente com la de ella. — Ya.. ya.. Estoy aquí.

Pero no terminó la frase por que recibió un golpe en el estómago por parte de (T/N), aunque no era fuerte le dolió en su estado.

— Tonto... tonto... me asustaste maldito burro con alas... — No sabía si reír, llorar o seguir golpeando a Seiya levemente. Así que hacía las tres cosas a la vez. Seiya resistía los golpes.

— Está bien, Esta bien, me lo merezco... — habló vencido, levantó su Rostro con las manos, dejando ver su herido rostro. — ¿Cómo te hiciste tanto daño...?

— Lo mismo te pregunto. — dijo igual, y al final rieron. Pero sintieron la terrible presencia de la mujer alta y de ropas blancas.

— Lo que atravesó el báculo no fue el cuerpo de Seiya, sino la maldición de Hades. Athena.. ¿Es esa tu respuesta?— dijo mirando con asombro y odio a Saori, que sonreía triunfante.

— Yo solo pedí que Seiya pudiera vivir como persona. — dijo Saori levantándose.— sin embargo, eso no fue más que arrogancia mía. Seiya no estaba peleando como sirviente de los dioses, el peleaba por sus sentimientos y por un futuro para la humanidad. Lo que quieren decir que las personas quieren vivir como personas.

— Así es, peleare para que tengamos un bello futuro. — habló el castaño ayudando a (T/N) a levantarse. Ella se sonrojó sabiendo de que hablaba.

— Athena. ¿Porqué no intentas volver con nosotros? — preguntó Artemisa bajando al suelo levemente, su voz era frívola y llena de odio.

— Yo Soy Athena, mi corazón está con los humanos. — respondió Saori firme ante la diosa de la cacería.

— entonces muere con los humanos. — eso pareció una orden para Ícaro que voló  hacia Saori para atacarle, pero Seiya se interpuso y le bloqueó, parecía muy animado y lleno de fuerzas.

— Mi cosmos está ardiendo. — habló sonriente y revivido.

— Los humanos no pueden ganarle a los dioses. — respondió Ícaro preparando su ataque, pero sintió movimiento ven su costado y era (T/N) tratando de elevar su cosmos y darle un golpe.

— ¡No lo hagas (T/N)! — gritó Seiya a ver las intenciones de la joven.

— ¡Pero Seiya...! — intentó refutar y dar un paso al frente, pero la pierna flaquea y la deja caer al suelo. Seiya rápidamente va a ayudarle a levantarse— ¡Quiero ayudarte!

— Yo se que quieres ayudarme. — repitió él poniéndole en un pilar y pasó su mano por su mejilla. — me ayudarías bastante si te proteges a ti y a Saori, yo tengo cuentas pendientes con Ícaro.

Miro de reojo al mismo que ya estaba preparado. Seiya saltó de us lugar para darle a Ícaro con sus meteoros de Pegaso, (T/N) sólo se quedó mirando con asombro y preocupación la pelea. Quería ayudar de verdad, pero había recibido demasiado daño en su cuerpo y no estaba tan acostumbrada a pelear en estas condiciones, en eso, giró su cabeza hacia Saori, que hablaba con Artemisa.

— Athena ¿Entiendes lo que siento en este momento? — comenzó Artemisa con suma decepción. — Siento dolor por tener que hacerle esto a mi hermana.

Camino y pasó de largo a Saori ella miró sobre el hombro a Artemisa.

— Yo Soy alguien que a desafiado a los dioses, ya después de eso. — dio media vuelta para ver la espalda de la peli oliva. — No me queda más que pelear contigo, quizás.

— ¿Has dicho pelear conmigo? — el tono de Artemisa refleja sorpresa, pero no voltea.

— Yo Soy la diosa de la tierra. — dijo determinada Saori. — Yo existo para proteger a los seres vivientes que hay en ella.

En eso Artemisa levanta su mano y todo el ambiente se volvió oscuro, varios cristales de reflejaban en medio de la oscuridad.

— Athena.. — le vio con profundo odio a la peli lila. Que estaba muy tranquila.

— Yo eh encontrado algo más valioso y noble que el poder de los dioses. — su cabello comenzó a elevarse ante el cosmos de Artemisa.

—Crees que exista algo así.. — murmuró Artemisa confundida.

(T/N) se estaba acercando a la conversación. Pero nadie lo había notado. Ya que Seiya estaba más ocupado peleando contra Ícaro.

— ¿Acaso no lo has pensado? — preguntó Saori. — el por que los dioses tienen vida eterna y un poder inmenso. El poder de los dioses no es para ellos mismos, sino para los seres vivientes. Es por eso que los dioses somos los sirvientes de los seres vivientes.

— un dios es un dios. — respondió rápidamente Artemisa refutando su argumento. — Los humanos no son más que una imitación de los dioses.

En eso Artemisa invoca un arco y flecha de oro, eso alarmó a (T/N). El arco flotaba y apuntaba con la flecha a Saori, ella parecía no tener miedo alguno.

— ¡Espera! ¡No lo hagas! — una voz detuvo a Saori de decir algo, ambas diosas miraron a su costado y vieron a (T/N) tambaleante. — debe de haber otra manera de resolver esto...

— ¿Te atreves a interrumpir, humana? — preguntó Artemisa enojada.

— Escucha, por favor. Sé que los humanos cometemos errores a diario, pero esa no es razón para destruirlos, al contrario. Los errores nos hacen quienes somos por que aprendemos de ellos, no entiendo por qué guardas tanto odio a los humanos. — trató de explicar (T/N) — pero al igual que hay humanos malos, también hay personas que son buenas y bondadosas.

— Los humanos se rebelaron contra nosotros, todos los humanos son iguales. — dijo Artemisa preparando la flecha para matar a Saori. — Tú, Athena, ya no mereces ser más una diosa.

— ¡Espera! ¿¡Y si hubiera otra manera!? — insistió ya preocupada, Artemisa le miró de reojo.

— ¿Otra manera? — preguntó interrogante la diosa de la cacería.

— Y si... — (T/N) dudaba, miró a Saori que aún estaba en el punto de mira de Artemisa. — ¿Y si alguien tuviera que pagar los pecados de los humanos? Alguien que reciba el castigo en vez de la tierra.

— ¿Alguien que estuviera dispuesto a sufrir por los pecados de los humanos? ¿Quien haría tal cosa? — Artemisa parecía sorprendida por la propuesta de la joven.

— Yo me ofrezco. — dijo firme (T/N), con sólo decir eso parecía que ya se le acabó el aire.

— ¡(T/N)! ¡No!— intentó acercarse Saori pero el cosmos de Artemisa se lo impedía.

— Saori, todos ayudaron a Seiya hoy, Ikki, Shun, Hyoga, Shiryu y tu también. A mi también me tuvieron que ayudar — bajo la mirada triste e impotente. — Pero yo no, no conseguí ayudar en nada, incluso mi padre ayudó desde el más allá.

El ambiente volvió a la normalidad, resulta que Seiya consiguió darle al fin con los meteoros de Pegaso a Ícaro, que fue lanzado  hacia el pilar, pero alguien lo atrapó antes que chocara, era Marín que aún tenía las campanitas

— Se que no tengo mucho que ofrecer. — comenzó de nuevo (T/N). — Pero por lo menos puedo dar mi vida para proteger al mundo... Y a Seiya...

Extendió sus manos un poco en señal de rendición, Artemisa aún la veía con asombro— ¿Acaso no tienes miedo a morir? ¿A acabar con tu vida de esta manera, por personas que tal vez no valgan la pena?

— Si lo pone así, tal vez si sea un mal trato. — sonrió con amargura. — Pero esa es su forma de pensar, no la mía, yo estoy dispuesta a dar mi vida por un futuro para mis amigos y todos los humanos sobre la tierra... aunque eso signifique que yo no lo tenga...

— Esto no es posible... — murmuró Artemisa confundida.

— ¿N-No lo hará... o si? — preguntó con dificultad el Ángel que aún estaba en el regazo de Marín, el intentó moverse para ver mejor la escena.

— Touma, no te muevas mucho por favor. — suplicó Marín tratando de detener a su hermano menor, pero este igual de levantó con mucha dificultad.

« ¿Acaso es por eso por que los humanos pelean? ¿Para proteger a los que más queremos en el mundo? — pensó Touma recordando las palabras de (T/N), al fin se dio cuenta que un humano es humano por la familia y los seres queridos que les rodean. — No... Ella no merece ese castigo, nadie lo merece, tienes que detenerla, Seiya...»

Seiya estaba débil por recibir tantos ataques de Ícaro, y había sido lanzado lejos de donde está (T/N)

— ¡(T/N)! ¡No lo hagas! — gritó Seiya a lo lejos, (T/N) lo escuchaba, pero no voltea por temor de arrepentirse de su decisión.

De repente el ambiente cambia de todo a rojizo, la luna que era llena, ahora era roja y oscura como la sangre.

Acepta Artemisa... — el eco de una voz profunda y masculina, todos estaban confundidos.

— Hermano. — dijo Artemisa, allí apareció un hombre alto, de rizos rojizos, moreno, de ojos azules y mirada fría. Vestía de blanco. Se acercó excesivamente a (T/N) y ella se asustó.

— ¿T-Tu quien eres? — preguntó con temor la joven a tener a ese hombre tan cerca.

— Soy Apolo, Dios del sol, hermano de Artemisa. — respondió fríamente el dios del sol, mirándola con suma atención, de repente le toma del mentón con su gran mano. (T/N) intentaba moverse, pero el temor la dejó paralizada. Apolo sonrió de forma maliciosa. — Es increíble que un humano tenga un rostro tan hermoso.

— ¡No la toques! — seguido apareció un Meteoro a dirección de la cara de Apolo, pero él desapareció antes de que le pudiera dar, Seiya a un seguía caminando con dificultad hacia (T/N) qué lo veía preocupada. — ¡No te atrevas a tocarle ni un solo cabello! ¡¿Me has oído!?

— ¡Seiya! — exclamó (T/N) queriendo ir con el castaño, pero se detuvo por ver de nuevo la presencia de Apolo.

— Los humanos merecen un castigo por su desobediencia, no hay otro camino. — dijo Apolo acercándose a su hermana que aún sostenía el arco y flecha.

E si detuvo en seco a la joven que le miró confundida. — por favor, perdonen a los humanos, sólo...castiguenme  a mi.

— ¡No...! ¡(T/ N)! — gritó Seiya que intentó correr. Pero cayó en el intentó. — ¡No lo hagas!

— No Morirás. — dijo Apolo sorprendiendo a más de a uno. — tú vivirás eternamente, sufriendo el castigo de los humanos, y no sólo eso. — sonrió con arrogancia Apolo. — Tú existencia en el mundo humano será borrada, completamente y sólo le perteneces a los dioses.¿Aún quieres recibir el castigo de los dioses?

(T/N) estaba en shock, paralizada. No sabía que hacer o decir.

— ¿Quiere decir...  — dijo a lo bajo (T/N), con la cabeza gacha. — Qué nadie me recordará?

— Ese es parte del castigo. — dijo Apolo cerrando los ojos pensativo. — Nadie sabrá de tu existencia, nisiquiera tus padres, amigos. Nadie.

Seiya se seguía arrastrando para llegar, pero le parecía infinito el camino. (T/N) lo estaba pensando hasta que apretó sus puños:

— Está bien. — para Seiya, eso fue una apuñalada en el pecho. — Pero con otra condición, dejen a la tierra en paz, no más guerras, no más muerte. También quiero que perdonen a todos los humanos y que vivan sus vidas libremente, liberen a los que han castigado, sólo tomen mi vida nada más.

Parecía tan firme en su decisión, por dentro temblaba de miedo. Apolo sólo pudo sonreír, el rojo del ambiente se concentró en la flecha de oro de su hermana, Artemisa confundida, apuntó la flecha hacia (T/N) y ella se quedó quieta.

— ¡No! ¡(T/N)!-¡Te lo suplico, no lo hagas! — gritó Seiya a todo pulmón a ver que ya Iván a lanzar la flecha, corrió hacia ella con la esperanza de bloquear la flecha.

— Perdóname, Seiya... — susurró (T/N) soltando lágrimas mientras sonreía, Seiya vio como la flecha se introdujo en su pecho, haciendo que ella pierda el equilibrio y cayendo hacia atrás. Aún así (T/N) seguía sonriendo, miró a Seiya con su cálida sonrisa. — Te amo...

Y todo se volvió blanco, nadie vio ni escuchó nada más....

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— «uh.. ¿Donde estoy? — pensó Seiya Mientras caminaba en un vacío en blanco. — No siento mi cuerpo, esto es tan extraño»

De pronto, pudo ver a alguien a la distancia, pero estaba de espaldas así que no podía verle el rostro. — ¡Espera! ¡¿Sabes que es este lugar!?

Pero la persona frente a él no respondió, sólo caminaba tranquilamente hacia delante, sin mirar atrás, Seiya apresuró el paso para alcanzarlo, Tenía silueta de mujer, por alguna razón. Tenia que correr, quería evitar que se fuera. No quería perderla.

— «¿Ella? Pero si no conozco a nadie que se le parezca. » — Seiya estaba confundido por la presencia de esta chica, que hasta comenzó a correr. No quería que se fuera, le quería con él. — ¡Espera! ¡No te vayas! ¡¿Quien eres!?

Estaba a punto de tomar su mano, pero cuando creyó tocarla sólo sintió el vacío. La chica se volteó levemente, pero el lugar se iluminó tanto que no dejó que Seiya viera su rostro. Sintió con si algo la alejaba de ella, por que a pesar de correr y correr. No podía alcanzarla.

— ¡No me dejes! ¡Espera! ¡Te... te necesito! — gritó al vacío la silueta de la joven desapareció en el aire, el ambiente estaba tan iluminado que dejó cegado a Seiya.

Al fin pudo sentir su cuerpo, los músculos estirandose bruscamente provocando dolor al castaño, también sintió que se caía de algo y chocaba contra el suelo de madera, se sintió tan adolorido. Pero pudo visualizar que estaba en el patio de una casa, la luz del sol golpearon su rostro que lo hicieron despertar y levantarse con dificultad. A estar totalmente parado, se dio cuenta que se había caído de una silla de ruedas, la miró fijamente durante un tiempo hasta que escuchó una voz junto a un ruido de que se algo se caía.

Miró al suelo y vio una manta, a elevar la mirada, visualiza a una chica, por un momento se emocionó creyendo que era la de su sueño. Pero no, era Saori Kido. La diosa Athena. Ella lo vea con Asombro y alegria, que no pudo evitar soltar unas lágrimas y correr a abrazar a Seiya.

— ¡Seiya! ¡Has recuperado la conciencia! — gritó emocionada abrazandolo del torso, Seiya estaba confundido.

— ¿Recuperar la conciencia? — preguntó curioso el castaño mirando a Saori.

— Pensé que la maldición de Hades te dejaría en coma para siempre, ¡Esto es un milagro! — dijo más emocionada abrazando más fuerte a Seiya, que comenzó a recordar. Había peleado contra Hades, dejándole en coma por mucho tiempo.

Sólo recordó el momento en el que me clavaron la espada en el pecho, y no pudo recordar nada más.

Nada ni a nadie...



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