Once; Talitha
Sábado
Miro a mi hermano suplicante, pero él está acariciando a mi perro más grande, a Tyron le encanta, porque es tan grande que no necesita ni cargarlo ni agacharse para poder tocarlo, y tienen un vínculo muy estrecho que podría apostar que pueden sentir los sentimientos el uno por el otro.
—Tyron, voy a ir a demandar al muchacho ese que no para de molestarme, todo estaba tan tranquila hasta que tuve que retrasarme en el pedido ese. No solo tengo que preocuparme por la escuela, sino por el trabajo y las cosas que hago extra, ahora tengo que preocuparme por este muchacho. —Suelto todo el aire que está contenido en mis pulmones, rezongando.
Esta situación ya me está fastidiando.
—Pues mira, igual y si ve que realmente tenemos una "relación". —Hace unas comillas, acompañado de una cara de desagrado, arrugando toda su frente y cerrando los ojos con fuerza—, en frente de él, para que vea que no estamos jugando y lo que realmente quiero como tu "novio" es que se aleje de ti, ¿de acuerdo?
Niego con la cabeza, es un plan bastante absurdo, desde mi opinión y poco creíble ¿Por qué apenas mencionar ese hecho?
—No creo que funcione, porque esa persona no tiene ni valores ni moral, el que yo tenga novio no le interesa, hasta creo que es divertido para él, el jugar con una chica con novio, ¡ese hombre es la peor escoria que el mundo ha visto! —exclamo, apretando mis puños sobre la almohada.
Mi mellizo me mira con la ceja alzada, ladeando la cabeza mientras recibía un gran lengüetazo de mi perro.
—Bien, puede que no sea la peor escoria, pero es malo. —Exhalo, curvando mi espalda.
—Mejor vamos a tu trabajo, ya no sabes lo que estás diciendo —carcajea, negando con la cabeza.
—Bien —refunfuño con cara de pocos amigos, me levanto del sillón, mis perros van detrás de mí como mi sobra.
Vocifero para avisarle a mi mamá que ya me voy, mi hermano repite mi acción con una voz mucho más grave. Mamá solo responde con que quiere que lleguemos sanos y salvos en la noche. Ambos estamos caminando a la par, Tyron decide colocarse los cascos en los oídos para disfrutar de su música. Nos detenemos en la parada del camión y diez minutos más tarde, el camión finalmente de digna a aparecer, afortunadamente pudimos tomar asientos juntos.
Como era de costumbre, al llegar al trabajo, ya hay pedidos por entregar. Así que saludo rápido a mis pocos compañeros de trabajo para que me dan la pizza más rápido. Por lo que pongo varias cajas de cartón en una térmica para mantenerlo calientito. Enciendo el motor de la motocicleta para no forzarla, mi hermano se sienta detrás de mí y me sujeta con fuerza de los hombros, ¡como si fuera a matarlo! Si soy una muy buena conductora, y soy una responsable ciudadana.
Tyron tiene pavor a subirse conmigo, lo cual, en mi opinión, es irracional, porque jamás he ocasionado un accidente ni siquiera me he rasguñado el codo ni ninguna otra parte de mi cuerpo. Por lo que me aprieta tan fuerte de los hombros, apuesto cualquier cosa que me va a dejar unas horribles marcas, y con eso que mi piel es súper sensible.
—Tyron —murmuro para mí, cuando en una curva, ajusta su agarre.
Cuando llegamos a la casa del susodicho, entramos a el portón de la entrada principal se abren, conduzco por el corto camino hasta llegar al frente de la puerta. No tarda más de cinco segundos para que Tyron se aviente al césped que parece recién cortado y empieza a besarlo un par de veces para luego detenerse en seco y escupir toda la tierra que entró a su boca, saca la lengua para limpiarla con la palma de su mano.
—Eres un exagerado, lo sabías ¿no? —carcajeo, frunciendo el ceño, quitándome el casco.
Voy hacia la parte trasera de la motocicleta para sacar una caja de pizza. Subo los escalones de dos en dos para llamar el timbre. Ruego que sea una de las personas que trabajan en esa casa, aunque sé que me estoy engañando, porque al abrirse la puerta me encuentro con un chico rubio de ojos azules con una sonrisa socarrona.
—Buenas noches, son doce dólares —saludó con una sonrisa forzada en mi rostro que mi labio inferior tiembla.
Aunque también sé que no importa cuánto lo intente, él siempre va a sacar el tema de la cita a relucir, ¿por qué sigue estancado en el pasado y no avanza?
—Tú me sigues debiendo una cita —afirma mientras se saca un billete de veinte de sus pantalones para entregármelos.
—¡No creo que a mi novio le agrade la idea! —grito a todo pulmón, observando por encima de mi hombro, ya que Tyron está detrás, intentando quitarse el sabor a tierra todavía.
Se escucha un gran azote detrás de mí, y en menos de tres segundos, mi mellizo está rodeándome los hombros con su brazo. Él adopta una absurda postura de típico macho con vello en el pecho, sus facciones se tensan. Observo de reojo al rubio que no para de observarnos, ladea el cabeza no muy convencido de lo que está viendo.
Y me gustaría saber qué es lo que está pensando. Si tuviera un milagro, sería que me dejase en paz.
—No les creo, no son novios —replica, seguro de lo que está diciendo.
Él cierra la puerta para dejar la pizza dentro de su mansión para cruzar los brazos sobre su pecho.
—¡Por supuesto que es mi novio! —refuto con indignación fingida—, y...
—Pruébalo —interrumpe con una expresión seria, lo miro con el entrecejo fruncido, incrédula a lo que acaba de escuchar—. Sí, quiero que me lo demuestren, bésense.
—Yo no tengo necesidad de demostrar nada, no sé porque tanto alboroto.
—Y yo la beso cuando quiera, tú no me puedes dar órdenes —prosiguió mi hermano, pero hizo una mueca de asco al pronunciar un beso.
Si me vuelvo a conseguir un novio falso, no va a ser mi hermano.
—Entonces no son novios —canturrea victorioso, empuñando la mano hacia arriba.
—¡Que sí, ya deja a mi chica tranquila!
Tyron me pone cara a cara y lo veo cerrar sus ojos, siento que empiezo a hiperventilar, esto no puede ser posible. Observo como mi hermano abre sus ojos, esperando un milagro, extiende sus labios y se acerca tan lentamente, mientras que yo pongo distancia entre nosotros. Él me sujeta de los hombros para que yo ya no me alejara de él, pongo mis manos sobre su pecho para que se mantenga alejado.
Creo que voy a tener pesadillas.
En el momento más inoportuno, siento que mis entrañas empiezan a revolverse en mi estómago. Así que me sacudo los hombros para que me suelte, esto no iba a valer la pena.
—Mis besos con mi novio no son asuntos tuyos, y no pienso demostrarte nada. Toma tu cambio que yo me voy —protesto mientras de la cangurera que está colgando de mi pantalón, saco dos billetes para arrojárselos en la cara.
Tomo a mi hermano quien se pone el casco de seguridad como un rayo, al igual que yo para subirnos a la moto y continuar con los pedidos.
Veo por el retrovisor el rostro del cliente tornándose un color rojizo lleno de indignación, hace señas obscenas y gesticula con los labios hacia nuestra dirección, no debía de ser unos genios para adivinar qué palabras estaba pronunciando. Ahora creo que he despertado al mismísimo diablo y mucho menos va a querer dejarme tranquila.
¿Ahora que hago para quitarlo del camino?
n/o
hola chiquis, cómo están? qué piensan? les está gustando? Les doy la bienvenida a nuevas personas que están siguiendo la historia, muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo en los últimos días, ¿les gusta cap largos o cortitos? que esperan de la historia? cualquier sugerencia, crítica o comentario son bienvenidos <3
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