Capítulo 11: Primeras palabras.
Un largo interrogatorio se venía al final, aunque esta pequeña "Bienvenida" fue cálida y hermosa, que no quería olvidar en su vida.
La verdad salió a la luz, las personas que se encontraban ahí se enteraron quién era el padre de Kai, al descubrir esto Kuramochi, por poco estalla de ira, aunque escuchaba las explicaciones no entendía el porque Eijun se había mantenido callado, si él lo hubiera querido pudo haber recuperado a Miyuki.
Mei estaba esperando un hijo de Miyuki. — dijo el castaño.
Tú también. — le dijo denotando en su tono de voz la molestia que sentía.
Es mejor así. A Kai no le faltara nada estando conmigo. — trato de cerrar la conversación.
Eijun, ¿estás seguro? — dijo el pelirosa mayor.
Si, no le faltara nada, además...
Una escena tierna se hizo ver, Kai estaba gateando hacia ellos, era un niño travieso (aunque no se le notaba mucho), lentamente se acercaba al castaño, gateo y gateo hasta llegar cerca de su madre y al estar en contacto con la persona que le dio la vida, una pequeña sonrisa salió de él.
Kai, ven aquí. — dijo mientras lo sostenía entre sus brazos, un inquieto Kai se movía tratando de escapar de los brazos de Eijun, mientras fijaba su vista en toda la habitación, logró ubicar lo que buscaba y fue hacia ella, la estaba esperando, se soltó del agarre de su madre, gateo por unos segundos y la encontró, una pelota de baseball era lo que buscaba, la sostuvo con sus tiernas manos y empezó a jugar con ella.
Esto hizo que el ambiente se relajara, poniendo a gusto a todas las personas que se encontraban ahí.
Así que aquí estabas, Kai. — dijo Seto, el chico de gafas se había descuidado unos segundos, los cuales el pequeño de Kai aprovechó para salir en la gran búsqueda de su fiel amiga.
Seto. — Eijun fijó su mirada en su Kohai por unos segundos.
Senpai, lo siento, estaba buscando la pelota con la que estaba jugando, pero por lo que veo, él ya la encontró. — dijo mientras mirabas como Kai se divertía con la pelota.
En eso, tanto el abuelo de Sawamura como el de Furuya aparecieron.
Vengo a llevarme a mi Bisnieto. — dijo el patriarca de los Sawamura. — Es hora de que su Bisabuelo lo consienta. — sostuvo a Kai entre sus brazos y lo alzó por un momento al aire.
Esa pelota... — se escucho decir al abuelo de Furuya.
Kai estaba jugando con ella, no sabría decirle de donde la saco. — dos miradas fulminantes empezaban a asediarlo.
Ya veo. — el anciano la recogió y al ver como Kai la seguía con su mirada... — Toma Kai, es tuya. — esa pelota significaba mucho para el abuelo de Furuya, su nieto había jugado mucho con ella y se la había regalado, era uno de sus más grandes tesoros ya que guardaba sentimientos y una época que siempre amaba recordar. Un tesoro que estaría en buenas manos.
Kai recibió su regalo encantado, esbozó una pequeña sonrisa y mientras era sostenido por su bisabuelo no dejaba de abrazar su regalo.
Tras su salida del hospital decidió mudarse a un pequeño departamento que había visto antes, actualmente él y Kai vivían ahí, no había dejado sus estudios, pero su horario era muy ajustado que a veces quería rendirse, lo cual no hizo, contó con la ayuda de sus amigos y compañeros.
Mientras Eijun estudiaba, Kai se quedaba al cuidado de Ryo-san, el pelirrosa se había ofrecido a cuidar al pequeño, ya que no le costaría nada encargarse de un niño más teniendo a sus gemelos, debía concentrarse en terminar su carrera y así poder continuar.
Habían días que él pelirrosa no podía, así que lo niños se quedaban a cargo de Kuramochi(en sus días libres), Haruichi o de dos voluntarios que adoraban a Kai, Furuya y Okumura.
Los meses pasaron rápidamente, Eijun se esforzaba mucho en sus estudios, faltaban pocos meses para la graduación, estaba con muchos trabajos, exposiciones, informes, y quería un pequeño descanso, Okumura y Furuya lo ayudaban en lo que podían, en esos meses que habían pasado, se habían convertido en dos personas en las que podía confiar. Los profesores no daban tregua, exposiciones, trabajos, la tesis... debía empezar a trabajar en ella o nunca acabaría, no había sido bueno dejarla para el último momento.
Llegaba a casa muerto del cansancio, la universidad y su trabajo consumían mucho de él, pero cuando Kai sonreía las fuerzas volvían a él, Kai era su motivo de lucha.
Después de mucho tiempo, por fin tuvo unos días para él y Kai, había pasado mucho y era reconfortante poder estar a solas con su hijo, aunque las visitas vinieran cuando menos las esperas. El timbre empezó a escucharse y Eijun fue a abrir la puerta con el pequeño Kai en brazos.
Buenos días. — dijo el castaño al abrir la puerta.
Eijun. — dijo Furuya.
Senpai. — se escucho decir desde la esquina cercana a su departamento.
¿Qué hacen aquí? — al verlos sentía que su paz se iba a ir ese día.
Vinimos a visitar a Kai. — dijeron al unísono, mientras miraban al pequeño.
¿Puedo cargarlo? — pregunto el rubio.
No hay problema. — respondió el castaño.
Furuya por unos miembros miro la escena, le gustaría estar así todos los días con el pequeño, desde que nació lo sentía como si hijo, aunque sabía que no era el único, siempre que iban a visitar a Eijun ponían como pretexto a Kai, pero esto no era así, sabía que ambos querían ver a esos dos Castaños y sobretodo cuidarlos.
¿A qué hora van a pasar? — dijo Eijun, mientras veía como ambos jóvenes seguían aún en la puerta.
Lo siento si interrum... —
Pasen, saben algo, son unos idiotas si aún no se han dado cuenta. — lo decía de esa forma porque ellos no notaban la alegría que demostraba Kai al verlos, después de todo, aparte de Ryo-san, Kuramochi, ellos dos eran los que más vinculados estaban con su hijo. El castaño se dirigió a la cocina, para invitarles algo, pero fue sorprendido por el rubio.
Oku... Mura. ¿Por poco me matas del susto? — dijo agitado.
El rubio bufo ante tal acto y se disculpó.
Lo siento. Solo quería ayudar, ya que Furuya me quito a Kai. — dijo un poco receloso.
Ja, ja, ja. — le causó gracia la expresión que puso el rubio, risa que se escucho hasta la sala y que no pasó desapercibida.
Furuya junto a Kai ingresaron a la cocina, el pequeño al ver a Eijun estiro sus brazos para ser cargado por el castaño, hasta que empezó a balbucear algunas palabras que dejó mudos a todos los presentes.
Ma... Ma... Ma... Ma. — los conmocionó a todos.
Sus... primeras palabras. — soltó Eijun.
El rubio saco de inmediato su celular y empezó a grabar al menor. Los tres estaban felices habían sido partícipes de un momento importante.
El menor no sabía el porque los adultos lo miraban atentamente, pero lo que había hecho produjo que el ambiente se sintiera cálido y lo volvió a repetir, aunque para esta ocasión, con la primera sílaba, Eijun saltó de la alegría y lo sostuvo entre sus brazos, acto que hizo muy feliz a Kai.
Mamá. — para su quinto intento por fin pudo juntar ambas sílabas y convertirlas en una palabra, hecho que quedó registrado en un vídeo que nunca olvidarían.
Kai había dado sus primeras palabras y mientras los meses pasaban su vocabulario se ampliaba, ya no sólo decía mamá, sino que podía llamar a los gemelos por su nombre y se dirigía a los padres de este par como si fueran sus tíos, la palabra padre aún no había sido emitida, aunque para eso faltaría un poco.
El día de la graduación por fin había llegado, ya no habían más deberes que cumplir, de alguna manera, Eijun completo los requisitos para poder recibir su título y estaba muy contento con ello, era un día muy especial para él, sus padres lo acompañaron a la ceremonia mientras cuidaban a Kai y a los gemelos, que pasaron a su cuidado para que los jóvenes pudieran gozar de ese día.
Fue un día increíble y lleno de gozo, todo había acabado y se retiraban, Furuya y Okumura se despedían de Eijun, y pasaban a despedirse de Kai, hasta que se escucho una pequeña sílaba que los dejo congelados.
Pa... — ambos se paralizaron y lo miraron con gran expectativa. — Pa... — nuevamente se escucho esa sílaba, el menor estaba tratando de llamar a su padre.
Desde lo lejos se escucho al abuelo de Furuya llamar a su nieto por su nombre y también como el mejor amigo del rubio lo llamaba, ya tenían que retirarse.ñ, algo que Kai no quería.
Papá. — dijo el menor evitando que estos se retiraran y alegrando los en el acto, aunque una fuerte rivalidad los invadió, ya que no sabían a quien de los dos iban dirigidas esas palabras, ambos trataban de señalarse sin éxito alguno, hasta que Kai, empezó a formular otras palabras, las había escuchado antes y sabía que así era como ellos dos se llamaban.
Sa... bo...ru... Ko...Shu. — se había equivocado, pero al fin lo había dicho.
Papá Saboru... Papá Koshu. — dos palabras unidas que a ambos dejo sorprendidos, aunque no sólo a ese par sino también a los más cercanos al menor.
El pequeño los había llamado Papá.
Acto que no pasó desapercibido por nadie, y que marcaría una vida casi familiar entre ellos.
Continuará...
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Kai es un amor. (Tenía que decirlo)
Espero les halla gustado el capítulo y ...
Nos vemos pronto.
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