Capítulo 7


Han pasado tres meses desde  aquel día que fui a trabajar y tuve mi encuentro con Natalia en el baño de la agencia y vi a Diego fuera del edificio.

La traición de esos dos fue un golpe muy duro para mí, semanas en cama llorando hasta que un día dije: ¡No más! No voy a echar a perder mi vida, mi empleo y mis obligaciones por dos personas que no valen la pena, sin embargo, no ha sido fácil, aunque tengo el apoyo incondicional de Elena, Fran Irene, Lisbeth y parte de mi familia quienes no me ha dejado sola en estos momentos.

Ivan, mi primo, aún tiene el deseo ferviente de convertirse en un asesino serial de los traidores aquellos, le dolió mucho cuando le conté, lo hice en medio de mis quebrantos empapando sus rodillas con mis lagrimas, no puedo evitar ese dolor en mi pecho que en ocasiones hace que se me dificulte respirar. Es tan así, que buscó a Diego y le dio una paliza y le dijo que no se atreviera a acercarse a mi y que si lo hacía se iba a arrepentir, cosa que el muy idiota de Diego hizo caso omiso pues ha estado insistiendo para hablar y para ser honesta no veo el caso.

Hoy puedo decir que me siento bien, ya no duele tanto.

Ahora entre el trabajo y la universidad estoy más que ocupada, me gradúo o nos graduamos Elena y yo en dos meses y medio ¡Dios mediante! sin embargo, el trabajo se ha vuelto insoportable ya que Natalia aprovecha cualquier momento para hacerme sentir mal y sobre todo hacerme quedar mal delante de mis superiores y eso que ha encontrado aliadas ya que aquí en las oficias hay más de una que quieren mi cuello solo porque me he destacado en las actividades que se realizan y por las constantes felicitaciones de mis superiores en público ¿Cómo les digo? Es que amo lo que hago.

En estas últimas semanas me he encontrado con dificultades y si las cosas siguen de esa manera van a hacer que me despidan y no quiero eso, necesito pagar mis cuentas y seguir con mi vida, aunque el dolor sigue ahí no es tan fuerte como lo era hacen unas semanas atrás.

¿Quién diría que un día lo tuve todo?

Aun lo tienes todo, solo que te niegas a hablar con él, aceptarlo devuelta.

Lo importante es que vivo en paz ahora y por nada quisiera regresar y escucharlo decir a él decir esas palabras que me hirieron tanto y, aunque ahora que tengo un poco más de experiencia sé que lo dijo bajo presión por las circunstancias, pero eso no reduce mi dolor y el miedo que aún siento cuando pienso en mi pasado, no le perdono el haberme dejado sola y no permitir que me quedase a su lado siendo su soporte y dando mi apoyo. No quiero verlo aún, no estoy lista para lo que tenga que decirme y mucho menos para ver su rostro después de todo lo que ocurrió, después de estos largos años que tengo sin verlo, no puedo evitar extrañar su compañía y las constantes molestias que me causaba con sus ocurrencias, lo extraño todo de él.

Yo también lo extraño.

Trato de despejar mi mente, no quiero pensar en nada relacionado a mi pasado.

Después de mi graduación iré a ver a mi madre, Sarah Andersson, es una gran persona, lamentablemente no puede vivir en la ciudad y por eso se encuentra en un rancho que pertenece a un hermano de ella, mi mamá padece de diversas dificultades de salud y presenta complicaciones con sus pulmones y por eso necesita vivir en el campo para respirar aire puro.

Gracias a Dios no le hace falta nada solo salud, pero ahí la llevamos. Desde que me gradúe le llevaré mi título para que vea que lo he logrado y para que se sienta orgullosa de su pequeña.

Sonrío ante mis pensamientos.

La voz de mi jefa me saca de mi burbuja y me pide que vaya a su oficina. Voy de inmediato, abro la puerta y entro, me da indicaciones sobre una junta que debe realizarse dentro de unos días, asiento mientras hago mis anotaciones en mi iPad, cuando concluye me retiro y me dispongo a hacer lo que me pidió. El día pasa rápido y es hora de salir a casa, cuando estoy a punto de tomar un taxi, me sostienen del brazo.

— ¿Qué te pasa? – pregunto al idiota de mi ex estupendo novio, — ¡Suéltame o grito!

— Keily, tienes que escucharme, - habla Diego, — mi vida ha sido un maldito infierno en estos meses.

— No quiero escucharte y por favor no me molestes más y me importa una reverenda mierda como la estés pasando — en estas últimas semanas no me ha dejado en paz y se aparece en donde menos lo espero. — lárgate y déjame en paz de una buena vez.

De un momento a otro, el muy bastardo intenta besarme a la fuerza y lo detengo con una patada entre sus piernas.

— No vuelvas a acercarte a mi ¿me entendiste grandísimo idiota?  – escupo con enojo.

— No te vas a deshacer de mi tan fácilmente ¿Me escuchaste? – grita de dolor agarrado su parte afectada y aprovecho para subir al taxi y dejarlo ahí tirado sin decirle nada más.

No voy a negar que me afecta su presencia, pero no como antes, ya no quiero nada con él,  después de todo lo quise mucho, el muy bastardo jugo con mis sentimientos y eso es algo que no perdono.

Después de unos minutos, estoy en mi departamento hago algunas cosas acá como organizar y revisar unos bocetos de mi proyecto universitario el cual es el último en entregar, ya son más de las ocho de la noche y estoy hablando con Elena por videollamadas.

— Estoy más aburrida que una ostra, Elena, me estoy volviendo loca en este lugar, –  le digo mientras paso mis manos frenéticamente por mi rostro. — no quiero pensar más en lo mismo, necesito salir de aquí.

Báñate y ve a dormir, — dice ella en un tono cansado.

— Me iré a bañar y tú también que nos vamos a emborrachar, no importa que haya trabajo mañana quiero un par de tragos en mi sistema, quiero dejar de lado los asuntos del trabajo, la universidad, de las idioteces de Diego y las estupideces de Natalia.  – Mi amiga me mira como si yo estuviera loca y niega con la cabeza.

— ¿Qué? – replico alargando la e.

No puedo salir de aquí, Kei, tengo jaqueca y el periodo. – Hago un puchero a ver si la convenzo, pero la muy traicionera niega mientras ríe y se queja de dolor al mismo tiempo. — y por favor no vayas sola eh.

— Ya que mi mejor amiga no puede acompañarme a emborracharme con el propósito de mañana preguntarme ¿Qué pasó ayer? y estoy que me muero en estas cuatro paredes, ¡me voy!

Keily, por favor, piénsalo bien, lo que pasó no merece ni siquiera esa borrachera que quieres darte.

— Creo que lo necesito y no por lo que pasó hace más de tres meses, ya no duele tanto,  lo haré por mi, porque necesito despejarme – le sonrío y continuo — salir de esta cuatro paredes,  dejar de pensar en el trabajo que se vuelve cada día más insoportable, de dejar de pensar en los asuntos de la universidad que tengo por terminar, dejar de pensar en los estúpidos acosos de Diego y los intentos de Natalia de hacerme quedar mal ante los demás.

— Kei, por favor, entiendo que lo necesitas pero ¿no puedes esperar unos días? Sabes que cuando llega san Andres el que me visita cada mes, no puedo casi ni moverme, no quiero que te pase nada.

— No me pasará nada, Eli, te mando un beso y espero que mejores de tus dolencias y en unos días también nos iremos de fiesta cuando sanes y lamento ir sin ti en esta ocasión, pero necesito esto, prometo llamar cuando esté en casa. – Le lanzo varios besitos al aire mientras ella sonríe y terminamos la videollamada.

Me doy un baño a la velocidad de la luz y procedo a colocarme un vestido negro con detalles blanco, corto que deja mis hombros al aire libre, es pegado a mi cintura y lo demás es suelto, me veo bien. Me coloco unas zapatillas de tirantes de taco fino alta, tipo botines. me maquillo, suelto mi pelo, tomo mi bolso y salgo de mi departamento.

Quiero ir a un lugar tranquilo e iré a un club muy popular llamado "El volcán en Erupción" que me había recomendado un amigo hace tiempo. Después de unos minutos, llego al lugar, pago el taxi y me dirijo al interior, esto es increíble, es un lugar acogedor con música alta, solo espero pagar mi trago y que no me falte dinero. No estoy acostumbrada a visitar estos lugares, pero no son malos en verdad.

Me dirijo hacia la barra y me siento en unos de los taburetes que se encuentran allí, el barman me pregunta que quiero tomar pido un Vodka Club soda, este asiente y al cabo de unos minutos ya estoy tomando mi trago, la música esta alta y contagiosa, pero no me he animado a bailar, sin embargo, en cuatro, cinco o seis... ¡Ay no sé! No tengo idea de cuantos tragos llevo, ya me encuentro en la pista moviendo mis caderas.

Bailo al ritmo de la música, muevo mis caderas de manera sensual tocando las mismas con una mano y la cabeza en conjunto con mi cuello con la otra mano. Se siente muy bien, tenía tiempo que no me despejaba así, bailo moviendo mis caderas de izquierda a derecha y viceversa, jugando con mis manos de manera sensual por todo mi cuerpo, amo bailar desde pequeña, no sé cuánto tiempo llevo bailando, pero lo estoy disfrutando como hacia tiempo no lo hacía, me dejo llevar por la música que es bastante buena y el trago también.

Después de un buen tiempo en la pista, un hombre se me acerca y quiere tomarme de la cintura, retrocedo y niego con la cabeza, este quiere insistir, me doy la vuelta y me siento en la barra y sigo tomando, vine sola y así quiero permanecer, además, es muy atrevido  de su parte tocarme sin mi consentimiento, reconozco que estoy un poco borracha, bueno, un poco más que borracha, pero aún tengo algunos sentidos activos.

Estoy disfrutando de la música, tengo ganas de ir al baño y eso hago, voy a este, agradezco de que no haya tantas chicas, hago mis necesidades, lavo mis mano, checo mi maquillaje y me encuentro bien, voy directo a la barra cuando unos brazos me detienen abruptamente y me pega a su cuerpo, empiezo a retorcerme pero es inútil.

— ¡Suéltame!  – digo, pero el muy cabron quiere seguir manoseando, quiere besarme a la fuerza, pero no se lo permito, araño con mis uñas al animal y doy varios golpes, aunque no logro hacer mucho, es más fuerte que yo. — ¡Suéltame, no me toques!

— Llevas toda la noche bailando zorrita, es hora de divertirnos – estoy asustada y media, puesto que este hombre es más fuerte que yo, empieza a caminar conmigo manoseando de manera asquerosa mis caderas tratando de besarme el muy asqueroso, trato de hacer mi mejor esfuerzo para zafarme y no pueden escucharme debido a la música y las personas de alrededor solo se limitan a bailar, lágrimas gruesas empiezan a bajar por mis mejillas, me resisto lo más que puedo golpeando donde puedo.

¡No puedo creer mi mala suerte! Vengo aquí a despejarme y olvidar mis malos momentos y me encuentro con esto.

Será que nos persiguen los cabrones de esta calaña – grita mi consciencia

Cuando creo todo está perdido siento un jalón y segundos después el hombre está en piso siendo golpeado, le dan unos buenos puñetazos, en mi caso no me puedo mover de mi lugar, la música se detuvo, las personas empezaron a curiosear, aun bajan lágrimas por mis mejillas, pero las limpio inmediatamente aunque sin éxito porque más vuelven a aparecer sin permiso.

El hombre después de darle un par de golpes al gorila violador, da órdenes a los de seguridad para que saquen al tipo y cuando gira y me ve con ese mar azul en sus ojos, ese cielo en el que cualquiera podría perderse, siento que un escalofrío recorre mi cuerpo, es un hombre bastante alto, fuerte, con unos ojos preciosos de color azul, un cielo tan azul se refleja en su mirada, nariz perfecta, pelo rubio y es un ser humano sumamente intimidante, se acerca a mí de forma cautelosa y mis rodillas quieren flaquear.

¡Ni se les ocurra rodillas traicioneras!

¡Espalda erguida, ahora!

— ¿Te encuentras bien? – su tono de voz es muy varonil y perfecta ante mis oídos, no puedo emitir sonido algunos, aun con mis ojos cristalizados lo miro y no se de donde logro sacar mi voz.

— Ehh si, muchas gracias, no sé qué hubiera sido de mi si usted no intervine, señor. – esos ojos azules me miran con tanta intensidad, que me pone los nervios de punta.

— No fue nada – dice él indiferente, — deberías tener más cuidado.

Doy un asentimiento con un movimiento de cabeza mientras le agradezco.

Ahora que lo veo bien, él es... — ¡oh por Dios!, ¡Santa cachucha y la virgen de las cacatúas  juntas!, usted es Marcelo, Marcelo Sandoval.

El da un asentimiento de cabeza.

— ¿Usted es...? – cuestiona curioso al ver que lo he reconocido.

— Keily, Keily Andersson, mucho gusto. – Suelto mientras le extiendo mi mano. El alcohol haciendo estragos en mí, no puedo creer que haya conocido a mi ex cuñado de esta manera.

— Un placer  – habla él sin despegar su vista de la mía y estrechando mi mano. — Solo Cuídese, señorita.

— Muchas gracias, – suelto honestamente.

Asiente sin decir más nada y retoma su camino. Me siento en mi silla cerca de la barra y me tomo tres tragos más para tranquilizarme, vaya susto el que me llevé, prometo no salir sola nunca más. Elena morirá cuando le cuente, aunque antes de morir primero me asesinará cuando se entere.

Ya es cerca de las una de la madrugada y es mejor que me vaya, me pongo de pie y me mareo, pero logro estabilizarme, salgo con dificultad del club debido a que aún hay mucha gente. Cuando estoy fuera no veo ningún taxi.

— ¡Maldición! – Mascullo en voz baja, cuando voy a girarme mientras rebusco  en mi bolso el celular para llamar a la central de taxi, me detengo frenéticamente cuando escucho una voz que dice:

— Ahora si Zorrita... Me las vas a pagar todas juntas.

Es el mismo hombre que me atacó dentro del club, miro hacia los lados y no hay nadie, estoy perdida. Trato de correr, sin embargo,  es inútil, me atrapa al instante. Muerta del miedo lo escucho decir:

— Te haré pagar con placer lo mal que te comportaste conmigo. – estoy muerta del pánico, pataleando y dando puñetazos sin éxito, — me pagarás lo siguiente:

— Uno, el dejarme con una erección del demonio y dos, los golpes que me dio tu defensor. – Trato de gritar y zafarme, pero es inútil, me tapa la boca con sus asquerosas manos y el continúa — ¿Quién podrá defenderte ahora, zorrita? ¿Disfrutaste mientras bailabas allá dentro, mientras movías estas hermosas caderas.

Habla agitadamente mientras pasa sus manos por mi cuerpo, no puedo moverme, estoy muy asustada.

Cuando soy consciente de lo que esta pasando comienzo a patalear y forcejear, no se la pondré tan fácil. No obstante, no puedo con él, es más fuerte que yo.

Me siento perdida y no puedo creer mi mala suerte!




♡♡ NOTA DE LA AUTORA ♡♡

Capitulo nuevo

¿Qué creen ustedes que pasará en el próximo capítulo?

¿Qué papel creen ustedes que jugará Marcelo en esta historia? ¿Qué les pareció su entrada?

¿Qué les parece la historia hasta el momento?

Besitos para todas mis chicas valientes. 💋

Este es el vestido con el que Keily fue al club. ¿Qué opinan? 👇
(Ustedes pueden

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