Capítulo 12: Día a Día.


Saboru, Koshu, por lo que escuchaban los mayores, Kai tenía dificultades para pronunciar los nombres de ese par, aunque les pareció algo tierno de ver, que terminaron grabando la escena.

Eijun quedó sorprendido, pero no podía negar el hecho de que ese par siempre estaba pendiente de su hijo y de él, y aunque en ese momento Kai los llamara Papá a ambos tendría que aclarar las cosas con su hijo... en algún momento.

Ahhh. — suspiro fuertemente Eijun, no sabía qué hacer, quería decirle a Kai que ninguno de los dos era su padre, pero era un tema muy complicado, que un terrible dolor en la sien lo empezó a golpear.

Kai, aún es pequeño. Luego podrás explicarle. — le dijo su padre.

Papá. — respondió el menor. — Tienes razón.

El mayor de los Kominato trató de toser para llamar la atención, aunque bueno está ya era suya debido a que desde hace varios meses radiaba con hermosura, además de que había engordado un poco.

Felicitaciones a los recién graduados. — dijo el pelirrosa mayor. — Creo que ya es hora de contarles un secreto. — dijo. — Youichi, Lo siento. Vas a tener que soportarme nuevamente en esa fase. — su pareja no entendía a lo que se refería. — Vas a ser papá por tercera vez. — la sorpresa y la alegría lo invadieron y fue a abrazar a su amado, un niño más... debía de trabajar duramente por sus hijos.

Todos fueron a felicitar a la pareja, fue una bonita sorpresa, nunca pensaron que ambos tendrían más hijos en menos de 1 año.

Los días y meses pasaron lentamente, Sawamura por fin podía descansar en paz y empezó a buscar un empleo con respecto a su profesión, no por nada había sacado ese título con esfuerzo.

El crecimiento de Kai iba bien, ya había empezado a pararse por sí mismo, y no sólo decía algunas palabras, trataba de forma oraciones, cuando cumplió su primer año tuvo una de las mejores fiestas que un niño podría desear, sus abuelos en conjunto con algunos amigos del castaño prepararon todo para el gran día, su familia y amigos festejaron por completo su primer año de vida. Fue un cumpleaños para no olvidar.

Un mes después, una sorpresa le llego a la pareja del pelirrosa, no era uno, eran tres los hijos que tendrían ese día, hecho que provocó que Kuramochi casi se desmayara, pero lo evitó ya que en esos momentos Ren y Dan lo acompañaban. Tuvo que calmarse rápidamente, a las pocos minutos, Haruichi logró llegar, así pudo dejar en cuidado de su tío a sus hijos.

Ren, Dan. No hagan travesuras que yo estaré con su madre. — dijo el mayor, a lo que ambos pequeños asintieron.

Ese día nacieron los trillizos Kominato; Haru, Yuma y Kazumi, fue bellos verlos, aunque su nacimiento fue complicado, los tres se encontraban muy bien. La familia Kominato era más grande ahora.

Los meses pasaron como si nada y así el segundo cumpleaños de Kai había llegado, los regalos eran hermosos, pero el que más llamó la atención del menor fue un guante que le había sido dado por el rubio, junto con la pelota que había recibido hace varios meses este se convirtió en un objeto muy importante. Las sonrisas de los niños no se olvidaron y más cuando Ren y Dan lograban sus travesuras.

El trabajo de Sawamura era sencillo y gracias a él podía criar muy bien a Kai, quien hasta ese momento no se había enfermado, aunque cierta mañana una fiebre repentina amaneció con él, ardía por completo, se escuchaba como respiraba con dificultad, Eijun al ver esto se puso muy nervioso, su hijo estaba muy mal, como era posible de que de un día para otro amaneciera así, mientras salía apresurado de su departamento se cruzó sin siquiera notar al rubio y al pelinegro que siempre lo acompañaban.

Eijun. — grito Furuya, sin tener respuesta alguna.

El castaño había tomado un taxi y mientras lo abordaba se dio con la sorpresa de que dos personas más se unían a su viaje.

Nosotros también vamos. — dijo el rubio quien se había colocado a la izquierda del castaño.

El auto avanzó rápidamente, cuando llegaron al hospital los atendieron rápidamente.

Familiares de Sawamura Kai. — dijo el Pediatra a cargo de revisar a Kai.

Yo. — respondió Eijin. — ¿Como está mi hijo?

Sawamura ... — se escuchó decir al doctor. Eijun lo vio por unos momentos   y reconoció a la persona frente a él.

Tadano Itsuki. — dijo.

Si, que bueno que volvamos a vernos aunque no en estas circunstancias.
Por el momento Kai está bien, tendrá que permanecer en observación toda la noche, el bronco espasmo que tiene es fuerte y esto es lo que le dificulta respirar. — dijo Takado, mientras informaba los detalles de la condición de Kai.

Sawamura al escuchar esto palideció, Okumura y Koushuu, quienes se encontraban ahí decidieron pasar la noche ahí, para ver cómo amanecía Kai.

Un ligero tratamiento con antibióticos y un buen reposo fue lo que hizo que días después Kai se recuperará, aunque algo bueno trajo todo esto y es que Kai, quien detestaba a la mayoría de Doctores se había familiarizado con uno, al parecer de alguna u otra manera le había agradado Tadano.

Sawamura, Kai ya está listo. — dijo Tadano, ese día era el último día de Kai en el hospital, lo habían dado de alta.

Gracias. Tadano. — dijo el castaño, mientras sostenía al pequeño en sus brazos, aunque Kai al ver que lo alejaban de su Doctor favorito no quiso irse de ahí.

¿Kai? — era raro que Kai reaccionara así, la mano del pequeño no dejaba de sostener la bata de Tadano, hasta que este volteo y ayudó a que se desprendiera de ella.

Kai, no te preocupes, estoy seguro que nos volveremos a ver. — sonrío.

Onii-chan. — pronunció Kai. — Nos vemos. — se despidió de Tadano hasta alguna próxima vez, aunque este encuentro marcaría una gran amistad futura que nacería en unos años.

El paso del tiempo era lento en algunas ocasionas y más para el pequeño Kai, quien observaba pacientemente el paso de las estaciones, era un día normal como cualquier otro, Eijun había dejado a Kai en compañía del abuelo de Furuya, en la tarde lo recogería y se alistarían para el tercer cumpleaños de los gemelos Kominato, quienes crecían cada vez más Fuertes y sanos.

Al llegar la tarde todo en casa del pelirrosa mayor estaba listo. Ren y Dan estaban vestidos de manera galante y sus hermanos también, aunque la más hermosa era Kazumi a quien le habían puesto un bello vestido que hacía juego con su color de cabello.

La pequeña fiesta fue agradable y divertida para todos, los niños se divirtieron a montón, la mayor sorpresa de todos fue cuando Kuramochi llegó con una visita repentina, Yuki y Jun habían regresado de su viaje y tenían en brazos a un pequeño, su primer hijo, por lo visto tenía la misma edad que Kai y así lo confirmaron ambos, el pequeño Josuke había llegado para alegrarles la vida.

Al finalizar la pequeña reunión, todos pudieron apreciar como los pequeños se llevaban de maravilla, una amistad que duraría por años y nadie podría quebrantar.

Continuará...

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