Capítulo 8: Dos propuestas inesperadas.

El invierno había llegado, Sawamura ya tenía cuatro meses y su embarazo avanzaba normalmente, Furuya no se separaba del castaño excepto cuando tenía que ir a su trabajo, lo sobre protegía demasiado, aunque Sawamura ya se había acostumbrado a ello de alguna manera.

La tarde era hermosa, ya empezaba a sentirse un poco el frío debido a la temporada, Sawamura decidió salir de compras, dejó una nota para Furuya, y fue a uno de los centros comerciales que recientemente se habían inaugurado.

En el centro comercial, Sawamura paseo por las distintas tiendas que habían y hubo una que llamó su atención, una tienda para bebes que tenía de todo, ingresó al local y empezó a ver los productos, habían desde cunas, chupones, juguetes hasta ropa para los recién nacidos, vio esto y Sawamura se puso melancólico de alguna manera ya quería estrechar entre sus brazos a su hijo o hija. Estaba esperando a ese bello ser con mucho amor.

Antes de retirarse del lugar, el castaño decidió darse un gusto e ir a probar algunos platillos, el bebe y él los necesitaban urgentemente, en eso se escucho un fuerte grito en la multitud.

¡Ladrón! — una mujer grito fuertemente, se notaba su estado de gestación y por lo visto tendría unos 8 meses. — Mi cartera... — se podía apreciar como la mujer se arrodillaba en el suelo, de alguna manera empezó a sentir algunos dolores mientras la gente se quedaba quieta y no hacia nada, al ver esto Sawamura persiguió al ladrón atrapándolo justo antes de que este terminara de bajar por las escaleras, en un momento de forcejeo entre ambos Sawamura no pudo conservar el equilibrio y cayó.

Todo era negro, algunos gritos y  sonidos extraños empezaron a venir, veía algunas sombras, en ese momento en lo único que se puso a pensar fue en su bebé.

Mi bebé. — pequeños sollozos se escuchaban de su boca. — Mi bebé. — no paraba de decir mientras se sostenía fuertemente el vientre.

La gente se empezó a aglomerar donde se encontraba el zurdo, de lo lejos dos personas corrieron porque creían haberlo reconocido y si, no se equivocaron.

Sawamura-senpai. — se escucho decir al pelinegro. — Koushuu hay que... —

La expresión del rubio era de completa sorpresa, había corrido rápidamente al ver a Sawamura en aprietos y cuando escucho esa palabra de su boca se quedó en shock.

Mi bebe. — seguía diciendo Sawamura.

Koushuu. — un fuerte grito y regaño hizo que el rubio dejará el trance en el que estaba. — Debemos llevar a Sawamura-senpai al hospital ahora.

Minutos después, una ambulancia se hizo presente y los paramédicos auxiliaron a Sawamura, llevándolo de inmediato al hospital más cercano.

Ya en el hospital socorrieron al castaño, afortunadamente la caída no fue grave y el bebe no había sufrido daño alguno, hecho que hizo a Okumura y Seto respirar tranquilos. Ahora solo debían esperar a que recobrará la conciencia.

De alguna manera, Seto termino llamando a Furuya, informándole de la situación hecho que hizo al pelinegro acudir al hospital de inmediato.

¿Cómo están Eijun y el bebé ? — pregunto a su llegada.

Están bien, Furuya-senpai. — respondió Seto.

¿Cuántos meses tiene? — pregunto el rubio mientras miraba fijamente a los ojos al más alto de ellos.

Cuatro meses. — respondió Furuya.

Esos tipos alcanzaron a .... — el enojo y la rabia se empezaron a sentir en las palabras de Okumura, mientras se veía como apretaba fuertemente sus manos.

No es lo que piensas, ellos no lograron hacerle nada. — respondió el pelinegro.

Okumura no dijo nada, Furuya le había aclarado algo y lo único que pensaba en ese momento era en el bienestar del zurdo.

El doctor pregunto por ellos y les dijo la situación del castaño, Furuya pregunto si podían pasar a verlo y el doctor dio la autorización para ello.

Eijun estaba recostado en la cama, tenía un semblante tranquilo, afortunadamente el susto había pasado.

Qué bueno que estés bien. — dijo el pelinegro, aunque no le pudieran responder.

Fu-Furuya. — Sawamura había recobrado la conciencia, mientras se acostumbraba al lugar se acordó de todo y la preocupación lo embargo. — ¿Mi bebé? — preguntó a Furuya, mientras trataba de levantarse, ansiando la única respuesta que quería.

No te levantes aún. El bebé está bien, no le pasó nada. — dijo mientras miraba tiernamente al castaño. — Okumura y Seto me contaron sobre lo que pasó. Ten más cuidado para la próxima vez. — en tono de regaño se pronunció. — ser imprudente a veces es bueno, pero no en tu estado.

Lo haré. — la preocupación había pasado.

Es mejor que descanses, ahora vuelvo, Debo consultarle algo al doctor. —  su semblante lucia relajado, había recobrado el conocimiento, el bebé estaba bien, solo debía ir a preguntarle al doctor algunas cosas.

Al salir del cuarto, Okumura y Seto fueron los siguientes en ingresar al cuarto aprovechando la retirada del pelinegro mayor.

Senpai.— se pronunció el rubio.

Senpai, que bueno que esta bien. — dijo el de gafas.

Seto, Okumura, ustedes... — en eso recordó el momento en que ellos dos lo ayudaron. — Gracias.—

De nada. — se escucho de ambos jóvenes.

El silencio se apoderó de la habitación, el rubio quería corroborar algo, pero no salían las palabras de su boca.

Felicidades.— dijo Seto rompiendo el silencio que había en la habitación. — Senpai tiene cuatro meses, ¿verdad?. — pregunto un poco emocionado.

Si. — respondió.

Las dudas estaban ahí, y si era algo doloroso no quería que lo recordará, ya podría hablar con Furuya y hacer que le contara los detalles de lo que pasó, ya que parecía que el pelinegro estaba al tanto de la situación.

¿El padre es Miyuki?.— pregunto el rubio aunque sonaba más a una afirmación, conocía a Sawamura y a la única persona que hubiera permitido que lo toque era a ese chico de gafas. — ¿Porque no se lo dijiste, Senpai? — pensamientos a mil recorrieron su cabeza, deseaba tanto la felicidad del castaño que si se hubiera enterado de esto antes, lo hubiera obligado a entrar en razón y que impedirá esa ridícula boda sin amor.

Si, es su hijo. — respondió a la primera pregunta del rubio. — y No se lo dije, porque una razón. Él debe cuidar al hijo de Mei.

¿Y tu hijo?.— pregunto nuevamente el rubio.

Puedo hacerme cargo de él, yo solo. — respondió con total seguridad el castaño.

Okumura soltó un suspiro, mientras a lo bajo decía: No lo creo, sin que el castaño lo escuchara.

¿Qué dijiste, Okumura?.— pregunro, era seguro que no había escuchado al rubio, pero eso no le había impedido ver el movimiento de los labios de este.

No lo creo. — respondió. — Eso fue lo que dije y es verdad, Senpai aún no termina la universidad. — el rubio sabía de lo que hablaba. — Un bebé requiere muchos cuidados, ¿acaso piensas renunciar?.

Nunca, ya veré cómo pero terminare mi carrera y ... — trataba de responderle pero era cierto lo que decía el rubio.

Te ayudare. — dijo Okumura, sorprendiendo un poco al zurdo por este acto. — Te ayudare con el cuidado del bebé. — se ofreció voluntariamente.

Gracias. —  una inocente sonrisa salió del rostro de Sawamura.

Jajaja, Koushuu, se más directo o Senpai no te entenderá. — dijo Seto, quien había entendido las segundas intenciones de su amigo.

¿Eh? . — Sawamura no entendía a lo que se referían y lo demostró en su rostro.

Tsk.— chasqueo la lengua. — Es cierto. — se acercó a donde el castaño estaba recostado, sostuvo su mano derecha sujetándola delicadamente. — Sawamura Eijun, mis sentimientos por ti no han cambiado en estos años, y tras la bella noticia jamás lo harán, es por eso que... — antes la pregunta crucial respiro profundo y... — ¿Quisieras compartir tu vida conmigo?. — la cara del ex-pitcher de Seido era de absoluto asombro, el cual no dejaba por nada.

No... entiendo. — dijo.

Okumura Koushuu estaba muriendo por los nervios internamente, por fin estaba diciéndole sus sentimientos a la persona que amaba, aunque su estado no lo demostraba en su rostro.

Estoy enamorado de ti, es por eso que quisiera ayudarte a cuidar a tu hijo y críalo como si fuera mío. — dijo el rubio. — Y por eso es que deseo que te cases conmigo. — las palabras del rubio provocaron que el castaño empezará a ruborizarse, no sabía nada acerca de los sentimientos de Okumura, pero sus acciones lo conmovieron mucho.

Yo... — quería darle una respuesta pero antes de terminar de decir algo más, fue callado por Okumura.

Piénsalo, prometo que los cuidare a ambos como mis más grandes tesoros y Nunca los haré sufrir. — las cartas estaban puestas en la mesa, esperaría por una respuesta.

Mientras tanto, detrás de la puerta el pelinegro se encontraba escuchando lo que el rubio le decía a Sawamura, si esperaba más tiempo perdería, el también jugaría sus cartas para obtener el amor del castaño.

Tras decirle eso Koushuu salió del cuarto siendo acompañado por Seto, encontrando a Furuya a su salida, las miradas de ambos jóvenes se cruzaron por unos cuantos segundos en señal de guerra para posteriormente  cada quien seguir con su camino.

A la mañana siguiente, Furuya fue a recoger al castaño, ya había recibido instrucciones acerca del ligero cuidado que tenía que tener Eijun esos días, lo ayudaría pero antes le diría acerca de sus sentimientos.

Al ingresar a la habitación, el zurdo ya se estaba alistando para retirarse, hecho que sorprendió un poco a Furuya y pasó a ayudarle.

Te ayudo. – dijo el pelinegro al ver como Eijun se terminaba de alistar.

No es necesario, ya está todo listo. — respondió. — Ya quiero salir de aquí. — por alguna razón no le agradaban los hospitales después de lo que pasó con Mei.

Eijun, estoy enamorado de ti. — se escucho el sonido de algo caer al suelo.

¿Qué... Qué estás diciendo, Furuya? — pregunto mientras recogía lo que se le cayó al suelo.

La verdad, durante muchos años he ocultado mis sentimientos, pero creo que es hora de que los sepas. — palabras dichas de corazón salían de su boca. — Te amo. — dijo directamente. — y siempre lo haré, ¿Quisieras casarte conmigo?.— primero fue Okumura y ahora era Furuya, en las últimas horas dos personas se le habían declarado y no entendía el porque.

¿Porque me lo dices ahora?.— pregunto.

No quiero que aceptes la propuesta del oxigenado ese.— respondió con celos.

Jajajaja, oxigenado... , jajaja .— la poca tensión que se estaba empezando a formar en el cuarto fue expulsada gracias a esa palabra.

¿A quién le dices oxigenado? .— de la nada y tras eso apareció Okumura e ingreso a la habitación.

... — Furuya lo ignoro por completo, esperaba alguna respuesta de parte de Sawamura.

Ver de alguna manera esa escena trajo algunos recuerdos al zurdo, sonriendo un poco por ellos. No quería que esperen más así que decidió darles una respuesta a ambos en ese momento.

Lo siento. — fueron las palabras que les dirigió el castaño.

Una triste realidad, donde ninguno de los dos estaba incluido (del todo), Sawamura les dejo en claro que los apreciaba mucho, pero que no sentía algo por ellos, no quería aceptar sus propuestas y darles falsas esperanzas, no desea herirlos.

Los rechazo directamente y sin rodeos pasando a retirarse del cuarto.

Espera, te acompaño. — dijo el pelinegro al ver retirarse al castaño, mientras dejaba atrás al rubio.

Pero... — Sawamura no sabia que decir.

Acaso no dije que los cuidaría, aunque creo que olvide mencionártelo. — dijo sonriente el pelinegro, había sido rechazado pero eso no significaba que no tuviera oportunidad, apostaría todo y trataría de conquistarlo.

Te ayudo. — dijo el rubio que los había alcanzado en el acto.

Ustedes dos... actúan extraño. — extrañado por el buen recibimiento de sus palabras.

Para nada. — dijeron al unísono.

Era cierto que habían sido rechazados, pero eso no quitaba el hecho de que querían ayudarlo con el cuidado del bebé, querían cuidar a ambos, traerles y brindarles felicidad.

Continuará...

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Nos vemos en la próxima actualización, que será un capítulo especial(no tenía planeado escribir acerco de ello, pero como extra, me dieron ganas de escribirlo).

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