Camino entre los frondosos árboles buscando la casa. Todo a mi alrededor es campo y no me sorprende, se supone que una bruja debe estar bien escondida. Respiro hondo y juego con mi aliento que se funde en humo blanco. No lo escucho hace tres horas y quiero pensar que es debido a las pastillas, aunque no termino de convencerme ya que nunca deja de hablarme por más pastillas que tenga encima.

Vuelvo a doblar y quito la capucha al encontrarme frente a la puerta. Miro mi mano para comparar la dirección y toco con seguridad la entrada.

— ¿Si? — Dijeron del otro lado de la puerta.

-Soy _____, vengo por su ayuda.

Escucho un ruido del otro lado y me deja esperando unos segundos... miro a mis costados y frunzo el ceño sin entender demasiado la situación. La puerta se abre y descubre su rostro apoyándome a pasar. Sin tardar doy dos pasos y ella cierra la puerta con delicadeza.

— pasa rápido mi niña — le escucho decir mientras me guía a una mesa pequeña justo en el medio. — Siéntate — me indica y obedezca sin decir nada — Empecemos — suspira — ¿que es lo que te pasa — se sienta frente a mi y toma mis manos.

— Hay una voz en mi cabeza, permanece allí hace ya unos meses.

— ¿Masculina o Femenina?.

— Es masculina.

— ¿Que es lo que sientes al escucharla? — entre cierra los ojos y me mira con intriga e interés.

— De momentos me molesta. a veces me aterra escucharlo.

— ¿porque?.

— Pareciera conocerme mas que yo misma.

— Es algo así como. ¿Tu consciencia?.

— No — dije de inmediato y muy segura — es. No lo se, simplemente una voz en mi cabeza.

— ¿Te ha dado ordenes antes?.

— No. En realidad cuestiona lo que hago pero aun no le he dado la oportunidad de decirme que hacer.

— Tienes que dársela, para saber que quiere.

— ¿Como?.

— Hay algún acontecimiento que haya sucedido en esa fecha en la que empezaste a escuchar esa voz?.

— La verdad no — mi voz era suave pero comenzaba a ponerme nerviosa sin razón algún — la escuche de la nada, era como si interrumpiera mis pensamientos, pero luego esta interrupción de su voz para conmigo era mas seguida y se volvió algo común para mi.— la mujer negó con la cabeza — ¿Que pasa?.

— ¿A que viniste aquí?.

— Necesito ayuda, necesito que me de una cura.

—Mi niña, solo tu puedes curar esto, solo tu puedes sacarlo de ti.

— Pero, ¿quien es?.

— Un personaje de tu mente — quede en silencio — debes eliminarlo de ti misma y si no puedes es porque... muy en el fondo quieres llegar a él.

— Claro que no — la contradeci — trate de todo para sacarlo de mi, tome pastillas a montones, de todo tipo, pague un psicólogo hace unas semanas, esto se escapa de mi voluntad, es algo que no puedo solucionar sola.

— Si lo deseas mucho — siguió con su teoría ignorándome — esto puede llegar a mayores, solo intenta no buscarlo en tu mente, no extrañarlo. No notar su ausencia.

Camino de vuelta algo apresurada. Fue todo lo que me dijo, nadie iba a ayudarme, pero yo tenía un plan y mañana mismo lo llevaría acabo.