Capítulo 42 "Bailando dos Corazones"

¡Hola, mis niñitas endemoniadas y valientes!

Este capítulo está dedicado a JazRB215 a quien le encanta la historia y sin saber que ya este capitulo estaba escrito, me pidió que quería ver a Keily bailando "Bailando Dos corazones" de Chayanne. Gracias por todo, nena...

Disfruten su lectura por favor y muchas gracias por el apoyo.

Ahora si, a lo que vinimos, a leer...

Maratón 2/?

Estoy en casa después de un largo día de trabajo en donde tuve un par de discusiones con mi jefa Natalia, puesto que esta más sensible que nunca, se enoja de ver cualquier movimiento. Esta vez, no pude quedarme callada, ya que mi otra jefa Alicia, me dejó salir una hora antes, como premio porque realicé una tarea con eficacia y dijo que lo merecía, Natalia no estaba de acuerdo y de todos modos me fui.

Esa es mi Keilisita...

Ya estoy en casa y me estoy preparando porque hoy Elena y yo vamos a salir, nos vamos a cenar fuera y si es posible a bailar, tengo mucho que no lo hago.

Desde aquel día que me encontré con Marcelo la primera vez.

¡Qué noche!

Esa noche es mi favorita, le di riendas suelta a mi lujurioso cuerpesito...

!Consciencia!

No te me hagas la digna, Keilisita...

Hoy no he hablado con el rubio y no le he enviado ni un mensaje, quiero que tenga su espacio, además, no quiero agobiarlo, total no se ni lo que somos, puesto que solo nos hemos besado una cuantas veces, eso no significa nada.

Lo nuestro no tiene etiquetas...

Somos amigos.

Una clase de amigos muy raros...

Escucho como el timbre suena y estoy segura de que es Elena, ya que ella quedó de llegar aquí para arreglarse e irnos en un taxi de confianza que ella conoce. Abro la puerta y efectivamente es ella quien, como siempre entra como relámpago a mi casa que también es la suya.

— Eres una ingrata, me tenias en el olvido. — Ruedo los ojos.

— Nos vimos ayer, Elena, y hablamos cada cinco minutos.

— Lo sé, pero te he extrañado, eres una perra mala. — Sonrío mientras la abrazo.

— Sabes bien que te he llamado y tu eres la que estas en otro mundo, soy quien debería estar enojada y no lo estoy.

Ella se separa de mí y se limpia las lágrimas imaginarias de su rosto y vuelvo a rodar los ojos.

— Tienes razón, lo siento mucho. — habla ella.

— Solo espero que todo este bien contigo.

— Lo esta, pero vamos a prepararnos que hoy nos vamos a gozar... — Suelta separándose y dando movimientos sensuales que me hacen reír.

— Vamos porque hoy tengo deseos de dejar mis caderas en la pista. — Hablo

Vamos al ropero a elegir que ponernos y no es difícil hacerlo, porque elegimos unos vestidos preciosos que nos hacen ver sexy. Elena se decidió por un vestido confeccionado en tela de lujo de terciopelo negro extra brillante. Esta pieza espectacular de tirantes, detalle de pliegues laterales y cordones en la espalda para un ajuste perfecto. Combínado con un labio rojo, aretes de cristal y tacones altos, estoy segura que se robará el espectáculo toda la noche.

En mi caso elegí un vestido muy sexy de lentejuelas con escote en V profundo de color dorado liso, ajustado a mi cuerpo, combinado con unos tacones rojos muy altos y accesorios del mismo color, me veo y me rezo a mi misma, estamos increíblemente sexy y hermosas.

— Kai, tenemos que tener mucho cuidado al salir y estar en vigilancia —  frunzo mi ceño y hasta me asusta un poco cuando lo dice, la muy tonta comienza a reír al ver mi rostro preocupado y continua — no vaya a ser cosa de que nos roben de lo buena que estamos.

— Eres una perra ¿Cómo me asustas así? — Suelto riendo y ella hace lo mismo. — Creí que pasaba algo, eres una pesadilla aveces.

— Pero así me amas, lindura.

— Por desgracia sí. — Suelto riendo. — No contradigo verdades, Elena Josefina.

— Josefina tu abuela...

— No, pero si mi abuela se llamaba Petronila, —  suelto y ella suelta una carcajada -— ¿Qué? Es un lindo nombre.

— Gracias a Dios que mi madre me puso de segundo nombre Josefina y no Petronila porque si no ya me hubiese suicidado.

Ambas reímos.

Vamos de camino hacia el estacionamiento y miro un coche al final, Elena se dirige al auto y funzo mi ceño.

— ¿No dijiste que nos íbamos en un taxi de confianza? —  pregunto a mi amiga.

— Bueno, me dejaron un chófer a mi disposición y decidí llamarlo a último momento.

— ¿Quién lo dejó? — me parece tonta la pregunta que he hecho porque se perfectamente quien fue. — No no tienes que responder eso, Elena, se muy bien quien fue.

— Me agrada tu capacidad de observación y entendimiento, Kei. — Habla con una sonrisa mientras se aproxima al auto y ruedo mis ojos, Elena siempre será una cabra loca. — Vamos que un club nos espera.

— Buenas noches, — saludo al señor que muy amablemente abre la puerta.

— Hola Andres. —  Es Elena quien saluda.

— Buenas noches, señoritas. — saluda el señor aquí presente.

— Andres , ya sabes donde nos llevaras ¿Cierto? — el aludido asiente y Elena continua emocionada. — Vamos, por favor, no hay tiempo que perder.

Elena y yo abordamos el auto de Cristian, pues al parecer estos dos tienen su enredo, vamos platicando entrenidamente y después de unos minutos que llegamos a un lugar que conozco muy bien. Recuerdos llegan a mi al ver las grandes letras del club al que mi amiga decidió venir el día de hoy.

"El volcán en Erupción"

Sonrío al recordar que aquí fue que vi a Marcelo por primera vez, por lo menos de cerca, nunca terminaré de agradecerle lo que hizo por mi esa noche al defenderme de aquel tipo dos veces.

— ¿Recordando, Keily Elizabeth? —  Ruedo los ojos y ella rie con gusto. —  Sí, apuesto que tienes buenos recuerdos de este lugar.

— Ya Cállate y vamos. — Hablo mientras salgo del auto y comienzo a caminar.

— Oye, no me dejes atrás, mala compañera. — Escucho a Elena decir y me detengo a esperarla con el ceño bien fruncido, quiero ver su reacción, ella está a punto de reír y habla: —  Ya eres buena compañera, gracias.

Suelto una risita y las dos entramos al lugar, este lugar es impresionante, destila elegancia por donde sea que lo mires.

— Vamos allá —  grita Elena, ya que la música esta muy alta mientras señala la zona de VIP, y no me sorprede ella puede pagarse eso, — Esta noche somos invitadas de honor y podemos hacer lo que queramos y tomar hasta la última botella si nos apetece.

Sonrío, veo a mi amiga muy emocionada y me contagia.

Llegamos a la mesa indicada es un excelente lugar, desde aquí se pueden observar todas las personas, es sorprendente. Al dar un sondeo al lugar no puedo evitar pensar en Marcelo, no nos comunicamos desde ayer, le envié un mensaje en la noche y después de ahí conversamos un poco, pero era tarde y había que dormir, lo bueno es que con él siempre hay algo de que hablar.

No sé si esta mal lo que voy a decir, pero lo extraño, ese gesto pétreo que muchas veces se carga, ese sentido del humor que suele mostrar en ocasiones, quiero verlo.

Y besarlo...

Elena y yo comenzamos a disfrutar la noche tomado hasta más no poder. Ahora mismo, nos encontramos en la pista de baile moviendo las caderas, la música es muy buena, solo hay que dejarse llevar. Veo a Elena sonriendo y yo hago lo mismo, nos estamos divirtiendo muchísimo, Elena tiene su celular en mano mientras graba, le bailo de manera seductora, paso una de mis manos por mi estómago, bajando lentamente hacia mis caderas, me muevo de manera sensual, ella graba y sonríe, le pide a alguien que grabe mientras ella se une y baila, ambas bailamos como si no hubiera un mañana.

La verdad es que necesitaba este espacio, estar con mi amiga, ella y yo haciendo locuras como siempre, aquí me olvidé de todo, bailar es uno de mis pasatiempos favoritos.

Desde que era pequeña... Jason y yo eramos los mejores.

Volvemos a la mesa, estamos exaustas, sonriendo a carcajadas como locas mientras tomamos de nuestras bebidas. Estamos hablando de cualquier cosa y de un momento a otro un barman se acerca y nos dice que alguien a mandado una Bebida nuestra mesa.

Elena y yo nos miramos y frunzo mi ceño, no quiero nada de desconocidos y estoy más que segura que Elena esta de acuerdo conmigo.

El mesero señala un lugar de VIP en donde se encuentran varios hombres y uno de ellos levanta el vaso en nuestra dirección y nosotros hacemos lo mismo en modo de agradecimiento, pero le decimos al mesero que no aceptamos la bebida, este asiente y se retira.

— ¡Kei, subí el video a Instagram y tiene cientos de reacciones! — grita Elena a través de la música y yo abro la boca como una O — ¡esto es increíble, te ves toda una Diosa, amiga y yo no me quedo atrás!

— ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! — grito sobre la música divertida, la verdad es que no me importa. —  ¡Estas loca!

Veo como sigue viendo su celular mientras sonríe.

— Dice Cristian que desde ahora nos llamará "Las chicas calientes y sexy". — Ella sonríe mientras lee las notificaciones y me contagia.

Mi celular vibra y abro de inmediato y mi corazón de un vuelco emocionado al ver de quien se trata. Abro la burbuja de mensajes y entonces pasa, un desastre de emociones se asienta en mi estómago y mi corazón empieza a latir con violencia.

Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida, niñita endemoniada...
12: 14 am

♡ ¿Ah si?
12: 16 am

♧ Definitivamente...
12: 16 am

♡ Gracias.
♡ No podría decir lo mismo de ti.
12: 18 am

Auch, has herido mi ego.
12: 19 am

♡ Dígale a su ego que lo siento, no era mi intención.
12: 21 am

Dice que por ser tú, estas disculpada, pero aún sigue herido.
12: 24 am


♡ Demonios, ¿Qué podría hacer para que su orgullo no siga mal herido? 12: 27 am

Dice que con un beso se da por bien servido.
12: 31 am

Y ahí va mi loco corazón, insistiendo en ponerse como loco con cada palabra y cada mensaje que este hombre dirige hacia mi. Decido responder su último mensaje de manera seductora.

♡ Dígale a su orgullo, señor Sandoval, que prometo compensarlo muy bien cuando nos veamos.
12: 33 am

♧ ¿Es una promesa?
12: 33 am

♡ Es una promesa.
12: 34 am

♧ ¿Cuando nos veamos?
12: 34 am

Mi corazón late con rapidez al leer cada palabra, este hombre me encanta.

Cuando nos veamos tendrá su ración doble de besos.
12: 36 am

Me quedo esperando a que escriba, tengo ansias por que lo haga, sin embargo, pasan los minutos y no lo hace. Trago grueso ¿y si lo espanté?

Oh Dios ¿fui muy empalagosa?

Te juro que si lo espantaste me voy con él, tontolina ¿Cómo se te ocurre ser tan lanzada?

P

ero no dije nada malo...

Sigue ahí sin hacer uso de la vergüenza humana.

— Kei —  grita Elena. — Vamos a la maldita pista que se está perreando, amiga.

Trago grueso nuevamente al pensar que quizás el rubio huyó y decido mirar a mi amiga y sonreirle, esta me toma del brazo y le hala al centro de la pista y decido dejarlo ir, dejaré ir todo por esta noche. Empiezo a bailar colocando cada uno de mis pensamientos en la música y el movimiento de mi cuerpo. Muevo mis caderas al ritmo de la música tocando el final de mi vestido, pego mi espalda junto a la de Elena y comenzamos a sacarle fuego a la pista como siempre.

Hay muchas personas a nuestro alrededor e incluso nos han invitado a bailar, pero nosotras nos hemos negado.

— ¡Kei, tengo una sorpresa para ti! — grita Elena para que yo la pueda escuchar y frunzo mi ceño. — ¡Te va a encantar!

— ¡¿De que se trata?!— Hablo del mismo modo (gritando) para que ella me pueda escuchar, — ¡espero que no se te haya ocurrido una barbaridad!

Suelta una carcajada y niega con la cabeza. La pista está atestada de personas bailando al ritmo de la música.

— ¡No, lindura, te va encantar! — suelta ella muy emocionada, — y a mi también. Aplaude con ambas manos de la emoción.

Seguimos bailando hasta que termina la canción y es entonces cuando me doy cuenta de cual es mi sorpresa, una canción empieza a sonar por todo el lugar, pero no cualquier canción, es "Bailando dos corazones" de mi amado Chayanne...

La noche es buena para nosotros, constelaciones de nuestro lado
Los universos en paralelo y los planetas van conspirando
Mientras tu boca junto a la mía van convocando un pacto sagrado
Que se convergen en nuestros cuerpos y, tú y yo nos amamos...

Grito a través de la música, es una adrenalina incesante la que recorre mi cuerpo, comienzo a moverme lento.

— ¡Te dije que te iba a encantar! — grita Elena y sonrío mientras nos movemos.

— ¡Eres la mejor hermana que la vida pudo darme! — grito del mismo modo bailando a través de la música.

En tu boca sensual
Yo me pierdo mujer
Cuando empiezo a soñar
Cuando empiezo a caer...


Muevo mis caderas y brazos al compás de la música y me pierdo, bailando con mi artista favorito, canto al mismo tiempo a todo pulmón.

De un momento a otro un chico viene y pega a mi con la intención de bailar, niego con la cabeza, no quiero bailar con nadie. Él respeta mi negativa y continua su camino. Sigo en lo mío, bailar.

Eres tu celestial y divina mujer
Y me quiero quedar...

Bailando apretados
Bailando pegados
Bailando dos corazones
En esta canción de amor (en esta canción de amor)...

Bailo, bailo y bailo con emoción esta canción, es una se mis favoritas... Nuevamente, al iniciar el coro siento a alguien acercarse, se pega detrás de mí para bailar y un escalofrío recorre mi cuerpo, mi pecho comienza a latir con tal violencia que me asusta.

Giro rápidamente para encontrarme con esos malditos ojos que me vuelven loca, me sonríe y mis piernas se vuelven gelatina. No dice nada, nuestra mirada lo dicen todo. Después de unos segundos más, pasa una de sus manos por mi cintura atrayéndome hacia él, por mi parte paso una mano por sus hombros y poso la otra dentro de la suya (estamos en posición para bailar). Él mueve un poco sus caderas y yo le sigo el ritmo, no decimos nada, solo bailamos.

Bailando apretados
Bailando pegados
Bailando dos corazones
En esta canción de amor (en esta canción de amor)

Bailamos pegados, bien sincronizados, como si hubiésemos ensayado, mi cuerpo reacciona a cada uno de sus movimientos, áreas prohibidas están despertando en mi interior, muevo mis caderas, damos vueltas, no hablamos, no decimos ni una sola palabra, nuestros cuerpos rosan entre sí, haciendo que la tensión sexual entre nosotros esté a un nivel incontrolable.

Y yo me iré contigo, donde quiera que sea
Donde me lleve el barco, la corriente, la marea
Donde haya que quedarse, por tu risa, por tu espera
Yo me iré contigo donde quiera que sea...

Me separo un poco y me muevo de manera sensual, sus ojos están oscurecidos como nunca los había visto, doy la vuelta y me coloco detrás, bailando al ritmo de la música, paso una mano desde atrás hacia su pecho y el la sostiene desde alante, seguimos bailando, luego termino de dar la vuelta y nuevamente me pego a su caliente cuerpo, nuestras bocas están tan cerca, mi corazón late a un ritmo incontrolable. El susurra en mi oido el siguiente parte de la canción:

En tu boca sensual yo me pierdo mujer
Cuando empiezo a soñar
Cuando empiezo a caer, eres tu celestial y divina mujer
Y me quiero quedar...

Mi piel se eriza por completo al escucharlo entonar esa fracción de la canción.

Bailando apretados
Bailando pegados
Bailando dos corazones
En esta canción de amor (en esta canción de amor)

No me pasa desapercibido, lo rápido que también late su corazón, al igual que el mio y les aseguro que nada tiene que ver con los agitados que son los movimientos. Nuestros cuerpos están rozando una y otra vez, no de manera escandalosa, normal por la canción y la fuerte atracción que existe en nuestro alrededor.

Bailando apretados
Bailando pegados
Bailando dos corazones
En esta canción de amor (en esta canción de amor)

En el presente, desde el pasado, nos conocimos y nos aliamos
Desde otras vidas, desde los sueños, desde la alianza de nuestros santos
Desde que fuiste, desde que eras, eres la chispa y eres el rayo
Bebo la fuente de tu alegría y, tú y yo nos amamos

Y, tú y yo nos amamos
Y, tú y yo nos amamos
Y, tú y yo nos amamos, oh-oh, oh-oh...

Sin duda alguna, esta seguirá siendo una de mis canciones favoritas, bailar con el rubio tarúpido este, es una de mi más bonitas experiencias y sobretodo escucharlo cantarla en mi oido, me eriza la piel.

Bailando apretados
Bailando apretados

En esta canción de amor (en esta canción de amor)

Bailando apretados
Bailando pegados
Bailando dos corazones
En esta canción de amor (en esta canción de amor)...

La canción termina y nos quedamos muy pegados uno al otro, tratamos de controlar nuestras respiraciones. Sabemos que hay muchas personas alrededor, pero para mí es como si no hubiera nadie más que nosotros. Él tiene su frente unida a la mía, abro lentamente mis ojos y me encuentro que él aún tiene los suyos cerrados, trata de controlar la respiración, puedo sentir su pecho subir y bajar, es hasta que transcurren unos segundos después que abre las puertas del cielo, sus hermosos ojos que me tienen hipnotizada se encuentran con los míos.

Una sonrisa estúpida se forma en mis labios al verlo. Desliza sus labios a través de mi mejilla haciendo que una hoguera ardiente se abra paso en mi interior, entonces el muy candente hombre susurra en mi oido:

Voy a morir...

— Hola niñita — habla con una voz muy seductora, se me erizó la piel. — Te eché de menos.

Sonrío y me siento una estúpida feliz al hacerlo.

— Hola guapo —  hablo con las mejillas coloradas. — También te extrañé.

Sonríe ampliamente, me atrae hacia él y me abraza, entierra su rostro en mi cuello aspirando mi olor... y por defecto mi cuerpo reacciona a su tacto, enredo mis brazos alrededor de su cuello y de un momento a otro no existe nada más, no hay música, no hay gente a nuestro alrededor.

No soy tonta, sé perfectamente que este remolino que siento en mi interior no es normal, sentirme de esta manera a su tacto y sentirme tan segura en sus brazos. Mi corazón late fuertemente y en mi estómago se alzan una serie de acrobacias que temo que quede enredado, son efectos secundarios de los encantos del señor Sandoval.

Marcelo Sandoval...

Tiemblo en sus brazos y él afianza su agarré en mi cintura. Me separo lentamente y nuestras miradas coinciden, trago saliva, quiero besarlo y estoy segura de que lo haré, miro sus labios y el por defecto también mira los míos, me acerco a él un poco más colocandome de puntitas, ya que él es más alto que yo, lo miro a los ojos y luego a sus labios y es entonces cuando sucede... Lo beso, una sensación de alivio corroe mi alma al sentir sus labios sobre los míos, el beso no es rudo, es lento y apasionado, el me atrae más hacia su cuerpo y me levanta sin separar nuestros labios.

Lo quiero tanto...

El saborea cada rincón de mi boca y yo hago lo mismo con la suya, su sabor es adictivo.

Es después de unos segundos más que separamos nuestros labios y él me tiene aún levantada, me abraza y entierra su rostro en mi cuello y lo escucho decir:

— Me estas volviendo loco, niñita.

Sonrío por inercia, mis brazos están alrededor de su cuello y una de mis manos se encuentra encerrado en su rubio cabello.

— Hola Marcelo — habla Elena llegando hacia nosotros haciendo que nos separemos lentamente, el me baja, la música esta alta. —  ¿Qué tal todo?

Él le da una sonrisa de boca cerrada. — Hola Elena, todo bien.

— ¿Quieres un trago? — Pregunta ella y el asiente con un movimiento de cabeza. — Kei, para ti pedí lo mismo, vamos a la mesa.

Sonrío en su dirección y me guiña un ojo, Elena es un caso serio.

Nos movemos a través de las personas hasta llegar a la mesa en donde nos sentamos a tomar un trago, Cristian llega después de unos minutos.

— ¿Qué tal está la otra chica caliente? — saluda en mi dirección mientras se acerca y me da un pequeño abrazo — te ves más caliente en persona, Kei.

— Cristian — suelta Marcelo alargando la última sílaba.

— Es la verdad, Marcelo, — suelta Cristian despreocupado mientras toma asiento y bebe de su vaso.

— Bueno, es cierto — es Elena quien habla ahora y la miro curiosa — se han acercado alrededor de seis hombres distintos a pedir su número y para que le diera mi ayudadita con ella, pero me negué.

Marcelo la mira y traga saliva.

— Elena solo bromea. — Hablo yo ahora porque no me di cuenta.

— No, no lo hago, si quieres — echa un vistazo alrededor — te digo quienes son por si te interesa alguno.

Un carraspeo se escucha inmediatamente y sé perfectamente que se trata del rubio que está sentado al frente junto a Cristian y Elena junto a mí, Elena sonríe con complicidad hacia Cristian.

— Bueno, no es para menos — habla Cristian, — ese vestido y esos movimientos de caderas te hacen ver...

— Preciosa — completa Marcelo mirándome con fíjeza y un brillo se instala en el cielo azul de sus ojos. — Eres la mujer más preciosa que haya visto.

— Muchas gracias. — Hablo con un hoyo en el estómago.

— De nada — suelta Cristian y el rubio rueda los ojos.

No puedo evitar mirarlo, se ve tan bien, esta vez con esa ropa, hoy viene vestido con un pantalón casual gris y un T-shirt rojo vino que resaltan su figura y casi me hace babear.

¿Porqué demonios tiene que verse tan bueno?

Si vestido así se ve tan bien imagínate sin nada.

¡Conciencia! - la reprendo.

Me remuevo incomoda, pues es como le dije antes, este hombre hace que mis hormonas se despierten y empiecen a hacer de las suyas. Veo como platica con Cristian y echa de vez en cuando un vistazo hacia mi, Elena y yo nos unimos a la conversación y nos divertimos como hacia tiempo que no pasaba. Después de un tiempo más volvemos a la pista y nos movemos al compás de la música una y otra vez, Marcelo, solo ha bailado dos con nosotros, conmigo.

Ahora mismo estamos en la pista, el y yo bailando una canción que suena, él se mueve como un maldito experto en baile, se ve tan sexy haciéndolo.

¡Otra vez estas babeando Keilisita!

¿Tú no?

No he dejado de hacerlo...

Sonrío.

Estamos bailando muy pegados, me encanta esto, me había propuesto bailar sola esta noche, pero una oferta como esta no podía rechazarla, bailar con este hombre ha sido una de los sucesos más...

No tiene calificativos...

Después que la canción termina, me toma de la mano y vamos a nuestro lugar, son más de las dos de la mañana y hay que ir al trabajo, me acerco al oído de mi amiga quien parece un chicle pegado a Cristian.

Estos dos parecen divertidos, los he visto muy juntitos, secretitos al oído y eso.

— Elena — hablo en dirección a la pelirroja, me acerco a su oído — Ya debemos irnos, es muy tarde.

Ella me mira muy apenada.

— Está bien, mañana hay que trabajar desgraciadamente. — habla ella.

— Mejor dicho, en tres horas hay que trabajar, Elena.

— Yo no iré.

— Eres una desgraciada, tu puedes hacer eso, yo no. — Suelto y todos ríen, me cruzo de brazos, un tanto molesta. — Ustedes no se rian, ya me hicieron molestar.

— Tranquila, fiera, yo te llevo a casa. — Lo miro y miro a Elena, no me agrada la idea de dejar a Elena aquí.

— Vine con Elena y no pienso dejarla. — Determino.

— Kei, escucha, —  se acerca a mí, susurra a mi oído y ya se lo que viene, — si quieres te llevo a casa, pero me regresaría, es una noche que la pienso terminar con un hombre entre mis piernas, es decir con mucho sexo, nena, así que mueve tu culo y vete con el bombón andante y si puedes por favor,  — junta sus manos en forma de plegaria, — si puedes haz lo mismo.

— Eres una mala amiga.

— No lo soy, si quieres te llevo, pero sé que no quieres ¿verdad? — Ruedo los ojos y mis mejillas se calientan. — Eso pensé.

— Bombón, muchas gracias por llevarla. — Habla Elena en dirección Marcelo. — Portense mal, por favor.

— No es nada, — suelto él con una sonrisa pervertida en su rostro. — Nos portaremos muy bien —guiña un ojo en mi dirección y mis mejillas se encienden.

Elena y Cristian se despiden de nosotros y se alejan no sé a donde. Marcelo toma mi mano con delicadeza y comenzamos a caminar, no protesto, pues ya estoy acostumbrada, nos dirigimos hacia una salida que no conocía. Salimos fuera y puedo observar que estamos en el estacionamiento y no puedo evitar recordar aquel día, el día en el que me defendió por segunda vez en este lugar.

Sonrío y él hace lo mismo, estoy más que segura que se recordando lo mismo que yo, ambos vamos en silencio con las manos atadas.

Llegamos a una camioneta negra, es un gran vehículo. Abre la puerta del copiloto para mi y entro mientras agradezco, todo aquí huele a el, es increíble como reacciono solo a esto, a su aroma tan varonil y a su tacto, él cierra la puerta y da la vuelta para colocarse en su lugar, enciende el vehículo y comienza a conducir.

— ¿Qué tal pasaste estos días, niñita? — Rompe el silencio que reinaba entre nosotros, —  Cuéntame.

Sonrío.

— La pasé bien, no me puedo quejar. — Hablo mirando hacia donde se encuentra, él mantiene su vista en la carretera. — Salvo algunas situaciones en el trabajo que me están dando tortícolis.

Me mira rápidamente y vuelve su vista a la carretera.

— ¿Quieres hablar de ello? — pregunta interesado.

— Hoy no, vine a votar todo el estrés que me produce eso y no voy a terminar mi noche hablando de trabajo. —  El sonríe y hago lo mismo, se ve tan caliente conduciendo, me remuevo en mi lugar y continuo — ¿Qué tal tú y tu viaje?

Suelta un suspiro cansado.

— Tardó más de lo esperado, llegamos hace unas horas, fue agotador tener que mover esos asuntos personalmente, pero lo importante es que quedó resuelto.

— Me da gusto escuchar eso.

— Gracias, mi cielo.

Sonrío al tiempo que miro por la ventanilla del auto, casi no hay tránsito, es muy tarde o más bien muy temprano. En ocasiones, siento su mirada sobre mi.

Después de unos minutos más  estamos en la puerta de mi departamento, abro la puerta sin ningún problema, lo siento detrás de mí.

— La señorita esta sana y salva en casa ¿verdad? —  Asiento con un movimiento de cabeza.

— Puedes pasar, si lo deseas. — hablo en su dirección y estoy que casi me desmayo de los nervios.

— No creo que sea prudente, señorita. — Habla divertido y sonrío, nos miramos y trago duramente al verlo y mi cuerpo sienta todo esto solo con tenerlo cerca. — Será mejor que me vaya.

Veo como él también me mira más de lo debido, memorizando cada parte de mi, mira a través de mí alma, esa es mi percepción.

No puedo evitar recordar nuestra conversación por mensajería y recuerdo muy bien la promesa que hice, soy una chica responsable y no puedo dejar faltar a mi palabra.

¡Sobre todo este tipo de promesas!

— Antes de que te vayas, — hablo de manera seductora mirándolo directo al cielo personalizado que me brindan sus ojos y puedo ver como estos brillan, me acerco lentamente, terminado con la distancia que existía entre nosotros y continuo. — Déjeme cumplir mi promesa, necesito que su ego, señor, no esté herido.

Yessss sin sin miedo al trancazo, Keilisita...

Me mira sorprendido y no le doy tiempo a que reaccione cuando estampo mis labios con los suyos, él se apodera de mis labios con autoridad, como si lo hubiese estado esperando, me deleito con su sabor embriagante, quiero más, mucho más de él.

Toma mis caderas con posesión, aprieta sin llegar a hacerme daño en señal de que él siente lo mismo que yo, me levanta sin ningún esfuerzo, enredo mis piernas en sus caderas y mi vestido se levanta en el acto, mis manos van en automático detras de su cuello,  puedo sentirlo todo de él, su excitación inminente, su lengua juguetea con la mia exigiendo más de mi y se lo permito, se pasea con si lengua por cada rincón de mi boca. Puedo sentir mi excitación a gran escala y la de él también, quien no se molesta ni un poco en ocultarla.

Este beso está fuera de estación, me lleva a mis límites inimaginables, siento como se desplaza lentamente conmigo hacia el interior de mi departamento, sin embargo, aun estamos en el umbral de la entrada, nos besamos con posesión y me deleito con el sabor a ron caro y menta, un gruñido sale de su garganta y por Dios que comienzo a moverme un poco para calmar la ansiedad que hay entre mis piernas, lo siento agarrar mis glúteos con posesión haciéndome jadear en el momento, deja mis labios para abrir un camino de besos hacia mi cuello, en el cual le doy todo el acceso que exige, halo su rubio cabello en señal de que satisfacción, lo quiero todo de él porque solo él me hace sentir de esta manera y los sentimientos pues...

Es después de unos minutos que estoy consciente de que estoy en la puerta de mi casa con el vestido levantado hasta mi cintura y mi ropa interior es muy pequeña, debo estar dando un espectáculo, recuerdo perfectamente lo que ocurrió la primera vez entre nosotros, tenía mucho alcohol en mi sistema y hoy no es la excepción y para ser honesta, estoy muy segura que lo volveré hacer con este hombre, solo que esto no puede volver a suceder de la misma manera que en aquella ocasión, no así.

— Espera — hablo con la respiración bien agitada.

— ¿Qué? No, niñita, por favor —  habla frustrado y tratando de controlar su respiración y sonrío. — Eres una niñita endemoniada muy perversa.

Sonrío mientras él me suelta lentamente, coloco mis pies en el piso y él me ayuda a acomodar mi  mi vestido.

Trago saliva.

— Lo siento — hablo nuevamente totalmente apenada, aún estamos muy juntos.

El me atrae hacia él y me abraza enterrando su rostro en mi cuello, aún se siente agitado, se está controlando. Enredo los brazos alrededor de su cuello.

— Juro que me las pagarás muy caro, niñita endemoniada. — Suelta mientras se ríe en mi cuello dándose por vencido. —  Juro que lo harás.

— Esperaré mi castigo, señor. — Suelto de la misma manera y el se separa de mí, me mira y guiño un ojo en su dirección.

— Estas jugando con fuego, Keily Andersson, —  habla con voz ronca y ese brillo en la mirada que me encanta, aunque sud ojos están oscurecidos, —  no me tientes.

— El fuego y yo somos buenos aliados, cielo mio. — Respondo mientras le doy un beso rápidamente en sus labios y me adentro más a mi casa tomando la perilla de la puerta, lo miro y juro que lo he dejado sin palabras — Buenas noches...

— ¿Cómo me llamaste? — Inquiere y lo miro confundida. — ¿Cómo me llamaste?

Sé a lo que se refiere, lo llamé "cielo mio" , pero es algo que no le daré el privilegio de escuchar por lo menos esta noche.

— Ummm no recuerdo —  miento. — Buenas noches, Marcelo.

Veo como esta intentando controlarse y traga saliva, aunque su sonrisa en el rostro lo dice todo, nos miramos intensamente y la mirada profunda que me da me hace estremecer.

— Buenas noches, niñita endemoniada.

Cierro la puerta y lo dejo ahí de pie. Llevo mis manos a mi cara, no puedo creer que haya hecho eso, lo besé descaradamente y sentí todo de él, estoy segura que pudo sentir mi humedad.

Eso se está saliendo de control... este hombre me esta volviendo loca.



◇♡◇

★♡ NOTA DE LA AUTORA ♡★

Capítulo nuevo.

Dejen sus comentarios.

Video de "Bailando dos corazones" en multimedia.

Las amo mucho con demasiado, mis guerreras valientes 🛐💋❤

Me las imaginé vestida con algo similar a esto, ustedes pueden imaginarla como deseen, mis amores.

Keily

Elena

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top