7
— EY CUIDADO QUE NO SOY CUALQUIER PELAFUSTÁN.
— Roger, cállate un rato, cotorra culia —pidió el Brayan mientras los ingresaban a la patrulla de carabineros de chile.
— MI PAPÁ ME VA A MATAR —exclamó él.
— No weí que nunca hai estado preso —dijo el Brayan mientras metían al otro flaite al lado de Roger.
— ¡No! —exclamó este.
— Pfff me tenían que meter preso estos pacos culiaos —bufó el otro flaite—. Y más encima con un zorrón culiao.
— ¡Ey, no soy zorrón! —reclamó el Roger.
— Cállense un rato, por Dios —pidió el carabinero que iba de copiloto.
— Mire, tengo un abogado —comenzó el Roger—. Su número es + 56 9 4...
— En la comisaría vemos —dijo el otro carabinero.
El camino a la comisaría fue incómodo y bastante aburrido. Cuando llegaron, los metieron a una celda los tres weones juntos, porque habían otros dos culiaos que salieron apretando cuea y no los pillaron.
— Por eso no quería venir a esta ciudad culia —comentó el Brayan.
— Ey, no es culpa mía —repuso el Roger cruzado de brazos.
— No weí, Roger, nosotros vamos a tener que dormir aquí, y Voh culiao te van a venir a buscar tus papás.
— Mi papá está en Beijing —repuso él—. Va a venir mi mamá y es terrible cuática.
— Puta la wea, ¿creí que mi mamá no? —preguntó el Brayan.
— Bueno, la hueá que sea —suspiró el Roger—. Pa la próxima no seai tan gil como para andar peleando con hueones.
— ¡Este culiao empezó! —señaló al otro gil con el dedo medio.
— PUTA LA WEA SI ESTE ES MI FIA ESTE ES MI BARRIO PO —gritó el otro flaite.
— Cállate un rato, cotorra culia —dijo el Brayan.
— Estoy más asustado que la chutcha —comentó el Roger mirando a su alrededor—. Esta hueá está toda sucia más encima.
— Ya te ganaste prestigio po, cuiquito —comentó el Brayan—. Onde cachan que somos amigos no te asaltan, ahora que estuviste preso, te van a respetar.
— ¿Tú creí? —preguntó el Roger.
— Demás po —se encogió de hombros.
— Lo que yo no entiendo es qué chucha hace un weon como Voh, del pueblo, con este culiao zorrón —comentó el otro flaite.
— Me trató de asaltar y le vendí hierva —respondió Roger, el carabinero lo miró mal—. De menta. De agua hierva. Y manzanilla también. Y romero.
— Ya captó, weon, mejor cállate —le susurró el Brayan.
— Ah, ya —comentó el otro flaite—. Es que yo nica me juntaría con un culiao zorrón como voh po.
— Bueno, po, Bri es distinto —comentó.
— ¿Bri? Puta la wea de apodo pa fleta —comentó el otro flaite.
— Sí, weon, mejor cállate un rato, parecí weco —le dijo el Brayan. Roger lo miró desconcertado y después miró su propio regazo con el ceño fruncido.
— ¿Voh de qué equipo erí? —preguntó el otro flaite.
— Del wander po, de cuál más —respondió.
— Weeena po weon, aguanten los del wander —dijo el otro flaite, y comenzaron a hablar de fútbol. El Roger seguía taimado, y tampoco le dieron mucha bola.
Al rato, llegó el carabinero.
— Vienen a buscar a Roger Taylor —informó.
— Gracias a Dios —comentó este hablando bajo y se levantó. La Coti con su mamá estaban ahí.
— ¡Roger, Dios mío, gracias a Dios que estás bien! —exclamó la mujer llorando, la Coti también lloraba.
— Sí, mamá, estoy bien —dijo él.
— ¿Te hicieron algo esos rascas? —preguntó su madre examinándolo.
— No, nada —respondió.
— Gracias a Dios —dijo la Coti y lo abrazó—. Le recé a San Miguel para que se salvara, Rogercito.
— Gracias, Coti —respondió.
Iban a salir de la comisaría, mientras él Brayan miraba todo, cuando empezó a salir olor a quemado y humo,
— ¿Este weon se excitó o que wea? —preguntó el otro flaite.
— CONCHETUZORRA SE ME ESTÁN INCENDIANDO LOS SHORTS —exclamó el Roger asustado, su madre pegó un grito y la Coti se desmayó.
— TRAIGAN UN EXTINTOR Y USTED DEJE DE CORRER —gritó el carabinero, Roger comenzaba a correr por toda la comisaría gritando.
— ROGER DEJA FE CORRER PERKIN WEON —gritó el Brayan, el Roger se cayó y ahí le apagaron las weas de short.
— Por qué chucha se te incendiaron los shorts —dijo el Brayan.
— Pucha, no sé —dijo el Roger asustado, se había quemado parte de la pierna, pero no era nada grave.
— TE VOY A LLEVAR A LA CLÍNICA DE AQUÍ DE REÑACA AHORA —exclamó allá mamá de Roger toda asustada. El rubio comenzó a rebuscar en los bolsillos para saber qué había provocado el fuego, y se puso como tomate cuando vio que era el cigarro que le había tomado al Brayan.
— ¿Qué provocó el fuego? —preguntó un carabinero.
— Eh... tenía una ceniza —mintió y con los dedos disolvió el cigarro con los dedos.
A Roger lo llevaron a la clínica Reñaca, mientras su mamá y la Coti lo inundaban con preguntas que respondía con monosílabos.
— Pobrecito mi Niño, se topó con unos delincuentes —comentó la mamá. Roger no dijo nada.
Lo llevaron a la clínica y lo atendieron piola.
(...)
— BRAYAN MARTÍNEZ DÓNDE CHUCHA ESTÁS —gritó la madre del Brayan entrando.
— De pana, ya me vinieron a buscar —cometo el Brayan.
— AWEONAO CONCHETUMARE CABRO CULIAO DE MIERDA CÓMO CHUCHA SE TE OCURRE METERTE EN MOCHAS —gritó la mujer enfadada, los carabineros abrieron la celda—. TODA LA NOCHE CULIA PREOCUPADA POR VOH CABRO DE MIERDA.
— Disculpe —dijo el Brayan, le abrieron la celda y la mujer lo agarró de la oreja y lo tiró de esta para afuera, mientras el Brayan se quejaba.
— CÓMO SE TE OCURRE CABRO DE LA RECONCHETUMARE TE VOY A SACAR LA CHUCHA APENAS LLEGUEMOS A LA CASA POR GIL.
— Sorry.
— NA QUE SORRY, AHORA TE VAI DE PATÁ EN LA RAJA AL AUTO.
— ¡Chao, weon, nos vemos!
— ¡Chao Brayaaaan!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top