13

El tiempo pasó y ya era el treinta y uno de octubre, Halloween. La gente por todo el país, obviamente los amargados no, decoraban sus casas para la ocasión, y preparaban sus disfraces. Todo empezaba normalmente a las siete de la tarde, a esa hora salían los niños más chicos a pedir dulces, y terminaba alrededor de las once, cuando se acababan los dulces.

Claramente, los jóvenes y adolescentes no pedían dulces. Celebraban de otra manera, normalmente en fiestas o carretes, y justamente para eso, el Roger se arreglaba.

— Entonces crees que por usar unos colmillos todos cagones estás disfrazado —comentó la Clara.

— La hueá no es producirse, es salir a carretear —explicó el Roger—. Tú todavía eres cabra chica y sales a pedir dulces.

— ¡Ey, no hables estupideces! —lo regañó ella—. Me invitaron a una fiesta.

— Uy, ya, doña adolescente. Tenís con cuea doce, no te las dés de grande. Después te vas a arrepentir.

— Ándate a la chucha.

— Dale, clarita, yo también te quiero.

El rubio zorrón andaba con unos colmillos y con sangre falsa a modo de maquillaje, además se había pintado la cara para verse más pálido, y usaba una camisa cuica rojo sangre, o burdeo, o como chucha se llame ese color culiao que es como un rojo bien oscuro, con pantalones negros y zapatos de vestir. La camisa estaba abrochada hasta el pecho, y estaba bajo el pantalón.

La Clara, andaba de gata. Como me cae mal la culia, no la describo.

— ¿Entonces a dónde vas a ir? —preguntó la Clara.

— A un carrete donde el Juan Ricardo —respondió. No era mentira, iría un rato y después se arrancaría a ver a su flaite.

— Ah... ¿puedo ir?

— No —respondió instantáneamente.

— ¿Y por qué?

— Porque eres muy chica.

— Solo tengo cuatro años menos que tú —repuso.

— Igual. No puedes y punto.

— Ush, ya.

Cuando el Roger se fue, se dirigió al carrete. El Juan Ricardo andaba de momia y la Trini de enfermera.

— ¡Roggie, ya llegaste! —lo abrazó la Trini—. ¡Te veí, regio! ¡Tai entero rico!

— Ay, gracias, Trini, tú también te veí la raja —la abrazó devuelta—. Juan, parece que aprovechaste las siete lucas del confort.

— Cállate, perro —este comenzó a reír y también lo abrazó—. ¿Vamos a carretear? Hay piscola.

— Dale, perro, vamos —dijo y entraron al carrete fome de cuicos.

(...)

— PERREO INTENSO HASTA EL INFIERNO, CONCHETUMARE, EH, EH, EH, EH, EH.

El Brayan fue a tomar bebida, sí, el Brayan estaba tomando bebida, y solo porque quería estar sobrio cuando llegase el Roger. B e b i d a.

Andaba de futbolista del wander, pero versión zombie. Con la polera rajá y los short igual, además de que se pintó para parecer muerto. Mientras se servía bebida, se acercó su pana, el Jonathan.

— Oye, qué wea hermano, andai tomando pura Coca Cola —le dijo extrañado.

— Muy temprano pa curarme todavía —se justificó y le dio un sorbo.

— Bueno... ¿y cómo es que el Brayan Martínez no ha perreado con nadie ni ha tomado nada en toda la noche? —preguntó—. ¿Andai de mandoneao de alguna mina?

— Na que ver, aweonao, no más no quiero —dijo—. Si igual la estoy pasando la raja.

— Ya, qué chucha, tampoco hai fumao mota. Me tení preocupao, weon.

— No te pongai cuático, Jonathan, no es pa tanto.

— Bueno, ya —bufó—. ¿Cachaste el disfraz de la Cristina? Se ve entera rica, deberiai ir a comértela.

— Alta paja, weon. Ya fue con esa weona.

— Qué chucha Brayan, me preocupai en serio.

— Déjate de webiar, Jonathan.

¿Le tiro un piano?

— No, voz culia de mis pensamientos, no es necesario.

— ¿Con quién chucha estai hablando?

Dile que deje de ser tan perkin.

— No soy perkin tuyo tampoco, gracias crack.

Más cuidao, aweonao, que soy la escritora y puedo pitearme a quien quiera. Sangre por sangre guatón Bayron.

— Sorry.

— Brayan, ¿qué chucha?

— Na', weon, más rato tomo, anda con la Kimberly que te está haciendo ojitos.

— Uyyyy hoy día culeo, gracias, weon, chao —se fue rápidamente con la Kimberly.

(...)

El Roger miraba discretamente un lugar para arrancarse. Cuando cachó que nadie lo veía, se fue y salió apretando cuea.

Tomó una micro y se fue a la dirección que le dio el Brayan, con seguridad a que no iban a asaltarlo por ser amigo suyo.

Iba caminando y tarareando, mientras veía a varios niños pedir dulces con sus disfraces, algunos acompañados de sus padres y otros de sus amigos. El barrio empezó a ponerse malo, y cachó que lo estaban siguiendo, así que se asustó y aceleró El Paso.

Quedaba poco para la dirección, y todavía lo seguían. Ya se había rezado como cuatro veces El Rosario completo, pero los weones no iban.

Conchetuzorra hasta aquí llegué. Me van a matar.

Y Justo escuchó un grito conocido.

— OIGAN PERKINES CULIAOS POR QUÉ CHUCHA IBAN A ASALTAR A MI AMIGO ZORRÓN —gritó el Brayan acercándose a ver qué pasaba.

— Uuuh, perdón weon, no caché que era tu amigo —se disculpó el flaite, bien apenao.

— Aweonao culiao, hijo de la mongólica, cómo se te ocurre asaltar a mi amigo zorrón —siguió el Brayan.

— ¡Pero si no lo asalté! ¡Déjate de cuática y no te pongai wekerereke!

— WEKEREREKE TU ABUELA AWEONAO CULIAO —gritó el Brayan.

— OH WEON CÁLMATE, RELAJA LA RAJA —exclamó el otro flaite. El Roger volvió a sacar su rosario, andaba modo Cristo el pibe.

— ES QUE COMO TAN WEON, LES DIJE. NO ASALTEN AL ZORRÓN. ¿TE LO ESCRIBO EN LA RAJA TAMBIÉN?

— NO PODRÍA LEERLO SI ME LO ESCRIBIERAI EN LA RAJA PO, AWEONAO.

— Ey, no es necesario que peleen... —intervino el Roger.

— No te metai, cuiquito, que te estoy defendiendo —repuso el Brayan y el Roger quedó como copihue de nuevo—. Y VOH CHUCHETUMARE, CÓMO TAN AWEONAO PA NO CACHAR, ¿TENÍ AUTISMO ACASO?

— NO WEON, PERO ANDAI HACIENDO LA MEDIA CUÁTICA POR PURAS WEAS —repuso.

— VOH ANDAI HACIENDO PURA CUÁTICA, PERKIN CULIAO.

Iban a seguir peleando, e iban a agarrarse a los wates, pero el Roger agarró al Brayan y salió arrancando con él hacia el interior de la fiesta.

— Yapo, cuiquito, si te estaba defendiendo —repuso el Brayan.

— No quiero que te hagan nada —se justificó, ahí fue el Brayan en el que se puso como copihue.

— Bueno...

El Brayan se fijó en cómo iba vestido y se puso más copihuento aún. Claramente se veía bien. Bien era poco. Al Roger le pasó lo mismo viéndolo disfrazado, y los dos soltaron una risa boba.

Decidieron mezclarse entre la gente y seguir la fiesta. El Roger no quiso tomar, así que el Brayan tampoco lo hizo, y decidieron bailar. De forma heterosexual, obvio, aunque no sé cuál de los dos es más wekerereke.

— ¡Ese es el culiao que me quería pegar! —exclamó el flaite que iba a asaltar al Roger, apuntando al Brayan.

— Conchetuzorra...

— Si po, te iba a pegar y qué tanta wea —dijo el Brayan todo choro.

— A mí nadie me pega, saco wea —dijo y lo pateó en las bolas tan fuerte, que volvió a ser el bolas tristes y cayó al suelo inconsciente.

(...)

— Brayan. ¿Bri? Brayan, por favor despierta. Brimi. Me estás preocupando. Brayan.

Roger, cállate un rato...

Bri, llevai inconsciente como veinte minutos, despierta luego, por fa.

El Brayan abrió los ojos en su totalidad por fin, y miró al Roger que estaba mirándolo preocupado, con el rostro encima del suyo, pero a una distancia heterosexual. Parpadeó varias veces, confundido.

— ¿Qué wea?

— Te dejaron inconsciente —explicó el rubio zorrón—. Así que te llevé a esta pieza para que no te hicieran nada.

— Conchetumare, mis bolas —dijo el bolas tristes lamentándose por sus pobres coquitos golpeados.

— Te patearon re fuerte... pero me dieron un hielo.

— Gracias... —agradeció. No se había dado cuenta que estaba con la cabeza en el regazo del rubio, y cuando se percató, se sonrojó, pero no quiso apartarse.

— No es nada, a fin de cuentas lo hiciste para defenderme —le acarició el cabello.

— Oh, weon, me duele todo —dijo el Brayan.

— Reposa por ahora, yo te cuido —aseguró el zorrón.

— No, estoy bien.

— Pero si acabai de decir que te duele todo, indeciso culiao.

— Bueno, ya.

— Gracias por haberme defendido, Brimi —dijo aún haciéndole cariño en el pelo. De forma heterosexual, obvio.

— No te preocupí, cuiquito. Estoy pa cuidarte.

El rubio sonrió mirándolo a los ojos. Se miraron mutuamente y hubieran seguido, sino hubiese sido por el celular del Roger. Esto los dejó desorientados, y este no iba a responder, pero ya lo habían llamado cinco veces y mejor respondió.

— ¿Aló?

— ¡Roger! Ey, ¿a dónde te fuiste? —preguntó la Trini al otro lado de la línea.

— Estoy ocupado —mintió—. Nos vemos otro día.

— ¡Pero Roggie! Íbamos a sacar piscola —repuso.

— No... no, me enfermé de la guata, chao —dijo y cortó.

— ¿Quién era? —preguntó el Brayan.

— Una amiga —respondió él.

— Ah, ya.

(...)

— ¡No hueí! ¿De verdad hiciste eso? —preguntó el Roger sin dejar de reír.

— Obvio, po. Le dije "qué pasa, larva" y le aforré un combo en las bolas. Nadie me pone un cuatro en educación física.

— ¡Pero al profe po! —siguió riendo—. ¿No te retaron?

— Me suspendieron, pero valió la pena —dijo el Brayan.

— Demás que sí —siguió riendo. Ya no estaban en la posición de antes, hablaban piola.

— Te veí bonito —admitió el Brayan tras una pausa—. Bueno, erí bonito.

— ¿Tú creí? —le sonrió el Roger como aweonao y con la cara pasá a regla de lo rojo.

— Sí... y mucho —le acarició la mejilla.

— Tú también eres bonito —sonrió el Roger. Se miraban de nuevo a los ojos—. No estai curao, ¿verdad?

— No —rió levemente—. No tomé na.

— ¿Tú sin tomar? —preguntó el Roger sorprendido.

— Quería sorprenderte.

— ¿Y por qué?

— No sé, weon... —todavía no le soltaba la mejilla—. Estai bonito.

— Gracias...

Se iban acercando, de a poco sus respiraciones se juntaban y sus rostros estaban cerca del otro.

— ¡ROGGIE, POR FIN TE ENCUENTRO! —exclamó la Trini abriendo la puerta y mirándolos como Peppa que te juzga. El Roger quedó como las minas de las teleseries del mega y la miró nervioso.

— Trini, eh...

— Te anduve buscando por todos lados —dijo y literalmente empujó al Brayan para ponerse frente al Roger. El flaite estaba todo confundido—. Así que usé tu ubicación. Nos dijeron que podriai estar acá.

— Trini, esto...

— Tan enfermo no andas, parece. Mejor vámonos, ¿no te das cuenta que te pueden asaltar?

— No, no quiero irme.

— Si no te vas, le digo a tu mamá. Tienes que dejar de juntarte con flaites.

— ¡Me importa un pico si le dices a mi mamá, déjame tranquilo y deja de perseguirme! —repuso molesto, le había cagado toda la onda—. ¡Me andai hueviando por todo! ¡Entiende que me junto con él y punto!

— ¡Uy, ya, perdón por preocuparme por ti! ¡Te digo que este flaite te está puro sacando plata!

— ¡Mentira! ¡Ni siquiera le compro cosas!

— ¡Deja de ser tan terco! ¡Vas a ponerte flaite!

— ¡No me importa ponerme flaite!

— ¡Uy ya! —exclamó ella choreada y le pegó una cachetada para luego irse.

Los otros dos se quedaron en silencio.

— No sabía que teniai polola —comentó el Brayan.

— No es mi polola —repuso—. Es metida solamente. Es una amiga.

— Ya, si tampoco tení que darme explicaciones —dijo.

— Mira, es mi ex, pero no me gusta, y creo que realmente nunca me gustó, yo...

— Ya te dije que no teniai que darme explicaciones —repitió—. Mejor ándate con ella, Roger, no quiero que te metai en weas por culpa mía.

— Pero Bri...

— En serio —le hizo cariño en la mejilla—. No estoy enojado.

— Bri...

— Anda —insistió—. Nos vemos, la pasé la raja —dijo y se fue.

El Roger suspiró y se frotó el rostro.

— Trini culia —dijo y pateó un basurero.

•*•*•*

HOLA ADIVINEN QUIEN HIZO OTRO CAPÍTULO FOME Y ADEMÁS HIZO DRAMA PENCA.

Bueno, bueno, hice esto PORQUE ME HICIERON UN FANAAAART

nuevamente mi amiga querida Emiko428 tkm💞

El Roger por pinchar por el Brayan y la Trini culia llegando a cagarles la onda

Versión 2.0

Eso pooo
No me odien xfa

bAi
- Em

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