Capitulo 4: Rescate.
La puerta se volvió a abrir por segunda vez, lo que nadie sabía era la tormenta que iba a traer consigo las personas que estaban ingresando, una de ellas era un hombre alto, cabello negro azabache; el otro era un chico rubio, unos centímetros más bajo que el pelinegro, ambos traían a rastras a los compañeros que faltaban, tras entrar a esa casa los dos al mismo tiempo arrojaron a patadas a los hombres y gritaron al unísono el nombre de una persona.
Sawamura — fue a quien nombraron, aunque al terminar de decirlo ambos se miraron de manera desafiante.
Segundos después escucharon unos ruidos extraños, fueron rápidamente al lugar y se encontraron con una escena que no esperaban ver, Sawamura estaba atado de pies y manos, amordazado y con un tipo encima, el cual estaba acariciando sus pezones, mientras que los otros estaban alertas y esperaban a los intrusos.
Al ver esta escena el pelinegro sacó a relucir un Aura negra y a la vez con llamas flameantes, mientras que el rubio sonrío de manera siniestra, junto sus manos e hizo sonar sus nudillos, estaban preparados para golpear hasta la muerte, los dos chicos enfrentaron a sus rivales, uno cayó noqueado al instante luego que el pelinegro le diera un derechazo fulminante contra su abdomen, mientras que el otro tipo se encontraba luchando con el rubio, un derechazo a la cara que fue esquivado rápidamente, seguida de una patada recta lo cual hizo que su oponente quedara quieto por unos segundos, intento noquearlo pero el tipo se agachó y deslizó su pierna izquierda de manera circular provocando que el rubio cayera, el pelinegro se había acercado hacia Sawamura y alejo al hombre que estaba con él y empezaron a luchar, mientras tanto el castaño estaba sorprendido nunca espero que esos dos chicos vinieran por el y lo ayudaran.
De pronto, el sonido de la sirena de la policía se hizo escuchar previniendo a los delincuentes, habían cuatro noqueados y dos en pie, estos últimos trataron de huir librándose de los chicos con los que estaban peleando dirigiéndose de inmediato a la puerta, en la cual para su desgracia ya se encontraba alguien esperándolos, un joven de lentes, cabello negro con pequeños rayos pintados de rojo, el cual con unos golpes los derrumbo e hizo se retorcieran del dolor en el suelo, acto que dejó anodadados a los otros dos chicos.
Taku, gracias — dijo esto el rubio mientras se iba acercando.
No te preocupes, Koushuu. — mencionó Seto, luego los tres juntos se dirigieron al lugar donde estaba Sawamura y así poder salir de ahí, pero al llegar vieron como uno de los que creían inconscientes estaba sosteniendo fuertemente a Sawamura del cuello, amenazándolos con una navaja la cual pasaba cerca del rostro y cuello del castaño.
La policia llego y arrestó a los delincuentes que estaban en el corredor, fueron a la ubicación de Seto y vieron un charco de sangre, apresurándose a arrestar a los otros criminales.
Afortunadamente nadie salió herido a excepción de Seto, el cual tratando de negociar para que dejen libre al castaño vio una pequeña oportunidad para librarlo, desafortunadamente el rufián se dio cuenta de sus intenciones y arremetió contra el, tuvieron una pequeña lucha la cual terminó con un codazo fulminante en el rostro del criminal y con Seto herido en su brazo izquierdo.
Todo había pasado ya, los secuestradores fueron arrestados y llevados a la estación de policía, Sawamura y Seto fueron atendidos por los paramédicos para posteriormente ir a dar sus declaraciones sobre el caso.
A la salida de la comisaría, Sawamura no encontraba momento para gesticular las palabras que tenia retenidas dentro de sí, quería expresar su agradecimiento pero, no podía hacerlo, ya que después de ver cómo se lastimo Seto por salvarlo no hubiera soportado que por su culpa los otros dos chicos se lastimaran.
Esperen tengo algo que decirles... Verán ... Este — trataba de expresar su gratitud hasta que Furuya cortó sus palabras.
Déjalo para después — dijo Furuya, el cual solo deseaba que su compañero olvidará lo ocurrido pero fue malinterpretado por el castaño e hizo que una de sus venas sobresaltara de su frente.
¡IDIOTA! — grito adelantándose a los tres chicos, mientras caminaban rumbo a los dormitorios o eso creían los chicos, Seto alcanzó el paso de su senpai tratando de disculpar el comportamiento del pelinegro mayor.
Senpai, no se enoje, después de todo ellos trataron de llegar a usted lo más rápido posible — dijo el menor con una expresión fresca y de confianza. — Furuya-senpai tan solo no quiere que recuerde esos desagradables momentos.
Yo solo quería darles las gracias — dijo mientras hacía un puchero con su rostro.
Y porque no se los dice ahora. — dejaron de caminar y voltearon para ver cómo los otros dos chicos se acercaban a ellos.
Furuya y Okumura pararon en seco y escucharon a Eijun dirigirse a ellos.
Muchas Gracias, Furuya, Okumura y Seto — dijo mostrando una sonrisa en su rostro. — de no ser por ustedes... — trato de hablar pero Okumura lo interrumpió.
Senpai, no tienes que agradecernos, debimos de haber llegado antes, para que esos hombres no lo tocaran — dijo con rabia Okumura mientras miraba al piso.
No es verdad, ... Estoy bien y eso es lo que importa, ¿no? — dijo el castaño — aunque aún me pregunto, ¿Cómo dieron conmigo?.
Sobre eso, será mejor que Furuya-senpai se lo contara.
******Flashback******
Una semana antes del nacimiento de los gemelos Kominato, cartas extrañas seguían siendo encontradas en la habitación que compartían Sawamura y Furuya, ninguna tenía remitente pero sí un solo destinatario, Sawamura Eijun.
Era sospechoso y raro encontrarlas todos los días, afortunadamente Sawamura nunca las hallo, el que las encontraba era Furuya y un día, estás pasaron de ser una a tres por día, al ver que esto no acababa decidió abrir las cartas que habían llegado y así vio lo que decían.
Quiero verte.
Te observo a lo lejos.
Él no es para ti.
— era lo que decía en cada una de esas cartas, la expresión de Furuya cambio inmediatamente a una de enojo y una inmensa aura se hizo notar en él. De inmediato se puso a verificar el resto de cartas, las cuales tenían mensajes similares, aunque algunas tenían fotos donde se podía apreciar a Sawamura ya sea con su pareja o con sus amigos, su paso del trabajo a las clases, o alguna situación ya sea graciosa o triste, era observado todo el tiempo, debido a esto Furuya tomó algunas precauciones.
Pasaron un par de días y Furuya procuraba estar cerca de Sawamura la mayor parte del tiempo, sabia sus horarios desde hace mucho así que no había problema en ello, podía vigilarlo tranquilamente sin que él sospechara, después de todo aún seguían siendo "rivales" en la universidad, por otra parte por un descuido suyo Okumura se había enterado de la situación y tuvo que decirle los detalles del caso, aunque para su sorpresa este tenía sospechas de que alguien estaba siguiendo a su senpai, puesto que tenía la rara sensación de que alguien lo observaba cuando estaba con el castaño y ya había tenido algunos accidentes que no mencionó a nadie, se contaron los detalles y empezaron a discutir algunos aspectos.
¿Así que mis sospechas eran ciertas? — pregunto al antiguo Pitcher de Seido.
¿A qué te refieres? – dijo el pelinegro.
Tú también estás enamorado de Sawamura-senpai, ¿no es así? — dijo sin rodeos el rubio.
Sus ojos expresaron sorpresa porque había alguien que sabía acerca de sus sentimientos, pero al ver la expresión tan seria que tenía Okumura en esos momentos solo pronunció una palabra.
Si — dijo sin titubeos en respuesta a la pregunta del rubio.
Una sonrisa se formó en los labios de Okumura al escucharlo decir esa sola palabra, ya que había confirmado una sospecha que tuvo por años.
Tras eso, ambos se aliaron para poder protegerlo, pero no funcionó, por un simple descuido permitieron que Sawamura cayera en la trampa de ese hombre.
La última advertencia llegó pero no la encontraron hasta que pasó 2 días de la desaparición, no era normal que él no llegara y dejará de asistir a clases pero considerando lo que escucho pensaron que estaba mejor solo, tenía que pensar y tomar una decisión, pero esa última carta reveló la verdad.
Confirmaron sus sospechas ese mismo día, al parecer el último día que vieron a Sawamura, un coche con lunas polarizadas estaba merodeando el hospital, era como si todo estuviera planeado, pero no, estas coincidencias ayudaron para poder alejar al castaño de ahí. Investigaron lo que pudieron y pidieron la ayuda de Seto, él cual tenía una larga lista de contactos a la cual podían acudir.
Seto hizo sus averiguaciones y dio con su paradero, aviso a la policía dándole los detalles del caso, y fueron en su ayuda, mientras esperaban en un lugar cercano escucharon la conversación de un grupo de hombres, que murmuraban para ellos como la persona que los contrato debería estar disfrutando en ese mismo momento del botín que tenía con el.
Bueno, creo que es hora de regresar - dijo uno de ellos.
Me pregunto, ¿que pensara hacer después con el?
Eso no nos importa, que les quede bien claro, nosotros solo debemos cumplir con lo que nos ordenen y nada más. - dijo el líder de todos ellos.
Eso dices tu, pero bien sabemos que ese chico te gusta.
y que si fuera asi, despues de todo, es mi tipo - dijo con una sonrisa en el rostro - los chicos como él me gustan, tan inocentes y frágiles a la vista que hacen que quiera hacerlos llorar.
Tan sádico como siempre -dijo el más cercano a él- pobre chico, saber que alguien como tu puso sus ojos en él hace que sienta lastima por esa pobre alma.
No exageres - dijo el que estaba a su izquierda, sacando una foto que tenía en su chaqueta- después de todo tienes buen gusto jefe - en ese instante la foto se callo y por la fuerza del viento llegó a los pies de Furuya quien al verla, reconoció a la persona que estaba fotografiada y un extraña aura salió a relucir, los delincuentes se extrañaron por eso y dos de ellos se retiraron mientras que los otros tres se quedaron para pagar la cuenta y que le devolvieran la foto, pidiendosela a pelinegro, sin saber lo que se les venía.
Una tortuosa lucha se llevó, mientras tanto Seto trataba de calmar los ánimos sin éxito alguno, tan caldeados estaban que Okumura se unió a la lucha, los puñetazos no se hicieron esperar, patadas de distintas formas, ya sean desde frontales, laterales y de media luna, y sin pensarlo Seto se unió, los golpes iban y venían, los dos lados estaban iguales hasta que de una sola, Furuya derribó a dos con una patada circular, la cual tuvo gran efecto e hizo que hubieron dos hombres en el suelo, Okumura ya había logrado reducir a su oponente, unos golpes en la cara y sobre la boca de su estómago hizo que cayeran ante el.
Vámonos- dijeron los dos al mismo tiempo, llevando consigo a rastras a los hombres que habían derribado.
Llegaron varios minutos después y entraron sorpresivamente al lugar, sin escuchar a Seto en ningún momento, escucharon a Sawamura y vieron la posición en la que se encontraba, enfrascandose nuevamente en una pelea, al final todo salió bien y lograron rescartalo, aunque Seto se halla lastimado en el proceso.
****Fin del flashback****
¿Porque no me dijiste sobre esas cartas?- pregunto algo alterado el castaño.
No quise- fue la respuesta que escuchó y hizo que se enojara - no quería ponerte en peligro - dejando sorprendido al zurdo.
No sabia como reaccionar ante eso, nunca espero una respuesta tan sincera.
Minutos después, el silencio se rompió, habían llegado a su destino.
Llegamos - dijo Furuya a todos.
¿a donde? - pregunto despistado Sawamura.
A mi casa, hoy pasaremos la noche aquí, ya se lo dije a mi abuelo. Será mejor que pasen, apurense.
Okumura, Seto y Sawamura estaban sorprendidos ante esto y al ver que estaban cansados decidieron hacerle caso y descansar lo más pronto posible, ya mañana seria un nuevo dia y podrían terminar de conversar e ir a los dormitorios. El abuelo de Furuya los recibió y le dio la bienvenida a su hogar a los amigos de su nieto, cenaron mientras platicaban de béisbol, luego se ducharon, en la ducha ya habían preparado unas prendas para que ellos duerman, acomodaron sus futones, ya que no querían dejar solo a Eijun, se recostaron y esperaron a que el día termine.
Continuará...
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Próximo Capítulo: Malentendido.
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