018
- ¿Jefnier?. - Mi voz tembló y mis pies no parecían tocar el suelo con firmeza. - Jefnier por favor, si eres tu responde. - quebré mi voz. - Te necesito. - Limpie mis lágrimas - Jefnier. - Lo volví a llamar. Pero nada paso, camine por el pasillo de la casa, toque las paredes para guiarme ya que todo estaba oscuro, sentí a alguien correr por mi lado y los pasos rápidos bajando las escaleras. - ¡Jefnier! Carajo ¡Jefnier!. - Grite sin seguridad alguna de que realmente fuera él y corri siguiendo el mismo camino que creia que él había tomado. - Jefnier por favor. - Pedí en un murmullo. - Por favor aparece. - Cerré mis ojos fuertemente y subí mi mano encontrando el interruptor de la luz, esperanzada con la idea de verlo. Preciono despacio el botón a medida que mis ojos se habrían viendo todo. Pero él no estaba ahí, mire hacia mis costados pero nada, no había ruido, solo la noche y la soledad, él no iba a regresar.
Al día siguiente todo se me hizo mas difícil que de costumbre. La universidad parecía pesar mas y los estudios se complicaban, poseer mi mente de nuevo no era tan buena idea, al final es como si le perteneciera a él y ahora que yo la domino me siento una emigrante. Quisiera que vuelva, que se quede conmigo, que cumpla las palabras que dijo, iba en mis pensamientos, acomodandolos, dandoles algún sentido para existir.
- ____. - mire su anatomía frente a mi y su sonrisa se prolongaba luego de pronunciar mi nombre.
- Emmanuel. - Suspire con una media sonrisa, mas bien fingiendo. - ¿Como estas?.
- Eso iba a preguntarte. - Frunció el seño. - Yo bien. - Pauso y me miro. - ¿Y tu?.
- Bien. - Que caradura soy. - ¿Como va todo con Hanna?.
- ¿Hanna?.
- Tu novia. - Dije tranquila.
- Si. - Trago saliva. - No tenía idea de que sabias lo de Hanna.
- ¿Planeabas ocultarmelo?.
- No pero...- Paso y me miro estupefacto.
- No quiero parecer entrometida, pero se dice que no van muy bien las cosas entre ustedes es una lastima, yo pienso que hacen una muy linda pareja.- Sonreí.
- No va mal, solo que... - Se quedo callado unos segundos entonces lo interrumpí.
- No te preocupes, no tienes por que contarme.
- Te conocí hace apenas unos dias y aquel dia en el bar, bueno yo...
- No te preocupes, cuando supe lo de Hanna todo volvio a su lugar, no quiero que creas que malinterprete las cosas.
- No me di cuenta, quiero a Hanna. pero las cosas no son como todos creen y ese dia yo te vi y...- Suspiro. - Algún dia te contare.
- No hay problema. - Sonreí. - Debo ir a clases, fue un gusto hablar contigo hoy Emmanuel. - Lo mire de reojo mientras sacaba mis libros y camine por el pasillo.
Él se quedo alli parado sin decir nada, con ningun gesto en particular, solo mirando.Entre a mi ultima clase para luego volver a mi departamento, estudiar un poco. dormir, y seguir enfrentando las mañanas. Emmanuel era un buen chico, lindo, divertido y muy bueno, ¡Pero no era Jefnier!.
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