A la mañana siguiente...
Ansiosa y feliz de que llegará por ambas. Cargaba a mi hija con todo mi cariño y protección.
Aquel día me darían el alta y yo más que contenta por eso, solo quería volver a mi casa, ahora con mi preciada bebe y que Joey estuviera con nosotras.
Solo pensé en él con amor y miré a mi bebe con destellos.
_ Nos iremos muy pronto a nuestra casa mi amor y Joey nos acompañará. Él te adora tanto como a mí. Los dos nos amamos mucho. Siempre nos hemos amado. Él si será un gran padre para ti mi linda princesita...
De pronto, abrieron la puerta y se me fue el aliento. No lo pude creer y abrasé fuerte a mi bebe a mí.
_ ¿Qué hacen ustedes aquí?
_ Hemos venido por ti y esa niña, Constanza
_ ¿Qué? No, yo no me iré con ustedes a ninguna parte
_ Claro que lo harás
_ Nos debes muchas explicaciones a nosotros y a Ricardo claro
_ Yo no tengo porque darle explicaciones a ustedes, menos a ese hombre. Ahora váyanse. Váyanse si no quieren que llamé a seguridad, para que venga a sacarlos
_ Eso no será necesario querida mía, porque ya hablamos con tu doctor y nos ha autorizado a que te vengas con nosotros – el aliento se me fue y mi bebe comenzó a llorar en mis brazos. Ricardo me sonrió con gozo.
_ Tú eres el menos que debe de estar aquí ¡Largo! ¡Enfermeras! ¡Enfermeras!
_ No conseguirás nada gritando hermosa. Ahora tú y nuestra hija se vendrán conmigo y con tus padres, quieras o no...
_ No, no...
Me desesperé y con mi bebe en mis brazos, solo pensé y rogué porque Joey llegará cuanto antes...
Feliz y con muchos anhelos, corrió a la clínica a vernos.
Llevaba consigo un bonito ramo de rosas, y solo ansiando vernos, abrió la puerta de mi habitación y se le fue el aliento al no vernos ni a mí, ni a mi hija y se preocupó.
La cama estaba tendida y no había ninguna pertenencia de las dos. Nervioso, corrió a buscar a alguna enfermera, o al doctor que me había asistido en el parto.
Vio de pronto al doctor en el pasillo y corrió a detenerlo. El doctor sorprendido y nervioso, Joey le preguntó por mí y mi hija.
_ ¿Dónde está la señora Constanza y su hija?
_ ¿Quién es usted?
_ Soy, soy su esposo. Estuve con ella en su parto
_...
_ ¡¿Dónde están?!
_ Lamento decirle que la señora Constanza y su hija se fueron hoy muy temprano – él no lo comprendió.
_ ¿Qué? Pero no es posible. Si yo venía a buscarlas hoy, a ambas
_ Sus padres y un sujeto que decía ser su pareja y padre de la niña vinieron por ellas y se las llevaron...
El mundo se le vino encima y se desesperó al saber que nosotras podíamos estar en problemas con esas personas.
_ No puede ser. Usted no debió haber autorizado a que se fueran con esa gente
_ Son sus padres y pareja. Lo siento mucho en verdad...
Más que alarmado y desesperado, solo pensó en mí y en mi bebe y solo ansío más el vernos, y corrió otra vez a la que había sido mi habitación. Casi sin aliento, pensó que me había perdido, una vez más y se le cayeron las rosas de las manos.
<< ¡Mi vida, mi preciosa Constanza! >>
<< ¡No! >>
Encerrada en la que había sido mi antigua habitación, tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Estaba muy preocupada por Joey, porque sabía que él había ido a buscarnos, y que no nos había encontrado en la habitación, más lloré.
Mi bebita no dejaba de llorar en mis brazos; yo no tenía ánimos de nada, más solo detestaba aún más a los que decían ser mis padres adoptivos y al mal hombre de Ricardo.
Más desprecio sentía por ellos al haberme sacado a la fuerza a mí y a mi bebe de la clínica, y haberme obligado a irme con ellos, otra vez a esa jodida casa, de donde nunca debí haber regresado.
Apoyé la mano en la ventana y con dolor y preocupación, solo pensé y pensé en Joey.
Anhelé tanto que viniera a rescatarnos a mí y a mi bebe de aquella casa.
<< Mi Joey >>
<< Mi amado Joey >>
<< ¿Estarás buscándonos a mí y a Andrea? >>
<< Te extrañamos mucho >>
Pensé por último y rompí otra vez en lágrimas.
Desesperada y cegada, me acerqué a la puerta y traté de forzarla, para salir de esa cárcel, pero fue inútil. Ellos me tenían encerrada en mi habitación.
Angustiado, se llevó ambas manos a la cabeza y solo pensó en mí. Sabía que yo no estaba bien y la preocupación y nervios más lo abordaron.
<< Tengo que encontrarte amor mío >>
Llamó con urgencia a su abogado...
Cansada y débil, mi hija dormía en mis brazos y yo solo pensando en él, recordé los deseos que tenía de ser el padre de ella, junto a mí, y más ganas me dieron de llorar.
No podía dejar de llorar, tenía mucha tristeza...
Miré a mi bebita y pensé en lo peor. Suspiré aún más triste.
_ No volveremos a verlo otra vez, mi amor. Joey no nos encontrará...
De pronto, alguien abrió la puerta y entró a mi dormitorio. Apreté los puños de ira y lo miré con odio.
_ Así quería tenerte hermosa. Tenerlas conmigo y que por fin podamos estar juntos los tres
_ Hace mucho que tú nos perdiste Ricardo ¿O ahora no te acuerdas que fuiste tú el que nos abandonó a ambas? – frunció el ceño.
_ Eso fue porque en ese momento no estaba seguro de lo que quería
_ Pues mi bebe y yo no te necesitamos. Tú ya no significas nada para mi, Ricardo – me miró en seco.
_ ¿Y qué hay de esa niña? Yo soy su padre
_ Ese derecho lo perdiste cuando decidiste irte y abandonarnos como lo hiciste
_ No. Yo seguiré siendo su padre aunque tú te rehúses, y será mejor que lo aceptes, porque si he regresado es para que te conviertas en mi esposa y seamos una familia como tus queridos padres quieren
_ Eso jamás. Nunca me casaré contigo
_ Eso está por verse querida mía y con respecto a ese sujeto que te acompañó en el nacimiento de nuestra hija, no volverás a verlo – se me llenaron los ojos de lágrimas.
_ Joey no es rival para ti – sonrió con sorna.
_ Sea quien sea, no tiene derecho sobre ti y menos con mi hija. Muy pronto se largará y no volverá a verte y a saber de ti – el corazón se me apretó al pensar en aquello, en que se iría y no regresaría y las lágrimas escurrieron por mis mejillas.
_...
_ Ahora descansa, que muy pronto nos iremos a nuestro nuevo hogar...
Se dio la vuelta con una gran sonrisa y cerró la puerta. Las lágrimas no dejaron de caer por mis empapadas mejillas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top