Capítulo 10 ☆
Este capítulo va dedicado a jonijimenez6 gracias por estar aquí.
Keily
Siento la claridad colarse por mi ventana y trato de abrir mis ojos lentamente y un punzón en mi cabeza hace que lleve mis manos allí y quejarme de dolor. Trato de incorporarme con ayuda de uno de mis brazos y lo logro quedando mi cabeza recostada en el barandal de la cama aun con mis ojos cerrados.
Logro abrir lentamente mis ojos y ¡Dios! No puedo con mi cabeza, lucho con enfocar cada rincón del lugar en donde me encuentro y después de visualizar de que si me encuentro en mi habitación, suelto un suspiro lento mientras trato de levantarme, sin embargo, un dolor en mi parte baja hace que me detenga haciendo que lleve una de mis mano a esa zona.
— ¡Oh santa virgen de los encaramados! Estoy desnuda en mi cama.
¡Dios mío!
¿Qué fue lo que pasó?
¿Qué pasó ayer?
Me remuevo lentamente, me siento incomoda por la sensación extraña de mi cuerpo. Llevo nuevamente una de mis manos a la cabeza, no aguanto el dolor y es después de unos segundos más cuando poco a poco empezaron a llegar mis recuerdos de la noche anterior.
Llevo mis manos a la boca cuando los recuerdos llegan a mi, trago grueso.
— ¡Ay no, no por favor, no!
¡Ay si! ¡por favor, si! - resopla mi consciencia pervertida.
Pero se supone que yo no podía tener sexo con nadie pero... me llevo las manos a la cabeza cuando recuerdo todo.
— Bien – hablo en voz baja tratando de tranquilizarme — trata de recordar como pasaron las cosas, Keily.
— Estuve en un club – hago un recuento con mis dedos — tome, baile y tome más, luego un idiota se quiso pasarse de listo, alguien lo golpeo y...
¡Santo cristo! No puede ser, después de defenderme dos veces Marcelo Sandoval, hermano de...
¡Santa mierda!
— Me trajo a mi departamento y...
¡Santa virgen de las cretonas de las faldas de mi abuela! Tuve sexo con el hermano de mi ex. ¡Dios santo!
¿Qué hice? ¡Dios mío!
Me siento mal, un punzón en mi pecho hace que se me forme un nudo en mi garganta.
Me siento avergonzada.
Vergüenza, no mija, eso estuvo rico, sabroso, delicioso...
¿Alguien puede callar a mi consciencia?
Esto no me puede estar pasando a mí, que denigrante saber que perdí mi virginidad con un hombre que se va así sin más y es el hermano de Diego, mi ex novio.
¿Qué querías? ¿Querías tomar el té o café al despertar?
Pero Diego...
Diego es irrelevante...
El corazón se hunde en mi pecho al darme cuenta de que me he involucrado con un hombre que resulta ser el hermano de Diego, quien fue mi novio, no puedo creer de lo fui capaz de hacer y me siento mal no porque le deba nada a Diego, sino por el como sucedieron las cosas.
Seguramente debe estar riéndose ahora mismo de mí. Tuve sexo con un hombre con el que nunca había pasado palabras, con el que siquiera había compartido un saludo. Recuerdo a la perfección todo lo que pasó, el rubio que me defendió en su debido momento en dos ocasiones y si no hubiera sido por su intervención hubiera sido violada o quizás estuviera muerta.
La vergüenza llega a mi al recordar cada palabra, cada movimiento y lo peor de todo es que, aunque me dé pena admitirlo, fui yo quien lo sedujo. Sé que estaba bajo los efectos del alcohol y hasta las chanclas, sin embargo, no puedo mentirme, recuerdo todo a la perfección.
Recuerdo que se quedó en mi departamento solo porque se lo pedí, se fue la electricidad y yo tuve miedo al principio, pero luego no.
¡Qué vergüenza! Le pedí que me besara!
¿Qué pensará ese hombre de mi?
¿Pensará que soy una mujer facilona?
Miro el reloj despertador que hoy no hizo su función y veo que pasa de las once de la mañana.
— ¡Jesús! – chillo y me quejo al mismo tiempo sosteniendo mi cabeza del dolor — No fui a trabajar hoy, me van a matar y despedir de paso.
¡Si te matan primero no tendrán que despedirte! – giro los ojos ante lo que ha dicho mi conciencia.
Decido enviar un mensaje a mi superior diciendo que no me sentía bien para asistir al trabajo y me dijo que no había problemas, pero que mañana debía presentarme al trabajo y que si no que les hiciera llegar una certificación médica.
Envío otro mensaje a mi amiga Elena quien debe estar trabajando en estos momentos y me dice que pasará mas tarde por acá ya que encontré más de cincuenta mensajes y doscientas llamadas perdidas y todas hasta las seis de la mañana. Al parecer mi amiga no pudo dormir preocupada por mi.
Después de dar y dar vueltas al mismo asunto y más aún que hoy amanecí sin la flor aquella, perdí mi virginidad, la perdí y lo peor o mejor de todo es que recuerdo todo a la perfección y no puedo negar que disfruté mi primera vez.
¡Qué vergüenza!
Tuve sexo con Marcelo Sandoval, el hermano de mi ex, el hermano de Diego y para ser honesta conmigo misma, no sé si me arrepiento de todo lo que ha pasado.
Si sabes la respuesta a eso, mentirosa - grita mi consciencia
- Ya Cállate, consciencia insoportable.
Trato de incorporarme lentamente evitando que el dolor en la parte baja se vuelva más agudo, me dirijo hacia el baño para hacer mis necesidades y me duele todo, recuerdos llegan a mi sobre ese momento tan... bueno en donde ese hombre entro en mi y la verdad me muero, mi cara debe estar roja como un tomate ¿Cómo pude perder el sentido de la vergüenza así?
Mi madre se moriría si sabe una cosa así, yo, Keily Andersson teniendo sexo con un hombre desconocido y que por azares del destino es hermano de mi ex novio.
Entro a la regadera y me doy un buen baño desde la cabeza a los pies, luego de par de minutos estoy fuera secando mi pelo con una toalla y mi cuerpo, me pongo una pijama, cambio las sabanas de mi cama, ya que, estas están manchadas con un poco de sangre y les pongo unas limpias luego de llevar las sucias a la cesta correspondiente, entro a la cama para volver a dormir no sin antes tomarme unos analgésicos para el dolor de cabeza.
Han pasado un par de horas y me despierto con el ruido del timbre, me levanto a regañadientes de la cama ¿Quién demonios toca el timbre así? Me encamino hacia la puerta con mis ojos cerrados, abostezando y con una de mie manos rascando la cabeza, cuando abro la puerta esta mi amiga Elena ahí con el ceño fruncido y los brazos cruzados, ruedo los ojos, le doy espacio para que entre mientras que cierro la puerta y me doy la vuelta pasando de forma frustrada las manos por mi rostro y la escucho hablar:
— Es decir, Keily Elizabeth, – lo dice en tono molesto, — que te fuiste a emborrachar sola y por lo menos no tuviste la más mínima descensia de avisar cuando llegas a casa, me quedé hasta tarde esperando a que me avisaras que habías llegado sana y salva a tu casa.
— Entiendo que te preocupes pero...
Me interrumpe.
— Me importa una mierda, Keily, sabes que me importas, te quiero como si fueras mi hermana y así es que me pagas preocupándome eh.
Mi amiga es increíble y por eso la amo, la miro y le brindo una pequeña sonrisa para tranquilizarla mientras que ella suelta un suspiro lento.
— ¿Estás bien? – Me pregunta un poco más calmada — siento reaccionar así, pero en verdad me preocupé y estoy muy molesta por lo irresponsable que eres siendo una chica de veintiún años.
— Lo sé, Eli, y no sabes lo mucho que te agradezco que te preocupes por mí, eres mi única familia aquí, te pido disculpas por no avisarte, pero pasaron tantas cosas que ni te imaginas.
Ella frunce el ceño y me mira detenidamente, pero no es mi cara lo que mira, es la parte de mi cuello específicamente y de un momento a otro abre los ojos con incredulidad abriendo la boca en forma de una O mayúscula y suelta:
— ¡Oh por Dios! ¡oh por todos los santos, Keily! ¿Eso es un chupón? – bocifera mientras señala mi cuello y yo inconscientemente llevo una de mis manos al lugar mientras la miro con ojos de cachorro.
— Posiblemente. – Fue lo único que le conteste y ella abre los ojos con sorpresa.
— No puedo creer esto, Keily, – dice en tono amenazante señalándome con el dedo índice y el ceño fruncido. — no me digas que volviste con el cabrón y desgraciado de Diego porque de ser así te juro que...
— No, no, Eli, eso jamás, -Le interrumpo, — sabes que tengo dignidad y no voy a hacer eso.
— ¿Entonces? ¿Por qué demonios tienes una huella que te identifica que fuiste absorbida por un vampiro humano?
— Pues veras...
Empiezo a contarle a mi amiga todo lo que paso desde el inicio hasta el final mientras que ella solo escucha con una expresión digna de una fotografía, sorprendida y sin poder creer todo lo que le estoy contado. Le conté todo desde que llegue al club hasta que me desperté y cuando cierro la boca porque he terminado suelta de repente:
— Entonces ¿Tuviste sexo? – pregunta ella medio descompuesta y asiento mirando al piso, — eso es genial, amiga. – suelta con notable emoción y la miro como si me hubiese salido un tercer ojo y ella continua. — durante un tiempo te has tratado psicológicamente porque no podías tener sexo con nadie y ahora por fin podemos ver que ese trauma ya mermó.
— Si, Elena, pero tuve sexo con un desconocido, no puedo evitar sentirme mal por eso. -ella rueda los ojos y vuelve a hablar.
— Bueno... la ventaja de eso es que no le volverás a ver la cara, – dice mientras sonríe, ¿Por qué no lo conoces, verdad Keily? – miro al piso y continua - ¡Oh no! ¡por los bigotes de mi abuelo! ¿con quien fue? – Me quedo callada.— Keily, no me digas que fue con Diego y me estas mintiendo.
— No, Elena, – digo con un tono cansado y arrastrando la O, — fue... – trago grueso ante lo que le voy a soltar a mi amiga — fue con Marcelo Sandoval.
La cara de mi amiga parece un poema, no puede creer lo que estoy diciendo y hasta a mi me cuesta.
— ¿Mar... Marce... Marcelo Sandoval el hermano de tu... de tu Ex? — al fin logra decir y Asiento con la cabeza y con mi mirada enterrada más allá del piso. — madre mía, Keily, -dice mientras se pone de pie llevando sus manos a su cabellera pelirroja que posee y entrecierra esos hermosos ojos azules que se carga. — No sé qué decirte, amiga.
— Lo sé, Eli, yo no se que pensar de mí, me siento muy mal, ese hombre fue seducido por mi por tanto la culpa no es de él sino mía. Seguramente debe de pensar que yo soy una loca que se acuesta con cuantos desconocidos se les atraviesa por el camino.
— Bueno, amiga, ya no hay nada que hacer y poco debe importar lo que piense ese hombre ahora, aunque no creo que sea tan idiota para no darse cuenta de que fue el primero, no debes sentirte mal por eso, estabas bajo los efectos del alcohol, según lo que me contaste, estabas consciente de lo que hacías, al parecer el alcohol en tu sistema te hizo valiente, amiga. Además, también es su culpa porque pudo detenerse y no lo hizo.
— Si quiso hacerlo, pero lo seduje, lo convencí de que quería hacerlo, le dije que quería hacerlo con él.
Su rostro se ilumina con una gran sonrisa.
— ¿Qué? – cuestiono.
— Te envidio, desgraciada, te comiste al bombón más apetecible de toda Mérida — sueltas una carcajada y la miro mal mientras que ella levanta sus manos en señal de paz. — perdón, ya, ya, mejor me callo.
No contradigo verdades.
— Es mejor que lo hagas - suelto masajeando mi sien, aún me duele la cabeza y obviando la voz de mi consciencia.
— Ya que no podemos seguir hablando del tema y haciendo bromas sobre el asunto, es el momento de que ahora cuentes. – La miro extrañada.
— ¿Qué quieres que te cuente? - ella me mira con una sonrisa pícara y suelta.
— Dime, Keily Elizabeth Andersson Presley ¿Qué tan bueno lo hace? – abro la boca en forma de una O — Anda dime que de aquí no me voy hasta que no me cuentes hasta el último detalle, amiga mía — suelta esto mientras se acomoda más en el sillón, nos habíamos quedado en la sala sentada en sofás diferentes para quedar frente a frente, cuando observa que no tengo intención alguna de contarle replica nuevamente — ¡que me digas te digo!
— Lo hace como los dioses, - suelto con rapidez mientras sonrío apenada, — por lo menos mi primera vez no fue una violación como iba a ocurrir aquella vez. – menciono mirando a otro lado que no sea mi amiga, sin embargo, vuelvo a mirarla, su mirada azulada coincide con la mía y sonrío — mi primera vez se sintió genial, Elena, ese hombre aun sin conocerme me cuido hasta el último momento.
Un chillido embarga todo el lugar haciendo que lleve ambas manos a mis oídos mientras sonrío apenada.
— Me da mucho gusto de que a pesar de todo lo que me contaste, tu primera vez con un hombre haya sido genial, amiga. — mi amiga se levanta del lugar de donde se encuentra, camina hacia donde estoy y tomando una de mis manos continua — sé perfectamente que esto no era lo que esperabas para ti y tu primer encuentro sexual, sin embargo, debes admitir que no la pasaste mal.
Sonrío al igual que ella. — sé que tienes razón pero...
Soy interrumpida y ella continua hablando.
— Kei, sabes lo fuerte que eres, eres muy valiente, has pasado por mucho y te admiro por eso, se que lo que pasó anoche te tiene desconcertada y más por el hecho de que fue con el hermano de tu ex, pero como ya lo mencioné es tu ex y no tenias nada que ver con él cuándo ocurrió esto, no te permito que te sientas culpable y menos por un hijo de puta como Diego que no merece ninguna consideración de tu parte, así que levánta tu trasero de este sofá, date un baño y nos vamos a comer.
Me sonríe en señal de apoyo y yo asiento con una sonrisa, le doy un abrazo mientras comienzo a hablar:
— Me siento tan agradecida de tenerte conmigo, eres mi hermana y quiero que tengas claro que te amo y estoy para ti para lo que necesites. – Ella asiente mientras corresponde mi abrazo. — Nunca de los nuncas olvides que eres la hermana de otra madre que tengo y que por supuesto tú también tienes.
— Lo sé, Kei, ahora deja los amoríos para después y ve hacer lo que te digo, aunque no puedo dejarte ir a hacerlo sin antes decirte que también te amo y eres mi linda hermana pelinegra, no de sangre, pero si de alma y corazón – dice todo esto con mucha seriedad y con los ojos cristalizados — te prometo estar aquí para ti siempre — limpia rápidamente una de sus lagrimas que ha bajado por sus mejillas — Ahora ve a darte un baño y dejemos esta cursilerias para después.
Sonrío mientras también limpio mis lágrimas que han bajado sin permiso y hago caso a mi amiga, me doy un baño rápido y me coloco algo de ropa decente para salir a la calle, unos vaqueros ajustados, un suéter mangas largas de cuello alto de color rojo y unos botines negros de taco fino, me hago una coleta alta, maquillo un poco mi rostro, tomo mi bolso y salgo a la sala donde esta mi amiga muy entretenida jugando Candy Crush en su celular.
— Lista. – digo y ella levanta la cabeza mientras sonríe cuando me ve. — ¿Nos vamos?
— Amiga, estas de infarto. – me dice mientras caminamos hacia la salida. — Vamos al lugar de siempre ¿verdad?
— Si, al lugar de siempre. – suelto mientras sonrío. — y sobre de que me veo bella, eso es de nacimiento, nena.
Ambas reímos.
Solo espero despejarme un poco antes de volver a mi cruda realidad nuevamente y enfrentar las consecuencias que traerán mis actos.
Marcelo me hizo suya y yo lo hice mio, solo una noche bastó para vernos y que eso sucediera. Sin embargo, sólo esa noche nos encontramos y sucedió más de lo que tenía que suceder entre dos personas que recién se conocen y que existe la posibilidad de no volver a vernos nunca más.
¿Nos encontraremos?
No sé, pero de lo que si estoy segura es que el destino tiene sus caja sorpresas preparadas para ser liberadas en cualquier momento.
◇
◇
◇
◇
♡♡ NOTA DE LA AUTORA ♡♡
Capitulo nuevo.
¿Qué les pareció el capítulo?
Dejen sus comentarios.
Nos leemos pronto.
No olvides pulsar la estrellita para darme tu apoyo que significa mucho para este corazoncito.
Besitos mis niñas endemoniadas y valientes del corazón de Kath. ♥ 💋💋💋
Puedes encontrarme en Instagram como: 👇👇👇
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top