[10] Un cosmos extinto.

Habían pasado unos días después de la muerte de la mamá de (T/N), ella aún no se animaba a salir de su habitación. Donde había llorado durante dos días, necesitaba tiempo para asimilar todo lo que había pasado.

Eso también significaba alejar a Seiya un tiempo.

Honestamente, se sentía idiota. Alejar así a Seiya no era justo para él, pero se sentía fatal. Perder a su madre no era cosa fácil...

Aún estando acostada sobre su cama, decidió que debía ir a darse una gran ducha para tratar pensar mejor. Le dolía la cabeza y tambalea un poco antes de llegar al baño. Cuando entra y se ve en el espejo sobre el fregadero, vio su rostro algo pálido, grandes ojeras estaban bajo sus ojos y sus ojos estaban muy hinchados.

— « me siento horrible y ahora me veo horrible, nada podría estar peor..» — pensó con pesadez, pero en su interior quería reírse. Era inútil.

La ducha fue más relajante de lo que había imaginado, sentir el agua tibia golpear su cuerpo levemente le relajó bastante.

Bajó sin ánimos por las escaleras, a pesar de haber estado dos días sin comer, aún no le provocaba nada. Pero sabía que si no comía algo podría ser peligroso, se limitó a comer un pedazo de pan dulce con café.

Abrió lentamente la puerta para dar a la colina donde se situaba su casa, se dejó caer de espaldas en el césped mirando en cielo aún nublado.

— Hola (T/N)... — una voz familiar sorprendió a la joven en su hilo de pensamiento.

— ¿Hank? — preguntó mientras se sentaba en el césped y veía al hombre mayor. Este se acercó para sentarse a su lado.

— ¿Estas mejor? — preguntó curioso mientras la miraba de reojo.

— ... supongo... — dijo sin ganas, la verdad. No sabía que hablaría con alguien tan pronto.

— Tenemos que hablar... — el tono de su voz daba a entender que era algo serio, así que (T/N) lo miro con atención. — Creo... que es hora que vayamos al santuario, para entrenarte y que te conviertas en la nueva caballero dorado de Capricornio.

(T/N) no respondió de inmediato, sólo desvió la mirada, y se levantó de su lugar.

— Ya no quiero ir... — el tono de voz de (T/N) era serio, casi distante.

— ¡¿Que dices!? — exclamó sorprendido por la respuesta de la muchacha. — Pero, tu siempre quisiste ir al santuario, ¿Por que ahora?

— Creo que no es para mi. — dijo como respuesta (T/N), dándole la espalda a Hank. — Hank, el santuario para mi ahora sólo me trae desgracias, no lo veo ya como el santuario pacífico de Athena. Lo veo más como un mal augurio.

— Pero...

— ¿Acaso quieres que te lo explique? — preguntó algo desafiante. — Perdí a mi padre en ese lugar, y cuando yo intente ir... mamá...

Las palabras no salían, pero Hank comprendió.

— Pero era el sueño de tu padre que tu fueras al santuario y tomaras su lugar. — dijo Hank con pocos animos.— y recuerdo también que ese era tu sueño.

— Eso era antes, esto es el ahora. — ya se estaba comenzando a impacientarse..— Además, jamás tuve cosmos. No podría...

— Eso no es verdad — interrumpió tajante el mayor. — Tú tienes cosmos, y lo sabes.

— Claro que no. — se alejó con la intención de no escuchar más al hombre, este se levantó para seguirla.

— ¿Cómo que no? ¡Tu sabes tienes cosmos y por ende una responsabilidad!

— ¡¿Que no entiendes?! ¡No quiero tener nada que ver con esto! — exclamó ya enojada sacudiendo una de sus manos a un lado.

Hubo un silencio, pero luego, el sonido de un crujido seguido de un estruendo provino justamente de su lado derecho. (T/N) miró de reojo confundida por lo que iva a ver, pudo distinguir el tronco de un árbol que estaba allí hace unos segundos.

Pero había sido cortado y derribado...

— ¿Qué..? — (T/N) no sabía que decir por lo que acaba de ocurrir, inconscientemente bajo la mirada hacia sus manos, se sorprendió a ver que su mano derecha tenia una aura de color verde brillante con dorado. Levantó esa misma mano frente a ella, observadola con asombro. — ¿Esto acaso es...?

— ¿Acaso ya no te acuerdas? — Hank interrumpió el hilo de pensamiento de la joven que no dejó de mirar su mano. — tú cosmos aparece mediante emociones, no es la primera vez que ocurre...

(T/N) se puso a reflexionar, era cierto. No era la primera vez que invoca a la Excalibur. Aquellos recuerdos comenzaron a aparecer en la mente de (T/N)...

Estaba nublado, el cielo amenazaba con darles a buen chaparrón de agua esa tarde, pero poco le importó a los que vivía en una casita sobre la colina.

Un hombre, de cabello negro verdoso y ojos también verdes ya negros. Hablaba con su esposa de un tema.

— ¿Te tienes que ir de verdad? Pero si apenas acabas de llegar del Santuario... — dijo con preocupación la mujer, más el hombre estaba muy calmado.

— No te preocupes Mary, no me pasará nada te lo prometo, es que me necesitan.. — hablaba con pocos ánimos, la verdad, no quería ir pero debía.

— Pero Shura... ¿Qué pasará con (T/N)? Le emocionaba tanto tenerte de vuelta.. — respondió Mary, casi rompiendo en llanto. Shura también estaba triste, pero tenía que Mantener la compostura.

Lo que no sabían lo mayores, es que había alguien escuchando y viendo todo desde las escaleras. Una niña, curiosa. Quería saber por que sus padres hablaban tan seriamente.

— Ella... ella lo entenderá... — dijo en un tono bajo el caballero de Capricornio, nisiquiera el mismo estaba convencido de lo que decía.

— Shura...— unas lágrimas caían lentamente por las mejillas de la mujer, Shura fue a abrazarla también con los ojos cristalizados. — Por favor... regresa a salvo...

La niña a oír esas palabras, bajo por completo las escaleras casi en un salto, sus ojos reflejaban cierta atención y preocupación por lo que venía.

— ¿Te vas a ir, papá? — preguntó curiosa llamando la atención de los mayores, que se exaltaron a ver que (T/N) lo estaban escuchando todo, su madre se volteó de golpe para que no le viera las lágrimas que habían en su rostro.

Shura se acercó a su hija y se bajó a su altura.

— Si, tengo que volver al santuario... — dijo como respuesta el mayor, más (T/N) quería saber la razón, y no quería que su padre se fuera.

— ¿P-por que? — preguntó con la voz ya quebrada. — ¿Por que nos dejas...?

— No es eso, es mi deber como caballero dorado... — dijo con un poco inseguridad, a pesar de ser tan joven, (T/N) no se daría a torcer.

— N-no... No... ¿Por que... es tan importante para ti ir al santuario...? N-no lo entiendo... — bajo la mirada para ocultar sus ojos llorosos de su padre, que a cerco su mano a su mejilla levantando su mirada.

— Se que es difícil de entender, pero cuando seas mayor sabrás de lo que hablo. — sonrió para tranquilizar a la niña, pero el rostro de (T/N) reflejo enojo.

— ¿¡Porqué nos dejas!? — exclamó sin poder ocultar su enojo, hasta sorprendió a Shura. — ¡¡Lo prometiste!! ¡Dijiste que te quedarías con nosotras!

— Hija, comprende. No puedo... — habló bajo, era verdad. Se lo había prometido hace poco.

¡Quédate! — suplicó tomandole de la muñeca con sus manitas mientras lo jalaba.

— Lo siento (T/N)... Pero tengo que hacerlo... — dijo como respuesta, los ojitos de la niña se estaban llenando de lágrimas. Shura intentó abrazarla, pero recibió un empujón.

— ¡No...! ¡Te... te odio..! — exclamó rompiendo en llanto para salir corriendo y salir de la casa, Shura y Mary se preocuparon.

— ¡(T/N)...! — llamó Shura también saliendo de casa para buscar a su hija, pero no la encontró, sólo vio que llovía muy fuerte.

Mientras tanto en el bosque, (T/N) aún seguía corriendo a pesar de la fuerte lluvia que caía sobre ella, pero aún así el piso estaba muy resbaladizo que cayó de cara al piso, llorando.

Pero luego escuchó una campanada muy cerca junto un sonido de un animal, lentamente (T/N) levanta la cabeza para encontrarse con una cabra bebé, era blanca y tenía una campana en el cuello.

— Hola... ¿Pero .... que hace una cabrita sola en el bosque? — preguntó (T/N) mientras se acercaba en un paso lento extendiendo su mano, finalmente la cabra se dejó acariciar. Por un momento (T/N) había dejado de llorar. — hay.... hay que buscar refugio.

Pero ambos fueron asustados por un rayo, la cabrita chilla de miedo y se va corriendo para ocultarse. (T/N) vas tras ella para evitar que se haga daño.

— ¡Espera! ¡ Te podrías hacer daño! — exclamó mientras lo perseguía, otro trueno resono en los alrededores seguido de un estruendo y un chillidos. Se preocupó y corrió más rápido; resulta que había caído un árbol no tan grande sobre la patita de la cabra, esta chillaba por liberarse. —¡No te muevas tanto! ¡Te harás más daño!

Intentó empujar el tronco, pero era inútil. Lo pateaba para aflojarlo y nada, la pobre cabra estaba chillando del dolor por tener ese peso en sus patitas. (T/N) no sabía que hacer, estaba cayendo en la desesperación. Quería ayudar a esa cabra.

— «la única manera de liberarlo sería cortando el tronco...» —  comenzó a reflexionar para buscar una solución, de repente recordó una vez que su padre cortaba unos troncos con su poder de Excalibur. Le había dicho que para llegar a tener ese poder; tenia que elevar su cosmos al máximo, estar firme, sin pensar en nada mas.

La niña extendió su brazo firme, sobre su cabeza, imitando lo que había hecho su padre. Ya conocía el cosmos, solamente que nunca lo había sentido, se concentró en su mano, imaginando una espada afilada...

—« Tengo que lograrlo....» — pensó mientras veía a la cabrito chillando, cerró los ojos con fuerza. Y dejó caer su brazo.

Todo se sumió en un gran silencio...

Aún tenía los ojos cerrados, ligeramente abrió uno para ver lo que había hecho. Su mano estaba envuelta con una luz dorada y verdoso en forma de punta, observó el tronco y estaba cortado por la mitad, lo había logrado ¡Había despertado su cosmos!

Tomo a la cabra en brazos para examinarla, tenía una pata rota y estaba lastimada. La abrazo para darle calor.

— ¿(T/N)? — la voz de su padre la exalta y gira su cabeza hacia atrás, y allí estaba, bajo la lluvia y mirando todo asombrado. Más (T/N) tenía la cabeza gacha.

Se acercó a su padre con la cabrito en brazos.

— Tiene la pata Rota, y está muy lastimado...¿Podemos ayudarle? — preguntó algo triste. Shura se quedó pensando y asintió, dio media vuelta para guiar a su hija devuelta a casa.

Ya habían atendido al cabrito, cubierto con una mantita y Shura le daba un biberón. Mientras Mary secaba a su hija con una toalla.

— Papá está enojado conmigo... — dijo triste mientras su madre pasaba la toalla por su cabello.

— Claro que no, tu padre sólo está.... pensando... — dijo algo insegura, pero trataba de sonreír. — Tranquila (T/N), ya sabes que tu padre suele ser frío, pero igual te ama demasiado y también le dolía irse.

A escuchar las palabras de su madre, (T/N) no pudo evitar soltar unas lagrimas.

— (T/N), no llores. No hay necesidad de eso...— consolo a su hija abrazandola y secándole las lágrimas. — ¿Qué tal si me ayudas con la cena? Y es tu plato favorito, Paella.

La mujer sonrió para animar a si hija, esta aceptó a ayudarle. Confesaron poniendo el arroz, unas especias, los mariscos y salchichas. Casi estaba listo, Mary le dio a probar a (T/N) y ella parecía estar analizando los sabores con cuidado.

— Creo que le falta algo... — habló a lo bajo, busco su banquillo y se dirigió a la alacena para buscar una botellita de salsa picante, se dirigió a la cocina donde estaba la olla con la comida, su madre estaba a punto de tomar la botella pero (T/N) se negó. — ¿Puedo hacerlo yo, mamá?

Mary asintió, tomo a su hija en brazos y la levantó a la altura de la olla, y ella dejó caer unas gotas de salsa picante sobre la paella y la revolvió, para probar con otra cuchara, sonrió y también le dio a su madre que le brillaban los ojos.

— ¡Que bueno! Jamás se me había ocurrido ponerle salsa picante. — sonrió a un con su hija en brazos, lo que no notaron es que Shura veía todo desde hace un rato. Se le había acabado el biberón y venía a la cocina por más ( aunque era sólo un pretexto para ir a ver a su hija)

Estaban sirviendo la comida, (T/N) observaba con atención a su padre a como reaccionaría con el nuevo sabor que le había puesto a su comida favorita.

— ¡Delicioso! Esta muy bueno hija, estoy orgulloso de ti. — sonrió con un brillo en los ojos. (T/N) suspiró de alivio y también sonrió con dulzura.

El día ya se estaba acabando, el caballero de Capricornio tenía que partir al santuario. Se estaba despidiendo de su familia.

— Cuidate mucho, Shura. — dijo algo preocupada Mary tomando a (T/N) de la mano. Ella la verdad no quería que su padre se fuera.

— No te preocupes Mary, volveré. (T/N).... — se dirigió a su hija y la cargó en sus brazos, la niña comenzó a sollozar.

— Por favor.... vuelve pronto... — dijo abrazo el cuello de su padre, este correspondió poniendo su mano sobre su cabello.— Perdón... por lo que dije...

— Eso ya no importa ahora, por favor. Cuida de tú madre en mi ausencia. — sonrió con nostalgia, a lo que la niña asintió con determinación, Shura bajo a la niña y dio media vuelta para irse, pero aún se despedía moviendo su mano en el aire y su familia también se despedían con emoción...

Shura cumplió su promesa de volver, pero al poco tiempo se iva, y así era un tiempo. Hasta hace unos años atrás...

(T/N) estaba contemplando el atardecer, las estrellas se asoman parcialmente en el cielo, recordando las constelaciones que se había memorizado. Cuando sintió un escalofrío en la espalda y un sentimiento de preocupación le recorrió todo el cuerpo.

— (T/N).... — era la voz de su padre, la joven giraba su cabeza hacia todos lados pero no le encontraba, hasta que miró al cielo, pudo ver la imagen de su padre que volaba hacia el espacio.

— ¡Padre! — exclamó desesperadamente a ver tal escena, más el rostro de Shura estaba tranquilo.

— (T/N).... No tengo mucho tiempo, pronto, llegaré más allá del espacio exterior y me convertire en polvo de estrellas... — a escuchar la voz de su padre no pudo evitar soltar unas lágrimas desesperadas.

— ¡¿Porque !? ¿¡Que ha pasado padre!? — Le grita al cielo, más Shura solo sonreía.

— Ya me llegó la hora... me tengo que ir... Pero no estarás sola, estaré aquí. En el cielo, velando por su seguridad y amandolas desde el firmamento... — dijo tranquilamente, pero su hija estaba quebrada del dolor.

— ¡¿Por que tiene que ser de esta manera?! ¡Padre!

— (T/N), no todos nacimos bajo una estrella con suerte... otra veces nos toca una estrella desafortunada, pero eso no significa que tengamos que lamentar la vida que nos a tocado. Podemos crecer, aprender de nuestros errores y seguir adelante a pesar de todo. Por que nada está escrito, tú y sólo tú decides tu destino. — dijo mientras su imagen se desvanecia cada vez más, parecía convertirse en una estrella fugas.— por favor, cuida de tu madre...

— .... Padre... te lo prometo. — dijo mirando con nostalgia la sonrisa de su padre antes de desaparecer entre las estrellas.

Sufrió mucho ese día, pero no dejó que eso la detuviera. Mantuvo su promesa hasta el final, a pesar de ser joven, ella quiso cumplir la promesa de su padre....

Al regresar a la realidad, ya era de noche, le había dicho a Hank que no estaba interesada en lo que tenía que decir. Pero muy en el fondo dudaba de lo que había dicho.

Ahora estaba junto a la ventana, varios truenos caían presentando una futura tormenta...

Mientras tanto en la mansión Kido.

Había mucho silencio, cierto castaño miraba por la ventana desanimado, desde que no vio más a (T/N), la melancolía y depresión se apoderó de él. Le hacía mucha falta tenerla presente, poder sentir su valor, su amor y carisma. Pero al parecer la pérdida de un ser querido puede cambiar a cualquiera.

— Seiya, me preocupas. Llevas todos estos días a lado de la ventana... — se acercó Shun posando su mano en el hombro, Seiya no aparta la vista del oscuro cielo u del ambiente triste. — ¿No tienes hambre?

Esa pregunta le volvió a recordar a (T/N), la extrañaba demasiado, creía que ni podía soportar más.

— ¿Por que sigues aquí? — fue la voz de Ikki que lo sacó del trance, este estaba apoyado con el hombro en el marco de la puerta, Seiya bajo la mirada jugando con sus dedos.

— Ella... me pidió tiempo... — fue lo único que pudo responder, pero Ikki fruncio el ceño.

— ¿Y? Eso no significa que tengas que hacerlo, Seiya, admitelo. La extrañas... — las palabras del mayor sonaban sinceras, eso sorprendió a Seiya y a su hermano.

— Pero...

— Pero nada, deja de ser tan burro alado.  ¿Amas a (T/N)? — preguntó tajante dando un paso al frente.

— Claro que la amo, daría mi vida por ella. — respondió rápidamente levantándose de su lugar.

— Entonces ve por ella, burro. Ella a estado sola, no necesitaba estar sola para sanar esa herida que tiene, te necesita a ti y sólo a ti. — dijo con diera una orden a Seiya, este lo comprendió. Un ser dolido jamás se consolara sólo.

Se dirigió rápidamente a la salida de la habitación pero se detuvo a lado de Ikki.

— Gracias, Ikki...

— Sólo vete... — se cruzó de brazos y asistió, Seiya siguió su camino, pero un relámpago asustó a Shun, había comenzado a llover violentamente, el peli verde estaba dispuesto a ir tras Seiya para que esperara a que pase la tormenta, pero Ikki le detiene extendiendo su brazo. — Déjalo Shun, necesita hacer esto...

Shun no dijo nada, ya entendía lo que quería decir su hermano. Seiya ya estaba en camino corriendo hacia la casa de (T/N) bajo la lluvia.

Mientras en la casa de (T/N).

Acaba de comenzar a llover, se dio una ducha para ponerse una ropa para dormir. Trataba de conciliar el sueño cuando otro trueno cayó, pero esta vez. Se fue la electricidad, (T/N) probaba la lámpara a lado de su cama y está permanecía apagada.

Sólo se dejó caer de nuevo en la cama, pero escuchó un estruendo en el piso de abajo. Eso me alarmó, así que tomó un bate de béisbol y bajo por las escaleras con cuidado, por suerte se podía ver por una luz que se colaba por unas ventanas en la sala. Pero vio una silueta, no podía saber quién era, parecía tan desorientado como ella por la falta de luz.

Sin hacer ruido, se acercó a la silueta y le metió el bate por la cabeza...

* hola! Perdón por tardar, eh estado ocupada por los estudios, pero como ya se acercan las vacaciones voy a tener más tiempo libre (alfiiiin!)

¿Quieren saber en quien base en (T/N)?

La base en Helena, de Soul of Gold. Que se preocupa más en alimentar a sus hermanos que en su propia enfermedad. La verdad está es una de mi personajes favoritos.

Bueno eso es todo, espero que le gustó el Cap*

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